Perdón; esto no se debe hacer porque sólo vi media película. Tal vez la otra media película sea la más sublime expresión cinematográfica de todos los tiempos. Considerando eso -y habida cuenta de que la primer mitad es una contínua e insufrible estudiantina, aburridísima, con muchachos descontrolados aullando, sin argumento, sin historia, sin sutileza, sin gracia..- es que promedio un puntaje de dos. Fanaticos de Scorsese, degustadores de estupideces: sepan disculpar..

Fin de la película. Comienzan los créditos y la melancólica música de cierre acompaña el silencio de la sala y los pocos primeros movimientos de salida de los espectadores. La mayoría no se mueven.. permanecen en silencio, concentrados aún en la pantalla y con tenues sonrisas en sus caras. Eso da la pauta de que la historia, en general, gustó. Ya ha dicho la crítica en Argentina que este trabajo es un quiebre en la filmografía de Taratuto, arriesgando en un cambio de género: drama puro y duro en vez de comedias hechas y derechas, como lo fueron "No sos vos, soy yo", "Quien dice que es fácil" y "Un novio para mi mujer". La narración hasta la mitad es árida, dura y difícil como la geografía de la estepa patagónica en donde se desarrolla, aunque no peca de aburrida. Luego gana en diálogos y situaciones más digeribles. La actuación de Peretti es convincente, las de Casero, Fontán y sus hijas adolescentes son también muy destacables. El director se cuidó de evitar golpes bajos y edulcoramiento, lo que se agradece especialmente. El final no es sorprendente, lo que para alguno pueda resultar sinónimo de previsible. A mi modo de ver hay un par de escenas que se me hacen difíciles de creer y hacen trastabillar en parte la historia, pero no llegan a desmerecer el conjunto. Redondeando: yo soy uno de esos tantos que se quedaron mirando los créditos y disfrutando la música, concentrado y satisfecho. (Sigue un poquito en spoiler)

No me explico el por qué de tantas buenas críticas a esta película. Partiendo de una idea muy interesante (mérito exclusivo del autor del texto en la cual se basa), y tras un comienzo prometedor la historia comienza a deshilacharse y a perder interés minuto a minuto. Son muchas las causas, pero le voy a otorgar el beneficio de la duda a la obra en sí: no la leí, pero habiendo visto otras películas de F. Ozon, me temo que ese sayo le cabe al director. Por empezar, salvo la solvente pareja de Fabrice Luchini y Kristin Scott-Thomas, todos los actores principales son de una pobreza que asombra. Creo que cualquier actor de telenovela siestera haría un papel más digno que los muñecotes que interpretan a "Los Rapha" o al "misterioso" Claude. Además el director no consigue sostener la intriga a medida que se suceden los cambios de trama, y promediando el film uno ya quiere que se termine de una vez el folletín. Falta pulso, nervio, imágenes seductoras, escenas que conmuevan. Supongo que con leer el libro será más que suficiente.

¿Cómo se resuelve el debate de nuestra Humanidad entre creer y no creer? Creer en un Ser Supremo, en un Orden, en un Sentido universal o simplemente creer en la esencia pura y noble que ¿debería? existir en el hombre? O llevado a un plano personalísimo, ¿cómo se resuelve en nuestro fuero interno esa misma lucha que libran las enseñanzas de nuestros mayores, las propias experiencias vividas o las ideas adquiridas? ¿Se resuelve esto alguna vez? De todo esto habla esta película, pero disfrazada de film de aventuras y con abundantes efectos especiales.. No es poco, ni es habitual.
Pasando a la historia en sí, la película es entretenida aunque tenga algunos baches; a algunos les podrá parecer demasiado increíble, y a otros un poco pretenciosa, pero en mi caso las virtudes superan ampliamente a sus defectos. Y tengo que decir que después de ese final brillante y aparentemente ambiguo que me dejó tildado, tras hacer memoria de sus escenas y luego de leer algunas críticas con sus respectivos spoilers, la conclusión me cayó con su propio peso. Por eso, hay que decir que mucha gente malinterpretó el mensaje de La vida de Pi. Que no es ni el "buenrollismo" ni la apología de la religión. Pero para sacarse las dudas véanla, no se van arrepentir. Y posiblemente quieran verla de nuevo, que es lo que seguramente voy a hacer yo.

Interesante aunque algo despareja historia de Cesc Gay. Es cierto que es parecida (y demasiado) a su anterior película (En la ciudad, 2003), pero se deja ver. Se debe destacar el excelente arranque protagonizado por dos superlativos Sbaraglia y Eduard Fernandez, claro que enmarcados por un guión perfecto y un marcaje preciso y precioso (se nota) del director. También se destacan en grandísimo nivel Javier Cámara - Clara Segura, y Eduardo Noriega con Candela Peña. Mas flojos aunque no desdeñables son los segmentos de Darín-Tosar y el de los dos matrimonios cruzados. En suma, un producto irregular pero entretenido y profundo, con la mano eficaz del buen artesano.