Vecinos y enemigos

En España quizá sea algo desconocida la figura de John James Audubon, el ornitólogo franco-estadounidense que catalogó todas las especies de aves de suelo americano, dibujándolas a mano en su famoso libro Birds of America.

Esta película, que lleva el mismo título y menciona la obra del naturalista, no trata sobre aves, ni sobre zoología, pero no puede entenderse sin la misma, pues tiene que ver con la naturalidad. Audubon usaba alambres para mantener derechas a sus aves, y así conseguir una postura natural de las mismas y poder dibujarlas. ¿Acaso no tienen los hombres alambres, ataduras para tratar de conseguir la naturalidad en lugar de volar libremente?

La pregunta, o más bien su respuesta, ha sido meditada por Craig Lucas, quien siempre busca la profundidad metafísica en todos sus trabajos. En este caso trata de explorar la naturaleza del individuo a través de la vida de tres hermanos, tres seres totalmente dispares que viven con la reminiscencia del suicidio de su padre marcando sus vidas.

Así, Morrie (Matthew Perry) será el que haga lo que esperan de él, como esa postura de los pájaros de Audubon, naturalmente forzosa, sin dejarse llevar por sus instintos. Aunque Morrie es el protagonista, su interpretación se ve ensombrecida por la de sus dos hermanos, un Jay (Ben Foster) que buscará, simplemente, sentir, sin atender a las convenciones sociales pese a los problemas que esto le causa y Ida (Ginnifer Goodwin) la mujer del grupo, quien trata de huir de toda atadura para no tener que enfrentarse a sus temores.

Cuando estos tres hermanos se juntan, todos con alguna clase de tara o problema físico (problemas gástricos, insomnio o cierta depresión) tendrán que hallar su equilibrio. El cuerpo, parece insinuarnos la cinta, no responde mal cuando el hombre vive acorde a su naturaleza.
De este modo, la necesidad de hacer lo que quiere y no lo que necesita en el caso de Morrie, el hecho de dejar de huir y enfrentarse a su pasado y su futuro en Ida, o el hecho que Jay descubra que no toda convención social o materialismo es una lacra para un alma libre, serán los que permitan quitarse esos alambres que a veces nos auto imponemos y puedan hallar el equilibrio, y con él la felicidad.

El film es un canto a la vida y a la libertad, que utiliza la ironía y un toque de humor junto a una música suave y que ayudará a transportar al espectador a ese retorno a la naturaleza de los instintos que, en el fondo, es lo que nos propone Lucas.

Seré objetivo y no me meteré mucho con la trama:
Es entretenida mas no divertida, tiene sus momentos cómicos pero tiene más drama.
La película trata sobre una familia rara que con el pasar de los años sigue siendo rara. Nuestro protagonista es el hermano mayor de tres hermanos pero el más normal.
Lo entretenido es ver como todos los problemas que tiene el protagonista simplemente son por culpa de su familia.
Es curioso como se solucionan sus problemas pero más curioso que aunque parezca raro y sin sentido tiene un mensaje tal vez cliché; Los problemas traen madures. Al final nuestros problemáticos y extraños protagonistas madurarán y se unirán como familia.
Recomendada solo para pasar el rato.

Veamos, tenemos a Morrie (Matthew Perry), un profesor de instituto, casado con Betty (Lauren Graham), una pareja que llevan una vida más o menos ajustada en el tema económico (no así en el emocional, pues se les ve que están enamorados y aunque no entusiasmados van tirando en el tema laboral).
Por otra parte se nos muestra a los dos hermanos de Morrie, Jay e Ida (Ben Foster y Ginnifer Goodwin), los cuales fueron criados por este al fallecer su padre cuando eran niños en un extraño accidente casero y poco después también fallecer su madre debido a una enfermedad, resultando que Jay es un tipo excéntrico, ex-drogadicto que vive en la orilla de un riachuelo alimentándose de hierbas y que debido a un atropello que ha sufrido cuando se encontraba con la oreja pegada al suelo en una carretera (en todo momento se nos muestra como un personaje pelín ido de la cebolla, pero en plan tranquilo, vegetariano y buen rollo) es acogido por su hermano Morrie con un evidente amor de hermano mayor y un cierto recelo por parte de Betty, ya que el matrimonio vecino, Paul y Laura (Gary Wilmes e Hilary Swank), aparte de ser unos estirados, tienen la llave del ansiado ascenso en el trabajo de Morrie, ya que Paul es su jefe en el instituto y las excentricidades del convaleciente pueden echar al traste sus proyectos de futuro, recelo que aumenta de forma ostensible al sumarse a la convivencia, Ida, la cual es una fotógrafa aficionada que va dando tumbos de un lado a otro (tanto física como sentimentalmente).
Todo esto a modo de presentación durante los primeros minutos, a partir de aquí y como consecuencia de la convivencia de los tres hermanos bajo el mismo techo, a los cuales vamos conociendo a través de conversaciones y hechos que van salpicando la trama y de la difícil relación con su conocido de la infancia, estirado vecino y condescendiente jefe Paul y su esposa debido a determinados hechos del pasado, tenemos una comedia dramática independiente narrada en tono suave, tanto en los leves toques de humor (casi siempre a cargo del personaje interpretado por Hilary Swank) como en su intensidad dramática, que nos habla de el amor fraternal y de la fuerza con que este les une ante las adversidades.
En resumen, pasable en el mejor de los casos y/o medianamente interesante por aquello de lo resultón del casting y/o lo identificado que te veas con las situaciones y emociones de los personajes.