Puede que la saga de El regreso de los muertos vivientes no sea la mejor del género de Serie B, pero resulta endiabladamente divertida (sobre todo esta primera entrega).

La película está cargada de humor absurdo, escenas subiditas de tono y un guión tan lamentable que resulta hasta curioso. Ver cómo un grupo de hambrientos zombies piden refuerzos desde la emisora de la policía y la ambulancia para darse un festín no tiene precio.

Antes de empezar a ver Kárate a muerte en Torremolinos tienes que tener muy claro lo que estás a punto de tragarte, una película cutre, de Serie B y encima española.

La película en general puede resultar aburrida hasta el tedio, pero si nos la tomamos como lo que es, como una enorme broma, podemos llegar a sacarle un jugo la mar de delicioso. Mención especial a la banda sonora y al genial Jocántaro, que aterra con sólo verlo salir de las playas de Torremolinos.

Sin duda alguna Terroríficamente Muertos es la mejor de la trilogía Evil Dead de Sam Raimi. A pesar de no ser más que una "versión remozada" de la primera parte se disfruta como si fuese una película completamente nueva.

Bruce Campbell vuelve a clavar su papel de "anti-héroe" y nos deja algunas de las escenas e imágenes más míticas del género de Serie B convirtiéndose en un visualizado imprescindible para todos aquellos que disfruten de una buena casquería acompañada del humor más negro y desenfadado.

Para tratarse de la primera película de Olaf Ittenbanch es sencillamente genial. A pesar de contar con un argumento casi nulo aunque original, el espectador (siempre y cuando tenga el cuerpo listo para este tipo de películas) goza de lo lindo con las mutilaciones, transformaciones, casquería y demás efectos inherentes al género.

La película está protagonizada por el propio Olaf y muestra algunas de las escenas más desagradables del cine. Un clasicazo del género que no te puedes perder.

Es curioso cómo un mismo género (el ultragore alemán) puede pasar de resultar divertido y gracioso a inquietante y un poco desagradable (y no hablo de la casquería).

Sencillamente cambiando una trama con monstruos, zombies y demás seres grotescos y ficticios a una con asesinos en serie y personas "normales" que gozan con el simple hecho de masacrar a sus víctimas pone al espectador en estado de alerta, y eso es precisamente lo que ocurre con The Burning Moon.

Olaf Ittenbach se atrevió a ir un paso más allá y volvió a demostrar, después de Black Past, que no se anda con chiquitas y que en esto del ultragore alemán no tiene rival. Una película polémica como pocas y no apta para todos los públicos que cuenta dos horripilantes historias llenas de violencia gratuita. Interesante como poco.