Deal

Es una producción del 2008, de estilo ochentero, amparado por un Burt Reynolds mayor, pero de semblante muy juvenil. El veterano actor no se resignaba a abandonar aquel aspecto que lo llevó a convertirse, cuarenta años atrás, en un actor de poderoso y masculino imán.
La película entretiene, no aporta nada más allá de un coktail de ingredientes básicos, muy conocidos, que siempre funcionan.
No esperaba más, y tal vez por ello, no lo eché en falta.

Un 5

Como veo que esta película no ha despertado gran interés entre los usuarios (por no decir ninguno), he decidido hacerle un pequeño comentario que espero que os sea de utilidad. Es una auténtica pena ver el estado en el que se encuentra un antaño grande de las pantallas de cine, ese gigantón, chulo y mujeriego Burt Reynolds, que personificaba al macho americano y que se ha dedicado últimamente a vivir de los despojos que le van ofreciendo, como puede considerarse este caso, y a desfigurar su antaño atractivo rostro con miles de operaciones de estética. La apatía que desprende este actor en esta película no sé si es por el carácter de su personaje en sí o por la tristeza y dejadez personal del actor. Aún así, Reynolds todavía conserva su presencia en pantalla y su actuación no está mal. Le acompaña aquí otra cara nueva del panorama cinematográfico actual, un Bret Harrison que deja un buen sabor de boca, aunque su personaje, como la película, no sea para tirar cohetes. Se ve que el presupuesto con el que contaron era ínfimo y su formato televisivo no se puede negar. La película es muy flojita, a pesar de contar con una serie de secundarios totalmente desaprovechados como son Charles Durning, quién aparece 5 minutos, y la gran Jennifer Tilly, una actriz que merece mucho más que ésto. La chica de la peli es Shannon Elizabeth, actriz muy limitada que poco puede hacer aquí. Película simplemente para ver tranquilita en casa, con una pizza y una coca cola (no me gusta la cerveza) y poco más.

Y si te gusta el poker, a ratos también aburre.

Nos encontramos delante de una película con muchos tópicos (aunque eso es normal hoy en día, no viene de ahí el 3), donde se nos quiere mostrar el funcionamiento del poker a nivel profesional.

Creo que se queda en un intento. No hay partidas lo suficiente buenas como ocurre en otras películas, y la historia no me acaba de convencer.

De todas manera, si eres un auténtico "enganchado" al poker, te gustará, sino, la tendrás como otra más de esas películas deportivas comerciales.

Me quedo con la gran ROUNDERS, con Steve McQuenn en Cincinatti Kid, con Stallone y compañía en Shade...

Me parece un poco injusto que Burt Reynolds fuese nominado a los Premios Razzie; cierto que nunca fue un actor expresivo, pero hace once años su magnífica operación estética le había dejado sin aparente movimiento facial; por lo que su aspecto era el más indicado para una película que trata el tema del poker. Parece que me apoyo en la ironía, prometo que no es así, verdaderamente lo pienso.

La película resulta entretenida, carente de sorpresas, por supuesto... pero con una ejecución transparente y un Charles Durning con ese aire de inocencia, tan necesario para el papel.

Se apoya en algunos estereotipos, y actuaciones arquetípicas; con un final predecible desde el comienzo, aunque en este caso, es el trayecto lo que nos ¿Seduce?

Su banda sonora nos retrotrae a los años 70, complemento eficaz a la historia.

Simple, sencilla, humilde, Ángeles caídos nunca se desplaza de su propia linealidad. Alumno contra Maestro en un duelo de poker que puede interesar como también ser tomado con indiferencia, y no es para menos, hablamos de un juego muy específico y cabe pensar que el director lo tomó de la misma manera, pero con mucho amor. Con tanto amor que hasta subordina las posibles historias que arma alrededor de la principal y las soluciona con un gesto o dos palabras: tal el caso del padre del jóven, tal el caso de la mujer del maestro, tal el caso de...la chica del jóven.
Y cuando parecía que todo iba sobre las ruedas conocidas...un final inesperado que da lugar a...un doble final inesperado. Allí la peli gana un puntillo y deja ver que tenía un as bajo la manga.