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España España · Madrid
Críticas de Sinzz3r
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Críticas 28
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
5 de julio de 2019
8 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil enfrentarte a las consecuencias de una odisea del calibre de "Avengers: Endgame", tanto en pretenciosidad visual (aún reverbera en mi cabeza esa batalla final y su melodía) como en calado emocional. Además, "Far From Home" tenía que cerrar un ciclo muy amplio (Fase 3 del UCM) y erigirse como una segunda parte más que digna del trepamuros con la inevitable comparación con el "Spiderman 2" de Raimi. ¿Y sabéis qué? Lo han conseguido, y vaya CÓMO lo han conseguido.

Este nuevo capítulo es una secuela superior en, absolutamente, todos los aspectos a "Homecoming". Tanto el humor como las dinámicas adolescentes, quizá ambas presentes de forma más notoria que anteriormente, funcionan como dos relojes suizos y se retroalimentan durante todo el visionado. A pesar de los distintos lapsos temporales en el Universo de Marvel, "Far From Home" es una continuación temporalmente directa a "Homecoming", y el desarrollo de los personas es totalmente coherente y preciso como consecuencia.

Esta especie de "road trip" que caracteriza a la película da aire, vida y frescura a algo nunca antes visto en la gran pantalla en las historias de Spider-Man y, qué queréis que os diga, da mucho juego tanto a los creadores como a los espectadores. A pesar de ello se nota claramente cómo cada país constituye una suerte de niveles y fases distintas por las que está compuesta la película, pareciendo algunos de ellos meros escenarios decorativos con poca sustancia. Otros, sin embargo, se llevan toda la atención y brillan mucho más.

Mysterio, interpretado por un enorme (y a veces, gracias a dios, desatado) Gyllenhaal, está estupendo y sirve de punto de apoyo porque, seamos claros, no hay tampoco mucho trasfondo en él. Zendaya, enfundada en una definitiva MJ, da un salto (algo repentino) en la segunda mitad de la película y, a riesgo de sonar poco objetivo, me ha robado el corazón. No tenía mucha confianza en la química Holland-Zendaya en "Homecoming" pero vaya, aquí me han callado. Y yo me alegro.

El final, y las dos escenas post-créditos dejan con ganas, muchas ganas de más. Y "esa escena" en Alemania parece sacada directamente de las viñetas clásicas de los maestros Lee y Ditko. Hay mucha devoción y respeto al personaje detrás de "Far From Home". Y yo, como chaval que se crió con los cómics de Spidey, soy muy feliz.
Sinzz3r
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9
25 de abril de 2019
17 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiene mérito, tiene mucho mérito lo que han construido en estos últimos 11 años y cómo lo han concluido. Labor meritoria no solo la de los Hermanos Russo (que han hecho 4 de las mejores películas del UCM), sino la de todos aquellos que les han precedido. Mención de honor y especial a Kevin Feige que, como un hidalgo loco en busca de su caballo y lanza, planificó y emprendió un viaje inconmensurable. Pocos le creyeron. Muchos menos apostaron por él. Hoy podemos decir que lo ha conseguido.

Infinity War fue, casi sin ninguna duda, una de las epopeyas superheroicas más loables de la historia. Su final resonó y seguirá resonando como uno de los momentos que más hálito ha robado a los fans. Pero Endgame es desde hoy la elegía por excelencia de nuestra generación. En gran medida sus 3 horas sirven para construir este poema de lamentación de unos superhéroes que, para variar, no consiguieron frenar al mal personificado, a Thanos.

Por si no fuera poco, todos tienen tiempo. Entre clamores, desdicha y explosiones, los Russo dejan un espacio y un tiempo precioso para la intimidad de los personajes. Su mimo, desarrollo y contradicciones son el caleidoscopio de unos héroes, los más poderosos de la Tierra, que acabaron siendo parte de nosotros. Otra parte es también el final del camino. Pero no todos los finales son para siempre. Como todo en esta vida, sembramos, recogemos y vuelta a empezar. Sin embargo, en este nuestro final, cuando llega y se encienden las luces, el silencio es sepulcral. En la sala y en nuestros corazones.
Sinzz3r
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6
21 de abril de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La intimidad no existe desde el inicio de la historia. Fue creada cuando una de las historias de la Biblia (“Historia de Susana”) se convirtió en principio para una nueva mirada artística con Tintoretto o Rubens a la cabeza. Fue en ese momento cuando la intimidad empezó a pensarse como aquello fuera del espacio público, aquello apartado a la exclusividad de nuestros ojos y de nuestras pasiones con tintes eminentemente patriarcales. Lo que hace 4 siglos fue la irrupción de la mirada masculina en la esfera privada, es hoy la “salvamenización” de una vida política conducida por una hipócrita austeridad moral.

Jason Reitman aborda por primera vez en su filmografía una historia real apoyándose en la novela homónima de Matt Bai (“All the Truth Is Out”) pero con la misma sensibilidad antes vista en sus notables ‘Juno’ o ‘Tully’. Es probablemente gracias a esto último que el director consigue evitar los pozos de ambición recurrentes en el género y no da respuestas taxativas ni obliga a posicionarse al espectador; pintar en lugar de educar. Un trabajo de clasicismo que se hace notar en la realización sin artificios fílmicos con claras orientaciones al mejor cine de intrigas políticas del gran Pakula (“El informe Pelícano”, “Todos los hombres del presidente”).

El peso dramático lo carga un más que convincente Hugh Jackman en las botas del inocente senador a la presidencia de los Estados Unidos Gary Hart, pero el argumento centra su atención en las relaciones y contradicciones de dos mundos, político y periodístico, que ya veían difuminar sus fronteras y empezaban un baile de pisarse los pies que sigue hoy vigente. El tercer pivote de la historia, la familia, es el único en el que claramente Reitman toma partido y nos presenta a una cálida, tenaz y decidida Vera Farmiga (Oletha Hart en la película) que, junto con J.K. Simmons, tienen la capacidad de eclipsar las mas de las veces a Jackman.

'El Candidato’, obsequio envuelto en papel de regalo de los años 70, habla de la política americana en los estertores de un mundo que estaba a punto de cambiar radicalmente. Tras Reagan y la caída de la URSS  los temas cardinales iban a desplazarse de forma significativa de la economía y de la política al puritanismo hiperbólico de las sociedades del fin de la historia que canonizó Fukuyama. La política hoy sin la ética cae en saco roto, pues la intimidad nunca nos ha pertenecido realmente.
Sinzz3r
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8
30 de enero de 2019
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yorgos Lanthimos se ha ganado a pulso pertenecer a ese grupo de directores ciertamente idiosincráticos que, con cámara y guión en mano, oprimen y perturban al mismo tiempo; ‘outsiders’ que nos obligan a mirar ciertas realidades surrealistas –si se me permite el oxímoron- que no parecen diferir tanto de nuestra naturaleza humana. ‘La Favorita’ constituye una pieza más en el particular cosmos de Lanthimos: uno en el que pocas veces se ve el mundo exterior pero que sirve de fábula de nuestras imperfecciones. También es un punto y aparte en su carrera.

Por primera vez el director griego sale de sus ya características distopías para realizar su primer drama de época. Una historia de lujos y brillos aristocráticos que, sorpresa, empieza con un miembro de la burguesía hundiéndose en un fango de heces. Poco sutil, pero francamente certero. Es este núcleo axiológico que trata de aunar poder y humillación, lujo y vejación, lo que se representa en la cadena de protagonistas interpretados por Stone, Colman y Weisz. Un uso de la colocación de estos personajes en pantalla que encarna las relaciones de dominio a lo largo de la película. Insertado todo en una corte real que parece funcionar más como retórica mordaz de nuestra estructura social meritocrática y aderezado con unas luchas palaciegas donde, como si de una parodia del despotismo ilustrado fuera, se hace todo por el poder sin el poder.

Las comparaciones, las más de las veces odiosas, acuden a la cabeza de cualquiera. Más allá de una clara inspiración narrativa en la famosa ‘Barry Lyndon’ o un combate hilarante con ecos de ‘Los Duelistas’, ‘La Favorita’ evoca cierto sabor a comedia satírica propia de ‘Tristam Shandy’. Más disenso debo anunciar contra las voces que creen haber presenciado la defunción de cierta ‘Identidad Lanthimos’. Ahí donde algunos ven extravío yo veo una evolución con valentía. Transformación que va desde la cámara y los objetivos –los planos cortos dan paso a grandes angulares- hasta unas actuaciones que parecen haberse liberado de ataduras de anteriores películas. Pasando por un guión que no es firmado por el habitual Efthymis Filippou y sus críticas a la moral e instituciones burguesas.

Bertolt Brecht escribió durante la Segunda Guerra Mundial que “nosotros, que queríamos preparar el camino para la amabilidad, no pudimos ser amables”. Lanthimos y su filmografía, como una suerte de profecía anunciada, parecen navegar por las tesis del poeta alemán. Una suerte de misantropía que en ‘La Favorita’ tiene una amarga conclusión: el poder no es disputado, es retenido y, en todo caso, transferido. Puede que al final seamos conejos, como ya escenificó Goya en ‘Duelo a garrotazos’, que luchan por un poco de zanahoria.
Sinzz3r
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7
15 de enero de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es probablemente lo que se escucha pero no se ve, lo que se representa y no lo que se es, lo más importante de la última película del cineasta mexicano. Al igual que el vendedor de batata o el afilador que, a través de sus finos y estridentes silbatos, recrean una crónica de una melancolía anunciada, de un pretérito presente.

Alfonso Cuarón se sirve de su infancia para construir la radiografía de unas formas de dominio invisibles en el México de los 70. Explica, en apariencia y contenido reflexivo, que la descolonización solo fue algo meramente formal, que en el fondo la sociedad mexicana –y no solo esta- seguía rigiéndose por los mismos principios. Las familias acomodadas, el idioma, los privilegios e incluso la televisión, cuando no estaba esta destinada a la diversión de las primeras, eran elementos fácilmente determinables por el tono de piel.

Es a través de unos personajes unidimensionales, que corren la suerte de interpretarse como meros clichés o estereotipos sociales, que deja claro esta división. Incluso en los pequeños momentos donde se puede respirar cierta integración e igualdad, Cuarón vuelve a imponer la realidad, demostrando que lo que a primera vista podría parecer algo consuetudinario, no deja de ser la representación de dos mundos radicalmente distintos. Y en el encuentro entre ambos ‘Roma’ adquiere la forma de cierto elogio a una cultura de los cuidados de cariz femenino durante mucho tiempo menospreciada u olvidada.

El guión, quizá con una intencionada simpleza, se ve subsanado y aderezado con el protagonismo que adquieren tanto sonido como cámara. Un bullicio exterior que penetra en la casa familiar como un actor más. Unos planos que, acompañados por movimientos de cámara sutiles, evocan una sensibilidad y una pormenorización reforzados por una capa de blanco y negro sobria, estoica. Fotografía y dirección que invitan a la introspección en cada plano y a la recreación en cada escena.

Esta modesta, franca y cruda realidad se consuma en los últimos minutos de metraje. Al final y pese a todo, ellos son los que ven la televisión. Ella, Cleo, vuelve a su sitio, a su azotea. Los Invisibles que no se bañan, que se quedan en una orilla social permanente, viendo cómo los demás, los otros, sí lo hacen. A su costa, a la nuestra.
Sinzz3r
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