La serie, que se reduce a 48 episodios y 8 OVA’s (además de 2 películas basadas en ella), se centra en el triángulo amoroso formado por un quinceañero, Kyosuke, y dos amigas íntimas entre sí, Hikaru y Madoka.
Kyosuke, un joven con una gran sensibilidad y algo de inseguridad, se acaba de trasladar a una nueva ciudad con su familia, formada por su padre viudo, sus dos hermanas y su gato. Su familia es algo peculiar, ya que goza de ciertos poderes mentales heredados de la madre (telequinesia, telepatía, etc), que contribuyen a crear ciertas situaciones cómicas cuando hacen uso de ellos.
Desde el principio Hikaru, una chica muy alegre, algo caprichosa e infantil, pone sus ojos en Kyosuke, declarándole su amor abiertamente y autoproclamándose “novia” suya. Kyosuke, sin embargo, siente un interés, creciente a lo largo de la serie, por la primera chica que conoce en su nueva ciudad; la introvertida y rebelde Madoka, a su vez amiga íntima y protectora desde la infancia de la alocada Hikaru.
Episodio tras episodio asistimos a la evolución de los personajes:
Kyosuke, novio a la fuerza de la insistente Hikaru, cada vez más atraído y obsesionado por la cambiante Madoka, pero a la vez, ocultando su interés por ella a todo el mundo, sobretodo para no causar daño a su inocente novia.
Hikaru, que puede resultar cargante y empalagosa por momentos, va adquiriendo conciencia de que su amor por Kyosuke no será realmente correspondido. Puede parecer algo “tonta” e infantil por su tremenda insistencia, pero simplemente es caprichosa, sabiendo en el fondo que el corazón de su amado está con otra persona. Las escenas en las que Hikaru descubre a Kyosuke en “situaciones comprometidas” con Madoka, que se suceden con cierta frecuencia pero sin llegar a solucionarse, son de una tristeza impresionantes, dando coherencia a la indecisa actitud de Kyosuke.
Madoka. ¡Qué decir de ella! Imposible no enamorarse de esta preciosa chica. Es el personaje que experimenta una trasformación (o apertura) más notable. Del hermetismo, frialdad y dureza que presume en los primeros episodios, pasa a mostrar (casi siempre sólo ante Kyosuke, ojo a eso) una sensibilidad, emotividad y candidez propias de una adolescente de su edad, aunque en contraposición con la madurez de la que obligatoriamente tiene que hacer ostentación, ya que vive sola, emancipada de sus padres.
Os anticipo que los pocos besos que salen en la serie son de una carga romántica comparable a la del cine clásico, y los esperaréis con la misma ansia, pasión e inocencia que los espectadores de “Cinema Paradiso” (recordad la fuerte simbología del beso en esta maravillosa película).
Si eres un adolescente seguro que te identificas con alguno de los personajes, y si eres adulto, rememorarás con pasión tu adolescencia, volviendo a experimentar los nudos en la boca del estómago que se sienten con los primeros amores, correspondidos o no.
Muy recomendable para todo el mundo. Simplemente maravillosa.

Concluía en su famosa paradoja el Sr. Schrödinger, que un gato, encerrado en una caja sin aberturas, con una botella de un gas venenoso, una partícula radiactiva con un 50% de posibilidades de desintegrarse y un dispositivo que al desintegrarse la partícula liberaría el gas; podría estar muerto y vivo al mismo tiempo.
Me explicaron dicho experimento varias veces en mis años de instituto y de universidad, y nunca lo terminé ni de entender ni de aceptar muy bien (aunque otros bastante más listos que yo, como S. Hawking, también comparten mi opinión).
Van Dormael, hace una película romántica sobre la importancia (o no) de las decisiones en la vida, fundamentándola en una serie de conceptos filosóficos y físicos muy complejos, y lo digo con conocimiento de causa: mezclar conceptos como entropía, teoría del caos, relatividad espacio-tiempo, teoría de cuerdas, etc, y aplicarlos dentro de la trama (o múltiples tramas, tantas como posibilidades cuánticas) como determinantes para su desarrollo, no deja de ser, cuando menos, excesivamente ambicioso. Y si hubiese tenido algo de sentido común (al más puro estilo de la física clásica y de la teoría de la razón práctica) debería haber comprendido que el común de los mortales no se enteraría lo más mínimo de esta película.
La verdad, leo las críticas, y no sé si he sido yo el que no ha entendido el mensaje de la película o el resto de la gente, aunque según Van Dormael, ambas lecturas serían igualmente posibles y válidas.
El contenido de la película quedaría muy bien dentro de un documental del canal Odisea o del History Channel.
Las actuaciones, creo están, en general, bastante sobresalientes y resuelven muy bien lo caótico de la trama argumental.
Conclusión: está claro que la física (clásica y relativista) afecta directamente en cada segundo y decisión de nuestras vidas, pero meter también: la teoría de múltiples estados vibracionales o teoría de cuerdas (aún por demostrar), la teoría del caos (que sólo es de aplicación demostrable a nivel matemático), conceptos como la linealidad temporal asociada al crecimiento de la entropía y demás, me parece una ostentosa locura, que me hace pensar que Van Dormael, simplemente quería hacer una pretenciosa película de ciencia ficción que pasase a la historia por su compleja y megalómana interpretación de la teoría unificada (aún no existe) aplicada a las decisiones de tipo emocional que nos surgen en la vida.
Recomendación: lo mejor de la película es el final (no cuento nada, no os preocupéis), cuando la entropía (rompiendo todas las leyes de la termodinámica) se vuelve negativa, y el viejo Nobody empieza a reírse a carcajada limpia (seguro que de nosotros).

Sí, soy uno de esos para los cuales esta película es una de las mejores que han visto nunca.
La belleza formal de este film, como si de una poesía visual se tratase, roza los umbrales de la perfección. Te enamora desde el principio hasta el final.
Las actuaciones, a mi modo de ver, memorables. Las dos historias de amor paralelas te sobrecogen: Ralph Fiennes y Kristin Scott Thomas simplemente bordan sus interpretaciones con una pasión y una inmensidad sólo comparable al desierto donde transcurre su relación. Juliette Binoche, bueno, ¿qué decir?, es una actriz que sólo con la expresividad de su cara trasmite y te hace participe de cualquier emoción.
No es una película de contenido. Es como una poesía, hay que apreciar su belleza formal. Es simplemente una película bella en todos los aspectos técnicos y en todos los interpretativos, y con eso basta para convertirla en una película maravillosa.
Como anecdota contaré la primera vez que la visioné:
Allá por el año 1998 o 1999 en la residencia universitaria donde pasé mis años de carrera, era normal bajar los viernes a la sala de TV común, donde veíamos los estrenos de Canal+ y hacíamos hora hasta que empezase la "porno", generalmente de Rocco Siffredi, por entonces en su apogeo.
Recuerdo que el estreno aquella noche era "The Relic", tostón en el que no me extenderé más allá de su mera mención. Después, antes de la porno, echaban una última reposición. Empezamos a oir una canción enternecedora en una lengua extraña y veíamos como se dibujaba a plumilla una especie de hombrecillo nadando que acabó dando sus brazadas en la arena del desierto que sobrevolaba un biplano plateado, pilotado por un hombre enfundado en su traje de vuelo y con una bellísima pasajera en la carlinga delantera que "dormía" con la cabeza inclinada a un lado, dejando volar su melena rubia y un pañuelo blanco... Algunos de los presentes después de algunas bromas y comentarios jocosos se levantaron diciendo; "cuando empiece la porno me llamáis". Otros supongo que se decidieron a aguantar. En mi caso, no sé por qué, tardé unos 20 o 30 segundos en enamorarme de aquellas escenas y de aquella mujer que dormía.
Después de aquella espantada inicial, quedamos unas 30 o 40 personas en la sala de TV, que tenía capacidad para unas 60. la película continuó su discurrir...
Nadie más se levantó. Nadie más dijo nada. Nadie más se movió en toda su duración. Sólo algún moqueo, sollozo ahogado y respiración entrecortada se pudo oir en aquella sala.
Supongo, que al igual que yo, asistieron al descubrimiento de una película que quedaría grabada para siempre en mi alma como un bellísimo recuerdo.
No me acuerdo si después me quedé a ver la porno y si era de Rocco Siffredi.
Pero nunca olvidaré la película que vi en última reposición.

Ufff, ¡qué peliculón!
Casi dos horas, que se te hacen eternas, sin saber como colocarte, intentando disfrutar de la adaptación de un clásico.
¡Y qué adaptación! Adaptación libre, pero libre, libre.
Me pregunto como es posible hacer una película tan mala basada una novela, que hasta cuando te obligaban a leerla en inglés en el instituto, te gustaba.
De verdad que creo que es más difícil que te salga una película mala que una buena.
Pero no, les ha tenido que salir penosa. Parece de estas típicas de estrenos TV.
A mi modo de ver ni las actuaciones se salvan, ni Colin Firth, que siempre engancha. Claro, que si se hubiesen limitado a seguir el libro en vez del guión, quizás les hubiese salido medio bien.
Si no te has leído el libro quizás resulte interesante, pero si lo has hecho (cosa que dudo que hayan hecho Parker y el guionista), mejor no arriesgues a llevarte una desilusión.

Me quedé en los huesos viendo la película, hambriento por ver algo que realmente cumpliese mínimamente mis expectativas,...pero me quedé con hambre.
El inicio es realmente prometedor, hace augurar que vas a visionar una de esas películas que te dejan alguna huella, pero pronto empieza a resultar repetitiva, volviendo una y otra vez al mismo sitio, con una muy lenta evolución, que se mantiene idéntica en todo su discurrir.
Los personajes entran y salen de la trama y vuelven a entrar sin mucha coherencia.
La historia no es mala en sí, pero no es novedosa, da la sensación de haber visto ya cosas parecidas. Es interesante, como decía, el inicio y la presentación de los personajes. Es aburrido como se desarrollan esos personajes, más que aburrido, un poco incoherente e inconexo como se presenta su evolución a lo largo de la película.
En general la encuentro algo desordenada, como si tomarás una idea, ya de por sí un tanto convencional, pero que no está mal del todo, te inventas un principio o acontecimiento inicial, un final y luego tomas un montón de situaciones y pequeños acontecimientos intermedios que puedan parecer relevantes para la trama y los sueltas en un montaje final a ver qué sale. Pongo por ejemplo; lo del beso pendiente de su novio y lo importante que parece para la niña (aunque no sé lo importante que es para la película en sí), la madre cogiendo naranjas, la abuela existencialista y alcohólica que parece la vecina (por lo afectada que parece), lo de la amiga chinita que la orienta en esa especie de purgatorio y luego sigue saliendo no sé muy bien para que (aunque tampoco lo creía necesario antes),....
No trasmite gran cosa.
Podría decir de que va, pero no me pidas que te la cuente por escenas.
Las actuaciones, sin embargo, convincentes. A destacar Stanley Tucci; se merecía su nominación, pero sólo su nominación. La niña Saoirse Ronan y Mark Wahlberg también resuelven de forma acertada su actuación. Y Rachel Weisz, bueno, sale en la película.
Conclusión: Película sobre sentimientos paternofiliales en la ausencia que provoca la desaparición de un ser querido y el deseo de descubrir la verdad: algo que puede parecer profundo, pero que se queda somero en su desarrollo y en la memoria del espectador.
Recomendación: Que no se espere la intensidad emocional que podría haberse sacado de esta historia.