Haz click aquí para copiar la URL

Las vueltas del destino

Drama Los Weston viven en una gran mansión en las afueras de Pawhuska, en Oklahoma. La desaparición del padre en extrañas circunstancias hace que la familia se reúna y que todas sus miserias salgan a la luz. Adaptación al cine de la obra de teatro homónima ganadora de un Tony, que a su vez adapta una novela ganadora del Premio Pulitzer en 2008. (FILMAFFINITY)
1 2 3 4 10 20 27 >>
Críticas 132
Críticas ordenadas por utilidad
10 de enero de 2014
113 de 126 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace no mucho leí a alguien (como siempre, no recuerdo quién) que decía que la familia es esa institución social de la que siempre estamos preconizando su defunción y que en cambio nunca termina de morir. Como si estuviera hecha a prueba de bombas. En August. Osage County, adaptación de la obra homónima del dramaturgo, guionista (adapta su propia pieza teatral) y actor Tracy Letts, se narra la descomposición de una familia que se encuentra bajo el yugo de una matriarca gravemente enferma de cáncer (una Meryl Streep a ratos alucinada y alucinógena, y casi siempre demoledora) que ha hecho del ataque a sus seres queridos su única forma de vida. Ahora, que la muerte golpea a su puerta.

Cuanto más decimos que la familia está al borde del colapso más, en realidad, se fortalecen sus lazos. Hay más interdependencia (emocional, no estoy hablando de cuestiones económicas) entre nuestros padres y nosotros que la que hay entre ellos y nuestros abuelos, y seguramente menos de la que habrá entre nosotros y nuestros hijos (si es que algún día esta generación alcanza la suficiente estabilidad económica para tenerlos). Esta cuestión la toca de pasada August durante la fabulosa secuencia de la cena familiar. Ante las quejas de sus hijas por el trato que les dispensó su madre durante su infancia esta responde hablando de la suya, de la terrible relación con su madre, ya no de la frialdad de su relación, sino directamente de la agresividad que la presidía. Más adelante, el personaje de Meryl Streep les dice a sus tres hijas, lacónicamente, que quizás eso es lo que ha heredado de su madre. Esa maldición/necesidad de devorar a sus crías. Y quizás su hija mayor (Julia Roberts, fantástica, en uno de los mejores trabajos de su carrera) lo haya heredado también. Quizás toda esa fuerza volcánica, ese odio, ese rencor, es una maldición familiar que corre por los genes y se traspasa de generación en generación, creando madres que de tanto amar a sus hijos los asfixian en sus ansias de control.

Esta película dirigida por John Wells, sin mucha personalidad pero con solvencia, es por lo tanto una gran reflexión sobre la familia como estado de sitio, como cárcel de la que no es posible escapar. En esta película no hay mucho sitio para la esperanza, la familia es una condena a cadena perpetua. Cuando la hija del medio (Julianne Nicholson, la más contenida y aún así la que más desgarra de todo el reparto) dice que la familia no es más que un grupo de personas unidas por estrictos lazos biológicos se equivoca al restarle importancia a ese hecho. Letts acaba demostrándonos que la unión genética viene acompañada de algo más, algo que quizás no sea producto ni de la convivencia ni del cariño, algo espeso que se mueve por las entrañas impregnándolo todo. No hay posibilidad de escapar de la familia, porque la familia está dentro de ti desde que naces.

Si August no duele es porque no persigue que nos encariñemos a sus personajes. Es una historia tan agria, que se mueve por lugares tan oscuros, que hace difícil amar a unos personajes llenos de miseria. No tengo muy claro si esa decisión es un acierto o un error, sólo sé que la película funciona, a pesar de que su clímax, la cena familiar de 20 minutos, esté situada en medio del metraje, condenando al film a deslizarse lentamente cuesta abajo durante los 40 minutos restantes, aun habiendo en ellos varios picos de cruda tensión. Si la primera parte es una comedia negra, tras la cena (o más bien en el transcurso de la misma) la historia torna en un drama familiar que quizás carga demasiado las tintas en alguno de los temas que expone. Si la primera parte es de Meryl Streep, la segunda lo es de Julia Roberts, lo cual no justifica una secuencia final diferente a la de la obra de teatro que no aporta absolutamente nada a una historia que de tanto desgañitarse termina con la voz rota.
odaesu
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
11 de enero de 2014
103 de 168 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando Meryl Streep subió a recoger su tercer Oscar (por una película tan floja como "La dama de hierro"), dijo algo así como "entiendo perfectamente que no volveré a subir aquí". Bueno, parece que se ha olvidado de aquello porque la tía sigue insistiendo en recibir premios hasta que se muera. Yo lo siento, pero aunque me parece una magnífica actriz (sobre todo antes de volverse loca por perseguir estos galardones), y aunque tenga ya tres Oscar y ¡17! nominaciones (y esperad a ver si no recibe otra...), en "Agosto" está insoportable durante la mayor parte del metraje. La primera hora de la película es una (mala) suerte de revisitación de "Celebration" (Thomas Vinterberg, 1998) en la que una familia rota se reune cuando uno de sus miembros desaparece. Pese a que algún dialogo es ingenioso, y algunos actores estén más que sólidos (Roberts sorprende), Meryl está ahí para chupar cámara y llorar, poner muecas, y cargárselo todo con su presencia.

Porque Meryl, que insisto, es (muy) buena actriz cuando la controlan, puede ser de las peores cuando no le ponen la correa. Ejemplo al azar: los primeros tres minutos de película, donde interpreta a una mujer enferma, hasta las cejas de pastillas. Vamos, que su rol es algo así como una drogadicta 'borracha'. La cámara se le pega a la cara (como en el 80% del film) y da un recital de cómo no deben hacerse las cosas. ¿Jack Nicholson en El Resplandor? Bendita contención, señores, en comparación. Hay secuencias donde está mucho más calmada y da gusto verla (cuando habla con sus tres hijas) pero en la parte de la cena, en la que su única función es soltar frases en forma de puñal para hacer avanzar la narración, no hay Dios quien la aguante.

Dicho todo lo anterior, y perdónenme Dioses de La Interpretación Suprema y Amantes del Cine De Incuestionable Valor Académico, creo que "Agosto" es una película estimable que recoge la tradición de los melodramas familiares y lo lleva por un buen camino en cierta parte del tiempo, hasta que se olvida de lo que quiere contar y empieza a meter subtramas para animar un poco las situaciones. No le pongo pegas al guión en global porque va a lo que va, pero sus trucos son evidentes y crea una distancia dramática que implica que cualquier cosa puede pasar en favor del espectáculo circense. Por citar un ejemplo de película que hace algo similar, pero bien, estaría "Septiembre" de Woody Allen. Y no quiero irme a Bergman porque entonces el pobre John Wells iba a acabar mal, y tampoco es su culpa (en solitario) que esto no se venga arriba.

Con una Meryl Streep más controlada y algunos arreglos en el guión (personajes desdibujados, por ejemplo), podríamos hablar de una película más sólida. Pero yo lo siento, la señora tengo-tres-Oscar, fuera de sí, puede arrasar con todo como un Sharknado por Twitter. En resumen: "Agosto" no es mala, pero tampoco es tan buena como podría haberlo sido. Ni tan aguda, chispeante, o satírica como pretende con un guión plagado de microhistorias con ambición de levantar ampollas.
Caith_Sith
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
15 de febrero de 2014
38 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vejez no perdona y la edad no es nada complaciente con nadie – y la familia es un caldo de cultivo propicio de lo mejor y peor de cada casa. Cumplir años nos hace dejarnos llevar por el mal humor, la amargura vitriólica que se ha ido emponzoñando con el paso del tiempo y a la que damos rienda suelta, ya para lo que nos queda, de perdidos al río. Y nada es tan egoísta, desagradecido, ingrato y atroz que las reuniones familiares cuando los secretos largamente entumecidos o enterrados pugnan por desbaratar el poco equilibrio o placidez que parecía quedar…

La potente y exitosa obra teatral original se explayaba durante casi cuatro horas (creo recordar) y nos evocaba ecos y aromas del Tennessee Williams faltón, procaz y malnacido. Y si bien esta adaptación se ha condensado a la mitad, conserva intactas la mala baba paterno-filial, la entrañable crueldad familiar, el adorable enfrentamiento entre las hermanas de sangre, los callados subterfugios para ocultar los amoríos, enamoramientos, acoplamientos, adulterios y permutas varias – y sus no siempre adorables consecuencias. Esas ganas de escapar, de huir, de marcharse, de esconderse, de abandonar que nos invaden cuando ya no podemos más, la brutal, lacerante e implacable realidad de que los hombres suelen dejar a sus mujeres cuarentonas por buenas mozas veinteañeras, como si lo construido en común no tuviera relevancia, ni peso, ni fuerza, ni densidad. ¡Ay!

Si nos gustan los dramones familiares, sofocantes de calor, sudor, sufrimiento y desconsuelo, habremos dado con una película que si bien muestra una torpe y anodina dirección, sin creatividad ni sorpresas, permite disfrutar del texto gracias a unos actores siempre intensos, siempre precisos, siempre inapelables. Sobre todo destacaría tanto a una felizmente recuperada Julia Roberts (hermosa, vibrante, adorablemente amargada), como a un intenso y veraz Chris Cooper (que tiene alguna de las mejores pláticas de toda la obra). Y Meryl Streep, aunque esté pasada de vueltas, siempre es un placer contemplarla en su insaciable capacidad de protagonismo.

Intensa muestra de cine adulto, que se degusta como las películas de antaño donde la palabra señoreaba con delectación. Ofrece lo que promete.
antonalva
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
11 de enero de 2014
37 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Duele y golpea bajo. Desde sus representaciones teatrales, a su momento de gloria en la gran pantalla, el libreto de Tracy Letts escuece como sal en las heridas del alma. La historia que esta autora desarrolla en "Agosto", es la de los avatares del destino más cruel conjugadas en la familiaridad del reconocimiento que establece un vínculo angustioso entre el espectador y el relato. Por cada diálogo, hay una palabra que alguno ha escuchado o pronunciado alguna vez; una idea ya expresada en nuestra vida; una sensación desoladora de dèjá vu que nos transforma en testigos de nuestro propio infierno. Todo llevado al extremo satírico y aberrante que exigen las tablas del escenario teatral, y que a través del proyector, puede saturar a algún que otro espectador convirtiendo el drama en histriónico homenaje al fracaso, pero que a un servidor, personalmente, ha dejado encogido en la butaca, debatiéndose entre el odio a la condición humana o a sí mismo.

John Wells, director de la estimable, y en mi opinión poco valorada, "The Company Men", respeta el legado teatral de la obra, y lo transporta a la gran pantalla con oficio y gran dominio de los mecanismos dramáticos del séptimo arte, dejando a sus actores hablar por él, sin tratar de imponer su estilo al relato, que presenta de manera tan desnuda. Su mérito reside en situar la historia en el contexto adecuado, y una vez desarrollado el catalizador de la trama, dejarla avanzar a través de la palabra y la labor del actor. Porque "Agosto" esconde un trabajo actoral notable, y que probablemente quede sepultado bajo las loas a las dos grandes figuras del reparto, unas grandes Streep y Roberts, que gracias a pequeños destellos de sobreactuación, convierten a sus personajes en blanco de las iras del espectador; mientras el resto del reparto da la réplica de manera grandiosa. Porque por encima de esas dos grandes divas del séptimo arte, esta un elenco de secundarios espectacular comandados por unos soberbios Chris Cooper y Margo Martindale.

Con todos ellos desplegados sobre el papel, Letts destroza la gran familia americana, presa de sus trampas morales y de su estilo de vida cimentado sobre débiles pilares éticos, destruyendo el concepto fraternal del amor, y devolviéndoselo al espectador en forma de ácido sarcasmo que cuesta digerir. Sin duda, "Agosto" dolerá a más de uno, incapaz de entonar el mea culpa ante un retrato espinado sobre las complicadas relaciones familiares y su constante asomo al vacío del fracaso.
EuTheRocker
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
18 de marzo de 2014
49 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿De que sirve reunir tantos grandes nombre de la interpretación si después los pongo a trabajar de utileros en la filmación? Algo parecido ocurre con "Agosto". De la misma forma que una película en 3d y con mucha acción y un final explosivo, impide a veces darse cuenta de que uno asistió a un vacío total, en esta película son las actuaciones y los momentos dramáticos los que hacen pensar que es buena. Y el problema es que la película no lleva a ningún lado. Son simplemente un par de cosas que van sucediendo sin ton ni son. ¿Drama? Yo solamente sentía repulsión por ver un grupo de gente desgraciada y fracasada decir cosas desgraciadas y fracasadas y no poder salir de su idiotez. Pero lo peor de todo es que de eso podría tratarse la película, sin embargo no, no se trata de eso ni de nada, no hay un punto de vista concreto ni un intento de mensaje, entonces me aburro. No voy a soportar un dramón, a veces triste como enfermedades o muerte y otras veces idiota como culebrón, para que solamente me den eso y no me den algo más, una mirada. Aunque no esté de acuerdo después, pero me de su mirada.

En fin, no entro en detalles como la dirección genérica y la supuesta "comedia" absurda. Dos puntos para Meryl Streep, que aunque muchos no la soporten o digan que es exagerada o cosas así, para mi sigue siendo grosa. Y uno para repartir entre los demás que hacen un trabajo correcto.
Nico
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 10 20 27 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow