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España España · Barcelona
Críticas de Isaac
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Críticas 20
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
19 de febrero de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esto es lo que responde uno de los personajes cuando le preguntan que es lo que están comiendo. No tiene mucho que ver con nada de lo que voy a decir pero me resultaba simpático poner este título. Disculpas.

Resulta que Utopia hace honor a medias a su definición. A medias porque existir, existe, pero la serie ha quedado colgada en la segunda temporada y parece complicado que podamos ver su resolución. Qué le vamos a hacer, estas cosas ocurren, a veces series notables como esta no generan el interés necesario así que nos queda como resultado dos temporadas sin un cierre completo pero, siguiendo las propias normas de Utopia, tampoco lo necesita.

Para empezar es otra serie del Channel 4 con el formato más atractivo posible para mí: pocos episodios por temporada -6 en este caso- lo cual garantiza que no se va a perder el tiempo, no habrá episodios de transición ni nada parecido. De hecho, pese a la cancelación, creo que 2 temporadas y 12 episodios es una cifra más que suficiente para una serie de este tipo.

Los personajes circulan por una trama de aquellas en las que un poder invisible, muy poderoso e influyente, pretende conseguir algo que, justamente, ha terminado en manos de los primeros. Nada nuevo, sin duda, pero Utopia se concentra en que la historia y los personajes avancen hacia una doble resolución (la primera se da por el necesario cliffhanger de la primera temporada) sin pausa alguna, con esa fotografía y ambientes grisáceos de las producciones británicas modernas (Black mirror, Sherlock, Misfits etc), un acertado toque de novela gráfica y unos personajes que no están mal. Sin duda Utopia se centra más en la historia que en los personajes pero estos tampoco carecen de personalidad, están razonablemente bien tratados y notablemente bien repartidos en protagonismo. Todos aportan, todos son importantes, todos tienen algo que les hace necesarios.

Lo que menos me ha gustado es lo que casi siempre ocurre en estas temáticas de poder invisible que son capaces de conseguir todo y tal. Ocurría en Lost, en Fringe, en Prison Break... Se recurre tantas veces al mismo recurso que al final se trata de un deus ex machina demasiado habitual y, personalmente, algo molesto. Que queremos un buen giro? Pues nada, un personaje que parecía bueno resulta que no lo es. O al revés. Que parece imposible salir de una situación con una detención policial y mil pruebas en contra? No importa porque ese ente invisible tiene el poder de arreglarlo todo y el mismo hace que no requiera explicación para el espectador ni para los personajes, por lo que se convierte en un recurso fácil y recurrente. Sin embargo, a diferencia de las mencionadas series, aquí son sólo 12 episodios, así que es un mal menor y, en honor a los guionistas y productores, el resultado es más que decente.

Casi que la cancelación es una bendición, no? Mejor así, si Utopia queda tal y como está, será aún más Utopia, más concentrado, y evitamos lo que casi siempre ocurre al otro lado del charco: que al final se emborrachan con su propio producto y llegas a 5as, 6as y 7as temporadas que son un descontrol.

Synch
Isaac
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7
10 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seré breve, como la serie, que es casi perfecta en su formato: sólo 5 temporadas (que suele ser la frontera en la cual muchas series empiezan a estirarse sin sentido, incluso algunas llegan ya agotadas a ese punto), a 6-8 episodios por temporada. Pero es que además tenemos un interesante reemplazo de actores entre la 2a y 4a temporada, de ahí el Misfits & Misfits, porque cuando uno termina la serie puede tener la sensación de haber visto dos series diferentes.

Misfits va tan a saco que la premisa se desarrolla por completo nada más empezar el primer episodio: unos chavales en servicios comunitarios, una extraña tormenta y la aparición de unos extraños poderes. El entorno, como suele ser habitual en algunos productos ingleses, es grisáceo, apostando esta vez por una aburrida localización en el sur de Londres. Los personajes responden a tópicos tan evidentes que no pierden tiempo en darnos información inútil. Misfits no va de eso sino de entretenernos sin pausa con lo que les sucede con sus nuevos poderes o el que atañe a personajes puntuales que se cruzan en sus vidas. Y todo aderezado con un tono y vocabulario bastante gamberros que le quedan de fábula. Tiene incluso algo de ese Buffy de Joss Whedon en el que los personajes son conscientes de lo absurdo que es todo, con lo cual la veracidad, o búsqueda de sentido común en lo que acontece, pierde todo el sentido y podemos concentrarnos en pasárnoslo bien con lo que ocurre en las vidas de Simon, Alisha, Kelly, Curtis y Nathan.

Así que asistimos a un festín de situaciones surrealistas, muertes accidentales, explotación no siempre positiva de los poderes, viajes en el tiempo (e incluso una trama de paradoja temporal, algo que suelo adorar sin criterio alguno) etc

Y de repente cambian los personajes, no queda ni uno. Aparecen en escena Rudy, Jess, Finn, Alex y Abbey, y la serie parece otra. Los poderes siguen estando ahí pero se orienta todo mucho más a los personajes, a sus vidas, incluso con cierto punto existencialista (sin salirse del tono de la serie), y definitivamente no se recupera el nivel anterior pero hay aspectos destacables: Rudy termina siendo interesante, Jess se beneficia de la posiblemente mejor actriz del reparto y Finn, sin duda, este tipo es todo un regalo. Esa incontinencia verbal (es como un Ross Geller inglés, no tan fantasma, pero igualmente divertido por su facilidad para meter la pata gratuitamente) y sobre todo ese acento, impagables. Incluso en esta segunda parte de la serie tenemos al mejor monitor: Greg. Es brutal, tal cual, el monitor con peor problema de contención de la ira en toda la historia, con unas salidas que poco a poco van siendo más absurdas y divertidas así como ciertos detalles de su vida privada que terminan por dibujar un personaje único.

Me quedo con las 2 ó 3 primeras temporadas pero las dos últimas tienen su punto, tienen a Finn y a Greg y, bueno, tienen que nunca había visto una serie que en el fondo sean como dos versiones de una misma idea. Curioso. Muy Misfits, de hecho.

Synch
Isaac
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8
29 de octubre de 2015
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un Ferrari Daytona color negro recorre las calles de Miami a toda velocidad. Suena 'In the air tonight' de Phil Collins. Sonny y Ricardo, dos policías que apenas se conocen, se aproximan hacia un encuentro incierto con un narcotraficante. Sonny se detiene para llamar a su ex mujer y preguntarle si todo lo que vivieron fue real. Después prosiguen su camino.

Se dice que un ejecutivo de la NBC escribió "MTV cops" -en una servilleta dicen algunos- pensando en una serie policial con un tratamiento visual muy moderno. El creador de la serie, Anthony Yerkovich, al mando durante los primeros episodios, y el productor Michael Mann, dieron forma a esa idea.

La escena descrita en el primer párrafo -posiblemente de las más conocidas de los 80- fue el primer ejemplo del estilo visual con el que Miami Vice se adelantaría, y por mucho, a la TV que se hacía en aquel momento pero también supone una muestra de su legado. Y es cierto: durante 5 temporadas el generoso (en presupuesto, gusto y asesoramiento) equipo de producción nos regaló innumerables escenas como aquella, con música del momento o del compositor de la serie, Jan Hammer, jugando siempre con aquel gran plató que era la Miami art-deco, tropical, nocturna y fatal en muchas ocasiones.

Pero en aquella escena Tubbs no deja de pensar en lo que le ha llevado a Miami: vengar la muerte de su hermano. Y Crockett, como ya he comentado, se detiene para llamar a su mujer y asegurarse de que no hace mucho tenía una vida normal, más allá de todo ese teatro de lujo en el que se ve metido para cazar a unos narcos a cambio del escaso sueldo de un policía. Porque Miami Vice tenía mucho, pero mucho, debajo de esa capa -la que es su legado en la historia de la TV- de serie policial con aspecto de vídeo musical de la MTV.

Los antagonistas tenían su propia historia, podían ordenar la muerte de un miserable que no paga sus deudas, y por la noche enfrentarse a sus problemas conyugales o a la realidad de que su hijo no acepta la vida criminal de su padre. Y casi nunca nos regalaban un final feliz. El sistema estaba corrupto desde el primer episodio, los débiles e incautos solían morir y el nihilismo tomaba la palabra en la tercera temporada. Porque eso era el ADN de Miami Vice: policías disfrazados de narcos, en ambientes de lujo, asistiendo a la destrucción del sistema y de sus propias vidas.

De los intérpretes destacaría a Don Johnson y a Edward James Olmos. El primero desprendía carisma por todas partes en una interpretación intensa del que, sin dudas, era el gran protagonista. El segundo es, tal cual, el mejor teniente que he visto jamás en una serie de TV. Muchas veces ni siquiera necesitaba hablar para transmitir su mensaje. Quién narices consigue eso, eh? Sólo Marty Castillo y su bigote.

Los currículum vitae de muchas estrellas actuales del cine y TV cuentan con Miami Vice como uno de sus primeros papeles importantes o directamente como su debut: Bruce Willis (antes de Luz de luna), Julia Roberts, Wesley Snipes, Benicio del Toro, Viggo Mortensen, Ben Stiller, Denzel Washington, Liam Neeson, Ving Rhames, incluso Michael Bay. En la segunda temporada les dio por invitar a músicos para interpretar papeles de todo tipo, destacando Miles Davis, Phil Collins, Leonard Cohen y Frank Zappa!

La narrativa no era nada del otro mundo, algunos de los músicos invitados a interpretar dejaban mucho que desear, en la cuarta temporada se inició un preocupante descenso de nivel y hasta cierto punto la serie fue devorada por su propio estilo y el inevitable avance hacia el final de la década.

Hace casi 4 años escribí una crítica mucho más formal pero tras una nueva revisión de la serie me he decidido a borrarla y escribir una nueva. Ni que sea para rendir otro homenaje a uno de las pocas series de aquella década que no me da vergüenza ajena revisar.

Synch
Isaac
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8
29 de julio de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace unos meses leí por ahí que se había hecho una película -basada en una serie- financiada en parte por los fans de la misma. Eso tenía ese olor a serie de culto, a lo Firefly y Serenity... Y además leo que Joss Whedon alabó Veronica Mars e incluso apareció como invitado en la segunda temporada. Es más, Charisma Carpenter y Alyson Hannigan tenían papeles secundarios destacados... Pues nada, esto tenía que verlo.

Sólo con el piloto lo entendí. Por fuera, formalmente, le ocurre lo mismo que a Buffy. Oh sí, parece una serie de adolescentes de instituto (más tarde universidad). Es más, lo es. Y con todos los tópicos a tutiplén: protagonista rebelde o diferente pero con un físico y rostro improbablemente atractivos; los malos muy malos, los buenos muy buenos; adolescentes con 16 años pero con un pasado que expande el espacio-tiempo ya que tienen como 10 años de recuerdos siendo siempre adolescentes; actores algo mayores para el papel; la vida en los pasillos y taquillas, animadoras etc

Es más, no se esconden en calzarnos todo el ritual de la TV pre-HBO: no hay antihéroes (bueno, un par, pero es muy blando todo), Veronica obtiene información detallada aunque le pregunte a un desconocido, uno escucha las conversaciones justo cuando pasa delante del sitio correcto, los malos confesando sin motivo, o la imposible vida de Veronica como buena estudiante, investigadora, camarera etc

Pero todo eso está en la superficie. Se ve, se nota, se palpa pero creo que Rob Thomas y cía son conscientes de ello, lo aceptan, la serie incluso parece de los años 90 en su primera temporada. Y qué? Lo que subyace bajo toda esa capa de tópicos y casualidades hasta ahora descritas es una serie tremendamente entretenida, con unos guiones afilados hasta el punto de que no he encontrado un solo episodio por debajo de la media. Un casting la mar de resultón, destacando la gran Kristen Bell, al más puro estilo Sarah Michelle Gellar y su Buffy Summers, mezclando apariencia rubio-californiana con toques de humor irónico cual Spider-Man en plena acción. Es más, Kristen lo lleva todo más lejos y nos regala una Veronica Mars de lengua muy afilada, divertida y capaz, capaz de todo. Y todo ello sin caer en la tentación de mostrarnos debilidad o tontunas cursis, nada, apenas pierde el toque en las tres temporadas.

Del resto del casting destacaría a Enrico Colantoni y su evidente química con Bell, y especialmente Jason Dohring y su Logan Echolls, que empieza siendo absurdamente tópico pero que rápidamente evoluciona hasta convertirse en un personaje interesante, con una lengua casi tan afilada y rápida como la de Veronica . Además es, de largo, el único que le aguanta los embistes cara a cara.

Del resto, todo correcto, o aceptable. Producción, música y demás funcionan bien, no es una serie de lujo pero en estos casos de neo-noir posmoderno y muchas referencias culturales, oye, qué importa. La serie es divertida y a la vez adictiva con todos esos misterios de tamaño variable que pululan por Neptune a la espera de ser resueltos por esa gran Veronica Mars.

Synch
Isaac
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8
20 de julio de 2015
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta difícil comentar cualquier aspecto de esta serie más allá de los personajes. Porque Six Feet Under es, ante todo, una serie de personajes. Posiblemente la más volcada en ese aspecto que he visto jamás (y la lista empieza a ser considerable.).

Durante cinco temporadas (duración casi perfecta, evitando el desgaste) asistimos a la evolución de la peculiar familia Fisher en su tarea diaria de mantener a flote económica y emocionalmente uno de esos negocios que no pueden ni siquiera tomarse un descanso: una funeraria. La muerte, como concepto, más que como liturgia de despedida, planea de forma inevitable en cada episodio, pero los personajes manejan sus vidas relativamente ajenos a ello, conectando con el espectador en la idea de que la vida debe vivirse ante la inevitable certeza de que el final será el mismo para todos.

En su primera temporada Six Feet Under nos introduce en una narrativa peculiar con mucho humor negro (que se suaviza con el paso de las temporadas) y recursos hábiles como la interacción imaginada entre los Fisher y algunos fallecidos, destacando entre ellos un gran Richard Jenkins como Nate Fisher.

Pero es inevitable centrar la crítica Six Feet Under en la familia Fisher. Desde Nate Jr, mi favorito y el alma más humana de toda la serie, un espíritu que nunca está donde debería aunque ni siquiera llegamos a saber si el mayor de los hermanos era consciente de ello o no. David es igualmente interesante pero su arco me parece demasiado marcado con su condición sexual y además prefiero la interpretación más natural de Peter Krause sobre la más metódica de Michael C. Hall.

Frances Conroy se lleva, en mi opinión aún manchada por la emoción de haber finalizado la serie hace 72 horas, la palma en cuanto a interpretación dando vida a Ruth Fisher. Pocas veces he sentido tantas ganas de decirle un par de cosas a un personaje: una mujer reprimida, mojigata, probablemente víctima de una educación acorde a todo ello, incapaz de estar sola y permanentemente atada a un hombre. Que te provoque esas sensaciones indica el gran trabajo de Conroy.

Finalmente Claire Fisher emerge poco a poco como otra favorita en este arsenal de interpretaciones. Lauren Ambrose tenía el difícil papel de cubrir la cuota de adolescente de instituto (más tarde Universidad) y tal vez le suceden demasiadas cosas pero en muchos aspectos era la "tapada" de los Fisher y en el final, en ese emocionante final, nos damos cuenta de que nadie mejor que ella podía centrar ese papel de elemento último de la familia, su miembro más libre.

Los secundarios van desde la imprescindible Brenda al necesario George aunque tampoco es todo redondo a mi juicio: Rico pierde por completo el tono jovial y atrevido de la primera temporada y su evolución no me atrae demasiado. Billy y en general la familia de Brenda no me generan demasiado interés.

No hay demasiado que contar a nivel negativo. Tal vez que es una serie bastante conservadora en algunos aspectos, una cuarta temporada bastante discreta, una BSO con la que podrían haber jugado algo más...

Dejo para el spoiler un par de apuntes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Isaac
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