La primera impresión de “Rush” es que está más cerca de “Driven” que de “Grand Prix”, y esa percepción no es muy positiva.

La película trata sobre la rivalidad entre los pilotos Niki lauda y James Hunt, esa temática es pura Fórmula 1, y una película de Fórmula 1 donde tiene más protagonismo Lord Hesketh que Enzo Ferrari no puede ser nunca una gran película sobre Fórmula 1.

Pero vamos por partes.

Lo que más me ha gustado sin duda es el sonido de los motores, es una delicia escuchar el rugido de un motor de competición en una buena sala de cine, probablemente este aspecto tan importante se pierda en un visionado casero, así pues es fundamental ver y sobre todo escuchar esta película en un cine.

La ambientación de los 70 está bastante bien cuidada, los coches de competición utilizados también resultan muy convincentes así como el vestuario de los protagonistas.
Incluso los cascos de Hunt y Lauda están algo sucios antes de comenzar las carreras, un detalle de la época que hoy día ha desaparecido debido a la extrema pulcritud que rige en la Fórmula 1 moderna.

La caracterización de Lauda tras el accidente es soberbia, ahí se percibe un gran trabajo del equipo de documentación y maquilladores.

Otro aspecto a destacar es que James Hunt parece estar mejor tratado que Niki Lauda, no sé si porque en el fondo un personaje resulta más atractivo que el otro o si porque Hemsworth trabaja mejor que Brühl.
En cualquier caso el parecido físico de ambos actores con los pilotos reales es acertado, a nivel interpretativo el guión no creo que deje mucho espacio para el lucimiento personal así que no creo que veamos ninguna actuación digna de recibir algún premio destacado.
Estamos ante unas actuaciones correctas, sin más.

La película tiene alguna escena simpática como la de Lauda y Marlene haciendo auto stop, hay que ver la reacción de los dos tifosi al reconocer al nuevo piloto de Ferrari.

Y de lo bueno poco más que comentar, la película entretiene pero en ningún momento te deja la sensación de que estemos ante una obra maestra del cine de automovilismo.

Vamos con la parte menos buena.

Las escenas de competición me han parecido algo escasas y repetitivas.

Se empieza por mostrar la parrilla, luego vemos a Lauda y Hunt rodando en paralelo y se termina viendo la parte trasera de un monoplaza levantado la suciedad de la pista.
Alguna escena más de los cambios de marcha y los pit stops, pero poco más.
Por si fuera poco se recurre a unos televisores para intentar mostrarnos lo que sucede en las carreras.

He visto americanadas de persecuciones en coche mucho más vibrantes que las carreras de “Rush”, resulta una verdadera lástima el desaprovechamiento de los monoplazas reclutados para esta producción.
Quizás el montaje de las escenas tampoco sea demasiado brillante, las carreras no resultan fluidas y el resultado es un pegote de escenas en donde parece que se hayan empalmado las mejores tomas realizadas.

Al margen de las escenas de competición echo de menos una película más de autor, más europea, más melancólica.
Me sobran palabras y me faltan miradas, me sobran canciones y me faltan silencios, “Las veinticuatro horas de Le Mans” es un buen ejemplo de lo que me hubiera gustado que tuviera “Rush”.
No es que la banda sonora de Zimmer y canciones de los 70 sean malas, me gusta mucho Bowie pero aquí me sobra.
Yo quería una crema suave y me han servido una hamburguesa, bien presentada pero que no era lo que me apetecía.
Aquí es donde Ron Howard no me ha terminado de convencer, supongo que lo habrá intentado pero inevitablemente la comparación con “Grand Prix” deja muy por debajo a “Rush”.

La fidelidad del guión es buena aunque lógicamente hay ficción, no está confirmado que Hunt agrediese a un periodista tras la rueda de prensa de Lauda.
Hay otros detalles más técnicos también discutibles pero que no distorsionan en demasía la esencia de la película.
Se echa de menos un mayor protagonismo de los circuitos míticos que se esbozan pero la evolución de los mismos hacían prácticamente imposible la tarea, y en ese sentido la trama se centra más en los personajes que en la competición.

Una competición centrada en la temporada de 1976 en donde se da un repaso a las carreras de esa temporada con especial atención a los Grandes Premios de Alemania, Italia y Japón.
La crónica de la temporada es floja aunque se intuye como un aspecto secundario, que nadie espere ver un rodaje inolvidable por las calles de Mónaco porque se quedará con las ganas.

Como resumen diría que la pasión que la Fórmula 1 me transmite no se ha visto reflejada en “Rush”.
Es una película que todo aficionado a este deporte debe ver, pero que a mí no me ha aportado nada en especial más que dos horas de entretenimiento.

La última obra de Álex de la Iglesia tiene más de promoción y nombres conocidos que calidad en la misma, vamos, que mucho ruido y pocas nueces.

La primera mitad resulta interesante, con un ritmo ágil que parece el preludio de lo que debería ser lo mejor, el encuentro de los protagonistas con las brujas.
Lamentablemente la cosa va a peor conforme pasan los minutos y la película se queda en una comedia de terror con ciertos toques de humor poco originales y escasamente ingeniosos.
Los diálogos más de lo mismo, tratan de ser graciosos pero resultan tan básicos que parecen escritos por un niño de diez años.

Todo resulta bastante predecible, ningún actor sorprende ya que mantienen sus registros habituales pero adaptados a esta historia.

Los efectos especiales me han parecido algo cutres, el metraje excesivo, el guión muy flojo.

Verla en un cine en 3D es casi como sumergirse en el espacio, el ritmo pausado y los efectos visuales te transportan a lo desconocido, a una experiencia casi mística.

El guión quizás sea lo de menos, el envoltorio atrapa y no hace falta más, ni siquiera el cargante doblaje de Bullock puede con la película.

Pienso que la segunda mitad resulta menos intensa e interesante ya que se va fraguando un desenlace previsible, aun así la duración total está muy bien medida y Cuarón consigue no alargar innecesariamente la historia.

Pero lo que hace realmente especial a "Gravity" es que no necesita un buen guión, no recuerdo si tenía banda sonora, incluso bien podría haber sido muda.

Una obra que no necesita de todos los elementos establecidos en el cine ortodoxo y me gusta debo considerarla como arte, gustará más o menos, pero sin duda es arte.

Extraña película sobre un espía en el Londres victoriano de finales del siglo XIX.

La ambientación está muy bien conseguida, la atmósfera de la película es sórdida y deprimente pero te traslada de forma convincente a la época.

Parece más un capítulo de una serie que un largometraje, pero a pesar de los muchos defectos que se le pueden encontrar resulta una película interesante de ver.

No estamos ante una gran película pero resulta tan entretenida que se merece una buena nota.

La base del thriller está bien construida y mantiene el suspense hasta el final, que de eso se trata. Hay algo de acción y un sutil romanticismo entre la pareja protagonista (el beso entre ambos nunca llega y si llegara sería algo forzado e innecesario).

Tom Cruise hace un papel a su medida y sin ser uno de mis actores favoritos he de reconocer que aquí está más que correcto, es más, me ha gustado.
El resto del reparto también aporta calidad con un veterano Robert Duvall como estrella invitada.

Las notas de humor son escasas pero resultonas, hay una escena donde Cruise se mezcla con gente para burlar a la policía y un desconocido le deja una gorra sin mediar palabra, es buenísima.