Ésta es una de esas películas que no llegan a gustarte, pero que no consigues sacarte de la cabeza. Puedes estar días dándole vueltas a lo que han intentado transmitirte Kate Winslet y compañía y, seguramente, cada persona que la haya visto sacará una conclusión...pero esa es la grandeza de este tipo de películas; no te lo dan todo masticado y digerido, simplemente te presentan el plato y tú mismo has de saborearlo. Me recuerda muchísimo al estilo de American Beauty...impactante, chocante, con escenas que dan sentido a toda la película...Te dejará de todo menos indiferente.

Puede que el personaje de Julia Roberts se encuentre a sí misma a través de su viaje espiritual, pero el espectador no hace más que perderse durante las más de dos horas que dura este tostón. No engancha ni motiva al que está sentado en la butaca...no es capaz de sumergirte en ese viaje espiritual de la protagonista, no es creible. Aburre.
Después de la campaña promocional que le han hecho a esta película (todo el veranito dando la matraca) tenía la esperanza de que, al menos, fuese una película entretenida. Pero ayer al salir del cine me di cuenta de que todo se había quedado en expectativas...falsas expectativas.
Lo siento por Julia Roberts, que me sigue encantando, pero ni cuando come, ni cuando reza, ni cuando ama es capaz de ganarnos como espectadores. Esta vez no.

Todos lo sabemos...las cosas que nos ocurren en la vida marcan nuestro rumbo, nuestro destino, nuestro porvenir. Pero a veces no nos damos cuenta de que todo lo que hacemos hoy, será parte de nuestros recuerdos mañana...y también lo será todo lo que aprendimos una vez; con dolor o sin él, con alegría o felicidad, con resignación o sacrificio, con amor o soledad...porque eso es la vida. Un cóctel intenso en el que todo se agita y se mueve, va y viene y a veces te emborracha...y es maravilloso.
Slumdog Millionaire es tan buena simplemente porque muestra algo que a todos nos pasa. Podremos haber ido muchos años a los mejores colegios, habremos estudiado 300 carreras y leido muchos más libros...lo que queráis. Pero al final, las cosas que de verdad aprendemos son las que hemos vivido en nuestra propia piel; esas cosas que de verdad nos han marcado y que, además, lo han hecho para siempre. Esas cosas no se aprenden en la escuela ni nadie nos las puede enseñar. Somos lo que hemos vivido...y no hay más.

Definitivamente James Cameron no es de este mundo. Todos sus trabajos (independientemente de que gusten o no) revolucionan la técnica y son pura innovación en el momento en que las utiliza. El mundo de Pandora que Cameron se ha inventado nos regala algunas de las imágenes y paisajes más maravillosas que se han visto en el cine; un trabajo de cuidados y detalles exquisitos. Es realmente imposible no sentirse apabullado ante la grandeza de Cameron, pero quizá peca de algo...y es que todo ese dominio de la técnica a veces hace que deje a un segundo plano algo fundamental en el cine: las interpretaciones. Supongo que después de ser la película más taquillera de la historia y de la repercusión que ha tenido, se lo podemos pasar un poco por alto al señor Cameron. Pandora es hermosa, "Avatar" una genialidad.

Hacer que una madre muera en un parque de un ataque epiléptico (delante de su hija de 4 años), que al padre se le venga el mundo encima y opte por travestirse para sacar adelante a su hija....y que todo ello no resulte frívolo ni ridículo, sino algo tierno y conmovedor; eso es cine.
Achero Mañas nos regala esta magnífica fábula sobre lo que un padre puede llegar a hacer por un hijo, pero dejando a un lado todos los convencionalismos a los que estamos acostumbrados...y ése es su gran valor. Creo que ponerme a valorar las interpretaciones es tontería porque caen a plomo, pero no me resisto a decir que Juan Diego Botto está simplemente perfecto, no se pude desprender más dulzor y emotividad que la que él nos regala...y a la preciosa niña tampoco se le puede pedir más. Esta película va sobre un padre y una hija y resulta que los actores que interpretan estos dos papeles están brillantes, así que no se puede pedir más.
En cuanto a la historia, creo que Achero se ha alejado bastante de lo que todo el mundo nos había contado hasta el momento. Un padre daría hasta su propia vida por un hijo, sí. Pero, ¿y convertirse en una madre a base de peluca y maquillaje??. ¿Y pasearse por la ciudad de esta guisa?. No, creo que esto es nuevo...y qué trabajo más maravilloso!!.
Otro de los aciertos es haber centrado la historia en el padre y su niña y no caer en lo mismo de siempre...buscar una mamá para papá. Creo que Achero hizo bien en dejar a un lado a Najwa Nimri y no darle más bombo a esa historia, porque hubiese perdido toda la empatía por parte del público al ver que un infiel aprovecha la muerte de su mujer para liarse rapidito con su amante. Además, también me ha parecido muy apropiado el ritmo de la película. Juan Diego empieza pintándose los labios, después haciendo de mamá nocturna...pero cuando la niña le pide que haga de mamá durante todo el día, creo que nos damos cuenta de que ese padre está dispuesto a todo...y es entonces cuando todo lo que hemos visto cobra sentido.
MARAVILLOSA!!