Esta es otra sorprendente historia que nos presenta el maestro tras las cámaras Kim Ki-Duk. En esta ocasión nos presenta la extraña relación entre un viejo pescador y una joven abandonada por sus padres. La intención del primero es la de casarse con ella cuando esta cumpla los 17 años, pero todo se complica con la aparición de un joven en escena.

Otra simple historia que llena de bellos planos, aun que en esta ocasión no me llega a convencer como en otros de sus anteriores películas. El hilo argumental se sigue perfectamente, algo muy importante teniendo en cuenta los largos silencios, y nos acompaña una agradable banda sonora (interesante la idea del arco como arma e instrumento musical), pero con una premisa inicial tan interesante se pierde en un exceso de metáforas y no saca todo el jugo que un maestro de su nivel podría haber sacado. Además me deja con la sensación de que Ki-Duk empieza a trabajar constantemente sobre lo mismo, planos perfectamente encuadrados y otra historia más en la que el uso del lenguaje se reduce a su mínima expresión. Y no solo esto, no consigue encender en nosotros sentimientos durante la película, exceptuando un final que deja un buen sabor de boca y que consigue mantener a flote la película. Kim, espero que la próxima vez nos consigas sorprender con algo más trabajado y vuelvas a conseguir despertar secuencia tras secuencia los sentimientos que con tus anteriores trabajos conseguías despertar.

El genial e inigualable Woody Allen nos deleita con una interesante comedia musical que no lega a la altura de la gran mayoría de sus películas. Quizás sea el encontrarme a Woody cantando y rodeado de disparatadas coreografías lo que me ha descolocado un poco, pero de todas formas no creo que el filme en si sea del nivel demostrado en otras muchas películas. El reparto está a muy buen nivel, recalcando sobre todo la actuación de jóvenes actores que triunfan en el cine de hoy, como es el caso de Edward Norton( quizá un poco flojo en sus escenas musicales), Natalie Portman y Drew Barrymore, sin olvidarnos también de los demás actores que cumplen a la perfección con sus papeles. Aunque no tenga un guión brillante, en ningún momento sobran chistes de la interminable factoría Allen. La última escena entre el propio Woody y Goldie Hawn es maravillosa. Es un atractivo homenaje al cine musical desde el punto de vista de uno de los mas grandes, pero que al mismo tiempo derrocha drama y humor, aunque no llega a la ironía a la que nos tiene acostumbrado.

Una vez más, el controvertido y polifacético realizador chileno de origen ruso Alejandro Jodorowsky, nos atrapa con otra gran historia en la que no faltan ni estrambóticos personajes ni escenas envueltas en una sorprendente atmósfera de fantasía. La película nos introduce en un truculento océano de misticismo y simbología, acompañados de una extraordinaria banda sonora. También es de destacar la impecable fotografía, la gran pero corta interpretación de Guy Stockwell como Orgo, padre de Fénix, y un final tan asombroso como perfecto. En resumen, una gran obra que nos arrastra dentro del alma de un enfermo que en muchos momentos nos dejará atónitos y pegados al sillón, y como todas las películas de Jodorowsky, no nos dejará indiferentes.