Original y entretenida película de Fernán Gómez, seguramente una de sus mejores, ya que, sin ninguna pretensión consigue que permanezcas atento a la pantalla la hora y media que dura.
Y sin ninguna pretensión nos llena los ojos de colores psicodélicos, de lugares psicodélicos de aquel Madrid de 1.970, como la cafetería Lord Jim de la calle Claudio Coello, la calle donde tres años despues mataron a Carrero Blanco. Esa cafetería era el no va mas de la psicodelia aquel año, al igual que los lugares del complejo Galaxia por donde nos adentra muchas veces a lo largo de la película.

Como Fernán no tenía ninguna pretensión con esta película tampoco ahorra en soltar todo lo que su imaginación podía imaginar y el resultado es, a veces, brillante.

A destacar el desfile de disfraces de Fernán Gómez, a cual mas atrevido y mas divertido: el grasiento periodista argentino, las enferneras cojitrancas, los hippies tan bien conseguidos....

El colorido de la película es asombroso para 1970 y la vista se te va detrás de la bufanda y la camisa amarillas de Salomón, así como de la decoración de los apartamentos y pisos que nos presenta.

Fundamental, para conocer aquella época, las discotecas y cafeterías que nos enseñan.

Quizás lo mas flojo sea el guión, bastante convencional y sin giros interesantes.

A mí me ha divertido mucho y eso es de agradecer, y se nota que tanto Fernán Gómez como López Vazquez se divirtieron también haciendo esta película.

Animado por la alta puntuación de esta película en esta web y por las excelentes críticas que los críticos profesionales, y los lectores de Filmaffinity, han hecho, me repantigo en la butaca disponiéndome a disfrutar de una hora y media de cine del bueno.
Bueno, pues nada de nada, aburrimiento a granel. La película consiste en escenas kilométricas sin ritmo, conversaciones estúpidas e intrascendentes, decenas de miradas al reloj para calcular cuánto le queda a ésto. El paradigma de todo es la canción que la hermana nos suelta, ese New York, New York, insufrible, con gallos, a paso de tortuga......y nos lo tiramos entero de pe a pa.
Luego tenemos unos intentos fallidos de tensionar la cosa con algo incestuoso y unos paseos de Fassbender con la chorra al aire.
Un treintañero incapaz de tener sexo normal, solo puede hacerlo con prostitutas y masturbaciones. Hora y media. Y eso es todo lo que ofrece la película. Podría haber sido una subtrama buena en una película buena pero nos quedamos en bostezo tras bostezo. En nada.

Cuando llevas vistos 35 minutos de Trainspotting has visto dos carreras por la Calle Princesa de Edimburgo, has visto el retrete mas asqueroso de Escocia, has visto un bebé muerto, has visto unas sábanas llenas de mierda, has visto como se pinchan unos yonquis unas 500 veces por lo menos. Podría parecer que estás viendo una película trepidante.....y, sin embargo, te das cuenta de que estás pensando en otras cosas, de que pierdes el hilo con facilidad, resumiendo, que te aburres. Quizás sea la monótona voz en off que te adormila, o.....¿no será que no es tan buena la película?.

Es transgresora, ¿y?.

Loach nos regala otra película de las suyas, otra película de trinchera. Otra película comunista. Una película sin matices. Los buenos son muy buenos y los malos muy malos, como todas las películas de este director. Lo que pasa es que el maldito hace muy buen cine, pero, una vez que sales de la sala, te dices a ti mismo: "este tío me ha vuelto a engañar".

Como ya no quedan en el mundo ricos a quien echarle la culpa de las desgracias de los pobres, el malo es un ente abstracto, el ESTADO, una maldición que, sin explicar como, le ha caído encima a estas bellísimas personas.

El caso es que te quedas sentado en la butaca sabiendo desde el minuto 5 de la película todo lo que va a suceder, así de bueno es este director.

Como amante de las biografías musicales: Amadeus, Gran Bola de Fuego, Ray, Música y Lágrimas, La Bamba, etc, etc, me ha puesto a ver esta película sobre la vida de un cantante de heavy metal, rock duro, o lo que sea que tocan los Steel Dragons, y, si bien no me ha entusiasmado, sí que me ha gustado y me ha entretenido.

De un musical se espera que la música sea buena y en este caso está conseguido. Aparte de la música, tenemos una historia de amor lateral y otro asunto de satisfacción personal. Es posible que de haber sido otros los protagonistas, estas dos historias de amor y de satisfacción hubieran estado mas conseguidas, pero es que Mark Wahlberg es un mal actor (hasta la peluca es falsa, o eso parece) y la Aniston siempre está haciendo Friends.

Es muy interesante la vida que nos muestran de un grupo heavy puntero (falta saber si esa vida es verdadera o es todo mentira, yo no lo sé, no soy experto). Por lo demás, y, una vez alabada la música, los riffs de guitarra, y las canciones, solo nos queda congratularnos de la presencia de Timothy Spall, el único actor que sabe lo que hace, y, por otro lado, reirnos de los papeles de los padres y hermano del protagonista: una auténtica ruina de actores y de papeles.
En fin, quedémonos con la música y con la vida de un grupo metal y a lo demás puerta.