Alguien debería decirle a Sergi López (o a Isabel) que no sirve como actor de doblaje...
El argumento es bastante insulso.
Y a pesar de estas dos cosas, la película es bonita, y está rodada con una precisión milimétrica.
El protagonista masculino se carga lo poco que puede valer el film.

Una película que como argumento, interpretación de la mayoría de los personajes y fotografía está muy conseguida. El ritmo también es el adecuado, sin dejar que en ningún momento decaiga la atención del espectador.
Solamente hace que este film no sea un gran film para el recuerdo la actuación del actor principal, Richard Gere, incapaz de articular la más mínima expresión ni en los momentos más dramáticos.

Si tuviera que decir algo bueno de esta película creo que solo podría mencionar la banda sonora. Por lo demás, el argumento esta copiado de otras películas anteriores, mayoritariamente de Stargate, los acontecimientos son pobres, predecibles, copiados, simples, forzados, etc etc.
Como película, independientemente del alto presupuesto que tenga y de la publicidad que se ha hecho de ella, no aporta nada al mundo de la ciencia ficción. Y cuando digo nada, digo absolutamente nada.

Es maravillosa la sensibilidad y sencillez con las que el director y guionista trata algunos de los asuntos espeluznantes que aparecen durante la película. Consigue transmitirlo con el tacto justo para no herir sentimientos sin renunciar a la crueldad sobre la que se desarrolla toda la historia. Además cuenta con un ápice de esperanza siempre de trasfondo, como viene siendo habitual en el cine francófono.
Otra cosa a destacar es la interpretación de los niños. De quitarse el sombrero.

Aunque la intención parece buena, a la hora de narrar la historia se queda un poco corta en varios aspectos: ritmo, congruencia, sensibilidad, intriga...
Da la sensación de que trata de albergar varios géneros y temas, y no llega a dominar ninguno, lo que acaba dejando al espectador sin muchas opciones para salir maravillado de la sala.
La interpretación de Colm Meaney es soberbia, a pesar del poco diálogo que le otorgan.