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Wake Wood

Terror. Drama A los padres de una niña muerta por el brutal ataque de un perro se les concede la oportunidad de pasar 3 días con su hija fallecida. Primera película producida por la famosa Hammer Productions en varias décadas. (FILMAFFINITY)
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
25 de julio de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde Irlanda y dirigida por David Keating , que también es co-autor del guión (junto a Brandan McCarthy, basándose en la historia de este último) llega esta película de corte clásico (no en vano está producida por la mítica y experta en terror “Hammer” tras varias décadas sin haber tomado partido por este tipo de cine) que compitió en la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián y satisfizo bastante a su público.

“Wake Wood” nos remite a una perdida zona rural, donde se instala un joven matrimonio tras haber sufrido la tragedia de perder a su hija tras el ataque de un perro furioso. Allí encuentran una nueva vida y nuevos trabajos en los que establecerse, él, veterinario, y ella, enfermera, intentan rehacer sus rotas existencias y superar lo acontecido, pero el recuerdo de su pequeña les persigue como una sombra. Todo se complicará cuando descubran que este recóndito lugar les ofrece la oportunidad de traer a su pequeña de entre los muertos y poder pasar tres únicos días con ella… pues nada es lo que parece, y todo tiene su precio.

Una historia sencilla contada con sencillos recursos, sin efectismos ni grandilocuencias, pero de una forma elegante que recuerda a las antiguas películas británicas de género. Todo el elenco de actores participantes pone toda la carne en el asador y ejecutan unas más que verosímiles interpretaciones que brillan por su calidad, el dolor de los padres, el misterio dibujado en cada gesto y expresión de los habitantes del pueblo, el lado oscuro brillando en los ojos de una niña venida del más allá… todo ello, junto a un efectivo guión, que sin grandes sorpresas ni brutales giros, acompaña al espectador a lo largo de esta historia inquietante, humana y plena de oscuro misterio. No resultará un film perfecto, ni nos narra nada nuevo, pero sí recuerda al espectador y a la industria que aún, y con poco presupuesto y poco artificio visual, se pueden contar buenas y atemporales historias (lo que a priori garantiza un buen envejecer de la cinta) de buenas maneras y, además, crear el mito de nuevos lugares malditos.

Interesante y recomendable perderse en este pueblo donde muertos y vivos se dan la mano, el sello Hammer, aunque parecía dormido, aún garantiza calidad.

-Enoch-
RavenHeart
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9 de febrero de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una mala película con un encanto peculiar. Wake Wood es muy simple, y parece más sacada de la mente de un par de pre-adolescentes fascinados por el terror que por unas mentes plenamente desarrolladas, pero tiene un aire indescriptible que hace que merezca la pena, aunque más como parte de cualquier Creepshow que como película de terror como tal.

Me convenció y mucho la idea de Wake Wood, una especie de revisión del Cementerio Viviente con mismo mensaje pero con más metáfora en su haber. Luego la película tira más hacia lo cutre y lo televisivo por mucho que veamos a Timothy Spall deambular como estrella, pero la idea está bastante bien. Para que nos entendamos, si hubiera acudido a una reunión donde se me vende la idea de la película la hubiera comprado sin dudarlo, pero si fuera un espectador aleatorio que ve el trailer de la misma probablemente no pagaría la entrada. En resumidas cuentas, una película mal hecha con una idea interesante.

En el encanto de Wake Wood se encuentra su duración, su localización y ese extraño regustillo británico/irlandés con cultos y demás cosas que igual hacen que te acuerdes de Lovecraft durante algún segundo. Luego la película se vuelve mucho más simplona, pero no es para nada tiempo perdido, que tal y como está el género ya es bastante recompensa.
NeoJ
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13 de noviembre de 2017
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Una joven pareja se ha mudado al tranquilo pueblo irlandés de Wake Wood para superar la trágica muerte de su hija. Cuando pensaban que era imposible soportar la perdida de la niña y que incluso, la pena iba a acabar con la relación, descubren que el pueblo guarda un secreto que puede devolver la felicidad a su vidas.

Y, como no podría ser de otra manera, el responsable de esta película es un irlandés, David Keating que, salvo por un par de películas más y otros tantos documentales, no se ha prodigado mucho por la meca del cine. Aunque Wake Wood se comercializó como una producción de la nuevamente resurgida Hammer, lo cierto es que ésta no invirtió un solo duro en su creación, sino que adquirió los derechos una vez terminada, para su distribución.

Dicho esto, vamos a adentrarnos un poco más en la película, una especie de Pet Semetary (1989) con magia pagana irlandesa de por medio. Porque sí, tendremos a una niña que vuelve de la muerte un tanto cambiada, más que por su aspecto físico, que no acojona como lo hacía Cage en la adaptación de la novela de Stephen King, por sus preferencias a la hora de divertirse. Y es que si el pueblo tiene una serie de normas por la cuáles se te concede el don de recuperar a un ser querido tras su muerte, quien eres tu, aunque seas el mismísimo Little Finger de Game of Thrones (2011 - ), para llevarles la contraría.

Así que como consecuencia de contradecir una de las reglas sobrenaturales del pueblo, tendremos a una niña mortífera, que asesinará a todo aquel que se cruza en su camino, en una espiral de violencia y mala leche muy interesante.

Aunque estemos hablando de una pequeña producción irlandesa, no penséis que han escatimado en sordidez porque hay una cuantas escenas un pelín desagradables, como en la que Aidan Gillen le hace una cesárea a una vaca o el propio ritual para resucitar a los muertos. Hay un elemento bastante curioso que utiliza la gente del pueblo, una especie de ábaco con extrañas propiedades que no terminan de estar muy claras. Por un lado, parece una especie de ordenador arcaico en el que se introducen los datos y características del fallecido y pluf, ¡magia!, le tienes vivito y coleando pero, en otra ocasión, se utiliza para detectar a un posible resucitado fraudulento. Así que no me termina de quedar muy claro la utilidad de este ábaco tan peculiar.

El papel de Eva Birthistle aquí es bastante similar al que interpretaba en la grandiosa The Children (2008). Una joven madre a la que le cuesta ver a sus propios hijos como una amenaza y enfrentarse a ellos con dureza. Como os he comentado antes, Aidan Gillen es el amoroso padre y esposo, capaz de todo por devolver la felicidad a su mujer, rota por el dolor por la muerte de su hija. Y entre los secundarios, cabría destacar a Timothy Spall, el druida y líder del pueblo, que le plantea la posibilidad al matrimonio de recuperar a su hija.

Lo que más me ha gustado de este drama sobrenatural, además de la profunda tristeza y desesperación que trasmiten los padres de la niña, es esa atmósfera oscura de pequeño pueblo escondido de la campiña irlandesa que sigue conservando sus extraños rituales y tradiciones. Todo muy parecido a The Wicker Man (1978), dónde también se veía con cierta suspicacia a la gente que venía de fuera y no les dejaban integrarse en la comunidad.

Interesante cinta de terror con niños mortíferos, en la que el drama de la perdida del ser querido y las consecuencias de quebrantar las reglas divinas, acarren consecuencias terribles. Una película con cierto regusto a las cintas de serie B de estilo gótico, dónde la historia se va desarrollando de manera pausada y el terror es limitado,pero efectivo. Wake Wood no aporta nada que no hallamos visto en numerosas ocasiones, pero sí que es cierto que lo envuelve en un áurea melancólica y creepy que la hacen muy disfrutable.
Bloody princess
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8 de mayo de 2022
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Algo alocada propuesta irlandesa de folk-horror que no termina de cuajar por su estilo atolondrado y, por momentos, telefilmero. Una pareja que perdió a su hija hace casi un año, no han superado el trauma, descubre que el pueblo en el que viven existe un culto que hace resucitar a los muertos durante tres días. Deciden practicar el ritual con su hija, pero hay que cumplir ciertas reglas.

Lo más curioso es la facilidad con que los protagonistas asumen que es posible traer de vuelta a su niña. No parecen especialmente impresionados o estupefactos de que tales cosas sean posibles. Además, se juega con cierto secreto que parece guardarse para el final, que luego no es para nada tan jugoso como se sugería. De mitad para adelante el montaje es tela de atropellado, con algunos fallos de continuidad y cambios de plano y escena muy bruscos, como de telefilm barato.

Es una pena porque daba para un buen film de horror sobrenatural con niña. Precisamente, la cría es de lo más soseras, cuando debería ser el elemento más terrorífico de toda la función. Al final se transforma en un mal slasher que intenta tener un colofón malsano, pero ya para entonces ha perdido el fuelle.
KlingonCome
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22 de febrero de 2024
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La productora británica de películas de terror Hammer Films resurge después de haber estado en sequía creativa desde mediados de los ochenta. La que fuera la abanderada del cine de terror de bajo presupuesto en los años sesenta y setenta, con sus sagas de clásicos como Frankenstein, Drácula o Quatermass, nos brinda una historia a la vieja usanza, pero no por ello menos inquietante.

“Wake Wood” cuenta una historia macabra de sortilegios extraños y revelaciones aterradoras, con unos personajes siniestros y una ambientación tétrica. Todo se centra en una niña que fallece por un accidente con un perro. Sus padres no superan el suceso, pero averiguan que hay un ritual con el que pueden devolverle la vida a la pequeña durante 3 días, aunque, como todo buen ritual, tiene sus “peros” y sus limitaciones.

La trama, muy bien narrada, va cogiendo ritmo e interés, llegando a momentos cumbre como el del mismo ritual de resurrección: un prodigio de iluminación y ambientación, que transmite verdadera inquietud. El filme, a partir de ahí, se va desinflando y transita por derroteros más convencionales y predecibles, aunque cierra con un epílogo bastante acertado.

Muy buena opción para quien disfrute de una forma de narrar más clásica.
Richy
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