Solamente he asistido a dos capítulos de la nueva serie de Marvel y ya puedo intuir a lo que se refería Oscar Isaac al hablar de la profundidad y de las posibilidades al construir la personalidad de su personaje protagonista.

En un mundo en el que las redes sociales proliferan al a par del reconocimiento de trastornos mentales y de personalidad, el brillante actor interpreta a un hombre que despierta de sueños muy vividos y tiene lapsus de memoria temporales propios de lo que se define como Trastorno de Identidad Disociativo.

Algunos de estos trastornos pueden ser incentivados por una exposición desmesurada a través de las plataformas digitales como han reconocido numerosas personas: youtubers, instagramers, y artistas de distinta índole como Selena Gómez, sin ir más lejos, que no hace mucho reconocía que lleva cuatro años y medio sin usar redes sociales y que ahora se siente mejor y se relaciona de forma más natural con las personas; es más feliz y está más tranquila, por ello.

Es muy importante el trabajo de la psicología y el acompañamiento profesional en muchos casos, supongo que siempre lo ha sido, pero hoy en día, de manera especial por los descubrimientos en torno al cerebro y las emociones, y por la velocidad de nuestras vidas y el constante desarrollo tecnológico y a todos los niveles.

En ocasiones, a través de redes sociales, poco a poco, vamos creando una personalidad a través de la cual, mediante la construcción del propio discurso: fotos, textos, citas, guiños, etc. construye y deconstruye caminos a través de la coherencia y la cohesión narrativa que, en algún momento, pueden ser independientes de la “vida física” por organizarse a través del lenguaje digital de manera distinta a la organización diaria y cotidiana que no precisa tanto de una narrativa correcta como de acciones concretas. Como si fuesen dos vidas paralelas que en algún momento se pudiesen casi independizar y dar lugar a situaciones complejas, contradicciones, juegos de espejos y consecuencias del tipo: trastornos mentales, depresiones, estrés, ansiedad…

Ya son muchos los relatos que he escuchado de personas que reconocen tener lapsus de memoria durante el tiempo que estaban utilizando redes sociales a través de sus teléfonos, lapsus de memoria de horas, es decir, que sus mentes han sido abducidas durante fragmentos temporales significativos de manera diaria y continuada. Como si se tratase de un apagón eléctrico.

No siempre sucede, pero quien más se expone en redes puede entender de lo que hablo y quien se ha expuesto en cierta medida, ya habrá tenido dilemas y sensaciones en la línea de lo que hablamos. En ambas direcciones: la de la exposición en redes y la del visionado de información de cualquier tipo, ya que ver doscientos reels o stories que muestran acciones o sucesos completamente distintos en lugares del mundo variados en apenas unos segundos… no sé cómo puede gestionarse a nivel mental. Hablo del cerebro, de neurociencia.

Las consecuencias de estas exposiciones aún están por determinar, con el tiempo y la distancia se irán definiendo mejor. De momento, más nos vale tomar conciencia y protegernos, en la medida de lo posible, buscar el equilibrio…

Esta es una reflexión personal ya que no hay muchas investigaciones certeras al respecto de un trastorno que hasta no hace mucho se definía como Trastorno de Personalidad Múltiple.

Me ha parecido interesante hacer un pequeño ejercicio de imaginación y empatía con el actor principal Oscar Isaac para sacarle matices a su personaje y conceder que, de alguna forma, puede tener su crítica social, su poso, que se puede extraer de su personaje y de esta serie algún tipo de aprendizaje, tal vez.

Marvel cuenta con una producción gigante que, poco a poco, empieza a funcionar y a realizar material más interesante, más complejo, con más profundidad y capas que al comienzo, cuando se centraban más en las luces y los efectos especiales.

Veremos lo que está por venir, a todos los niveles.

¿Qué acabamos de ver?

Esta proyección trata sobre la vida, el futuro, el presente y un debate subyacente entre los procesos de enseñanza más apropiados para la transición hacia una distopía que, en realidad, estamos viviendo.

Ojalá haya muchos adultos que decidan verla con sus descendientes.

Lo que se transmite en la película es una buena herencia actual:

"Since you are zero gravity there is no right side up.

In the space there is no vertical or horizontal, there is no wall position" .

Un film con algo más que simbolismo: las figuras de referencia, el hombre, la mujer, la escalera a través de la que ascender a lo desconocido, el juego a la realidad, la colaboración; la mentira, la decepción, la admiración, la herida de la historia, el cambio de mentalidad, el pensar en los demás...

Pero también algo sobre las redes sociales, el espacio; educación Universal...

Y aquello de amar a los enemigos.

Originalidad, creatividad... Y un enfoque desde el punto de vista adecuado, en cuanto a que los protagonistas son seres humanos completamente desarrollados. Las personas adultas son las equivocadas...

Sin respuesta, la propuesta plantea una situación irrebatible.

Aparte, el que acabamos de asistir es un ejercicio cinemático impresionante. Y si no lo has asistido aún, te recomiendo procurar la ocasión para visionarlo.

Solo me queda dar las gracias a los involucrados en la producción de este film ser capaces de crear un material tan especial, tan acorde, tan afilado.

-Un navajazo de Ockham-.

Davin Hood construye piedra a piedra su legado.

Una serie que se asiste sin expectativas en un paisaje desolador en el que nos encontramos series por doquier.

Actualmente me gustaría resaltar la figura de Jason Momoa. Obviamente es una figura particular, tratada por la crítica con cierto recelo, tan querido como envidiado por la palestra. Nunca se le reconoce demasiado en sus actuaciones y, aunque está consagrado como actor, intuyo que sus interpretaciones más relevantes están por llegar a partir de la superproducción Dune y sus participaciones con ciertas marcas en el mundo del merchan y la publicidad.

La verdad, parece un tipo entrañable y honesto apoyando proyectos artesanales e independientes y provocando una sonrisa a cada colectivo al que se dirige. Su carisma es irrefutable, su físico imponente y sus capacidades, que desarrolla con gran pasión, se traducen en escenas de acción realmente espectaculares. Su potencial es incontestable.

See es un regalo para el sentido de la vista en concreto, y para los sentidos en general, una ironía de paisajes y escenarios en un entorno hiptótico pós-apocalíptico en el que, a través de personajes excéntricos, tramas y una distopía atrevida, se extrae una lectura interesante con críticas a la sociedad actual y pequeñas luces de sabiduría original.

De hecho se pueden extraer citas claramente relevantes.

-Baba Voss : “Every child eventually comes to a bridge that they must cross alone”-.

Está planteada con valentía y cuida mucho los detalles de producción. Las actuaciones son notables y varios caracteres sorprenderán a sus seguidores. No es algo que hayas visto antes y, sin embargo, es muy fácil de visualizar a pesar de la violencia, que se muestra como un espectáculo de Baba Voss (Jason Momoa) desde el final del tercer capítulo.

Si eres fan de Jason, tienes la oportunidad de verlo en la que probablemente es su mejor caracterización y más completa por su continuidad y su progreso. Cada escena está diseñada para sacar el máximo partido a sus virtudes o, dicho de otro modo, gracias a las mismas, se percibe el máximo potencial en cada corte. Sin duda hay una simbiosis entre el protagonista y la serie, la historia, la caracterización y el rodaje; en un entorno y con una ambientación que encajan en el actor como un guante. O podríamos decir un collar, un brazalete o cualquier complemento, arma o pedazo de tela descolorido que vista.

La trama se va haciendo compleja, ofreciéndote una invitación al pensamiento mientras se te regalan los sentidos.

Los capítulos están diseñados con principio y final a través de la trama general, de manera que se asisten fácilmente a pesar de sus 50 minutos de duración.

See es una serie pós-apocalíptica de ciencia-ficción, una recreación para Jason Momoa, un espectáculo visual distópico, una combinación de valores familiares, entretenimiento, violencia y crítica social o filosofía por embarcarte en un viaje que te invitará a desarrollar la empatía y a mejorar incluso como individuo.

Al menos, eso es para mí y me parece justo hacer un pequeño homenaje a uno de los hombres más carismáticos y atractivos del mundo.

Aloha j

Cuando alguien dice de una serie que es adelantada a su tiempo, quizás, lo que en realidad significa, es que es puntual en el presente.

Esta miniserie está diseñada por un equipo apasionante, estilo gabinete, de sabios creadores y analiticos de la realidad, sobre todo en cuanto a interfaz. Es original sin renunciar a la cultura cinematográfica.

Alguien se ha divertido mucho durante el rodaje. Y no me refiero solamente a los creadores Jhon Robert Hoffman y Steve Martin.

El casting es absolutamente transgresor, irónicomente; formado por dos viejas glorias que aprovechan su condición y su talento para desplazar a la audiencia a través de humor y misterio por escenarios geniales; y una jóven Selena Gomez deslumbrante que nos muestra su redescubrimiento como actriz gracias a la reaparición en el mundo de la TV en una serie de la que apenas hay unos pocos capítulos todavía.

Hacía tiempo que no veía una serie capítulo a capítulo, semana a semana, hasta donde el hechizo nos lleve.

El match entre los personajes está en el lado opuesto de lo moderno, es inevitablemente perfecto de manera más cósmica que cómica. Y no está falta de intriga y comedia. Steve Martin se deleita en su madurez acompañado de un brillante Martin Short (very welcome) cuyo feeling es indiscutible (se puede ver en Netflix, a modo de conversación, a ambos actores ilustrando su vida en An Evening You Will Forget for the Rest of Your Life) y una sutil Selena Gómez que engancha con la anterior generación y con la siguiente mientras todos los personajes crecen a la vez que los actores. En el mismo espacio de tiempo.

El elenco al completo es brillante. Lo es el guión, al menos lo que hemos visto. El diseño de cada capítulo es muy preciso.

Los saltos entre escenas aligeran el ritmo, los resúmenes al inicio de los capítulos ayudan a refrescar la memoria.

Me gustaría imaginar una reunión en ese gabinete. Deben de sentirse radiantes en su descubrimiento. Persiguiendo el misterio sin realmente querer saber cómo termina la historia.

El show está rodado en poco espacio, básicamente un edificio como en La Ventana Indiscreta pero sin límites de ningún tipo, con todo lujo de detalles y perfectamente integrado en nuestra contemporaneidad.

Cada fragmento ahonda un poco más en los personajes mientras la trama se entrelaza entre fantasía y realidad y alicientes más que grandilocuentes. Los secundarios aparecen acertadamente para construir un entorno y una atmósfera que no te dejará indiferente.

La acción muestra circunstancias muy variopintas que se encuentran en el más bizarro de los escenarios con necesidades bien diferentes. La relación entre los protagonistas será la llave para resolver un misterio que se hace real a la vez que se genera a través de la grabación y posterior reproducción de un pódscat titulado Only Murders in the Building.

Incluso hace guiños a la diversidad con original empatía.

A resolver el misterio.

"Mis cienes".

Hacía tiempo que una serie no me satisfacía tanto.

En los últimos tiempos consumimos mucho contenido online de mayor o menor calidad.

Últimamente no había estado muy conectado con la mayoría de las series. He visto películas de todos los géneros, conectando más, en ocasiones, con anime y cine clásico. He continuado buscando entre las películas más antiguas, no solo de los maestros Alfred Hitchcock y Akira Kurosawa, también de John Huston y algunas otras reliquias desde 1932, como en el caso de the Island of Lost Souls, para descubrir otro tiempo, otro ritmo, otro mundo...

Me encanta ver películas antiguas. Poco a poco, espero verlas todas. Mucha gente busca contínuamente ver material nuevo, sin embargo, me agota la sensación de que éste, nunca se acaba y en muchas ocasiones está hecho sin más proposito que divertirse con la aventura del proceso de creación, por supuesto, y el hecho de amasar una fortuna para aquellos que tienen medios para vivir de lujo del cine. Claro que hay buenas películas eventualmente y series también (hemos estado asistiendo a la época dorada de las series) pero, hoy en día, con el auge de las redes se invierte mucho en promo y publicidad y es una sensación alienante ver contínuamente lo que te ofrecen para ver. Al menos, eso es lo que siento.

Quizás antaño sucedió algo parecido pero con medios más limitados; puede que fuese diferente. No estaba allí para vivirlo.

Lo cierto es que cuando te sumerges en el cine clásico la búsqueda es más pausada. Sabes que el material es finito y muy especial dependiendo del momento y los elementos relacionados (género, actores, director...). Un abanico bizarro de material inédito desde el punto de vista de nuestros ojos actuales.

Entonces me topé con Castlevania en Netflix. En realidad me la recomendó mi novia. Sacaban la cuarta temporada y estaban todas en la plataforma. Está basada en un mítico juego "Castlevania III: Dracula's curse" (no es necesario haber jugado para enamorarse de su visionado) y está hecha con el gusto de los factores que acabo de describir. Es un anime con historia, con leyenda y con una profundidad en los personajes y las conversaciones que se engarza con la fantástica y cruda acción de sus escenas.

Además los capítulos son de 25 minutos, intensos y perfectamente confeccionados.

Quedé embelesado por el carisma irrefutable de sus personajes mientras el mundo se sumía en las llamas y la oscuridad con matices demoniacos y eclesiásticos y con un humor delirante y hardcore. No es apta para aquellos que se escandalizan con la sangre. Pero el hecho de que sea anime hace del contenido una pieza remarcable brindando la posibilidad de crear mundos y momentos inverosímiles, inhóspitos e inesperados.

Si, fantástica.

El halo que rodea a Vlad Drácula es el mismo que rodea a la serie: belleza, tragedia y oscuridad. Sin embargo, al estar hecha desde el punto de vista de héroes diferentes, éstos ofrecen el punto de luz y esperanza (a veces terca, a veces elegante o ebria, a veces filosófica o incluso adorable) que nos salva de la agonía brillantamente.

El equilibrio es perfecto.

Muy recomendable.