Menudos personajes. Gente que piensas que solo existía en los capítulos de El coche fantástico. Mientras asistes atónito, desde la perspectiva mediterránea, de tanto esperpento, te preguntas cómo puede ser que pertenezcas a la misma especie que todos ellos. Lo más razonable de todo, la mirada de los animales. La serie es un desfile bizarro de personas profundamente dañadas que tienen por dios el dinero y la fama. Cuando estás aún flipando, aparece otro más malo, más raro, más avaricioso.
Una de las cosas más llamativas es la asepsia descriptiva de tanto circo. Ignoro si porque la extravagancia no es tal desde el punto de vista de los creadores de la serie, o porque es su intención dejar a la voluntad del espectador toda mueca de sorpresa.
La verdad es que se les va cogiendo cariños a todos. A todos, menos a la parejita hetero.

Es una pena que anuncien la película como si fuera lo que no es. No es de sustos, no es terror en el sentido actual, es otra cosa. Por tanto mis condolencias a quien vaya a verla deseando saltar de la butaca cada dos por tres. La cuestión es ¿ Por qué en el cine nos dan miedo unos objetos que se mueven, un piano que toca solo y no el hambre, la soledad, la enfermedad, la muerte de los hijos ?.
De los miedos profundos o reales trata la película. Hasta no hace mucho el sentimiento y la interpretación mágico-religiosa de la vida no eran opción; el alimento dependía de la cosecha, de la caza; la supervivencia de la comunidad; la luz...de dos velas...
En ese contexto tan lejano al nuestro ( que vamos a pasar una tarde al cine ) es difícil experimentar lo que la película pretende que vivamos: miedo real. El terror de la vulnerabilidad humana, que ante el hambre, la soledad fuera de la comunidad, la pérdida de un hijo, la enfermedad , la incertidumbre absoluta; solo puede ser soportada con Dios, que es un Ser imprevisible e incomprensible. El cóctel lleva a la locura, más colectiva que individual: no puede ser de otra forma, y la película es maravillosa transmitiendo de forma visual, pausada y poética ese pavor que llevamos dentro y que hemos olvidado gracias a urbanizaciones, colegios, hospitales, supermercados y luz eléctrica.

Northern Exposure es, sobre todo, un reencuentro con el ser humano, un estado de ánimo, ni bueno ni malo, aunque despreocupado. Un lorazepam para el alma.
Prueba a ponerte un episodio estando eufórico, te gustará.
Cuando las cosas no vayan tan bien, pon otro, al azar, te sentirás mejor.
Cuando llegues del trabajo y odies al género humano, ponte otro, da igual la temporada, da igual cual sea. Quizás la gente no sea tan detestable.
Cuando estés enamorado ponte otro. Lo estarás más.
Prueba a verla borracho, o tras un desengaño.
Lo bueno y lo malo cobra sentido, las pequeñas cosas son las protagonistas, el diario íntimo de cada uno de nosotros está aquí, no se quien escribió la serie, ni me voy a empollar sus curriculums, no quiero saberlo. Pero estaban en el momento adecuado, en el sitio adecuado, y se hizo uno de esos milagros que dan sentido al arte como forma de entender al ser humano y reconciliarse con él. Perfecta.

Bueno, cuarta entrega de la ya manida saga. Cuando uno decide gastarse 8 pavos al ir al cine debe saber a qué va. Si esperas que una película que se llama Paranormal Activity 4, sea una nueva película de culto, la frustración está asegurada.
Si vas a un concierto de Camela no esperas encontrar riffs brutales de guitarra, pero coño, no te enfades luego. Si te gustaron las otras y sabes a qué vas, tú mismo, como decía Aristóteles algo es bueno o correcto si cumple su fin, y esta peli lo cumple, punto.

Para los que no hemos mamado cine desde pequeños, y este es un arte redescubierto en la madurez, esta es una de esas películas que hacen que uno se levante del cómodo sofá, pare la película y diga: " Pero cómo puede ser...".
Cómo puede ser que una película de 1946 refleje los prejuicios sociales, el latente pero intenso rechazo de la sociedad no sólo al distinto, sino al que quiere integrarse ; la doble moral , el ahora llamado "mobbing"...
Los protagonistas son una frágil barca en un océano llamado sociedad moderna. Manejados, utilizados, despreciados, impotentes.
Una auténtica gozada de película, que recibe un 7,2 de media, en unos tiempos en los que un fortachón con medias negras de ciclista, orejas de ratón , máscara y capa al viento recibe las mejores notas.