Una comedia-de-terror súper previsible. Leída la sinopsis todo queda dicho.

La bueno es el maquillaje y los efectos especiales, en general la ambientación del castillo está bien hecha. Y Paulette Goddard, a quien se le hace pequeña la película.

¡Pero nada más! Queda un hueco enorme que debería ser cubierto por Bob Hope y, quizá sea por el doblaje o el guión, qué se yo, pero resulta terroríficamente soso.

Bob Hope tiene muy buena fama por todas las galas de los Óscars que amenizó durante las décadas de los 30 y 40. Por eso vi la película, y para eso puede estar bien, pero es el típico graciosete con los chistes escritos en unas tarjetas que se guarda en la manga. Y como actor, un cero a la izquierda.

Hay comedias mucho más recomendables que "El castillo maldito".
Así que, si la ven, que sea bajo su entera responsabilidad.

Los entusiastas de la novela moral de Jonathan Swift no podemos quedar más que
PROFUNDAMENTE DECEPCIONADOS por esta versión del clásico.

Una de las muchas adaptaciones infantiles del tantas veces revisitado tema de Gulliver, o más bien un pastiche donde los personajes y las situaciones quedan desdibujados y tan lejos de la novela que nos llevan a pensar
"Este tío no es Lemuel Gulliver ni de broma está en Brobdingnag".

La película en sí misma es mala. Las situaciones están pésimamente explicadas, las motivaciones de los personajes se desconocen y su personalidad es incomprensible. Intenta rellenar las lagunas del guión con lugares comunes de la literatura infantil (p.ej.: el malo es malo y está orientado hacia el mal por sí mismo, característica del cuento infantil).

Olvídense de cualquier sátira política en las conversaciones de Gulliver, en su lugar tienen una historia de amor ñoña (ejemplo clarístimo en el spoiler) con algo de acción, conclusiones simples, mal fundadas y carentes por completo del espíritu que inunda la novela original.

Mi recomendación: si van a verla con niños, tiene un pase. Si van a verla entre adultos, escojan la versión de 1996 protagonizada por Ted Danson. Esta versión es mala y ha envejecido muy mal.

Un compendio de estereotipos y lugares comunes que paladearán los amigos del cine negro policíaco:

El poli duro, alchólico, mujeriego, semiretirado, abandonado por su esposa y cuyo sentido de la ética y la justicia prevalecen sobre las normas.

Sus ayudantes, 'la mujer de color responsable y concienzuda' y 'el joven blanco impetuoso e idealista'.

El pueblo cuya tranquilidad se ve perturbada por un asesino en serie.

Y, el plato fuerte, los diálogos mordaces que convierten al viejo Thomas Sullivan MAGNUM en un renovado Sam Spade.

La primera de 5 películas rodadas para TV. Las 4 siguientes se titulan "Jesse Stone: etc". Y anticipan lo evidente: toda la serie es una excusa para ver a Tom Selleck haciendo de poli duro.

Merece la pena.

Algo resulta evidente en esta película:

Scorsese no sabe cómo hacer para ganar un Óscar por sus propios méritos. Se lo dieron por un remake con la película "Infiltrados" (sobre una original de Hong Kong) y ahora será candidato en 2010 con una copia absoluta del estilo de Hitchock.

Es una lástima que no se hubiesen premiado en su momento obras maestras del Scorsese genuino como "Taxi Driver", "Toro salvaje" o "Uno de los nuestros". Y quizá por eso Martin se ha alejado de su propio cine. Shutter Island no es una evolución, es un alejamiento.

Es una película de suspense thriller-psicológico-policíaco , ambientada en el año 52, con un final sorprendente.

Sí, una obra notable, resuelta soberbiamente, interpretación impecable.

Pero... toc, toc, Martin, ¿Hay alguien en casa?

Que conteste su próxima película.

Y gracias, Sir Alfred, por tener a Scorsesse trabajando en memoria de usted.

Y tú Martin, regresa a Little Italy.

En 1984 Amália Rodrigues acude a EEUU para ser tratada de un cáncer de pulmón.
En el cuarto de hotel irá recordando diversos pasajes de su vida, desde su infancia hasta la Revolución de los Claveles.

"Amália, la película" es una novela rosa llevada al cine. La historia se centra fundamentalmente en las experiencias sentimentales de la cantante, que no son, en general, demasiado alegres. La vida de Amália fue una vida de fado.

Es triste que el director, Carlos da Silva, haya rechazado ahondar en los interesantísimos temas histórico-político-sociales del Portugal de la época y se haya dedicado (y conformado) a las aventuras románticas de la protagonista.

La película hubiese tenido muchísima mejor planta de haber recurrido al personaje de Amália como leit-motiv para tratar la historia y la vida portuguesas en el s. XX. No en vano, Amália ha sido la musa de Portugal durante casi 40 años. Pero todo queda reducido a un simple telón de fondo para los amores de Amália.

De cualquier forma, es una obra imprescindible para los aficionados a la música y a la cultura portuguesas, de los que hará brotar un poco de saudade y alguna sonrisa.

Pero advierto, para amar "Amália, o filme" es necesario amar a Amália, a Rainha do Fado.

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Por ahora Amália no ha sido doblada al español, y desconozco si la película ha tenido una mínima distribución fuera de los países lusófonos.

Por tanto, el que vea "Amália" sabe a lo que va. Te aseguro que vas a pasar un rato entretenido, aun con la sensación de que se podría haber hecho algo mucho mejor.