Queen y Slim: Los fugitivos

El guion de Lena Waithe y James Frey busca describir la complejidad de las relaciones raciales en los Estados Unidos, y sobre todo el abuso que ejercen ciertos policías sobre las personas de color. Y como se puede llegar a ser un símbolo a seguir. 

Queen & Slim es un thriller impactante, una huida de dos personas al estilo de Bonnie and Clyde protagonizada por Daniel Kaluuya y Jodie Turner-Smith, que después de un trágico percance con un policía, sus vidas darán un vuelco e intentaran salir del país de alguna manera,  tendrán que empezar a conocerse mejor y recorrerán de Ohio a Florida, a través de Nueva Orleans. Mientras son animadas y alentadas por personas negras que les apoyan y blancos simpatizantes.

Con un buen estilo visual y acompañado de una magnífica banda sonora, la película transcurre intensamente a través de esta América profunda.

Muy buenas las actuaciones de Turner-Smith y Kaluuya que desprenden carisma y química. Hace su debut cinematográfico, Melina Matsoukas (quien ha hecho innumerables video clips y alguna serie como "Lemonade" o "Master of none") dirigiendo con mucho estilo, abarcando temas muy interesantes en esta diversidad cultural. 

Un viaje por carretera provocativo, sutil y con muchas consecuencias, que nos hará disfrutar de principio a fin de una gran película.
Destino Arrakis.com

Melina Matsoukas hace su debut en el cine con Queen and Slim; la directora es conocida por sus trabajos en vídeos musicales como Formation de Beyonce, y al ver el filme y compararlo con ese videoclip notamos mucho el estilo de su directora; trayendo todo lo aprendido en mundo a la cinta.

Queen and Slim es un estudio de personajes de un hombre y una mujer que se irán conociendo mientras tratan de huir de la policía por un crimen que tuvieron que realizar, pero la cinta también habla sobre la cultura afroamericana cuyo relato está plagado de guiños de la cultura negra principalmente del sur de los Estados Unidos, y como estas personas viven al racismo y a su forma de pensar.

El Filme está hecho de un tipo de Road movie; lo que vamos viendo es como esta pareja de fugitivos interpretada por Daniel Kaluuya y Jodie Turner-Smith buscan huir y en su camino iremos conociendo a otros personajes que los tratan de ayudar a escapar; pero al mismo tiempo la historia nos irá contando en forma muy superficial lo que está ocurriendo en la sociedad luego de los hechos que realizaron ellos. Ese punto será un traspiés en la cinta porque se siente fuera de tono y de relleno, solo para hacer más grande la historia. Tal vez si solo lo hubieran mencionado o que quedará de forma omnisciente hubiera funcionado más en el mensaje que se quería comentar.

El arranque del filme es brillante y potente en todos los sentidos llevado a la actualidad: una cita de Tinder casual se precipita hacia una desesperada huida cuando un policía blanco convierte una simple amonestación de tráfico en un punto sin retorno en la vida de dos personas negras. Inspirada en sucesos reales, como el del año 2015 que acabó con la vida de Sandra Blast, y bebiendo de la épica de historia de Bonnie & Clyde donde también los dos forajidos acaban siendo un símbolo contra el sistema y son una voz para una sociedad que ya está harta de las injusticias, de los atropellos por parte de las personas con poder como es la policía. El filme no tapa nada su mensaje, lo hace directo y profundo.

La estética del filme es hermosa y muy bien cuidada los colores pasan de grises a tonos oscuros jugando con la desesperación de los protagonistas y como se van conociendo en ese viaje; un punto fuerte es su música que incluye a Lauryn Hill, Luther Vandross o Fela Kuti, dándole fuerza a las emociones que van viviendo los dos personajes.

El principal problema de la cinta es que se ha alarga demasiado, y tiene tomas de planos abiertos innecesarios que son hermosos pero no ayudan a nada en el relato y tiende aburrir por momentos. El filme se logra sostener por sus dos actores que poseen una química tremenda y logras comprender todo su viaje.

En Mula, la penúltima película de Clint Eastwood, un norteamericano al que la policía le efectúa un control de carretera repite medio muerto de miedo que esos 5 minutos son, estadísticamente hablando, los más peligrosos de su vida. Desconozco si los datos reales refrendan esa afirmación, pero está claro que hemos visto demasiadas veces en el telediario cómo en situaciones así ciudadanos afroamericanos han sido tiroteados, sin motivo aparente, por las fuerzas policiales.

Y no hablamos de los años 80, sino de la Norteamérica de ahora, de la de Trump y también de la de Obama, que cuesta creer que una sociedad con un Presidente afroamericano conviva con un racismo tan persistente, con una violencia policial tan presente como, en demasiadas ocasiones, impune.

Partiendo de una injusticia tan ostensible, la película opta por fabular con una especie de solución alternativa, en la que los ciudadanos afroamericanos no tienen más remedio que defenderse y es el policía quien fallece. Algo más que comprensible: "a ver si al menos en la ficción salimos mejor parados alguna vez".

Pero su desarrollo, aunque cinematográficamente resulta aceptable, con buenos intérpretes y con una buena realización, va bastante más allá y se convierte en un selfie o videoclip carente de contenido dramático, de denuncia social. El guión más bien parece el ángel de la guarda de los protagonistas, quien los protege de todo mal, tanto que casi nunca da la sensación de que estén en peligro, que en lugar de huir de una policía sedienta de venganza por haber matado a uno de los suyos viajan apaciblemente por todo el estado como si fueran a visitar a la familia por acción de gracias. Y además es un panfleto anti- blancos, ya que los pocos que asoman por la pantalla, especialmente los policías, caminan con alma de psicópata.

Hay muchas películas, como la reciente Cuestión de Justicia, o series como "El odio que das", que han denunciado acertadamente los prejuicios raciales, la discriminación racial, o el racismo puro y duro que padecen los afroamericanos, pero ésta no es más que una especie de estirado videoclip camuflado de drama que transita sin ningún rigor entre el victimismo y la justicia poética.

Debut como directora de Melina Matsoukas. Debo decir que el aspecto estético de la película está muy cuidado y, a la vez, reforzado por sus dos intérpretes, Daniel Kaluuya (que me parece un buen actor {Déjame Salir, Viudas, Black Panther... } al que le queda mucho que ofrecer) y Jodie Turner-Smith en lo que me parece su debut como actriz a la gran pantalla.

Gracias a un guión que, pese a sobrarle (en mi opinión) 10 min de metraje, es respaldado con mucha fuerza por nuestros dos colegas en ésta ópera prima de Matsoukas. No es una película brillante, pero pienso que es una buena cinta.

Y, no sólo ellos están bien dentro del relato, los secundarios (los cuales tienen su importancia y peso) están bien dibujados por su directora que, y esto ya es apunte personal, da la sensación de haber dado más importancia a su estética que a su contenido dramático, y eso, junto al metraje que pueda estar demás, es lo que no me ha gustado de Queen & Slim. Una película que creo debería haber durado hora y 50 min.

Aún y con esas aplaudo su dirección, su guión (con sus peros) y sus actuaciones, y su banda sonora, que me ha parecido acertada.

Road movie dramático/racial que merece la pena ver.

*La ópera prima de Melina Matsoukas

La película Queen & Slim es la ópera prima de la directora Melina Matsoukas, una mujer de ascendencia griega, judía, cubana y jamaicana. Hasta ahora había destacado como realizadora de vídeo clips, especializándose en grandes figuras femeninas de la música como Beyoncé, Christina Aguilera, Lady Gaga, Jennifer López, Rihanna, Kylie Minogue o Katy Perry, por citar algunas, obteniendo varios premios Grammy y de la MTV Video Music Awards.

Para su primera película, evitar caer en el tono videoclipero, aunque sí utiliza su capacidad visual para generar imágenes icónicas y muy atractivas que muchas veces están por encima de la historia que cuentan. Como primera obra cinematográfica, resulta un trabajo con muchos matices interesantes, pero también peca de algunos defectos de primeriza. En especial, sus 132 minutos se antojan como una duración excesiva que no queda justificada en el desarrollo de la historia, lo que lastra con reiteraciones innecesarias el segundo acto. Con 30 minutos menos, podríamos estar frente a un debut absolutamente brillante.

*Una road movie a ritmo de soul y con alma de blues

Queen & Slim tiene un inicio magnífico. Tanto la presentación de la pareja protagonista, unos fantásticos Daniel Kaluuya y Jodie Turner-Smith, como el inicio del conflicto, son elementos suficientemente poderosos para que nos embarquemos en una road movie a ritmo de soul y con alma de blues.

La música es fundamental en la película. No solo la banda sonora que acompaña la aventura de estos Bonnie y Clyde del Black Power, si no que también aparecen algunos músicos interpretando pequeños papeles como actores. Es el caso del cantante country Sturgill Simpson, el cantante de soul J’Dvonte o el bajista de los Red Hot Chilli Peppers, Flea, entre otros.

No son las únicas apariciones curiosas que hay en Queen & Slim. El fuerte componente reivindicativo de la historia hace que aparezca la actriz Indya Moore, activista por los derechos de las personas trans, o Kenneth Kynt Bryan, conocida drag queen o, la aparición más curiosa de todas, la de Divine Prince Ty Emmecca, un auténtico sacerdote y practicante de vudú de Nueva Orleans. Todo eso podría formar parte del anecdotario de la película, pero son detalles que tienen mucho más sentido de lo que parece si analizamos un poco el sentir que desprende la ficción propuesta por Matsoukas.

*Un film manifiesto contra el racismo

Es fácil ahondar en la visión del film como un manifiesto de protesta. En los créditos converge toda una comunidad de personas que buscan reivindicar sus derechos civiles a través de la ficción. Queen & Slim es una película escrita por Lena Waithe (Master of None), primera mujer negra en ganar el Premio Primetime Emmy. Ella es también miembro activa del movimiento LGBTQIA, así como de la búsqueda de la mejor integración de los afroamericanos dentro de la industria del cine hollywoodiense. El guion se basa en una historia de la propia Waithe junto a James Frey (Soy el número cuatro), un exitoso y controvertido escritor de Cleveland que tiene especial atención por el mundo transmedia enfocado al público joven.

Tampoco es casualidad que Frey sea de Cleveland y que la acción de la película comience precisamente allí. En esa ciudad, el 22 de noviembre de 2014, un chico afroamericano de 12 años llamado Tamir Rice fue tiroteado mientras jugaba con una pistola de juguete por un agente de policía. Cleveland también es el símbolo de la huida de esclavos, siendo una de las últimas paradas del Ferrocarril Subterráneo, una red clandestina organizada en el siglo XIX que sirvió para ayudar a los esclavos afroamericanos a escapar de las plantaciones del sur de Estados Unidos hacia Canadá. La película Queen & Slim quiere servir como homenaje y metáfora de esa huida de los esclavos en el presente.

*Una estética que la hace atemporal

La película tiene un aspecto atemporal consciente. Aunque hay elementos que nos dicen que sucede en la actualidad (la música, el empleo de móviles, etc.), a veces por su estética nos transporta a tiempos pasados. Es algo buscado para mostrar lo poco que han cambiado las cosas respecto al racismo y al trato que reciben los afroamericanos por parte de algunos estamentos de los Estados Unidos. Vuelvo a insistir en la teoría de que la película es una reivindicación y un grito de protesta que va más allá del drama romántico o de su trama criminal.

*Conclusión

Queen & Slim es un interesante drama criminal en formato de road movie. Va más allá de una simple versión actualizada con los Bonnie y Clyde del Black Power, ya que se la podría considerar como una película manifiesto que busca poner en relieve el abuso policial sobre el colectivo afroamericano en Norteamérica.

Con un inicio contundente, es una propuesta visualmente potente que tiene una selección musical muy cuidada. Los dos protagonistas, Daniel Kaluuya y Jodie Turner-Smith, están fantásticos. La actriz desprende una sensualidad arrebatadora. Ambos aportan su carisma a unos personajes que se desdibujan un poco en el texto del segundo acto, pero que mantienen siempre su simbolismo icónico impregnado por un romanticismo pesimista.

La ópera prima de Melina Matsoukas es épica y rabiosa. Tiene fallos. Le sobra metraje y posiblemente sea demasiado discursiva, pero aún así tiene suficientes elementos que la convierten en un debut prometedor y con mucha más profundidad de lo que aparenta su trama.

Escrito por Daniel Farriol