Pues aquí ha pasado directamente al video que es donde la he podio ver. Yo tampoco conocía la historia de Kinsey, y allí radica la importancia de esta película basada en la vida real: Dar a conocer a las nuevas generaciones sobre lo mucho que hemos avanzado desde el principio del siglo pasado, cuando todos los tabues todavía dominaban nuestra sociedad. Romper con los paradigmas del sexo, tambien ayudó a romper con las resistencias raciales, clasistas, y colabora de directo con la apertura de la mente de nuestra sociedad a la revisión directa de todas nuestras costumbres.

Quizás por esto el tema se eleve por encima de la película en si, que no logra llenar la espectativa de un tema con tanta sustancia. Además, es una pena que Bill Condon no filtre las inexactitudes de los estudios de Kinsey, en especial las que tienen que ver con la homosexualidad, como eso decir que todos los hombres promediamos a la bixesualidad o de que los homosexuales son el 10% de la población, cuando estudios posteriores echan al suelo estos altos porcentajes. El mismo Kinsey admitió luego que dado su muestreo basado en solo las colaboraciones abiertas, dentro de una sociedad puritana, podían distorcionar de manera elevada sus primeros resultados, y que el valor de los mismos radicaban mas en que eran los primeros estudios serios sobre el tema, que si se había seguido el método científico de manera infalible.

Sin embargo, dejando claro los desaciertos, este filme debería de convertirse en visión obligada a los adolescentes en las escuelas de América Latina, zona mundial donde aún prevalece las costumbres mas retrógadas y denigrantes con respecto al sexo. Porque lo que sucedió hace casi 60 años, todavía no ha llegado de manera contundente a todos los rincones. Y si se les obligara a ver a los árabes? Bueno, definitivamente, aun nos queda demasiado por hacer.

Necesito hacer una segunda revisión sobre esta película, poque es un retrato de la historia, que todo ser humano debe de conocer, para ver como el radicalismo puede llevarnos a nieveles de pérdidas totales. Como un Hitler deseándole lo mejor a su pueblo, lo sumergió en una extrema miseria, en una guerra sin sentido y luego a la intervención de otro radicalismo casi igual de cruel, como el comunismo, por mas de cincuenta años. Porque las consecuencias todavía las seguimos viviendo. Y todavía la humanidad no ha demostrado tener la suficiente madurez como para mirar atrás y no cometer los mismos errores.

Sr. y la Sra. Smith

Se suponía que tenía que ofenderme como en este filme se retrata a Colombia, y su capital, con explosiones, hoteles baratos, bárbaros por doquier, música que nadie sabe de donde salió y falta de civismo.

Se suponía que debía de molestarme otra vez la historia de los paladines que las balas no les tocan, que son los mejores de la bolita del mundo, y que aunque más acorralados los veas, tendrás la certeza de que saldrán del apuro con pocos rasguños.

Se suponía que tenía que sentirme usado por un guión que a falta de contarnos algo bueno, nos compensara con dos horas con puras luchas y explosiones que no soportan la lógica.

Se suponía que un producto hecho para el consumo masivo tenía que volverse en algo patético a los pocos minutos de proyección, gracias a la supuesta madurez que vamos logrando con el tiempo, al cansarnos de lo mismo y buscar nuevas sensaciones.

Entonces, si todo esto debe de ser cierto, por qué diablos me gocé esta película?

Habrá sido la riza contagiosa de un público poco exigente que abarrotaba la sala, y que se gozaba cada payasada de un guión sencillo y absurdo?
Serán los trucos del cine moderno, siempre tan apabullantes con escenas de acción que solo mucha plata puede pagar, para poder llenar el metraje de dos horas con mucha adrenalina?
Habrán atinado los guionistas con esta relación amor odio de la pareja principal, reflejando en forma ligera y burlona los problemas que todos enfrentamos en nuestras relaciones sentimentales?
Quizás haya sido el enfoque falso que tiene toda la trama, donde como no te crees nada de lo que sucede y por ende aceptas la licencia de permitirle a la película todas las locuras que se les ocurra?
O es que me he pasado todo este tiempo engañándome con el cine de autor, y al final de cuenta este tipo de cine lo disfruto tanto o más como las producciones supuestamente cultas?
Sea cual sea la respuesta, (o más bien, el conjunto de respuestas), este filme, para todo el que guste de la evasión sencilla y sin exigencias, podrá ser una apuesta segura para votar el dinero en honor a la evasión. Pero no se puede pedir mas de allí, porque esto es solo lo que ofrece “Sr. Y Sra. Smith”, pura adrenalina y humor ligero pero efectivo todo el tiempo. Pero como siempre me repito, quien quiera crisis existenciales y retrospección, que por donde den este filme ni se acerque, que avisar no es de traidor.

7/10

Pues al contrario de Mistyc River, esta vez sí he podido conectar con Clint Eastwood. Su narrativa pausada lo he encontrado justo en velocidad, para poder saborear toda la sustancia que genera este filme en su proyección. Porque es que son tan buenas actuaciones, tan buenos diálogos, tan buenas las miradas, que no sé realmente con qué quedarme. Para empezar, Hilary Shwank está preciosa y estupenda con su actuación, dejando a uno con el deseo de empacarla y llevársela para la casa. Y cada escena está en su lugar, transmitiendo un sentido, una culpa, un desaire, como la vida misma, pero versión evaporada.

Sin embargo, sí tengo que admitir que su desarrollo es previsible hasta cierto punto, aunque el paseo por su desenlace es tan placentero, que podemos hacernos “los chivos locos” cómplices, para dejar pasar el asunto. Con lo que no he podido conectar de un todo es con el desenlace, al que la moraleja fatalista la siento tan distante y artificial, como para no tener capacidad de conmoverme. Lo de la familia de Maggie si me la creo, al contrario, conozco suficientes patanes de dicha calaña, lo que no me parece creíble es que un personaje tan noble como la boxeadora, pueda pertenecer a semejante grupo de crápulas.

No es un film perfecto, y al contrario, un poco sobreestimado (luego de mi segunda revisión de Mar Adentro con subtítulos, pues tengo que admitir que me quedo con el film de Amenabar), sin embargo, es la justa ganadora a mejor película del año, al compararla con sus competencias, en especial la comercial y apabullante “Aviador” de Scocerse. Clint es un gran narrador cuando logra conectar con una buena historia, y por ende, en esta situación, ha despejado dudas de que pertenece al club de los grandes del cine.

Pues me ha encantado la idea de ir tan predispuesto a ver un filme. Esto me ha demostrado que todavía el boxeo tiene capacidad de emocionarme, y que la recetica del que lucha contra todas las contrariedades y sale victorioso, sigue funcionando de maravilla.

Otra de las predispocisiones mayores que he llevado es la mala práctica de Ron Howard y sus alejamientos de la realidad con respecto a sus filmes basados en historias verídicas. Si con "Una Mente Brillante", se inventó toda una serie de fantasía para hacer interesante la historia, según parece, en esta ocasión encontró demasiados giros reales en la historia verídica, como para limitar las licencias.

Demasiados elementos comunes con Seabiscuit, elementos que deben de haber desagradado a mas de uno en el departamento de la crítica. Pero la verdad es que el espíritu de lucha se delata mucho mas en las adversidades, que en las buenas. Por eso, La historia de Jim Braddock ofrece demasiado caldo de cultivo, como para sorprenderme que el cine norteamericano no la haya tomado en cuenta hasta ahora.

El film lleva un ritmo en su punto, y parte desde el punto de presentarnos al personaje hundido al cuello, para luego hacer una ruta llena de adversidades, hasta cometer el error de convertirse en la historia predecible que hubiésemos preferido no ver. Sin embargo, caemos cómplices del fraude, y terminamos renunciando al racioncinio, porque queremos que la cosas salgan como dios manda, no como las hubiera realizado Kubrick, que aposaría que habría preferido ponerlo destrozado ante Joe Lewis.

Lo mejor del filme, es la capacidad de Howard de ambientar y meternos al New York de los 30´s, con un Madison Square Garden destechado, con un público espontaneo, con un central Park arrabalizado, y con un hambre que le pisa los talones a cualquiera. No se puede negar, es un gran artesano, y puede crear mucho mas emoción con las receticas que creíamos caducas, que las se aspiraría innovando. Inclusive, da la impresión de que el guión es tan depurado y calculado, que está específicamente planeado como para que se comporte como una cuesta hacía arriba, donde cada minuto que apsa nos sentimos mas a gusto con el filme.

Solo le critico la elección de un Crowe de mas de 40 años, para representar a un boxeador de menos de 30. Que es cierto que el pasar trabajo envejece, pero no tanto como para competir con el rucigrama que le ha salido con los años a nuestro gladiador favorito.