Voy a ser breve, porque he hecho un repaso y he visto que prácticamente ya se ha dicho todo lo que hay que decir sobre esta película que trata sobre cómo los Centros secretos de investigación y ciencia americanos tienen un sistema de seguridad nivel zocotroco.

Porque de eso va esta película realmente, sobre un trasfondo de zoofilia bien llevado, y con un nada disimulado canto a las minorías, con algunas escenas que recuerdan a otras mucho mejores (¿recuerdan a Donnie Smith? P.T.Anderson dibujó en su obra magna, Magnolia, un personaje patético enamorado de Brad, Brad el camarero... Pues ahora el bueno de Donnie ha sido fotocopiado por el Sr. del Toro, pero en plan mal. Lo que viene siendo una fotocopia que da vergüenza ajena), la forma del agua crea un entramado en el que todo se resuelve de forma que no hay Dios que se lo crea.

Al final, es una eternidad de película en la que te tienes que zampar la vacilada de Del Toro, tengas o no el buche predispuesto, porque lo que viene a decir la película es... "Oiga, esto es fantasía... Y usted se cree lo que a mi me da la gana".

Vaya por delante que no puedo ser objetivo, porque soy un gran admirador de la Torre Oscura de King, tanto de la saga principal, como del spin off de "El viento por la cerradura", y de la magnífica adaptación gráfica editada por debolsillo, y que recomiendo encarecidamente.

Me voy a centrar, si me permiten, en escindir la crítica en dos: Para los fans de la torre oscura, y para los no fans.

Para los fans:

"El hombre de negro huía a través del desierto. Y el pistolero iba en pos de él". Con uno de los mejores comienzos de la literatura fantástica, sitúa King al lector en el comienzo de una epopeya inolvidable. La película es (no hagan caso a quienes dicen lo contrario), una adaptación y mezcla de los tres primeros volúmenes. Lo que pasa es que es tan mala, que parece que se lo han inventado todo.

Aquí no se respeta nada. Idris Elba está fabuloso dentro de lo mediocre que resulta todo, si bien yo, particularmente no me creo en ningún momento su papel como Roland. King ya dijo que el hecho de que el pistolero fuera de una raza u otra no importaba, que solo quería que fuera rápido y que protegiese a los suyos (ka-tet). Y es cierto, no importa; la película no se resiente de ello... si no tienes un poso en tu imaginación de años y años que niega lo que estás viendo. Como si sustituyen Hogwarts por un chalet en la Moraleja; si no has imaginado Hogwarts 20.000 veces en tu vida, no te importa. Si no... olvídate. No me lo explico.

Tampoco cuadran cosas básicas. El punto de vista que se usa es el de Jacke Chambers, no el de Roland, por lo que quedan en el aire un sin fin de cosas, y el guión se resuelve de una forma muy atropellada, un disparate completo. Cómo eres fan, sabes de qué va el rollo... Pero te quedarás con esa cara que se le queda a alguien al que le resumen el señor de los anillos diciéndole que va de un enano que tira un anillo al volcán. Y ale, santas pascuas.

El diseño de producción es inexplicable. Se sotierra toda esa atmósfera de oscuridad gótica y monstruosa, de ese mundo agonizante, y se sustituye por... nada, todo vulgar. No hay un mínimo esfuerzo por engalanar mundo medio de ese misticismo, de esa decadencia terrorífica que caracteriza a King. ¡Cuánto bien habría hecho a esta película salir en los 80, cuando se rodaban mundos con esencia propia, como el Cristal Oscuro, o Dentro del Laberinto!

En fin. Destacar a Katheryn Winnick, que es lo único que se salva de la película. Qué pena. Qué profanación. Que escupitajo al buen gusto.

Para los no fans:

Película genérica, incomprensible, de personajes olvidables, en parajes que hemos visto ciento una veces, que es entretenida a ratos y cuya única baza es que dura sólo 90 minutos; así que lo bueno que tiene es que cuando te das cuenta de que te la han colado y empiezas a mirar el reloj, ya casi ha acabado.

Imaginería audiovisual al servicio de lo épico. De eso trata esta película. Ciertamente la leyenda del Rey Arturo da para lo que da, si bien es cierto que algunas aproximaciones como El Último Caballero, nos muestra un Camelot de nivel, otras, como aquella inefable (pero bien orquestada por Hans Zimmer) leyenda del Rey Arturo protagonizada por Clive Owen, no llegaban ni al aprobado justito.

Personalmente, no me ha disgustado. Es verdad que cuando voy a ver a Guy Ritchie acostumbro a esperar una trama más ágil, Operación U.N.C.L.E, Snatch, o Rock & Rolla son buenos ejemplos de lo que suelen ser mis expectativas, y estaba ansioso por ver cómo resolvía ese tipo de argumentario en una película como la del Rey Arturo. Lo cierto es que no lo hace.

La película en sí, es un poco tonta, con un guión sorprendentemente fácil para Ritchie. No parece suya, de hecho. Olvidaos.

Ahora bien, es cierto que el desarrollo a medio metraje es lento, y que la forma de resolverse la cinta es estúpida... en general, todo es un dislate. Pero me ocurre algo similar a lo que me ocurrió con Pacific Rim, todo me parecía como rodado por mí cuando tenía 10 años, y es quizá, ese atisbo de ilusión infantil, ese atabismo que todavía perdura en mi forma de ver el cine, el que hace que estas cintas sacadas de un Happy Meal me sigan gustando.

Visualmente es poderosa, injustificadamente, sí... pero poderosa. Y si a uno le gusta el rollo épico, pues tiene su aquel cuando la cámara lenta se engalana con el musicote, y todo empieza a vibrar y se llena de luces de fantasía épica. Sinceramente, como espectáculo: funciona. Es, como apunto en el título que antece esta crítica, una mezcla entre los monstruos y la épica de Peter Jackson en King Kong; con la paleta de colores y la coreografía de Zack Snyder... Con alguna reminiscencia a los planos cortos tan característicos de Guy RItchie, y esas escenas que se desarrollan paralelas en dos tiempos distintos que tanto le gustan.

Pero ya está. La historia parece de un videojuego, lo que puede gustar a algunos y desagradar a los más puristas. A mi no me suele gustar Jude Law, pero reconozco que no está mal... Y Charlie Hunnam, que luchó a muerte por este papel, desde luego que destaca más de lo que lo hizo en Pacific Rim. Las motivaciones de los personajes son burdas y obtusas. Guy Ritchie nos presenta a un villano retraca, funciona a medias, le da un toque más de epicidad al personaje del Sr. Law, es indiscutible que suya es una de las escenas más emocionantes... pero también es verdad que le tiñe de ese toque de palurdo añejo. Malo tonto. Antagonista de baba.

En fin, muchas luces, mucha cámara lenta, mucha música con el bass a tope para acompañarlo todo, que no defraudará a los amantes de ese cine comercial y épico... pero que les parecerá una soberana tontería a todos los demás.

Afortunadamente, yo disfruto con casi todo.

Queridos y queridas mías;

Vengo a comentarles qué se cuece en esta nueva película de Tim Burton, en la que nada parece de Tim Burton. De hecho, aquel magnífico cuenta cuentos ha debido ser secuestrado y sustituido por... No se sabe muy bien quién, quizá un guionista lobotomizado, o una servilleta de papel... Porque esta historia es un monumento a lo anodino y a lo "Ey, les voy a contar una movida que no tengo muy claro cómo hilar".

Por dónde empiezo, la trama es horrible. Lo siento, pero es horrible. Digamos que es como sacar a los X-men más inútiles de la escuela del profesor Xavier y ponerles a hacer el gamba. Y ya. Los efectos especiales son estupendos, pero no tienen justificación alguna. Samuel L.Jackson como siempre, es un grande... Pero encarna una especie de chiste de lepe metido con calzador en un poema de Lovecraft.

Eva Green... Qué decir de esta maravillosa mujer, esta Julie Andrews contemporánea, con su porte, su presencia, su físico, su "flow"... Si es que a esta mujer la tumbas en una hamaca con un yo-yo, y tienes para dos horas de película. El problema de Miss Pelegrin es que su relevancia, a los fines de la trama, es nula, no tiene ningún peso real, lo mismo daba Eva Green que un Border Collie adiestrado para controlar rebaños de ovejas (es cierto que hay algún que otro toque a esta aseveración... pero no crean ustedes que mucho).

Los niños son unos sosetes, todos. Sus poderes son como si yo ahora presumiera de que tengo el poder de zumbar escolopendras, morder padrastros o hacerme el fraile a ras de suelo ... Más o menos. Ninguno llega a convencer por nada... (dejo algo para el spoiler).

Y bueno, el argumento... ¡UF! Si les digo que Marty McFly no desentona en el metraje, créanme... No voy desencaminado. Ahora bien, cuando uno se mete en la espiral del tiempo tiene que atar bien los cabos, porque si no, te pegas el mamporrazo padre. Y Mr. Burton, no es que no ate los cabos, es que ni siquiera se ata los cordones... Uno sale del cine necesitado de un par de aspirinas.

Una última cuestión, el divorcio entre Elfman y Burton para este hogar de acogida es calamitoso, una hecatombe, un suicidio como un piano. No hay música en Miss Pellegrin, o al menos yo, no la recuerdo.

Lo primero que debemos tener en cuenta para calificar esta película es que tiene que ver más con el "Anticristo" de Lars Von Trier, que con cualquier película de terror mínimamente entretenida, y digo mínimamente, así que incluyo aberraciones como Piraña 3D.

Porque La Bruja es una película que da miedo después de verla. No sea que la tengas que volver a ver otra vez por mala suerte, o que te la cuelen en un viaje de autocar.

Desde luego que no es una película para todos los públicos, me atrevo a decir que para la gran mayoría del público; es sólo apta para el nimio reducto de gente que entiende de verdad el cine; ese núcleo esencial de esta industria al que sólo llegan aquellos elegidos que ven más allá de lo que no entretiene y valoran la perfección técnica de un plano. Pero para el resto... Oh, querido lector... Si Ud. pertenece a ese resto al que pertenezco yo; prepárese para dos horas de planos que Ud. no sabrá valorar, de violines que suenan cuando se mece una brizna de hierba que Ud. no sabrá valorar, de un guión a base de salmos que Ud. no sabrá valorar, y de un terror sin parangón, con matices espeluznantes y perturbadores soterrados bajo las apariencias místicas de los costumbrismos de la Santa Inquisición que reflotan como un atabismo zafral bajo la psiqué de las cabras que da igual cómo de bien se exprese, porque es un sopor inmenso.

... Lo que Ud. sí sabrá valorar son los 10 euros de la entrada, ¡y vaya que sabrá valorarlo! La de cosas que se podrían hacer con esos diez euros mejores que ver esta película. Si hasta zumbar escolopendras es gratis y más divertido (y me atrevería decir que da más miedo, y es más perturbador).

En fin, la película no tiene nada, créame, NADA de lo que pretendidamente se ha anunciado a bombo y platillo de terrorífico, perturbador, o como quiera usted que espere que sea una película de miedo. Es un drama familiar pesadísimo y con el sello del cine de autor que trascurre sin gloria y con mucha pena; ni siquiera hay que esperar a media película para darte cuenta; porque a los cinco minutos es tanta la esencia de cine de autor que no te cabe ninguna duda de que el filme estaría a la altura de proyectos como "La nada en el mar elecnoseológico" o "El Paradigma de Timmy, el niño drama en el infinito abyecto".

La bruja da pavor. Pero se lo juro, a posteri. No más, por favor.