El romance está bien construido, resulta creíble. En su día fue una historia valiente porque planteó una relación interracial y la trató con realismo. Nadie iba a tomarse bien ese vínculo, ni siquiera la propia hermana de Derek que en cuanto tuvo una rabieta se la agarró con Sara y vomitó en su cara todos los prejuicios que tenía atragantados.

Lo que me gusta de Sara es que tiene personalidad, es una chica que tiene carácter. Enfrenta el nerviosismo de ser el blanco de todas las miradas por ser blanca (valga la redundancia) en un vecindario de negros pero no es una asocial introvertida, tímida destinada a sufrir bullying. Otro personaje que me convence es el padre, me gusta cuando le pone los puntos a la hija. Sí, fue un padre ausente, no lo discute pero mientras viva con él más le vale decirle a dónde va y a qué hora vuelve. Es un detalle menor pero me entusiasma que no sea el típico padre que se culpa y por eso se deja pisotear y faltar el respeto.

El baile final es soberbio. Impecable. Es donde menos se nota la utilización de dobles porque durante todo el metraje en las secuencias de baile se hace mucho enfoque en las piernas debido a que los actores son actores y no bailarines, y sin embargo Julia Stiles se luce en esa secuencia, la cual es larga. Es contundente y potente.

El plano de Iris internada pelando ella misma una naranja es de una soledad demoledora. Acaba de ser atropellada y aunque no se aclara, lo más probable es que haya perdido el embarazo, y aún así el que se aparece es el padrastro para decirle que se busque otra casa... que por cierto, el alquiler de ese departamento lo pagaba ella. Todo el día trabajando en la fábrica para llegar a la casa a encargarse de todas las tareas domésticas. La madre cigarrillo en mano y tv encendida, lo más tranquila. El padrastro bueno, ¿Qué se puede esperar?. El único personaje que la trata bien es el que se entiende que es su hermano.

La medida que toma es extrema, de hecho, se pasa tres pueblos. La liga hasta un pobre hombre del bar que no le hizo nada más que sentarse a su lado e intentar seducirla. Y con todo lo que hace, a mi me sigue enterneciendo. Es su demostración de que sí se importa así misma y como sea, pero se va a hacer respetar aunque le cueste la cárcel y como todo personaje perdedor nato por supuesto que no saldrá impune.

Yo le hubiera dado el papel a Mia Goth... en serio, hablo de una mujer realmente sensual. No hermosa... no es preciosa, de rostro perfecto, no, pero derrocha sensualidad y es excelente actriz.
A Zendaya como bomba sexy no me la pueden vender porque no compro. Esa cosa de que todos la desean, partiendo de esa base hay que escoger a una chica atractiva realmente. Sí, ya sé, está re mal, hoy no se puede decir si alguien es bello o no pero acá ni siquiera se profundiza, directamente Patrick dice "es la mujer más sexy que conozco", el otro chico no la había visto nunca, de repente la ve y se enceguece por ella... y es Zendaya pfff. Si fuera que van quedando prendados poco a poco ok, pero tal como está manejado en ésta trama... si me lo planteas así, una cosa que ocurre porque sí, entonces mi mente exige a una persona físicamente deslumbrante.
Ni hablar de que tampoco me la creo como esposa y madre de una niña. Es demasiado joven. Éstos actores varones quedan bien encarnando distintas épocas, pero ella sigue pareciendo una adolescente.

Otra cosa que no entiendo es la cámara lenta. Alargar secuencias sólo implementando la cámara lenta... parece decisión de director novato y Guadagnino no lo es. Hay un plano que puede que sea llamativo quizás, pero a mi me resultó espantoso: durante el partido que recorre toda la cinta, en un momento se enfoca a Zendaya de atrás y frente a ella están los chicos, como una foto fija que recalca lo del triángulo amoroso que para esa hora del metraje, creo que ya lo entendimos. Intentó ser algo lindo pero queda feo.

Hay una especie de queerbaiting entre los protagonistas masculinos que no se termina de entender a no ser que esté puesto ahí sólo para contentar a un sector del público. La escena de los churros (o lo que sea que estén comiendo) es sutil, lo mismo cuando el rubio escupe el chicle en la mano de Patrick, o cuando están en la habitación creyendo que ella no se va a presentar. Esas escenas están bien, ahora ya el beso que se dan es irse demasiado lejos. Se re olvidaron de Zendaya tanto que los dos están prendidos fuego por ella.

Y el final, no sé. No resulta del todo satisfactorio pero tampoco me molesta. Digamos que han decidido quedar en paz. Con respecto a los personajes, son unos perdedores los tres con la diferencia de que Tashi y Art han hecho algo de dinero, cosa que Patrick no, pero nada más. Al menos Patrick es auténtico con todos sus defectos. Art se hace el bueno pero no deja de ser un trepa y en la escena del sauna deja ver su verdadera cara, y Tashi es arpía. No menciono esto como una crítica negativa, por el contrario, me gusta que los personajes tengan alma y estén definidos.

Se está corriendo la bola de que en ésta película hay un trío y no lo hay. Lo siento por quienes la vean por eso.

Chrissa se calla lo que le ocurre en la escuela porque sí, ya que, tiene una familia ejemplar y que lejos de ignorarla le preguntan siempre cómo le va.

Me gusta que la madre le diga que los acosadores cuentan con el silencio del acosado, y que la maestra que dicho sea de paso la actriz es la de "Bound": Jennifer Tilly, sino me equivoco, le dice claramente a la niña que tiene que hablar con los padres. Si se lo está callando como sino tuviera apoyo incondicional. Que no recurra a los profesores es normal, ya que, nunca te ayudan pero no contar con tu familia aplica sólo si el bully te amenaza con que no le digas a nadie o si tu familia no te presta el más mínimo interés, de lo contrario, es absurdo.