Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Críticas de keizz
1 2 3 4 10 20 49 >>
Críticas 241
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
Suzume
Japón2022
7.1
3,900
Animación
8
27 de abril de 2023
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nueva película de Makoto Shinkai, el cineasta que me fascinó con su película «Your name» (https://keizzine.wordpress.com/2017/04/16/your-name-kimi-no-na-wa/) hace seis años, y que se ganó el derecho a que fuera con grandes expectativas a ver su último trabajo. Mi diagnóstico a bocajarro: es tan bella y visualmente fascinante como aquella, pero no me llegó tanto. Quizá no soy tan japonés como tendría que ser para apreciarla en toda su dimensión.

«Suzume» tiene un ritmo alto, y sus dos horas de duración no pesan en absoluto. Está realizada como una road movie, y no es necesario ser un fan del anime para disfrutarla (yo no lo soy). No obstante, la primera mitad de la película es un tanto repetitiva, con Suzume y Souta abandonando Kyushu, cambiando de ambientes y cerrando puertas de un modo un tanto similar. La segunda parte me parece más interesante, se centra más en Suzume y su pasado sin resolver, con los problemas con su tía Tamaki, que la acogió como suya tras la muerte de su madre cuando Suzume tenía 4 años, y los reproches mutuos por la vida que su tía dejó de tener por ocuparse de ella.

Como en «Your name», el drama, el romance, la cultura japonesa y los fenómenos atmosféricos catastróficos van de la mano en esta historia. Y para mí todo funciona excepto el romance, que sí funcionaba en la anterior película. Pero más allá de todo eso, la película es de una belleza audiovisual despampanante. Una belleza intrínseca e indiscutible compuesta por una animación espectacular, aderezada por la exquisita banda sonora de Radwimps y Kazuma Jinnouchi, que nos hacen zambullirnos en un Japón melancólico y lleno de contrastes.

Shinkai nos sumerge en un país en constante estado de alerta, pues sufre con frecuencia desastres naturales, especialmente los terremotos. Y a partir de ahí aborda el duelo por la pérdida, de cualquier tipo, tanto los desastres ecológicos como las pérdidas personales o emocionales. Nos habla de la importancia de conocer y entender el pasado para poder superarlo y afrontar el futuro, utilizando la metáfora de cerrar las puertas, tanto las que llevan a otra dimensión como las heridas interiores.

Otro gran acierto de Shinkai es el desarrollo de los personajes y sus peculiaridades que los hacen entrañables, algo muy importante para que la película te interese. Suzume es una adolescente con la lógica incertidumbre sobre su futuro, pero además tiene que lidiar con un pasado que arrastra una herida muy honda. Luego está Souta, con su inquebrantable sentido de la responsabilidad. La tía Tamaki tiene un conflicto interior por su amor por Suzume frente a la sensación de haber perdido los mejores años de su vida cuidando de la niña. Y luego está el gato, del que no puedo decir mucho para no hacer spoiler, pero todos los personajes tienen su importancia, sus momentos mágicos, y todos son imprescindibles para el funcionamiento de la historia.

Además de todo eso, la película sirve como reclamo publicitario para hacer turismo por Japón. El viaje de los personajes por Tokyo y por las zonas rurales que visitan hacen que te crezcan las ganas de conocer Japón para aquellos que nunca han ido, o de regresar a aquellos que ya hemos tenido la suerte de visitar ese singular país. Las localizaciones brillan con luz propia, y la animación, como ya he dicho, es sublime. Te quedas literalmente embobado mirando la pantalla.

Makoto Shinkai nos hace entender cómo se vive en Japón con la constante amenaza de los terremotos, pero también nos hace mirar hacia adentro de cada uno, y nos recuerda la importancia del amor, que es el arma más efectiva contra la maldad. El cariño siempre resulta rentable y está en la esencia del ser humano. A pesar de eso, ya dije al principio que esta película no me ha conmovido tanto como lo hizo «Your name», pero puede que sea cosa mía. Y que no me emocionara a mí a ese nivel no significa que sea peor, es cuestión de gustos y de momentos.

«Suzume» me parece una de las mejores apuestas que hay ahora mismo en las carteleras. Yo la disfruté bastante, y creo que cualquiera con cierta sensibilidad la disfrutará también. Si además te interesa Japón, pues mucho mejor. Creo que es una película muy atractiva, a todos los niveles, y que se puede disfrutar a cualquier edad, y cualquier tipo de público. Si puedes, no te la pierdas.

https://keizzine.wordpress.com/2023/04/23/suzume-suzume-no-tojiman/
keizz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
13 de abril de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dirigida por Matías Bize, esta película chilena discurre en tiempo real de principio a fin en lo que parece un interminable plano-secuencia que dura los 85 minutos del metraje del film en un ejercicio de estilo valiente y que logra atrapar al espectador que siente angustiosamente esa cámara que circula en torno a los personajes en ese bosque inquietante mientras pasas los minutos deseando que el niño aparezca detrás de cualquier árbol lo antes posible.

Lo que en un principio parece ser un thriller sobre el niño perdido y la importancia de recuperarlo lo antes posible, pues se hace de noche y el chico está (o debería estar) en el bosque con una simple camiseta de manga corta, termina desembocando paulatinamente en otra cosa. Poco a poco la carrera contrarreloj para encontrar a Lucas va dando paso a una reflexión sobre la maternidad.

En el fondo la película es eso. Una historia para poner encima de la mesa el significado de la maternidad, lo que representa ser madre, las renuncias que conlleva, las compensaciones, lo que influye en las relaciones de pareja, etc. A causa de la desaparición del pequeño Lucas, Ana y Mateo discuten sobre todas estas cosas. Especialmente brillante es el diálogo del cuarto de hora final en el que es inevitable que el espectador reflexione y termine tomando partido por una de las dos posturas, aunque desde mi punto de vista ambas son perfectamente entendibles.

Según empezó y se iba desarrollando la historia, me temía una película dolorosa, y afortunadamente no lo es tanto. Al menos, para mí no lo fue. Lo que sí hubo es intriga. La incertidumbre es muy fuerte. ¿Dónde coño está el niño? La madre al principio cree que se ha escondido para castigarles. Pero nadie lo encuentra, y el hecho de que aparezca su gorra en el suelo le da un punto mayor de suspense.

Indudablemente desde el principio uno se siente más identificado con el padre, que se muestra decididamente angustiado y arrepentido de haber permitido que dejaran al niño solo en el bosque como castigo. La madre en cambio aparece tranquila, al principio casi displicente, convencida de que el pequeño Lucas se está escondiendo a propósito por el resentimiento que tiene hacia ella. Pero poco a poco iremos sabiendo más cosas…

La potencia del film es innegable. En lo puramente formal, el hecho de que se desarrolle en tiempo real le añade un realismo absoluto, pero es que además el desarrollo de la historia dota a la película de una fuerza arrolladora por su mensaje, su temática y su ambiciosa realización. Hay pocos personajes en la película, y algunos de ellos no los vemos nunca, como la abuela del niño, que llama varias veces por teléfono para ver cuándo van a llegar a cenar. O la misma cámara, que para mí es un personaje más de la película, revoloteando detrás de Ana y Mateo y haciéndonos sentir que estamos allí, a su lado.

Con tan pocos personajes, es fundamental que los actores estén bien. Y vaya si lo están. La actuación de Antonia Zegers es sencillamente descomunal. Majestuosa actriz capaz de transitar por varios registros interpretativos al mismo tiempo, logrando una asombrosa credibilidad tanto cuando es una madre implacable como cuando se desmorona y saca a relucir el vulnerable ser humano que lleva dentro, lleno de dudas, desilusiones y frustraciones como madre, esposa y hasta hija. Esto es actuar, señores. Mi aplauso para ella.

Y a su lado, Néstor Cantillana, que cumple bien su función de estar a la altura del personaje, pero que inevitablemente queda ensombrecido por la inefable actuación de Antonia Zegers. Por otra parte, Catalina Saavedra también está bastante bien en el papel de policía.

En el fondo, se trata de una obra de teatro a cielo abierto, con la cámara constantemente al lado de los actores. Los diálogos son sencillos pero profundos y creíbles, y junto con los silencios (que también dicen muchas cosas) dosificados con sabiduría por Matías Bize, dota a la película de un intensidad pocas veces vista abordando el tema de la maternidad de un modo valiente y elocuente, aunque también devastador.

Me ha gustado mucho la película. Es de aquellas que no te esperas que te atrape pero lo hace y no te suelta durante días. Normalmente siempre digo que este tipo de películas no las recomiendo a todo el mundo por su singularidad y por lo poco convencional que es, pero en este caso me parecería difícil de creer que alguien en la sala no sea capaz de apreciar esta película. Aunque hay almas para todo, también es verdad.

https://keizzine.wordpress.com/
keizz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
12 de marzo de 2020
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay que celebrar el regreso de Guy Ritchie. El director gamberro y talentoso que nos ganó a todos con sus primeras películas y al que ya dábamos por muerto, ha resucitado. Olvidemos sus últimos trabajos, vergonzosos e indignos de su capacidad y disfrutemos del regreso de su humor negro, su construcción de personajes, sus diálogos, su ritmo desenfrenado y su indudable capacidad para entretener.

Por encima de todo, “The gentlemen” es puro entretenimiento. Luego podemos discutir si la película es mejor o peor, pero lo que es seguro es que uno se lo pasa en grando con ella. Recuerda mucho a sus dos primeras películas, pero aquí hay algo más de madurez, y se percibe desde la construcción narrativa, llena de saltos temporales, hasta la elaboración tan definida de los personajes que componen la historia.

Y es que los personajes son la clave de que todo funcione. Empezando por Fletcher (Hugh Grant), que desde su posición de poder que le da la información que tiene (es periodista) intenta sacar tajada mediante chantaje y nos presenta al resto de personajes de la partida: desde la propia víctima del chantaje, Raymond (Charlie Hunnam) hasta todos los demás miembros del juego, destacando el pintoresco personaje representado por Colin Farrell.

Ritchie sigue las directrices básicas de sus primeros filmes aunque en éste se nota un punto más de contención y madurez sin renunciar a sus frenéticos montajes y esa manera multiangular de contar la historia, tan característica de Tarantino. Y sus ingredientes no han variado: gansters de todo pelaje, tráfico de drogas, violencia, humor negro, amenazas, persecuciones, enredos… Y si le falta un punto de mala leche en comparación con sus primeras obras, sigue teniendo mordiente, y además le añade algunos giros de guión inesperados cuyo resultado vuelve a rezumar frescura cinematográfica.

Las canciones están muy bien puestas y este es un tema en el que también me ha ganado la película, pues suenan “Cumberland gap”, de David Rawlings, con los créditos iniciales, y luego “Vitamine C”, de Can, cuando se nos presenta al personaje de Rosalind. Solo por esas dos canciones ya se le puede poner un sobresaliente a la parte musical, pero es que además hay canciones de Cream, Roxy Music, The Jam… en fin, una gozada también para los oídos.

La película destila ingenio a pesar de visitar muchos lugares comunes de este tipo de cine, incluso del propio cine de Guy Ritchie. Pero está muy bien hecha y para los fans del director británico será un placer volver a disfrutar de su talento. Hay que hacerlo muy bien para volver a los viejos ingredientes y lograr que el producto tenga sabor a novedad.

La interpretación de los actores es fundamental para que los personajes funcionen. Y con el elenco de este film, la cosa no podía fallar. Versión original, por favor, una vez más es imprescindible para disfrutar plenamente del talento de estos gigantes de la interpretación. Hugh Grant está espléndido de verdad, personalmente es el que más me ha sorprendido. McConaughey está muy bien pero me sorprende menos. Charlie Hunnam (Hijos de la anarquía) está magnífico a pesar de tener que compartir muchos momentos de mano a mano con el inmenso Grant. Colin Farrell consigue elevar mucho el nivel del personaje un tanto secundario que interpreta. En cuanto a Michelle Dockery y Jeremy Strong, simplemente correctos.

Puntos negativos: no deja de ser una historia de mafiosos, liviana y de poco contenido. Un entretenimiento sin más. Algún personaje o subtrama tiene poco sentido. Por ejemplo, no entendí a qué viene lo de la chica yonki, me pareció gratuito. Aunque por otra parte, la escena en que van a rescatarla la disfruté mucho porque es puro Tarantino.

En definitiva, hay que ver “The gentlemen”. Si te gustaron las dos primeras películas de Guy Ritchie, tienes que verla. Es verdad que tiene un inicio menos trepidante de lo habitual, pero creo que eso le viene bien al film, que luego va cogiendo velocidad de crucero y subiendo el ritmo hasta el final. La historia no es gran cosa, aunque tiene giros de guión sorprendentes y está contada de modo muy original, pero algunas escenas, diálogos e interpretaciones son increíblemente disfrutables. Una película para pasarlo en grande, ¿qué más queréis?

https://keizzine.wordpress.com/
keizz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
13 de febrero de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El neozelandés Taika Waititi dirige esta parodia en la que nos muestra, con un estilo formal que recuerda inequívocamente a Wes Anderson, la última parte de la segunda guerra mundial y el horror de la misma y del antisemitismo de la época bajo el candoroso prisma de la mirada infantil de un niño de diez años que ha sido educado en los valores del nazismo y comienza a descubrir la vida cuando la sociedad alemana y todo lo que ha aprendido se empieza a derrumbar.

La película, a mi entender, tiene dos fases diferenciadas. Lo que hay antes y después de que Jojo descubra a la niña judía en su casa. La primera parte es pura parodia, con continuos toques de humor, una caricatura del nazismo, y el personaje del amigo imaginario adquiriendo mucha importancia en la vida de Jojo y en la propia película. Pero a partir de la aparición de la niña judía el film va perdiendo ligereza, la parte cómica va decreciendo, va ganando terreno la emotividad, y el personaje del amigo imaginario interpretado por el propio Waititi va perdiendo sentido, sus apariciones van siendo menos importantes, y hasta diría que su presencia sobra en la pantalla.

Siempre es escabroso hacer parodias de temas tan serios como la guerra, Hitler y el holocausto judío, pero creo que Waititi logra abordar el tema con naturalidad, tejiendo la crítica a través del humor y el absurdo, amparándose en la mirada de un niño pues a través de los ojos infantiles se aprecia más lo absurdo de esa ideología que escribió esa página tan negra de la historia de la humanidad.

Me ha convencido el trabajo de Waititi, pues su arriesgada propuesta corría grave peligro de convertirse en un esperpento, pero el neozelandés ha sabido dirigir con pulso certero y creo que ha logrado su objetivo, pues la sátira que ha creado se sigue con mucho interés a pesar de lo previsible de ciertas situaciones. Los dramas, por muy terribles que sean, son un poco menos dramáticos si los enfocamos a través de una mirada infantil. Nada sencillo lo que pretendía, y a mi entender muy bien logrado.

Es difícil ver esta película y no implicarte de algún modo en ella. Uno se siente niño de nuevo. A todos nos adoctrinaron de una u otra manera. Todos creímos en cosas que resultaron no ser ciertas. Jojo va despertando a la vida, y a medida que su ídolo va cayendo, van emergiendo otras cosas. El niño tiene que descubrir por sí mismo la verdadera cara de las cosas. Quizá es demasiado pequeño aún para gestionar el dolor, la pérdida, el amor… y eso solo hace que sea más sencillo que la ternura inunde las butacas.

Los actores están bastante bien en general. Sam Rockwell está a la altura de lo que yo siempre espero de él, ya que suele ser uno de los actores que más me gustan, y solo lamento que no tenga más escenas. Scarlett Johansson está bien, pero me parece excesiva su nominación para el Oscar. Quienes más brillan son Davis y McKenzie. Su interpretación es excelente, y sobresale aún más en las escenas que hacen juntos. Este buen trabajo conjunto es esencial, pues la película dependía de ello mucho más de lo que parece. Entre emocionar y pasar a lo grotesco solo había un paso, y gracias a estos jóvenes actores, la película termina siendo brillante.

El envoltorio estético es inmejorable. Magnífico el montaje, y muy acertada la banda sonora, con canciones que realzan mucho la película. Una película que empieza con Los Beatles y termina con David Bowie ya tiene un punto a favor.

En definitiva, “Jojo Rabbit” es una película sorprendente cuya verdadera dimensión seguramente se sabrá con el tiempo. Quizá la olvidemos pronto, o puede que se convierta en una película que gane mucho con los años. Ya veremos. Pero yo lo he pasado bien viéndola. Una película arriesgada, que merece el éxito que está teniendo. Una obra crítica disfrazada de parodia inofensiva, que se ve con mucho agrado y que a medida que se asienta en tu cabeza se va volviendo más punzante.

https://keizzine.wordpress.com/
keizz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
23 de enero de 2020
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Roman Polanski vuelve a deleitarnos con su manera de entender el cine a través de una historia real que sucedió en Francia, tejiendo un thriller de intriga bien construido, en un ejercicio de estilo que recuerda al cine de otro tiempo, lo cual personalmente celebro. La espectacular puesta en escena se enriquece con todos los elementos técnicos que dan lustre a la película, y Polanski dirige como en sus buenos tiempos, con un muy buen desarrollo de los personajes y manejando la trama con buen temple.

La película navega con sobriedad y contundencia, aunque los flashbacks en esta ocasión dificultan un tanto la inmersión del espectador en el film. Polanski nos va sumergiendo en las oscuras intrigas del ejército francés de la época a través de la investigación del teniente coronel Picquart, y lo hace de un modo firme y templado, con decisión y sin recurrir a efectismos.

Entiendo que haya gente que no le guste. Es una película francesa, dura algo más de dos horas, narra unos hechos antiguos que aparentemente no nos conciernen, no hay violencia, ni sexo, ni chistes, es una película que tienes que poner de tu parte para seguirla con interés. Pero me parece una obra muy bien construida, perfectamente ambientada y no se le puede poner un solo pero a nivel formal. Y a mi, incluso me interesó la historia y su desarrollo.

La presencia del personaje femenino interpretado por Emanuelle Seigner, que puede parecer que no aporta gran cosa a la historia, para mí es todo un acierto, pues nos permite conocer el lado íntimo y humano del protagonista de la película, a quien en todo momento vemos en su faceta profesional y militar, y solo en las escenas con Seigner podemos conocer a la persona que hay detrás del uniforme, y entender así sus motivaciones y su forma de actuar.

A mí me ganó la película desde el principio. Tiene un arranque muy potente, con esa escena inicial en el patio militar, con ese plano general en el que los soldados franceses llevan a cabo la degradación del oficial Dreyfus, que es despojado de sus galones y condenado allí mismo de un modo ceremonialmente humillante para un militar.

Quizá la última parte del film sea la que menos me convence. La parte en la que se enjuicia a Emile Zola, y luego de nuevo a Dreyfus, creo que podría haberme fascinado mucho más de lo que lo hace. Supongo que se trata de contar las cosas como fueron, pero de todos modos el final me dejó un tanto frío.

El ritmo es ágil, quizá demasiado, en una historia que salpica a muchos personajes y muchas situaciones. Tal vez un ritmo más pausado habría hecho que prendiera mejor la trama en el espectador, pero entonces se habría alargado demasiado el metraje. Quizá se pretenden contar más cosas de las que requieren los cánones cinematográficos habituales.

Ese ritmo alto y por momentos irregular, me parece lo más criticable de la película. Al margen de la traducción del título que se ha hecho en España, pero bueno, eso ya es una guerra perdida.

Por lo demás, a mí me ha gustado. La recreación de la época es deslumbrante, pero siempre está al servicio de la historia, nunca por encima de ella. Las imágenes son muy poderosas (Polanski, amigos) pero esa rotundidad estética no nos distrae de lo que nos está contando. Una película irreprochable en la que todo está cuidado hasta el último detalle, que me recuerda lo brillante que es mi director polaco favorito.

https://keizzine.wordpress.com/
keizz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 10 20 49 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow