La temática igual no es muy llamativa de primeras, pero ves el reparto y piensas que seguro que echas un buen rato... hasta que llevas 30 minutos de película y te das cuenta que no funciona en ninguno de los géneros que supuestamente aglutina.

No funciona como comedia y, desde luego, tampoco como drama judicial. Las 4 situaciones se humor negro o absurdo que pueden mostrarse son poco explotadas y el caso a nivel jurídico se muestra de una forma muy sosa.

La película muestra una falta de pulso y de ritmo preocupante, entre la ausencia de música y un guion mal exprimido que provoca casi bostezos.

Los personajes son planos e incoherentes. Tan pronto son brillantes como son grises al extremo. La trama no engancha y las motivaciones y preocupaciones no tienen ningun atractivo o emotividad. Se salvan dos fogonazos de Jamie Fox al principio y al final y un correcto Tomy Lee Jones, porque el resto del decorado actoral parece de cartón, te deja indiferente.

Ni siquiera conocer el caso real aporta algo a la película.

Un cartel bonito y poco más.

Y tan "chaos", aunque más que caos es claramente una cuesta abajo y sin frenos. Me explico:

La pelicula, de inicio, pinta bastante bien. Un buen director, un reparto de lo más pintón, efectos muy decentes, propuesta argumental interesante. En fin, que de entrada lo tiene todo para ser un producto de entretenimiento, como mínimo, pasable.

Pero el problema es que el argumento es demasiado simple, con algunos personajes que aparecen de prestado o mal/poco desarrollados. Llega un punto, hacia la mitad, en que tienes la sensación de estar viendo un producto propagandístico woke que deja de lado el resto de aspectos sin ruborizarse.

Al menos Marvel se cubre un poquito y te lo pasas bomba. En este caso ni eso porque las escenas de acción son normalitas, el no retorno es difícil de comprender y el final no es ninguna delicia.

La serie se cimenta sobre una premisa: saber qué ha sucedido con una tal "Viruca", una excepcional profesora -y persona- que ha sido sustituida en sus clases por la protagonista, Inma Cuesta.

Con el suspense como telón de fondo continuo, intenta dar algunas pinceladas que podrían recordar a otras series como True Detective, Fariña, Crematorio... y, aquí viene lo peor, Física o Química (por citar una serie de entretenimiento adolescente) o cualquier telenovela o teleserie de Lydia Bosch, para que todo pueda tener sentido para el espectador poco exigente.

Hablo de Física o Química porque se ve que las aspiraciones de la serie se van al traste en su puesta en escena:

Personajes planos, desarrollados de maners tramposa e irregular y hechos a medida. A medida de lo que necesite la trama. ¿Que la trama necesita una protagonista insegura, con un carácter tibio y pocas convicciones? Hecho ¿O unos personajes secundarios del todo irracionales tomando constantes decisiones erroneas? Hecho también.

En relación con lo anterior, el guión es tirando a malo y todas sus virtudes se encuentran en esconder todo lo que permita desgranar el misterio creado, en alimentar y seguir haciendo crecer la bola del suspense.

Diálogos cortos, breves y excesivamente evidentes para poder avanzar en la trama. Cortándolos si es necesario o cambiando de tercio de forma radical para que el espectador no se quede anclado y continúe por el callejón hasta llegar al final, que es lo único que puede interesar.

Actuaciones olvidables. Todas. Incluso Inma Cuesta, buena actriz, que lleva toda la "carga actoral", hace que sus creibles pucheros lleguen a cansar por sobreexposición. Termina resultando menos creíble que un político honrado.

La atmosfera, donde se esfuerzan por intentar que parezca que en el pueblo todo está controlado al milímetro y de donde no se puede escapar, puesto que todos los conciudadanos forman parte de un perfecto engranaje conspiranoico... Falla estrepitosamente y da hasta risa.

Lo mejor es sin duda el estilo narrativo, que establece es paralelismo entre las 2 figuras de la serie, y el tema de Iván Ferreiro según se acercan los créditos.

No pierdas el tiempo.

Esto es todo lo que puede ofrecer esta serie. Un reparto casi de escándalo, de los que empezamos a estar cada vez más acostumbrados en la pequeña pantalla. Kidman, Grant, Sutherland y un joven Jupe.

Lamentablemente eso es todo, porque además ninguno, salvo Jupe, muestra un gran nivel. Kidman y Grant llegan a cansar constantemente cariacontecidos y Sutherland marcándose un "abuelo de médico de familia" casi interpretándose a sí mismo.

La trama, de inicio, muy interesante hasta que empiezas a ver las similitudes con el cine dominguero de Antena 3. Juega una y otra vez al despiste, sembrando la duda cutremente sobre todos los personajes, a base de cliffhangers de la vieja (vieja) escuela.

Si no tienes nada mejor que ver y te apetece ver a un par de ilustres en una serie olvidable, adelante.

Nolan…

Tachán!!!

Y se hizo la magia. Porque es aparecer Nolan y (casi) todo el mundo empieza a salivar. Su fama le precede. Vive de la expectativa, algo en lo que es un maestro, te mantiene en vilo en todo momento, intrigado por lo siguiente en suceder, aunque no siempre logre dar respuesta a gusto de todos.

Tiene bemoles, en esta ocasión crea un universo, nunca mejor dicho, a la medida del espectador, cuidando todos los detalles, con unas actuaciones y situaciones que te sumergen tan profundamente que habrá quien suelte alguna lagrimilla…

Todo va sobre ruedas, la expectativa está creada y lista para ser explotada. El problema es que Nolan apunta tan alto que algún día va a dar la vuelta sobre sí mismo. Tiene unas aspiraciones que se antojan casi imposibles de explicar en una película saliendo airoso de ella o, al menos, no sin pensar que has tendido una pequeña trampa al espectador. Existen vacíos legales.¿Qué será lo próximo? ¿Tratar de explicar el concepto de infinito?

Pese a todo, pese a este pequeño “gatillazo filosófico”, ya que en cierto modo es lo que vende, es una grandísima película, que podría haber sido aún mejor si no hubiera tratado de cuadrar el círculo delante del público.