Efectivamente, abrir puertas. Los mensajes ocultos, si los hay, no los he pillado. Hubiera ayudado que la música no prevaleciese sobre el monólogo. Toda esa ristra de premios, ¿qué criterio tienen? ¿cuál es el interés de este corto? Quizás lo que no se dice y queda por cuenta del espectador, que tampoco es gran cosa. Bueno, supongo que lo que cada uno quiera. Qué pereza de crítica, pero es que qué pereza de corto. De un tiempo a esta parte, corto que veo, corto pretencioso que me trago. En fin, que alguien me cuente una historia, por favor.

Esta película me ha gustado porque se palpan muchas emociones que sacuden a los personajes, a todos, y de forma, pienso yo, muy real y cercana.
La chica está para entrar a vivir, como dicen en mi pueblo. Eso está fuera de toda duda. Pero lo mejor es ver cómo las personas comienzan su camino de búsqueda ante el vacío existencial, y cómo ese vacío puede empezar perfectamente en la adolescencia. De hecho, pienso que nos pasa a todos.
Su madre, y, en menor medida su padrastro, que camina entre el querer ayudar y la irresistible pulsión sexual hacia su hijastra, no parecen entender bien lo que ocurre con Isabelle, pero toda la película está llena de señales: ya no le gusta el teatro ni los musicales, como cuando era niña; ya no quiere saber nada de la familia, su primera vez le demuestra que el sexo igual no es para tanto, y que el chico que le gusta no tiene mucha enjundia; algún trauma por el padre ausente parece asomar por ahí, los valores familiares no son muy estables, se va dando cuenta de que su hermano, al que, por cierto, la pubertad le sacude con ganas, no puede ser su confesor como hasta ahora, pues la diferencia de mentalidad es cada vez más acusada... Y más cosas que no me acuerdo o no me he dado cuenta.
Y tras la brusca caída del mundo infantil... la nada. El vacío existencial y el aburrimiento. ¿Cómo llenar ahora una vida? Pues habrá que buscar adrenalina, emoción, dopamina... Así, aparece el atractivo de lo prohibido, los encuentros con desconocidos, el poder de un atractivo brutal, el hacer algo porque quiero y puedo... Y la búsqueda del amor, claro, que es una constante en el ser humano durante toda la vida. Porque por una vía o por otra, por muy descabellada que sea, Isabelle está buscando amor, conexión y encajar. También encajar con sus raíces, que no es casual que su nombre de guerra sea el de su abuela. Quizás estuviera muy unida a ella y murió. Esto ya es especulación, pero podría tener sentido.
Un detalle relevante es que el dinero ni se lo gasta. Hasta usa ropa de su madre.
En fin, un buen estudio psicológico de la protagonista, pero también de los secundarios, que aparecen perfilados con sutilezas que nos dan muchas pistas sobre el por qué de lo que ocurre.

Para mí, esto es un ejemplo de monumento que está ahí porque se decidió que iba a ser un clásico cuando fue gestado. Se ganó su sitio en el museo del cine y, aunque haya decenas de películas "peplum" mejores, nunca la bajarán del pedestal.
Por lo demás, si no la has visto, lo que te imaginas es lo que vas a ver, es como si ya la hubieras visto, pero, si quieres, adelante, recréate con sus faraónicos decorados y sus cientos de extras. No hay ningún giro argumental en sus tres horas y media de metraje, ni desarrollo de los personajes; como se presentan al principio es como son en el resto de la película. La historia de redención y perdón es de obra de teatro escolar. El folletín bíblico lo meten con calzador, supongo que para ganar aún más audiencia.
Le pongo un 4 porque la escena de las cuadrigas sí que tiene tensión y pulso narrativo. Aunque también sabes todo lo que va a pasar desde antes.
Pero bueno, consiguió lo que se proponía. Supongo que arrasaría las taquillas y rara es la Semana Santa que nos libramos de ella.

Hace un tiempo hubiera renegado de esta película, pero ahora pienso que, de vez en cuando, es bueno y hasta necesario ver películas así. Con todas las trampas, clichés y triquiñuelas típicas de este subgénero y de las fechas navideñas, aun así funciona y, vaya, que Tom Hanks se volvió buen actor, después de todo.
No hay mucho que exprimir, creo yo, no hay una gran profundización en ningún personaje, ni siquiera en el protagonista, y los golpes de humos son previsibles, pero tampoco están mal.
Supongo que algo para la reflexión sería si no nos convendría tener un poco más de sentido de comunidad, ocuparnos un poco más de los demás. El individualismo es una gran mentira, aunque supongo que esto tampoco es una revelación para nadie.

Supongo que soy yo con el cine de Truffaut, porque película que veo suya, película que se me olvida a los pocos días.
Como todo el mundo se ha sentido libre para hacer spoiler, no voy a ser menos. Al menos, he avisado. La película va de dos veinteañeros. Se conocen y se hacen amigos. Él se enamora de ella, pero ella de él, no. Fin.
¿Y ya está? Sí, ya está. ¿No hay algún matiz, alguna pincelada maestra? No, pasa lo mismo que en una serie de adolescentes, pero está firmada por un autor de prestigio. ¿Algún giro inesperado? No, lo que te imaginas a los cinco minutos es lo que pasa al final. Lo más gracioso son los suegros futuribles, a los que les había gustado el muchacho. Qué pena por ellos, ahora que parecía que la niña sentaba la cabeza. Por lo demás, los actores tenían cero química entre ellos, menos mal que no han acabado juntos.
Chico, Truffaut, me caes soso. Solo me gustó aquella del bombero que quemaba libros y la del niño feral, y creo que solo porque las historias ya te las dieron hechas.