En esta época de desenfreno audiovisual y devoración masiva de series, una nueva producción se ha alzado con el título de mejor serie de la historia, título en mi opinión, seriamente discutible, como lo han sido todas las series que en su momento se alzaron con ese título; por cierto, algo pretencioso.

HBO ha encontrado en esta serie lo que encontró con otras como "Juego de Tronos", un producto que la gente quiere seguir viendo y del que alaba sus virtudes técnicas y narrativas.

"The Last of Us" es la única serie que en estos últimos años he seguido capítulo a capítulo según los iban lanzando en la plataforma, y he de decir que al final la acabé más por inercia de querer saber que les pasaba a los protagonistas que por enganche.

Hay que reconocer que el "Episodio Piloto" es una gran carta de presentación para querer seguir viendo la serie, puesto que plantea cosas interesantes que hacen que te preguntes por ellas, además de tener una primera parte del capítulo muy bien rodada y que te mete de lleno dentro de la historia.

Luego, a partir de ese momento, la serie va bajando en cuanto a calidad e interés narrativo, dado que los elementos que se presentan al principio, dejan de ser desarrollados para ir contando historias secundarias que si bien te mantienen enganchado, no son lo suficientemente atractivas en mi opinión para acabar de hilar la historia principal.

"The Last of Us" es una serie que amaga con dar una serie de cosas y al final da todo lo contrario, y ese creo que es su principal fallo.

Se pierde en demasiados momentos dramáticos de los personajes en el juego, y deja de lado el tema de los infectados, los cuales se ven a cuentagotas durante la serie.

¿Dónde quedan los infectados?
¿Dónde queda FEDRA?
¿Dónde quedan Los Luciérnagas?

Todos esos elementos se ven reducidos en interés para mostrar otros no tan importantes.

No pretendía verme con esta serie algo como "The Walking Dead", pero sí que esperaba algo más de acción y ver infectados, que al fin y al cabo es lo que está vendiendo.

Ya han dicho que en la segunda temporada probablemente se centren más en escenas de infectados, espero que no dé la vuelta y ahora se pongan a estar disparando todo el rato sin momentos dramáticos.

En el equilibrio de ambos momentos, de acción y dramáticos, está el lograr una serie notable.

Cuando te pierdas en la oscuridad cinéfila actual, no esperes que una plataforma mainstream vaya a iluminarte el camino.

Hola, soy el que escribió y dirigió este cortometraje allá por 2012 y voy a hacerme autocrítica y a explicar lo que me llevó a hacer este trabajo audiovisual.

El cortometraje es mejorable en algunos aspectos técnicos, y la historia no es que sea la más novedosa del mundo, pero también hay que tener en cuenta que es un debut y está grabado en 6 horas.

Personalmente considero que consigue enganchar lo suficiente como para querer saber que pasará después, en parte por lo onírico de la narración audiovisual y en parte por la actuación, lo que sostiene la atención del espectador en el cortometraje, más teniendo en cuenta que es un trabajo prácticamente mudo.

Sinceramente, yo lo calificaría con un 6 o 7, puesto que creo que es un trabajo interesante, pero teniendo en cuenta que quizás no vuelva a realizar un cortometraje más (aunque lucho para poder hacerlo profesionalmente) pues decidí hincharme un poco la nota (y el ego) y calificarlo con un 8.

En spoiler desarrollo lo que quiero contar con este cortometraje.

Corría el año 1979 cuando la banda británica Pink Floyd lanzó su álbum "The Wall", uno de los dos discos más reconocidos de la banda junto a "The Dark Side of the Moon" en 1973.

A diferencia de otros trabajos de Pink Floyd, "The Wall" fue escrito y compuesto íntegramente por Roger Waters, uno de los miembros del grupo, algo a tener muy en cuenta para el devenir de los hechos futuros de la banda, ya que después de la disolución de esta, Roger Waters y el resto de los miembros originales que aún vivían, (David Gilmour, Nick Mason, Richard Wright) se disputaron los derechos de la banda y su obra.

Al final, después de muchos litigios, se consideró que los derechos de "The Wall" pertenecían a Roger Waters, por lo que se llevó la exclusividad de poder hacer lo que quisiera con ellos, lo que hace que a día de hoy los miembros restantes de la banda Pink Floyd no puedan tocar las canciones de "The Wall".

Y aquí viene la grabación del concierto que nos trae esta crítica, después de haber tenido una grabación en 1990 del directo de "The Wall" en Berlín, Roger decidió hacer una nueva 20 años después utilizando mejores técnicas audiovisuales.

El concierto, con momentos entre canciones en los que hay entrevistas, es el disco de "The Wall" de principio a fin, sin ningún otro tema de discos distintos, llevando una vistosa escenografía en la que el escenario se va llenando de ladrillos mientras avanzan los temas, ladrillos que son pantallas independientes que uniéndose entre sí van proyectando imágenes que acompañan la temática de las canciones hasta quedar el escenario completamente amurallado, haciendo una metáfora del nombre del disco.

Para todo aquel que haya escuchado Pink Floyd, este concierto es indispensable, porque elevará la experiencia de escuchar el disco a otros niveles y porque es sin duda el mejor espectáculo de su música capturado en vivo.

Para aquellos que lograron verlo en directo en la gira, será un recuerdo para que la mente nunca olvide aquel espectacular show que un día tuvieron la suerte de vivir.

Pero si nunca te has acercado a la música de Pink Floyd, puede que te cueste entrar en la atmósfera del concierto, dado que aunque visualmente es muy atractivo, su música requiere de algo más que el sentido de la vista y el oído para disfrutarla.

Recomiendo como escucha obligada a todos aquellos que no se hayan acercado todavía a Pink Floyd, el descubrimiento en una noche tranquila, de "The Dark Side of the Moon" y "The Wall", como discos imprescindibles que deben escucharse alguna vez en la vida, y luego, si la experiencia ha sido grata, disponerse a entrar en una dimensión más visual al ver este espectáculo.

Tuve la suerte de ver este show en directo, concretamente en 2010 en Montjuic, Barcelona, y después de haberme pasado buena parte de mi vida yendo a conciertos y festivales, siempre que tengo que decir cual fue el mejor al que he ido, acabo poniendo a este por encima de los demás.

El espectáculo debe continuar.

En el año 1997 el mundo vio el nacimiento de "The fat of the land" uno de los considerados discos míticos de la década de los 90, el tercer álbum de The Prodigy, cuatro chicos de Essex (Reino Unido) que desafiaron los cánones interpuestos mezclando en su música elementos de la electrónica (que en sus principios era estilo jungle) con rock, punk, rap, techno y diversos estilos musicales, logrando un sonido que aún sigue teniendo vigencia.

Dejando atrás la opinión subjetiva de cada persona de que "Smack my bitch up" sea un buen tema o no, lo que nadie puede negar es que el videoclip es probablemente uno de los mejores trabajos audiovisuales que se han realizado en este campo, debido a varios factores, pero el principal es que todavía hoy, si no lo has visto, te va a resultar sorprendente e incluso puede que transgresor.

El videoclip, mostrado totalmente en plano subjetivo a través de una visión protagónica, es un recorrido por la noche y los desfases de Londres a los que se somete su personaje, dejando grabados en la retina del espectador grandes momentos difíciles de olvidar, entre muchos ellos su final.

En plena época de la explosión videoclipera de MTV, este fue uno de los videoclips que más éxito tuvo, y eso es algo muy a considerar teniendo en cuenta que fue censurado por la cadena musical debido a su alto contenido explícito, es más, actualmente no lo encontrarás en Youtube, así que tendrás que ir a Vimeo si quieres ver su contenido.

Llevaba tiempo viendo que Filmaffinity estaba colgando fichas de videoclips en su base de datos, y ciertamente estaba esperando a que metieran este, porque como trabajo audiovisual es muy difícil de superar.

Como dato curioso, Liam Howlett, uno de los miembros del grupo, quería un videoclip que dejara marcada a la gente que lo viera, creo que consiguió con creces su propósito, y más adelante en el tiempo, cuando sacaron su siguiente disco "Always outnumbered, never outgunned" en 2004, quería repetir la formula de un videoclip que rompiera con todo como hizo "Smack my bitch up" en 1997, esta vez con el tema Hotride, bombazo electro-rock interpretado por Juliette Lewis, pues bien, se rodó un videoclip que no llegó a ser oficial porque a la banda no le parecía lo suficientemente transgresor.

Por último, dejaré una pregunta acerca de los videoclips y sus votaciones:
¿Se está calificando el tema musical o el trabajo audiovisual?

Porque ciertamente veo auténticos temazos que tienen un videoclip normalito que acaban estando bastante hinchados debido a la calidad musical de la canción, y temás más normales que tienen un buen videoclip y no llegan a mucho debido a que no fueron especialmente radiados.

Por eso creo que la conjunción perfecta bien podría ser este videoclip, porque logran un gran trabajo audiovisual muy bien compenetrado con el tema musical, haciendo de ambos, canción y videoclip, algo difícil de olvidar.

Vaya por delante que soy admirador del cine de Alfred Hitchcock, y aunque no me haya visto todas sus películas porque es prácticamente imposible, sí que me he acercado constantemente a su obra cinematográfica.

Como por todos es sabido, es un director capaz de crear intriga y mantenerte enganchado a la pantalla con la obra que tienes ante tus ojos, pero al haberme visto unas cuantas películas de él, siendo esta la décima obra que disfruto, creo que no es tan redonda como otros de sus films.

Después de haber visualizado Psicosis, Con la muerte en los talones, La soga, 39 escalones, Vértigo, Los pájaros, Recuerda, El hombre que sabía demasiado y Rebeca; la película que nos concierne no es capaz de mantener la intriga como en otras de sus obras, en las que su magia te imantaba prácticamente hasta el desenlace de las historias. La Ventana Indiscreta, aunque bien tiene momentos que hacen que mantengas el interés, la mayoría de ellos no alcanzan su culmen.

No voy a entrar en que con el paso del tiempo los efectos especiales sean más difíciles de ver, porque siempre que veo una película antigua intento adentrarme en la percepción que tendría un espectador en esa época, pero si se analiza en sí la historia, no creo que sea esa lección cinematográfica de la que muchos hablan, y que en cambio sí logran ser unas cuantas de sus películas.

Hablando de la historia que tenemos ante nosotros, podríamos dividir en dos segmentos la película, el primero todos los momentos en el piso de James Stewart, que si bien mantienen la atención en el espectador, tampoco es que sean espectaculares, se salvan principalmente cada vez que sale en pantalla la enfermera de la aseguradora que cuida al protagonista (Thelma Ritter), y es que ella sin lugar a dudas, es la mejor actuación de la película.

El segundo segmento, el cual serían todas y cada una de las distintas vidas de los vecinos, creo que directamente sobran, porque si es cierto que hacen crecer la sensación de voyeurismo en nuestro protagonista, exceptuando el piso que espía principalmente, los demás no tienen nada especial de digna mención para la atención en ellos.

Pienso que todo aquel al que le guste el cine, debería de verse al menos una película de Hitchcock en su vida, y seguramente eso haría que se viera alguna más, pero si el primer paso para adentrarse en el mundo de Alfred y su cine va a ser La Ventana Indiscreta, probablemente se queden confinados en sus casas viendo otro tipo de películas.