El profesor

Estamos ante una película que si bien no trata un tema nuevo en el mundo del cine, como es el enfermo terminal encarando sus últimos momentos de vida, sí que sorprende por su forma de abordarlo.

Si un actor (de los del star system hollywoodiense) ha experimentado subidas y bajadas en su propia vida en los últimos años ese ha sido sin duda (Mel Gibson al margen) Johnny Depp. En esta ocasión la película parece cortada a su medida lo que le lleva a conseguir una de sus más notables interpretaciones, pese a lo tristemente desconocido del film. Recomiendo verla en versión original para apreciar el tono de voz languideciente a la vez que displicente de su personaje.

En el primer tramo de película, el más cómico por calificarlo de alguna forma, juega a ser, salvando las obvias diferencias, una especie de "American beauty" canalla, menos corrosiva que aquella aunque igualmente eficaz en sus propósitos. Más tarde se va encaminando definitivamente hacia el drama, sin despeñarse nunca en la tarea, obteniendo verdaderos momentos emotivos donde destaco una charla a solas con su hija y cómo no, como en toda buena película americana, una cena con invitados.

La película toca la fibra sensible y ese es otro punto que hace grande al mundo del cine, saber llegar y emocionar al espectador. El mensaje, por conocido, no deja de ser válido para que cada uno lo ponga en práctica a su manera, por supuesto no estrictamente igual que lo hace en la película el personaje de Depp.

Va en esa línea. En sus pretensiones, claro. Pero es tan solo una serie de chascarrillos anudados de forma inverosímil por una ristra de clichés y topicazos.
Por otra parte, todos y cada uno de los personajes resultan completamente increíbles, practicamente maniquíes. El desarrollo del cáncer es casi un insulto para las personas que pasen por él, y la filosofía es de mercadillo, si es que la hay.
Y es que una película que pretende ser profunda en su trasfondo, usando el humor y la "provocación" para sugestionar pero se queda muy muy muy corta.
Como no puede ser de otra manera, meter temas de sexo es fundamental para hacer filosofía de baratillo, aunque lo hagas de forma ridícula,. Aquí lo salpimentan todo con él de una forma naif, empezando por el lesbianismo impostado de la hija, la relación adultera de la madre, o el sexo con una camarera o con el alumno traficante. Todo está incrustado sin lubricante en el espectador, que lejos de disfrutar, o enternecerse o reirse, gime de dolor y aburrimiento.
Tema a parte es el de los alumnos de Depp, que se supone están fascinados con él ¿¡por qué!? ¿Qué diablos a dicho o hecho para ser "fascinante"? es que no hay ni media idea original o inteligente en cada una de sus intervenciones delante de estos alumnos suyos. ¿Dónde queda el "carpe diem" de Williams que pretende evocar tan torpemente Roberts en toda esta cosa llamada película? Le viene muy grande.
En fin una peli con pretensiones pero sin el más mínimo interés real.

Soy cinéfilo y escritor de novelas, las cuales muestran una cierta influencia cinematográfica. Filmaffinitty es un punto de referencia para todo aficionado al cine, que desea saber si una película merece o no la pena, a pesar de que opiniones las hay como estrellas en el firmamento. De buena a mala, o simplemente pasable, la película que nos ocupa merece el calificativo de: NOTABLE.
Vivimos tiempos extrañamente catárticos, en los que cualquier nimiedad produce efectos sublimes y, al contrario, algo notable apenas ejerce efecto. Lo veo cada día a mi alrededor y es una cruda realidad. Es como si la gente que emite sus juicios de valor, apenas tengan detrás un mínimo de formación, ya sea cultural, literaria e intelectual, entre otras. Con dicha escasez, ejercer una crítica constructiva se torna en poco menos que en un exabrupto, y nunca antes la subjetividad o la veleidad ha acampado a sus anchas como en este momento.
Dicho el prolegómeno, hablo de la película, a la que tan solo alguna alma sensible y con conocimiento de causa ha valorado positivamente. Algunos la ven como un pobre remedo de "El club de los poetas muertos". Nada menos real, excepto por la simpleza del tema profesor-alumnado. Particularmente nunca me llegó el infantil e irreal mensaje de la película de Peter Weir. Todo lo contrario, me parece mucho más convincente y ácido el propuesto por este profesor del siglo XXI, desahuciado y con un áspero entorno familiar, muy coherente con los tiempos actuales. Pero la película es mucho más que unos motivadores, realistas y conmovedores consejos existenciales; es sobre todo, una mirada cínica al hecho de vivir, algo que se refleja tanto en su comparsa inicial como en su evocador final. Johnny Deep, en su espléndida madurez, realiza una interpretación arrebatadora, con esos toques de excentricidad que le han hecho famoso y ha adulado toda una generación cinéfila. Los secundarios arropan con efectividad a este cínico intelectual, logrando hacernos reír y conmover a un tiempo. Música y fotografía elegantes, con encuadres muy bellos, y diálogos ingeniosos y chispeantes cargados de ácida moralina. En resumidas cuentas y digan lo que digan, una película notable en todos los aspectos.

*¿Pretendes que ría o que llore?

Depp inicia la película como Walter White en Breaking Bad, en la consulta del médico recibiendo malas noticias, para pivotar en un El club de los poetas muertos (1989) donde Richard alecciona a sus alumnos sobre la fugacidad de la vida. En el metraje de 90 minutos también entran y salen personajes bastante esquemáticos, sin profundidad, malos o buenos porque sí. ¿Por qué sufre tanto el mejor amigo cuando Richard es un cateto emocional? ¿Por qué la esposa actúa como si no le importase nadie, ni ella misma? ¿Por qué los alumnos le cogen cariño a un profesor que los trata con desdén?

Richard dice adiós (The Professor) no encuentra su tono y gasta más energía en pullas que no aportan siquiera comicidad, que en intentar que el espectador se crea a los personajes. No ya que trate de empatizar con ellos, sino que al menos parezcan seres humanos y no arquetipos de un sketch. Richard dice adiós (The Professor) intenta hacer comedia a través de un Richard distante emocionalmente, que corta los sentimientos de los demás, pero en su final se zambulle en un dramatismo que no traspasa la pantalla.

*Richard no cuenta nada nuevo

Los alumnos jamás han tenido cariño a ese profesor carcamal, borracho, que fuma en clase, pone notas aleatorias, no sigue la guía docente y pretende decirte que no vives bien. Hay cientos de películas sobre la juventud que vive mucho, deprisa y comete mil locuras, es en la edad del profesor cuando nacen estas dudas sobre la experiencia vital. Además, no está reñido aleccionar sobre la vida con comportarse como un adulto funcional. Se puede ser gracioso y “libre” social, sexual y profesionalmente, sin ser egoísta con el resto del mundo. Annalise Keating (Cómo defender a un asesino) no es el mejor ejemplo pero practica ese estilo desagradable de enseñanza y consigue generar empatía en el espectador enseñando las grietas en su ego, el dolor y el pasado que arrastra.

Quizás si se hubiera profundizado más en los personajes, en cualquier personaje realmente en vez de ridiculizarlos, podría haber sido un drama solvente. Quizás si no tuviera mensajes tan vacíos de significado. Ya que los jóvenes saben que viven para trabajar y no trabajan para vivir, mientras dan gracias al cielo por tener al menos un contrato temporal y un piso de alquiler. ¿A quién va dirigida esta película? ¿De verdad no fue escrita en 2004? Richard dice adiós (The Professor) quizás guste a la generación de los Richards, pero no les cuenta nada nuevo. Sin duda no se dirige a los jóvenes, ya que los menosprecia a excepción del final.

*Conclusión

Richard dice adiós (The Professor) se ve lastrada por personajes y mensajes vacíos, así al espectador le interesa más la película que la propia película a sí misma. Con Richard dice adiós (The Professor) queda patente la brecha emocional y de conciencia que existe entre dos generaciones, y en el ámbito universitario en concreto. Los profesores Richard, que sin enfermedades terminales miran a los jóvenes con desdén, esperando una carcajada de recompensa a cambio de chistes verdes y lecciones tempus fugit.

Escrito por Alba Puerto Martín

Richard profesor de universidad acaba de recibir un diagnóstico condenatorio, etapa cuatro de un cáncer de pulmón inoperable. Con tratamiento podría vivir durante 12-18 meses. Sin tratamiento tal vez medio año. Pero en lugar de contar a su familia lo que le ocurre y poner sus asuntos en orden, comienza a beber, fumar y a comportarse de forma errática y estúpida oponiéndose al sistema. Las reglas se las comienza a saltar lo que confunde a sus alumnos, a su esposa infiel (Rosemarie DeWitt) y a su mejor amigo (Danny Huston). 

Un desigual guion de este hombre moribundo de el propio director Wayne Roberts nos presenta un personaje excéntrico con el que no empatizas en absoluto. Johnny Deep interpreta a Richard ,egoista, pretencioso e irritante un papel a su medida que no llega a dar ninguna pena por lo que esta pasando. Otro actor con mas encanto, sensibilidad o sentido del humor hubiera mejorado las cosas. 

Todos pensamos que actitud tomaríamos al saber cuanto nos queda de vida y que querríamos hacer antes de morir, desde luego lo que se muestra en el film se aleja un poco de lo que podamos imaginar con de esta espiral de mal comportamiento, apatía y poca sensibilidad del protagonista.

Una película bastante simplona que aunque se deja ver hasta el final por curiosidad, es bastante olvidable.
Destino Arrakis.com