Todas las interpretaciones son malas, teatrales, sobreactuadas. Muchas escenas carecen de credibilidad, incluso rozan lo ridículo. Como curiosidad: todos cantan maravillosamente, incluso lo hacen a coro.
Los decorados son claramente perceptibles en ocasiones, y la iluminación nocturna resulta inverosímil. La música es inadecuada e inoportuna. El montaje es claramente mejorable, y probablemente el guion también.
Para colmo, se hace larga. A mitad de la película, el cúmulo de despropósitos te habrá saturado y querrás que acabe cuanto antes. El argumento y, quizás, la fotografía son lo más meritorio.

Las deformidades que presenta el protagonista son tan excesivas que a veces no puedo ver sino a un actor maquillado. Y eso a pesar de que el aspecto es bastante fidedigno y las interpretaciones son buenas. Me ha parecido una película bien rodada.
El argumento es cruel; en la película únicamente se compadece de él la gente de clase alta que se sorprende de que un monstruo sea educado. Me parece que es una visión parcial e innecesariamente elitista de lo que, según he leído, fue la historia real, pues también tuvo un buen trato de gente de su entorno.
En el metraje no se profundiza mucho en cómo había sido la vida de Merrick, ni en las cuestiones médicas de su enfermedad, cosas que habrían ayudado a humanizar al personaje. Creo que la película aspira a hacernos sentir el dolor que la sociedad inflige a un humano por el hecho de estar escondido tras un montón de tumores. Sin embargo, creo que no logra más que hacer que nos encariñemos de un monstruo extraordinario.

Los diálogos son un mojón, las interpretaciones son poco verosímiles y muchas decisiones de los personajes no tienen explicación. Un argumento interesante, pero no hay verosimilitud sobre la que edificar una reflexión sobre la inteligencia artificial.
Debió ser un hito en cuanto a espectacularidad cinematográfica, pero no le veo el interés más allá de la acción.

Imagina una película con una imagen anticuada, como de finales de los sesenta, sin una fotografía ni interpretaciones destacables. A eso añádele elementos simbólicos difícilmente comprensibles, escenas perturbadoras y villanos desagradables. De verdad, no la recomiendo.

Durante la película hay muchas escenas memorables, absorbentes, como las del teatro y el casting. Naomi Watts está increíble. Cuando llega el final, uno maldice al director una docena de veces. No era necesario dificultar tanto la comprensión de la película. Es fácil sentirse engañado.

El estilo de dirección me parece muy cambiante a lo largo de las escenas; parece que la hubieran rodado varios directores diferentes. No obstante, la calidad de la imagen es mucho mejor que en "Terciopelo Azul". Y como en otras películas de Lynch, los villanos son perturbadores y desagradables. En muchos momentos, este director, como Brian de Palma, me incomodan sobremanera con esas escenas inesperadas que parecen de serie B.