Un revés en el cine de amor. Yo creo que en una película de este género, con el agravante de estar basada en hechos reales, se busca eso, realismo, empatía, y estar en el pellejo de los protagonistas. Pues bien, un mal guión, una mal dirección, y unos actores que no transmiten nada (sobre todo Tatum) para nada lo han conseguido.

No hay ni emoción, ni amor, ni nada. Bueno sí, hay una cosa, una ofensa al cine del género. Una película de ficción del amor, llena de escenas y de diálogos ilusorios que no tienen cabida en ninguna de las facetas de la vida real. Hasta la pareja real en la que se basa el filme debe estar flipando.

Sí. Aunque parezca mentira, España también hace cine. Aunque parezca mentira, España sí tiene actores de perfil humilde que dan el nivel. Y, aunque parezca mentira, España sí tiene directores. Es una pena que nuestra fachada sean los desabridos Almodóvares de siempre.

Yo siempre digo que una película realmente merece la pena siempre y cuando la sensación al dejar el cine sea la de haber rentabilizado la entrada. Hoy, mi sensación no es sólo esa, es también ese sentimiento satisfactorio de poder recomendar y decir a tus amigos que has visto un peliculón. Un peliculón español. Es una pena el atolladero que supone el encontrarse con filmes como éste

El único pero, Michelle Jenner*.
Lo más triste, que éramos cinco en la sala de cine.

Como la película no me ha dejado ni con ganas de escribir sobre ella, y como he leído algunas referencias que la describen a la perfección, plasmo aquí las opiniones de los expertos: "En este thriller tonto y artificioso suceden demasiadas cosas para aburrirse, pero es demasiado inverosímil para resultar emocionante" (Justin Chang: Variety) o "Pocas veces ha exhibido una película tanta discrepancia entre el realismo urbano y completa ridiculez" (Stephen Holden: The New York Times). Ambas reflejan la imposibilidad de empatizar con una historia inconcebible para el mundo real, que escoltada por unas actuaciones que no sobresalen, hacen que éste no sea precisamente un filme que no vaya a olvidar.

A los 40 min. me he empezado a entretener, y cuando parecía que la cosa empezaba a ponerse interesante, ha recaído de nuevo y me ha demostrado que un equipo y unos actores de renombre no siempre satisfacen como deberían a los que les dan de comer.

Se presenta un buen marco y unos buenos protagonistas, que entretienen y hacen reír por momentos, pero la peli, que ya de por sí es larga, se hace un poco pesada. Como se suele decir, se le podría haber sacado más partido.

Los dos pilares (Ben Stiller y Eddie Murphie) no cumplen con las expectativas, y si los pilares no están en condiciones, no se puede contruir una "buena torre". He echado de menos algo más de humor.

Lo que no pasó con la segunda, ha pasado con la tercera: un salto de calidad a la inversa. La que estaba llamada a ser una de las mejores sagas del cine de terror español, se ha visto gravemente perjudicada por esta entrega. Se ha perdido la verdadera esencia "Rec", que se traduce probablemente en la ausencia de Balagueró.

No puedo concebir cómo es posible que algo de lo que nos podríamos sentir orgullosos se haya "americanizado" de esta manera y se haya convertido en una simplona comedia de zombis y vísceras, carente de la tensión, el realismo y el terror del que sí contaban sus predecesoras.

En fin, un film que prometía, cuya idea era buena, que tenía un buen inicio, que estaba llamada a saciar no sólo a los amantes del género, y que podía estar a la altura, ha acabado quitándome la ilusión y tirando por tierra los cimientos construidos por la que, repito, podría haber sido una prodigiosa saga.

"REC": R.I.P. Descansa en paz