Directa a la línea de flotación de la moral convencional, de lo políticamente correcto. Un mazazo a los bien pensantes de ambos lados del espectro. Una película sobre la prostitución de una menor que deja en evidencia a todo el mundo que la rodea, excepto a ella.

Espectacular Marine Vacth, en todos los sentidos, con un papel que juega entre lo misterioso y lo vulnerable, entre la ternura y la frialdad absoluta. Su melancólica mirada, que muy pocos captan, es la de quien huye de ser lo que los demás quieren que sea, de cumplir ilusiones que se suponen deben tenerse a los 17 años proyectadas por la sociedad, la literatura o la familia, sobre el noviazgo de verano o la primera vez.

Su madurez deja en ridículo a su propia familia, a la policía, al psicólogo, y a sus amigos, que parecen niños jugueteando a su alrededor. Su propia banda sonora eclipsa a la exterior, aunque esta sea de M83 o Crystal Castles.

INDIA STOKER, gran personaje. Me puedo imaginar a miles de jóvenes aspirantes de actriz -explícitas o implícitas- ansiando interpretar a un personaje así. Le ha tocado a MIA WASIKOWSKA, que está muy bien, y abre la película con un discurso que recuerda a uno de los caracteres del DRÁCULA de BRAM.....STOKER... aquel de la espléndida LUCY pelirroja de SADIE FROST diciéndole al Dr. JACK SEWARD "Puedo oirlo todo. Puedo escuchar a los sirvientes cuchicheando al otro lado de la casa". STOKER total.

La película avanza y sugiere otros recuerdos. La llegada del inquietante tío de INDIA al JOSEPH COTTEN de LA SOMBRA DE UNA DUDA de HITCHCOCK, o el enamoramiento ficticio de éste hacia su cuñada, disfrazando el enamoramiento real de éste hacia su sobrina a la LOLITA de KUBRIK. O las dificultades adolescentes, salpicadas de sangre que excita, y los entierros posteriores a aquella CARRIE, que en estos tiempos tantos parecen querer homenajear. Este viaje a hombros de gigantes se excusa, porque se ensambla en la historia de aceptación de aquello de lo que se procede y de su canalización posterior que es lo que resume la propia STOKER.

Y en sí, STOKER es un espectáculo poético y cinematográfico, un regalo estético. Aquí también el que mira puede escuchar, y ver, y oler, y gustar como INDIA. Aun a costa de momentos algo flojos de historia de culebrón, la sensación final es sensación de haber sentido.

Dice JODOROWSKY que en el ser humano confluyen cuatro dimensiones del ego: un cuerpo con necesidades, una mente con pensamientos, un sexo con deseos y un centro emocional con sentimientos. El protagonista de esta historia sólo ha cultivado el primero (¿cultivar y culturista vienen de la misma raíz?) y quiere ampliar el el rango, aunque sea ya con 38 años.

La historia del protagonista de TEDDY BEAR es la de la conquista emocional. La mente la ha delegado en su madre y en una sociedad nórdica que no comprende, y tras un viaje peculiar a Tailandia queda claro que lo puramente sexual (afortunadamente desde una perspectiva ética en ese país con cierto turismo reprobable) no es lo que buscaba.

DENNIS quiere encontrar una chica (lo de TEDDY BEAR es una gran traducción) y ésta es su historia. Más compleja de lo que parece, la película logra que el espectador empatice con su protagonista y tema, como no puede ser de otra forma, a una fantásticamente terrorífica madre castradora.

El director de 4 meses, 3 semanas,... sigue dirigiendo muy bien. Sus planos secuencia son en ocasiones apabullantes, y sus actores parecen robados de la no ficción. Aquí hay monjas que son monjas, curas que son curas, y locas que están locas.

El problema de esta película son las reiteraciones. En concreto lo que podríamos llamar efecto "Pedro y el lobo", a saber: la primera vez que a la protagonista la interrumpen para decir que su amiga loca está haciendo locuras, que vaya corriendo a ver qué pasa, esto crea ansiedad en el espectador. Pero si este mismo mecanismo se utiliza cinco veces, a la quinta casi que le da la risa. No llega a ser aburrida, pero ciertamente sus 150 minutos se hacen muy largos.

Por otro lado he de reconocer mi incapacidad para la inmersión en capas profundas de la historia, pese haberlo intentado desde el comienzo. No sé a dónde va esta película, más allá de documentar los sinsentidos vitales de sus protagonistas. Se me ha escapado. Sólo me quedaré con su forma, una aceptable fusión entre lo "berlanguiano" y lo "buñuelesco".

Amo a PIXAR por encima de todas las cosas. Con la juventud desterré la animación, cosa de niños. Sí, ya se que "en toda película de animación hay enseñanzas para adultos", pero no iba la cosa conmigo. Un buen día vi RATAOUILLE y todo cambió. Aquella era un película aparentemente insulsa, pero que en mi interior resonó como iniciática. No era una simple fábula, era un ascenso a la iluminación. Después WALL-E. Después UP.

BRAVE es un PIXAR, había que verlo. El principio promete y cuando fuegos fatuos conducen a la protagonista a la casa de una bruja, mi corazón palpitaba. Y hasta ahí puedo gozar. El embrujo posterior no me convence, todo es explícito y demasiado humano.

Sí, hay virtudes. Eso de que con dos gestos puedas conocer el interior de un personaje, esa manera de contar las cosas, esa atracción que no cesa,..sí, hay virtudes. Lo que ocurre es que yo soy como la madre de BRAVE, y la chica me ha salido guerrera.