Referente al comentario anterior de Tachuelas, sobre las series españolas de los años 70 y 80 en las que dice que muy pocas se salvan y que en general no nos acordamos de ellas, creo en mi opinión que no es cierto, en aquellos años TVE hizo buenas series de producción propia, que todavía se recuerdan con cariño, (algunas ya son pequeños clásicos), como por por ejemplo: turno de oficio, verano azul, Curro Jiménez, Santa Teresa de Jesús, Fortunata y Jacinta, la huella del crimen, la forja de un rebelde (esta es la última superproducción, años 90), por citar sólo algunas.

Referente a la que nos ocupa, El tiempo entre costuras, recoge algunos aspectos de las series antes mencionadas como, buena ambientación y cuidada puesta en escena. Pero cuando hablamos de la historia, esta a priori es atractiva, tiene ingredientes para que funcione: intriga, chica guapa talentosa, bonitos escenarios, tipos detestables y otros bondadosos. A pesar de todo esto, los personajes y especialmente la protagonista Sira, no acaba de atrapar, la veo demasiado perfecta con pocos conflictos internos a pesar de los momentos históricos tan convulsos que le toca vivir, no transmite, tal vez me parezca tan encantadora que sabes de antemano que fácilmente se le resolverán los problemas que le aparezcan.
Sin haber leído la novela en la que se basa, lo que cuentan en la T.V. parece una historia romántica al uso, más atenta al envoltorio que en profundizar en los personajes, eso desaprovecha un argumento que en principio pintaba muy atractivo. De todos modos felicitar a Antena 3 por la producción cuidadísima de la serie.

Esta película tiene las características de un combate de esgrima, elegante en sus movimientos, cautelosa cuando lo requiere, más cerebral que pasional y con una clara estrategia que conduce al estoque final.

Sin haber leído la novela de Pérez Reverte, es muy agradable encontrarse con esta película, poco habitual en el cine español por su estilo y contención. La historia nos traslada al siglo XIX durante el reinado de Isabel II, momento en que el país se halla sumido en penurias económicas y morales. El personaje de Jaime de Astarloa (Omero Antonutti) que es maestro de esgrima, representa a una época que ya ha dejado casi de existir, honor, compromiso, coherencia son algunos de los valores que intenta inculcar en sus clases.
La película nos introduce rápidamente en una trama de intriga (recuerda un poco a las novelas de Dumas), que se sigue con interés dentro del contexto social de la época.
Destacar las interpretaciones de Omero Antonutti, espléndido y Assumpta Serna que está perfecta como la misteriosa Adela Otero, así como los actores secundarios de la talla de Alberto Closas, Miguel Rellán, Joaquim de Almeida y José Luis López Vázquez, entre otros, que están magníficos también y que hacen del maestro de esgrima una película muy recomendable

Como ya se ha comentado anteriormente, es difícil ser objetiva, cuando Verano Azul es una de las series más recordadas de tu infancia. Pero se hará un esfuerzo y dejando nostalgias aparte, intento verla de nuevo después de muchos años desde su última reposición (mediados de los 90).
Sí evidentemente se le nota cada vez más el paso del tiempo y más teniendo en cuenta que es una serie de comienzos de los 80. Su estética, ropa, la manera de expresarse los personajes en algunos diálogos. Pero por otro lado observo que Verano Azul tiene componentes que actualmente escasean y le dan un plus: secuencias más largas, la importancia que se le da a los diálogos y sobre todo que los personajes tienen entidad propia, no siendo meros estereotipos a los que nos tienen acostumbrados cuando nos muestran niños y adolescentes. Antonio Mercero intenta acercarnos a ellos con cariño y respeto, para contarnos de una manera más directa lo que piensan y sienten, consiguiendo que este sea el principal logro de la serie.
Puede que en algunos momentos nos pueda parecer sensiblera o que contiene cierta moralina (a través de los personajes de Chanquete y Julia que parecen un poco los guías espirituales del grupo). Pero también trata con acierto temas atemporales como es la amistad, el primer amor de adolescencia, la brecha generacional entre padres e hijos, etc.
El mejor test de vigencia es que la serie siga gustando e interesando a las nuevas generaciones y es que aunque hablamos de T.V., en este medio también se han hecho excelentes trabajos, siendo Verano Azul una clara muestra de ello.

Gloria una mujer que ya entra en la madurez y que tiene la vida más o menos solucionada, verá como un giro inesperado cambiará su existencia: la muerte violenta de una vecina amiga, hará que se haga cargo del hijo de esta, Gloria apostará por proteger al pequeño.

La película arranca con unas fantásticas panorámicas de Nueva York, aunque luego nos muestra la parte menos glamorosa de la ciudad, (sólo basta ver los diferentes taxistas que aparecen). La trama y huida de los personajes protagonistas, consigue mantener el interés hasta el final.

Destacar la interpretación y presencia de Gena Rowlands como Gloria. La actriz aporta dureza y misterio a una mujer de armas tomar (nunca mejor dicho), pero también con un fondo humano que la hace un personaje real y no de cartón piedra, poniendo de manifiesto la escasez de buenos personajes femeninos en el cine norteamericano actual.

Recuerdo cuando de jovencita vi por primera vez Ana de las Tejas Verdes en televisión, la huérfana pelirroja que tras una infancia penosa en diferentes casas de acogida, finalmente conocerá lo que es un hogar en la granja de las tejas verdes, junto a los hermanos Marilla y Matthew.
Lo que más me llamó la atención de Anne fue su sonrisa, su curiosidad, su tremenda imaginación y sobretodo sus ganas de no conformarse con lo que dictaban los estrictos convencionalismos victorianos de la época.
Tiempo después en una nueva reposición, ya en mi madurez, compruebo que la pequeña pelirroja me sigue cautivando y que su mensaje sigue vigente: ser uno mismo y saborear todo aquello que nos ofrece la vida.
Mencionar los evocadores paisajes de la campiña canadiense que tan bien quedan retratados, así como la música y un buen plantén de actores que hacen de Ana de las Tejas Verdes una serie única.