Revisitación del mito de Ulises y el cíclope narrado en el canto IX de la Odisea entretejido con el arquetipo del científico loco ( mad doctor) o chiflado. También se ve reflejado en la cinta ese temor decimonónico de raíces religiosas hacia la Ciencia como algo que puede profanar los límites sagrados y desencadenar fuerzas que sólo deben estar al alcance de Dios y que podemos ver en otros films coetáneos como Frankenstein . Esta hybris debe ser castigada. A pesar de las ingenuidades de guión propias de la época (1940) y de que a los efectos especiales se les vea el cartón, tiene su encanto. Interesante.

Mejora las precedentes, lo cual no es difícil, pero el guión sigue siendo una tontería, plagada de decisiones estúpidas, melodramatismos forzados, incoherencias y momentos que suspenden la credibilidad del espectador. Los villanos, son unos villanos maniqueos, tontorrones, malos malísimos, con motivaciones ridículas y sin matices, a los que spiderman, no sólo superhéroe, sino también supercientífico, pretende curar de su maldad. Porque esta es la tesis de la película, la maldad es una patología que se puede curar. El destino no está escrito en los genes ni en las leyes inexorables del Universo y de la Historia. Lo diga el Doctor Extraño o el Surmsum Corda. Esta decisión conllevará un importante coste de oportunidad para el protagonista. El héroe se enfrentará ante varios dilemas morales a lo largo de la historia ( el derecho a la venganza, el sacrificio personal ante el bien colectivo) que ya hemos visto en infinidad de películas y tebeos. El bien al final resplandecerá. El contrapunto cómico del personaje, encarnado en el amigo y la novia ( el cupo ideológico de diversidad étnica y multiculturalismo que Disney imprime en sus producciones adulterando el cómic original) ( ¿Veremos un Pantera negra caucásica, mujer, trans, anciana, fluída, etc o cualquier otra autodeterminación posible o imposible o esto sería una apropiación cultural intolerable?) no funciona, aunque no llega a los límites bochornosos de las dos entregas anteriores. Humor tontorrón de Salvados por la Campana y villanos propios de un capítulo de Scooby doo. El personaje merece mejor suerte, una buena historia ( La cacería de Kraven) y un autor a la altura.

Una gilipollez tras otra. Un guión mal construídos, diálogos bochornosos, contrapuntos cómicos sin gracia, personajes bobalicones, apelaciones a la emotividad tontorrona, merchandising grosero... Una bobada. Un bodrio de cartón piedra, construído a ritmo de algoritmos e ideología posmoderna. Se le ven las costuras. Sólo se salva alguna escena de acción y la belleza de algún fotograma.

La película parte de la premisa de unos vampiros energéticos, una comuna nómada con ecos de Los visitantes de la noche, que va persiguiendo a humanos que tienen "el resplandor", para comérselos o más bien alimentarse de su resplandor. Entonces después de varios niños con resplandor asesinados, Dany Torrance ( el niño que salía en la primera parte de la historia ) y otra niña con resplador muy poderosa, se ponen en contacto mentalmente y deciden urdir un plan para acabar con los vampiros. La película apenas da miedo, podría pasar perfectamente por una película de superhéroes y supervillanos que se enfrentan entre si, la caracterización de los vampiros tiene pobres efectos especiales y de maquillaje, solo unas tristes luces blancas en sus ojos cuando van a alimentarse. Doctor Sueño se alarga innecesariamente, para una historia muy sencilla y nada original, unas dos horas y media son demasiado . Al climax de la película, que también se alarga con giros innecesarios, se llega casi exhausto y con poco interés por la historia. El dominio del ritmo, del tempo, en una historia es fundamental y esta no lo tiene. Me gusta la interpretación de Rebecca Fergusson especialmente, destacando sobre el resto del reparto, la película tiene algún momento interesantey utiliza algunos de los innovadores recursos narrativos que Kubrick empleó en su día y que han pasado a formar parte del imaginario colectivo y que siguen siendo lo más fascinante de la continuación, pero poco más. En fin, nada del otro mundo.

Cuento de hadas y declaración de amor de Tarantino al cine, la amistad y la belleza. Cada fotograma está cuidado al más mínimo detalle y hay auténtica poesía visual en las imágenes. Al final todo encaja. Hay partes más aburridas y que quizás se alargan demasiado, pero el conjunto las supera ampliamente. La dupla Redford/Newman, perdón, Di Caprio/ Pitt está magnífica, sobretodo el último, la construcción del personaje también es más interesante, el cual ha ido derribando uno tras otro mis prejuicios a lo largo de su carrera. Es imprescindible conocer los hechos reales sobre el asesinato de Sharon Tate para captar toda la profundidad de la obra . Tarantino no te retires nunca ¿Por qué si no quién va a hacer cine?