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España España · MADRID
Críticas de Spark
Críticas 1,839
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
16 de abril de 2024
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Directamente en la plataforma de streaming de Disney nos llegó está continuación de "Encantada" (2007), aquel film de Kevin Lima (director que "Tarzan" (1999) y "102 dálmatas" (2000)) que aunaba en musical y comedia en aquella curiosa y perspicaz aventura autoparódica protagonizada por Amy Adams (secundada por aquel entonces por un gran reparto con Susan Sarandon, James Marsden, Timothy Spall e Idina Menzel).

Aquella película para todos los públicos mezclaba una aventura de magia y fantasía con humor sagaz hacia este género casi tan bien como "Shrek" (digo casi porque "Shrek" se sigue denotando superior y más revisionable. "Encantada" no ofrecía las dosis continuadas de ironía ni el ritmo tan presto de la cinta animada de 2001) y maridaba animación e imagen real en un lance en el que su protagonista (Adams) salía por accidente de su mundo animado al mundo real de Nueva York... y por el camino enamoraba al abogado viudo encarnado por Patrick Dempsey.

En esta continuación Giselle (Adams) ya empieza a conocer los sinsabores de la vida real en familia y añora su vida de cuento de hadas en Andalasia, así que pide un peligroso deseo que va a convertir a su barrio neoyorkino de las afueras en un cuento de hadas donde ella va a ocupar un papel de pesadilla.

Debo admitir que "Desencantada: Vuelve Giselle" me ha gustado bastante... casi tanto como el film predecesor. Porque, si bien la cinta tiene momentos de desarrollo tan básico y previsible como exasperante para un adulto (así como ciertas gracias tan bobas y erráticas como las de una serie de Disney Channel), lo cierto es que por norma general ofrece un ritmo ágil, un desarrollo argumental natural y avispado, y unos momentos de comicidad astuta y cómplice (los que se llevan la mejor parte, con permiso de una Amy Adams de lo más co-partícipe y espabilada, son James Spader, Idina Menzel y la nueva incorporación de Maya Rudolph). ¡Vamos, que no es el desastre de la "Cenicienta" (2021) de Camila Cabello!, ni tampoco es la cursilada plana de "Cenicienta" (2015) o "High School Musical" (2006). En "Desencantada" hay mayores ingredientes y mejor aprovechados. Pues su parte de comedia que es su gran baza se explota de forma bastante abundante con sarcasmos precisos (ojo al Príncipe Edward en su forma animada o de carne y hueso, pero no desmerecen esa Giselle en "modo madrastra" o esa nueva reina malvada del barrio con sus dos minions)... a pesar de tener otros desatinos (las escenas del Depmsey en modo de fantasía son obviables del todo) y hace fluir su enredo con cierta viveza. Lo mismo se puede decir de su otro gran aliciente que es su actuación musical que esta vez (y con gran acierto, debo decir) cede más protagonismo a la magnífica voz que es la de Idina Menzel. Y la actriz curtida en musicales aporta una brillante presencia interpretativa y vocal... la lástima es que esta segunda parte no cuenta con unas partituras tan distintivas y deliciosas como en la cinta predecesora.

Y así va navegando el film entre luces y sombras (con un elenco en parte de gran nivel y carisma en sus roles (Adams, Marsden, Menzel, Rudoplh, Jayma Mays, Yvette Nicole Brown) y en otra parte de nula conexión con el espectador (Dempsey, Gabriella Baldacchino), con unos instantes musicales de gran poderío o sentimiento vocal (Adams, Marsden, Menzel) y unas melodías olvidables y facilonas, con una puesta en escena profusa en sus decorados y vestuario... que se pasan algo de frenada en la pomposidad de los vestidos, con unas efectos visuales que triunfan con una animación entrañable y divertida (no solo las versiones animadas de los Reyes de Andalasia nos encandilan con curioseo, la Morgan animada también deja expresiones audaces)... y que no pasan de lo tolerable en la "magia" en el mundo real, con una realización competente pero bastante rutinaria)... mientras se van imponiendo las luces durante este visionado que hará las delicias de los más pequeños mientras que entretendrá en líneas generales con una sonrisa culpable a un adulto. Es una película muy recomendable como pasatiempo optimista y lúdico para todo tipo de público... y solo indispensable a los muy fans de las comedias Disney o a alguien de su reparto (pues los más aficionados al cine musical no vamos a ver en "Desencantada" una cinta notable y estandarte (tampoco un horror a lo "Cats" (2019), "Spiceworld" (1997) o "Camp Rock 2" (2010), pero desde luego no estamos ante "Sonrisas y lágrimas"(1965), "Chicago" (2002), "Grease" (1978) o "Mary Poppins" (1964)). Absténganse los que no toleren un solo atisbo de fantasía, parodia o humor en un largometraje. No es una secuela que ofrezca la música de su primera parte, pero a nivel de desarrollo argumental y a nivel de puesta en escena está muy a la par (y esto lo digo como un cumplido). Le han llovido palos por todos lados y, sinceramente, me parecen del todo injustificado. No es el desastre de otras comedias musicales como "High School Musical 2" (2007) o "The Prom" (2020), aquí hay más categoría en casi todos sus aspectos y en su conjunto final. Diría que "Desencantada" supera a "Nine" (2009), "Annie" (2014) o "Burlesque" (2010) pero no llega a los "Florence Foster Jenkins" (2016), "West Side Story" (1961), "En la cuerda floja" (2005) o "Charlie y la fábrica de chocolate" (2005). Se queda más bien en un "El gran Showman" (2017), un "Cyrano" (2022) o un "Z.O.M.B.I.E.S." (2018). Muy grata para el fan del musical pero no de forma exagerada.

Lo mejor: Me voy a quedar con sus momentos de animación 2D (pero hay más donde elegir, sobre todo el timing humorístico de Rudoplh, Adams o Marsden).
Lo peor: Toda la subtrama protagonizada por Patrick Dempsey.
Spark
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4
11 de abril de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adaptando la novela de 2003 del mismo nombre de Louis Bayard, "Los crímenes de la academia" se nos sitúa como una cinta de misterio criminal en el Nueva York del siglo 19. El detective viudo Augustus Landor (Christian Bale) es contratado para investigar la muerte de un cadete en una academia militar. Para aclarar si ha sido un suicidio o un asesinato y quien se halla detrás de tanto misterio, el protagonista decide reclutar como ayudante a un joven Edgar Allan Poe (Harry Melling).

Pero no se lleven a engaños, pues el que la cinta aproveche el homenaje a Edgar Allan Poe (el autor más relevante de relatos cortos de terror gótico, el inventor de la novela detectivesca, el literato capaz de aunar poesías y sátira negra) que Louis Bayard hace en su novela proponiéndole como co-protagonista de este caso homicida... no quiere decir que con lo que nos topemos tenga la misma calidad argumental que las obras de Poe. Porque no lo tiene, ya se lo adelanto.

Por el contrario nos topamos con un misterio asesino bastante exiguo, con giros cogidos con alfileres y una urdimbre de lo más limitada y superficial. ¡Vamos que me ponen al lado un telefilm de sobremesa de Antena 3 y apenas puedo distinguir las situaciones y "sorpresas" que aquí nos aporta Scott Cooper. Incluso un capítulo de una serie procedimental de casos episódicos como "C.S.I.: Miami" (2002-12), Ley y orden" (1990-) o "El cuerpo del delito" (2011-13) presenta más mimo en los detalles indagadores o el estudio del caso en particular. Éste es el principal lastre del film que lo torna en una anécdota bastante olvidable... sino fuera porque de tanto en cuanto nos deja retales de una singularidad muy curiosa.

Hablo por supuesto de la subtrama personal que encarna con suma habilidad Harry Melling (jamás pude imaginar tras su icónico Dudly Dursley de la saga "Harry Potter" que iba a lograr desencasillarse por completo; primero con un radical cambio físico y luego ofreciendo trabajos tan diestros como perturbadores. Primero en "El diablo a todas horas" (2020) y luego en este "Los crímenes de la academia". Hay que seguir con gran interés su carrera actoral porque promete grandes cosas) y que hace pensar al espectador que su peculiar forma de ver la vida resulta de lo más fresca e insólita. Por desgracia la cinta apenas puede esbozar esta arista del conjunto, ya que el film se divide demasiado entre las grises búsquedas y descubrimientos del detective encarnado por Bale y ese ten con ten del Poe interpretado por Melling con su interés romántico... y al final no llega a escarbar con astucia y madurez en ninguna de las dos vertientes del relato.

Se queda pues en un desarrollo argumental más bien casual y superficial. Bastante trillado y usual en su parte de indagaciones del crimen en cuestión, y demasiado timorato en el pedazo que le toca al personaje de Poe/Melling (que tiene mayor fortuna con el libreto pero tampoco una fortuna sobresaliente). Una trama telefilmera en su resultado final que es alzada por una ambientación bellísima.

Porque eso sí, la película de Cooper ("Crazy Heart" (2009), "Black Mass: Estrictamente criminal" (2015)) tiene una fotografía para enmarcar. ¡Es más!, diría que es su largometraje con mejor puesta en escena (y eso es decir mucho). La majestuosa elección de sus nevados y fértiles exteriores colmados de vegetación otoñal y vetustos caserones, el uso de la luz tanto en los interiores centrados en el fuego de las velas como en los incómodos exteriores te atrapa por momentos (básicamente cuando el film trata de silencios y de muestras de paisajes y escenarios sin nada más. Cuando el film comienza con sus momentos de desarrollo argumental la cosa empieza a evidenciarse como bastante boba y limitada) es algo que el director de Virginia aprovecha con paneos, travelings cenitales y planos amplios durante gran parte del metraje y se agradece. También se agradece contar con un reparto sólido que aporta naturalidad a sus roles (sin embargo milagros no puede hacer. Ni Bale ni Gillian Anderson ni Toby Jones ni Robert Duvall ni Timothy Spall... ni siquiera el que tiene el papel más jugoso que es Melling) y un vestuario competente (aunque la banda sonora es desmerecedora de cualquier mención).

Así pues tenemos una película marrullera maquillada en su insignificancia argumental por un diseño de producción notable y unas actuaciones muy dignas. A nivel global no se puede decir que esté a la altura del suspense gótico de "El secreto de Mary Reilly" (1996) o "Entrevista con el vampiro" (1994) o de los thrillers de misterios criminales como "El secreto de sus ojos" (2009) o "Zodiac" (2007). Digamos que es más bien equiparable a "La mujer de negro" (2012), "Mr. Holmes" (2015) o "Winchester" (2012). Así que es recomendable como pasatiempo si gustan de ese tipo de cintas o si no se tienen demasiadas expectativas más que las de pasar un rato distraído en su mayor parte.

Lo mejor: Me quedo con la actuación de Harry Melling.
Lo peor: Todo lo que envuelve a los criminales satánicos...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Spark
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5
9 de abril de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en los hechos reales acontecidos en 1984, esta "tragicomedia light" nos narra como la empresa por entonces renqueante Nike llega a un acuerdo con la joven promesa que era por entonces Michael Jordan para comercializar unas zapatillas con su nombre y que lleve a sus partidos de la NBA.

El hecho, sinceramente, resulta anecdótico para todo aquel que no sea un trabajador de Nike obnubilado. Y, como admito que es mi caso, de seguro que gran cantidad de espectadores sienten un ínfimo interés por una mera transacción comercial. Es como si me hablan sobre la fundación de "The North Face" o de cualquier otra marca de prendas deportivas, pues me importa entre 0 y un cuarto.

Y es que, el hecho de que su premisa sea tan peregrina (su argumento (puestos a hechos reales norteamericanos) no es el trascendental del desembarco de Normadía de "Salvar al soldado Ryan" (1998), ni el de la aprobación de la Segunda Enmienda de "Lincoln" (2012) precisamente) es probablemente la mayor rémora con la que se topa el largometraje. Porque el guion sabe sacar algo de jugo (oro no, porque no lo hay) a esos instantes de inspiración empresarial y negociaciones versadas con emociones honestas y robustas, además el libreto de Alex Convery goza de un progreso argumental cadencioso.

Es pues, una película que no aburre y llega a atraer en suficientes puntos dada su ejecución a todos los niveles, a pesar de que en los instantes flojos y redundantes (que los tiene) se evidencia más que lo que se nos cuenta es tan intrascendente como gélido para el gran público (que para intrigas pasajeras y diarias de oficina ya tiene muchas más relevantes para su vida en la vida real). Pero por lo general "Air" cuenta con un guion que sabe potenciar los momentos de "tomas y dacas" entre el representante de Nike Sonny Vaccaro (Matt Damon) y la madre de Michael Jordan (Viola Davis, que encarna a la matriarca del astro por petición propia del propio Michael Jordan) y de risas entre el protagonista Sonny Vaccaro y sus compañeros de oficina (encarnados por Ben Affleck, Jason Bateman, Chris Tuker y Chris Messina). Y lo hace (casi siempre) con diálogos espabilados tanto en su humor como en sus reflexiones cotidianas.

A esto se le suma que el Aflleck director (que si se topa con un buen guion, lo sabe adecentar con su elección de puesta en escena. En opinión de quien esto escribe es un director que depende mucho de la calidad del libreto que tiene entre manos. Y a la diferencia de resultados entre la notable "Adiós pequeña, adiós" (2007) con guion de su puño y letra y la olvidable "Vivir de noche" (2016) me remito) se muestra en plena forma. Con una viveza de planos detalle y cenitales en movimiento entre planos/contraplanos también con bastante movimiento de sus personajes (en el buen sentido) el de california transmite a la audiencia un relato vivo y evolutivo. Un relato que se nutre además de un plantel de relumbrón que aprovecha con talento y cercanía (y algo de carisma en el caso de Viola Davis. Digo algo porque es lo que la trama le permite en su secundaria acotada) sus roles.

Así pues tenemos una película triunfal que a priori se podía prever como un fracaso dado el hecho tan nimio que nos plantea. Pues sabe explotar con astucia los instantes más relevantes (dentro de lo anecdótico de su trama) y que los envuelve con una realización espabilada, unas actuaciones sólidas y una banda sonora de temas ochenteros muy agradecida e inspirada. Como tragicomedia de rutinas empresariales es muy recomendable (que no indispensable, para eso tenemos a "El lobo de Wall Street" (2013), "Figuras ocultas" (2016) o "El instante más oscuro" (2017)), pero solo recomendable a secas para quien busque un pasatiempo comercial más. Tampoco se pierden nada si no la visionan, pero tampoco se aburrirán o pasarán un mal rato hastiante si lo hacen. "Air" se me sitúa como resultado global equiparable a largos como "Morning Glory" (2010), "El mayordomo" (2013), "Moneyball" (2011) o "Al encuentro de Mr. Banks" (2013), y desde luego mejor que "Ejecutiva en apuros" (2009), "Joy" (2015) o "Jugada perfecta" (2010) sí es.

Lo mejor: La actuación de Viola Davis. La dirección de Affleck.
Lo peor: La premisa.
Spark
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6
6 de abril de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El curioso realizador Yorgos Lanthimos ("The Lobster" (2015), "La favorita" (2018)) nos ha ofrecido en su octavo largometraje otra cinta peculiar y consistente de las que acostumbra. Aunque a mi particular parecer es incapaz de llegar a las cotas geniales de serpenteos ladinos y disección de personajes... acicalados en una ambientación asombrosa de "La favorita", lo cierto es que "Pobres criaturas" se me destaca dentro de su filmografía divertida y especial.

Aunque admito que no soy fan incondicional del cine surreal y sugerente de Lanthimos (para intrigas de fantasía y/o distopías opto más por Tim Burton, Christopher Nolan, Stanley Kubrick o David Lynch), y que sus argumentos de personajes enigmáticos que se ven envueltos en misterios sobrenaturales que les hacen plantearse sus ideales se me suelen quedar cortos (por ejemplo: sin ser mala obra, "El sacrificio de un ciervo sagrado" (2017) parece una mera anécdota superficial si se la compara con "Abre los ojos" (1997)), debo reconocer que "Pobres criaturas" es una de sus obras más acabadas y vistosas (aunque insisto en que mejor desarrollo argumental e interpretaciones tiene "La favorita", la película más "clásica" de Lanthimos por así decirlo)... y aun así nos da un guion que va a resultar somero y simplificado si se toma como referencia otras propuestas similares como "Eduardo manostijeras" (1990), "Robocop" (1987), "La piel que habito" (2011) o "A.I.: Inteligencia Artificial" (2001).

En un indeterminado (y entremezclado con fantasía futurista de lo más original y espabilada) pasado victoriano Bella Baxter (Emma Stone), una humana fruto del enigmático experimento (no diré más para no dar spoilers) del científico Godwin Baxter (Willem Dafoe) comienza a dar sus primeros pasos (valga la redundancia) en el mundo, y descubrirá los sentimientos de deseo, amor, esperanza, tristeza y demás mientras madura. Y lo hace en un viaje vital cargado de chistosas excentricidades. Así que no busquen en "Pobre criaturas" unas avispadas cavilaciones sobre la ética médica, ni dudas existencialistas aderezadas con humor, ni misterios elaborados. Busquen más bien una mezcolanza entre la criatura de Frankenstein con "Amelie" (2001) y van a quedar mucho más que satisfechos.

Ya que "Pobres criaturas" no indaga en sus inéditos revoltijos de medicina futurista, ni juega con esos experimentos con honodonadas ácidas, sino que opta por llevarnos en una especie de "road movie" con Bella por ese mundo de amoríos, bailes y aventuras viajeras. Y no lo hace mal, que conste. Pero esto pudo ser un "Blade Runner" (1982) o un "Ex_Machina" (2014) y está más cerca de "Enredados" (2010), "El extraordinario viaje de T.S. Spivet" (2013), "Magic Mike XXL" (2015) o "Resacón en Las Vegas" (2009). Y esto no es malo, pues las películas mencionadas no son largos abyectos ni mucho menos, pero no son obras maestras a nivel literario de la misma forma que a nivel plástico.

"Pobres criaturas" nos regala muchos momentos de ironía sagaz y sarcasmo audaz, y otros tantos de rutina cumplidora y académica. Pero en su conjunto se puede decir que estamos ante un libreto de Tony McNamara distraído y eficiente. Un nivel gustoso sin duda, pero su ejecución a escena está a otro nivel completamente diferente, un nivel tremendamente superior. Ya que el diseño de producción es sublime y novedoso, con una estética que entremezcla con interés lo barroco y lo innovador, con una fotografía que se convierte en un personaje más en cada fotograma con su composición de tonalidades, con un vestuario asombroso, y con un manejo de la cámara ocurrente y especial (todo un acierto el uso de lentes cóncavas y convexas en la mayoría de sus escenas) a la par que sutil. La banda sonora por su parte es capaz de dar acordes perturbadores a la par que joviales, enriqueciendo el relato de forma pasajera pero con unas imponentes sensaciones para el espectador. Algo que se puede aplicar a todas y cada una de las actuaciones de la cinta (pues, aunque actores como Dafoe, Mark Ruffalo o Ramy Youssef dan un carisma natural a unos roles que no les demandan tanto como en otros trabajos, la labor de Emma Stone es colosal y su Oscar más que justificado en cada ademán, en cada sensación y sentimiento que experimenta su personaje).

Así pues tenemos en "Pobres criaturas" una película de fantasía tan entretenida y grata como momentánea y frugal. Pero eso sí, absténganse los más puristas en esto del Séptimo Arte que se espanten ante cualquier película que se salga de la norma más clásica y establecida. Que aquí tenemos un universo imposible, con supuestos fantasiosos y con bastantes dosis de sex-, todo sea dicho. Como film fantástico se me pone a años luz de las grandes obras maestras de "El Señor de los Anillos", "Big Fish" (2003) o "Tigre y Dragón" (2000), pero tampoco es el desastre de "Aeon Flux" (2005) o "Dragonball Evolution" (2009). Digamos que se me equipara a "El quinto elemento" (1997), "Pinocho, de Guillermo del Toro" (2022), "Tenet" (2020) o "Ready Player One" (2018), y se me pone un peldaño por encima de "El sacrificio de un ciervo sagrado" y un peldaño por debajo de "La favorita".

Lo mejor: Su fotografía.
Lo peor: Alguna que otra irregularidad del guion...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Spark
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3
3 de abril de 2024
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Así, con nocturnidad y alevosía nos han colado el debut en la dirección del productor Shintaro Shimosawa (que tras este film no volvió a dirigir y se centró en lo que se le da mejor: la producción) que tuvo un presupuesto de once millones de dólares y apenas recaudó dos (pues prácticamente fue estrenada en plataformas de streaming y en aviones comerciales que tenían como objetivo dormir a sus pasajeros profundamente).

Y es que, a pesar de que la cinta cuenta con unos nombres en su cartel que auguran cierta calidad (Robert DeNiro y Anthony Hopkins en mayor medida, y Julia Stiles en menor medida), lo cierto es que nos encontramos con un telefilm más propio del multicine alemán de Antena 3 que de otra cosa. Con mimbres (que no pasan de eso) de thriller, esta trama "original" nos lleva torpemente por su argumento resobado: un protagonista (Josh Duhamel) se ve perseguido por un malvado de turno (Byung-hun Lee) que intenta incriminarlo de todo lo posible. Nuestro prota deberá averiguar si el cerebro que está detrás de su incriminación es Hopkins o Pacino, pero poco importa cuando los personajes son tan tópicos y absurdos, y el desarrollo argumental tan superficial y errático. Pues el malvado es el "malo muy malo" de manual para dummies (porque apenas tiene un par de frases de guion, pero para lo que dice... mejor que esté calladito) mientras que la femmme fatale de la cinta que trata de enredar al protagonista tiene unas escenas arquetípicas mezcladas sin ton ni son que hacen de su rol una caricatura sin pretenderlo, pero tres cuartos de lo mismo le pasa al personaje de la "esposa atribulada" (porque una cosa es que "tenga un trauma del pasado que no ha superado" y otra muy diferente que por cada palabra que diga tenga que mantener un silencio disparatado con el prota/marido). Los personajes masculinos por su parte no es que sean completamente incoherentes y absurdos como los femeninos, es que son unidimensionales hasta la implosión. Hopkins y Pacino tienen en suerte a "hombres de negocios amorales" que no tienen ningún otro tipo de interés más que los beneficios monetarios de su negocio. Y ya, paren de contar (valga la redundancia).

¡Vamos que aquí Anthony Hopkins no tiene un caramelo de "hombre amoral multimillonario" como el que le regalaron a Christopher Plummer en el guion de "Todo el dinero del mundo" (2018) o a Leonardo DiCaprio en "El lobo de Wall Street" (2013)!, más bien Pacino y Hopkins son aquí una suerte de Michael Douglas en "Más allá de la duda" (2009) o un "Russell Crowe" en "La trama" (film de 2013 de Allen Hughes que me ha recordado mucho a éste en su temática y tratamiento por cierto, y no lo digo como un cumplido). Los veteranos hacen lo que pueden y sí saben dar algo de empaque y personalidad a sus roles, pero quienes más ocupan la pantalla que son los actores jóvenes no sacan petróleo de absolutamente ninguna escena y están, o bien indolentes (caso de Stiles que tampoco está en la saga de Bourne (ójala sí) y Duhamel) o bien deplorables (casos de Alice Eve, Byung-hun Lee y Malin Akerman) cuyas expresiones no casan con nada de lo que les impone el guion.

El film cuenta con una buena iluminación, eso sí. También goza de un diseño de producción elegante y acogedor, y es rodado de forma fluida y orgánica en cada plano, algo que luce más durante un nudo que nos es descrito con una progreso atrayente por parte de su director. Pero eso no compensa su presentación y su desenlace tan rendundante como irracional por culpa de un libreto que jamás debió tener luz verde.

Así pues tenemos una cinta de intriga fallida, más cómica que ilustrada. Curiosa a ratos gracias al carisma de DeNiro y Hopkins y gracias tempo narrativo de Shintaro Shimosawa en los misterios sencillotes del nudo, pero poco más a señalar. En absoluto merece la pena por esos instantes que llegan a lo aceptable. Está a años luz de thrillers del mismo corte como "Atrapado por su pasado" (1993), "La tapadera" (1993), "Primary Colors" (1998), "El informe pelícano" (1993), "Instinto básico" (1992), "La verdad" (2015) o "Casino" (1995)... ni tan siquiera está a la altura de divertimentos pasajeros de género como "El caso Heineken" (otra, esta vez de 2015, con Anthony Hopkins de multimillonario), "Mi prima Rachel" (2017), "Secuestro" (2016), "Efectos secundarios" (2013), "El cuerpo" (2012), "Regresión" (2015) o "La chica del tren" (2016). Es más equiparable a "La sombra de la sospecha" (2006), "V3nganza" (2015), "Striptease" (1996), "Indomable" (2012) o "Instinto básico 2" (2006). No se me torna recomendable ni para los fans de estos actores, sinceramente.

Lo mejor: Su dirección (ya es mala pata debutar en la dirección y contar con un guion tan malo).
Lo peor: Aunque el guion sea terrible, más terrible está Alice Eve en su papel.
Spark
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