No es una comedia desternillante, tampoco abundan los gags tronchantes, yo creo que lo mejor de esta serie es su sutileza a la hora de jugar con la ironía y el sarcasmo entre sus personajes.
Quizás cueste un poco entrar en ella, porque el argumento inicial es algo inverosímil y rocambolesco, pero una vez asimilada la nueva situación de la familia empiezan a entrar en juego las nuevas relaciones con el resto de personajes, cada cual más peculiar, y poco a poco entra en una dinámica de vida cotidiana bastante surrealista.
El personaje de Chris Elliot es un caso aparte, es el más divertido de la serie, eleva el nivel de la serie.
Es una serie para saborear lentamente, aunque puede darte un arrebato y querer ver un episodio tras otro sin parar