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Aniki-Bóbó

Drama La película sigue a unos niños por las calles de Oporto, donde el grito de guerra es "Aniki-Bóbó!". El jefe del grupo, Eduardinho lucha con otro niño, Carlitos, por ganarse la amistad de Terezinha, la única niña del grupo. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
13 de febrero de 2011
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Limpiar la conciencia y al frasco, carrasco. Antes que “El limpiabotas” y que alguien hiciese neorrealismo el dinosaurio estaba allí… ¡Manoel de Oliveira lo hizo! De acuerdo, “Aniki-Bóbó” es muy previsible pero tiene momentos. El tren, el accidente y el grito de la niña inicial son algunos ejemplos. Teresinha puede presagiar lo peor, pero llegan las nubes y Oliveira llega al cielo… al menos, a mi cielo.

¡Atención! Hay violencia infantil y pique de niños por una hembra y la cosa se sabe y se ve que va acabar mal, muy mal. Carlitos roba y todo. La secuencia romántica con caída de tejado sin sorpresas anuncia que por el amor de esa chica va a ocurrir algo demasiado malo y esta vez no es la película en sí.
Tiene muchas lagunas de guión: los niños dejan tirado a su amigo y acusan a otro de haberle tirado (valga la redundancia), aunque tiene detalles interesantes como esa persecución de niños jugando a los policías y ladrones… Pero otros efectos de remarcada alegoría como la cometa rota y otros más barriobajeros en los instantes más melodramáticos…
Hay ciertas ventiscas cómicas como ver a un niño que desea fugarse en un barco porque le persigue la ley… Aprenden rápido, aunque tal vez, como Casandra y su síndrome, ha visto la futura filmografía del dinosaurio portugués.
Maldito Bastardo
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21 de enero de 2011
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
A día de hoy es el mejor film de Manoel de Oliveira que he visto. En muchos aspectos se anticipa a lo que será el neorrealismo italiano -aunque sin llegar a las cotas alcanzadas por los cineastas italianos-, utiliza actores no profesionales, retrata la situación de los desfavorecidos, prácticamente toda la película está rodada en exteriores y aderezada con juegos infantiles nada inocentes. Aunque parece ser que el propio Oliveira niega tajantemente ser un precursor del neorrealismo.

La película nos narra las andanzas de un grupo de niños pobres que alternan su asistencia a la escuela con los juegos infantiles. Dos chicos de la pandilla entran en conflicto porque están enamorados de Teresinha... Con esta premisa Oliveira nos muestra que las pasiones infantiles no difieren mucho de las de los adultos: el amor, los celos, la amistad, etc.
Los personajes son casi todos clichés: El empollón repelente, el abusón, el profesor cascarrabias, el amigo debilucho pero de gran corazón y la chica guapa de la que todos están enamorados...
El actor que mejor está para mi gusto es el niño protagonista, con unos ojos muy expresivos y que consigue -al menos en mi caso- que nos sintamos identificados con él y con su causa.

Obra interesante, se deja ver muy bien y no aburre en ningún momento, los amantes del cine neorrealista verán una curiosidad histórica (que no una obra maestra) y los amantes del cine luso y del cine de Oliveira se congratularán de contar con un antecedente del neorrealismo con bandera portuguesa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Adriágoras
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20 de diciembre de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basado en el relato ‘Os Meninos Milionários‘ de João Rodrigues de Freitas nos hallamos ante el primer trabajo, más allá de la anterior realización de un par de cortometrajes, del longevo director Manoel de Oliveira, el que fuera uno de los autores más importantes de la industria cinematográfica portuguesa.

La cinta narra las aventuras y devaneos de un grupo de niños de baja condición social en la portuaria ciudad de Oporto, una muestra que nos traslada a la Portugal de los años 40, en tiempo de la II Guerra Mundial y apogeo del régimen fascista de Salazar. Aniki-Bóbó no es más, ni menos, que el grito de guerra entonado por la camarilla de zagales antes de poner en marcha sus travesuras, unos episodios infantiles cargados de alegría, inocencia y nostalgia. Será en este escenario y con un tono casi documental, donde vivamos el enfrentamiento de dos muchachos, Carlitos (Horácio Silva) y Eduardinho (António Santos), ambos enamorados de Teresinha (Fernanda Matos) entre los que se despertarán por primera vez sentimientos como el amor, la amistad y los celos.

La primera escena de la película sirve como fatal presagio de lo que vendrá a ocurrir en el desenlace de la trama. En ella vemos como uno de los niños se precipita por un barranco hacia las vías del tren ante la mirada atónita de sus compañeros y el grito de una niña. De Oliveira jugará con la sensación de peligro a lo largo del metraje, haciendo poseedor de una gran tensión al espectador; así como también trasladará al joven protagonista una percepción de culpabilidad por sus actos propia de una edad más adulta.

En la personalidad de los muchachos se encuentra un amalgama de clichés fácilmente identificables para el espectador: Carlitos (protagonista) bondadoso y entrañable, dispuesto a seguir por el buen camino aunque sus sentimientos a veces le tienten a hacer trampas; Batatinhas su fiel amigo, simpático, bajito, algo torpe pero afectuoso; Eduardinho (antagonista) altanero, provocador y cabecilla de la banda; y Teresinha, la guapa, inocente y risueña chica que les enamora. Todos ellos interpretados magníficamente por actores no profesionales.

El estilo realista del film, además de ciertas características como la mencionada no profesionalidad de los intérpretes, le ha servido para ser considerado por numerosos críticos como posible precursor del neorrealismo italiano iniciado años después, referencia directa que fue negada al parecer por Manoel de Oliveira.

En general, una gran película, de las mejores del director luso, que encuentra en su sencillez y en una narración simple y directa sus mayores virtudes. Un relato sentimental con escenas particularmente interesantes (como la persecución que se produce entre los niños al jugar a policías y ladrones), un singular juego de perspectivas en los enfoques de la deseada muñeca pretendida por Carlitos para conquistar a su querida Teresinha, y una cercanía al realismo poético capaz de encandilar al espectador.

Blog -> lacintablanca.com
Fleming22
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26 de octubre de 2022
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La maqueta del neorrealismo

Un cine de altísima clase nos muestra las dificultades que vive un grupo de niños y sus experiencias vitales en temas universales como el bien y el mal, la verdad y la mentira, la moral e incluso el primer amor. Todo pasado por una visión única de la primera sección de Porto, Portugal; el cine le sale al director hasta por las orejas. Con toda naturalidad, encuadra el drama y los motivos que de la pantalla pasan a quedarse en la memoria del público sin ningún esfuerzo. Aquí hay más iconos que en los conventos. Alguien debería rescatar y reeditar el rollo original de 102 minutos.

Someone must recover the 102 min. Director's cut original.
Lisa
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