Es tan kitsch, tiene un alma tan camp, que es una pena que no se desmelene por completo para abrazar sin miedo el espíritu petardo y autoconsciente de "El caramelo asesino" (la versión bien de "Chicas malas" ), "G.B.F" o, incluso, a esa curiosidad que era "Paradise Hills". Y es que es algo que pide a gritos en momentos como la exhibición de los príncipes en el acto inaugural del curso, los catwalk de Sophie reconvertida en fashion victim mode goth o la interpretación de un Kit Young que seguro que se cree David Bowie en "Dentro del laberinto".

El problema es que se contenta con ser otro clon más de Harry Potter sin personalidad alguna, cayendo en muchos de los tópicos que trata de subvertir y tomándose demasiado en serio.

Aún así, si uno la ve como lo que es, logra su objetivo, porque pasan tantas cosas y tan seguidas que resulta entretenida. Otra cosa es que haya gente que crea que debe destruir tonterías como esta para sentirse muy crítico de cine y/o que le pique que los personajes principales sean mujeres capaces de tomar decisiones (aunque se equivoquen) y defenderse por si mismas.

Cinco colegialas que forman parte del club de literatura de su colegio se reúnen una noche para celebrar una cena a ciegas, durante la cual cada una leerá un relato de su autoría acerca de la muerte de la que fuera presidenta del club. Así es como empieza este thriller juvenil con un fondo oscuro y rebuscado, en contraposición a su estética edulcorada.

Si bien es cierto que visualmente parece un telefilm, algo bastante habitual en las películas japonesas que adaptan mangas o light novels, su estructura a lo Rashomon, el morbo que la historia desprende (¿la muerte de la presidenta fue accidental o un asesinato cometido por una de ellas?) y la gran cantidad de giros de guion logran que, pese a no ser nada del otro mundo, la película sea entretenida.

Para quien ha disfrutado Re:Mind y similares o busque un whodunit (a la japonesa, eso sí) ligerito para pasar una tarde aburrida.

Personalmente esta peli me ha provocado sentimientos encontrados.

Fourth Man Out es una comedia simpática, que logra sacarte varias sonrisas a lo largo del visionado de la misma. Las reacciones de los amigos de Adam son las típicas que se podrían esperar de cualquier grupo de heteros que descubren que uno de sus amigos más íntimos es gay, así que prepárate para varios chistes sobre "pegar el culo a la pared", miedo a "contagiarse" o a replantearse esas actitudes de machos que tienen mucho de filogay. Si la cosa hubiera seguido por este camino, el resultado hubiera sido la enésima comedia zafia sobre tópicos, pero los personajes evolucionan y tras el shock inicial se dan cuenta que en realidad nada ha cambiado y que Adam sigue siendo el mismo de siempre.

Precisamente en ese punto radica la parte buen rollista de la película: cuando los tres amigos heteros descubren que el protagonista se siente solo, deciden ayudarle a buscar pareja mientras se percatan de sus actitudes machistas y homófobas. La verdad es que los cuatro actores protagonistas logran tener mucha química en pantalla y transmitir la sensación de ser amigos de toda la vida y creo que, en cierta manera, la película logra ser bastante sincera a la hora de mostrar la salida del armario de un gay en una localidad pequeña y conservadora.

Sin embargo, de buenas intenciones esta lleno el camino al infierno y Fourth Man Out tiene algunas cosas que personalmente me han parecido un tanto desagradables. Por un lado tenemos a Adam, un gay alejado de los tópicos del joven afeminado, que trabaja como mecánico, juega al poker mientras fuma puros y le gusta entrenar y ver el fútbol americano con sus amigos; esto no sería un problema si no fuera porque el resto de personajes gays que aparecen pasan de la caricatura a lo molesto, tenemos a un gay casado de lo más desagradable que solo piensa en el sexo y al joven amanerado, artista, esnob y antipático. Con esto parece que quieren vendernos la moto de que el gay aceptable es el invisible, el que no se nota porque es masculino y "normal". Por otro lado, los personajes femeninos tampoco salen muy bien parados: son planos -o son muy buenas o son muy malas- y solo sirven para marear a los hombres.

Fourth Man Out no consigue esquivar las actitudes machistas y homófobas contra las que intenta luchar, pero también es verdad que pese a ello logra un retrato de cuatro amigos que permanecen unidos, se ayudan y se quieren. Al estilo machote, evidentemente. La In & Out del siglo XIX pero con un poquito menos de azúcar. Hay que agradecerle también que se aleje del drama y tremendismo de otras películas de temática IGBT+ y nos muestre a un personaje, Adam, que pese a sus caídas de ánimo no se hunde en la más absoluta de las miserias simplemente por ser homosexual.

Vaya por delante que la película es mala, pero en algunos aspectos me parece mucho más sana que otros productos realizados recientemente para "sanear" la imagen de los hombres homosexuales cof cof 4th man out cof cof creados y pensados por heterosexuales para heterosexuales.

Dejando esto de lado, mi principal razón para ver esta encantadora tontería es que es del mismo director de "El caramelo asesino", esa pequeña y loca maravilla que hacía explotar todos los tópicos de las series y películas sobre adolescentes con mucho humor negro, mala baba y bromas metaficcionales... Y algo de todo eso hay en G.B.F., pero con menos presupuesto y mala leche.

Pese al evidente objetivo de hacer volar por los aires todos los tópicos del personaje gay que ejerce de "mejor amiga" de las chicas, el tono es más amable, menos alocado y paródico y el reparto no puede autoparodiarse como en "El caramelo asesino", pero si uno logra dejar de darle vueltas a los defectos de la peli se encuentra con que es simpática y entretenida, con un punto de sinceridad emocional en lo que respecta a los dos protagonistas que en su diálogo final resulta desarmante.

En fin, una comedia ligera, que necesitaba de más mala leche pero que aún así es entretenida... Y sí, sigue siendo mejor que "Chicas malas".

Placer culpable con todas las letras.

"Yo anduve con un zombie" mezcla sin vergüenza alguna "Rebecca" con el vudú más clásico de "La legión de los hombres sin alma" para traernos un melodrama romántico que juega a ser una película de terror. A su favor tenemos una atmósfera opresiva y oscura que poco a poco se aleja del clásico terror gótico que inspira el tétrico torreón dónde está confinada la esposa del protagonista para devenir en un terror más exótico, donde el calor tropical y las danzas vudú adquieren todo el protagonismo.
En contra esta su duración, algo menos de 80 minutos, que dificulta un buen desarrollo de los personajes.

Pese a sus pequeños defectos, la peli destaca por la atmósfera que logra y su toque exótico, así que es una curiosidad de lo más recomendable.