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España España · Granada
Críticas de Alien
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Críticas 62
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
22 de noviembre de 2023
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Logrado vídeo musical de esta canción perteneciente a Modern Times (2006), el trigésimo segundo álbum de estudio del legendario Bob Dylan que, a sus 65 años, ya hacía tiempo que no poseía esa voz característica que nos deleitó con temas tan reconocidísimos como The Times They Are A-Changin' o Knockin' on Heaven's Door y otras maravillas menos conocidas como One of Us Must Know (Sooner or Later). A partir de la década de los noventa, Dylan empieza a adaptarse a una música acorde a su desgastada voz. Ya no lograría acercarse a sus mejores logros, pero Bob siempre se deja escuchar, especialmente en Modern Times, quizá su último gran trabajo, donde los diez temas incluidos suenan notablemente, destacando Nettie Moore y, sobre todo, When the Deal Goes Down.

When the Deal Goes Down es una balada en la que se escucha a un sentido Dylan y cuyo videoclip, dirigido por Bennett Miller, está protagonizado por una tal Scarlett Johansson, joven de 22 años recién salida de Match Point (2005) bajo las órdenes de Woody Allen. La canción no destaca por sus cambios de ritmo, sino que se mantiene monótona en sus cinco minutos de duración, pero la melodía y el tono de Bob son exquisitos, dando lugar a la típica canción que, sin cansarte, estarías escuchando durante horas mientras juegas a las cartas con unos amigos. O quizá, mejor aún, escucharla junto a la chica de cabellos dorados con la Estatua de la Libertad al fondo o perderte con ella en un idílico prado, tal y como se nos muestra en el vídeo musical que está presentado magníficamente como una película casera rodada en 8mm. Excelente ambientación y fotografía para un videoclip que contiene detalles significativos para el propio Dylan: una matrícula de Minnesota, una guitarra acústica, un vinilo de Hank Williams… Una delicia, porque escuchar a la leyenda mientras se contempla a Scarlett Johansson es, sencillamente, hacer un favor a los sentidos del oído y la vista.
Alien
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8
11 de noviembre de 2023
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es la primera vez que Wes Anderson adapta una obra de Roald Dahl, pues ya lo hizo hace más de una década con la entretenidísima Fantástico Sr. Fox (2009). Ahora vuelve a realizar cuatro adaptaciones del mismo autor: Veneno, El cisne, El desratizador y La maravillosa historia de Henry Sugar, que con toda probabilidad es el mejor trabajo de estos cuatro cortometrajes. Si bien esta reseña es sobre Veneno, debo decir que he disfrutado con esta colección de historias que están un escalón por encima de sus anteriores trabajos: La crónica franccesa (2021) y Asteroid City (2023). Esas dos películas estaban bien y en ocasiones tenían muy buenos momentos, pero están lejos de los mejores trabajos de Anderson como El Gran Hotel Budapest (2014) o esa pequeña joya titulada Isla de perros (2018).

En esta ocasión a Wes Anderson le sale todo bien y aprovecha la narrativa de Roald Dahl para dar rienda suelta a su característico estilo visual. Y lo hace de maravilla con sus movimientos de cámara, cambios de escenarios y un diálogo ágil, de manera que los 17 minutos de Veneno pasan volando y nos ofrece momentos de tensión y humor sutil hasta llegar a la revelación final. Lo llamativo de estos cortometrajes es que el texto de Roald Dahl está presente prácticamente en su totalidad, pues si leemos los cuentos nos daremos cuenta de que el director ha quitado pocas líneas. Así que Veneno (y el resto de cortometrajes) es lo más parecido a un audiolibro al que han añadido imágenes en movimiento. De hecho, en varias ocasiones, Roald Dahl (Ralph Fiennes) aparece en pantalla para añadir información o decir alguna línea del relato original. Un cortometraje de impecable factura.
Alien
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5
16 de octubre de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de que, por lo general, el cine de Godard me gusta, siempre he entendido a los espectadores que no soportan sus películas. Esto es así porque es fácil detectar las deficiencias tanto técnicas como artísticas que poseen muchos de los trabajos del cineasta francés. Y, obviamente, la gente suele quedarse más con lo negativo que con lo positivo. Yo también veo esas faltas, pero igualmente observo grandes virtudes que pongo en valor. Me refiero a nuevas ideas, planos, técnicas novedosas, secuencias travelling, escenas icónicas y otros muchos elementos que están presentes en la nouvelle vague, en ocasiones en calidad de recurso pionero y que posteriormente otras películas –europeas y, sobre todo, estadounidenses– han ido utilizando y perfeccionando. Y esa es una de las razones por las que el cine de Godard hay que valorarlo, que no necesariamente disfrutarlo. En mi caso, sí que he disfrutado con varias de sus películas, pero lamento decir que no puedo decir lo mismo de Detective (1985).

Encuentro en Detective a un Godard gastado y que intenta utilizar la misma fórmula que lo convirtieron en mito en los años sesenta. Pero el problema es que estamos en 1985 y lo que funcionaba entonces, ahora, dos décadas después, queda desfasado. Por ejemplo, un tiroteo en Banda aparte (1964) resultaba simpático, pero en Detective, filmado y montado de forma similar, es ridículo. Del mismo modo que muchos recursos habituales de Godard no le funcionan en esta película como, por ejemplo, las citas literarias. En prácticamente todas las películas de Godard podemos observar a un personaje leyendo novelas o ensayos y citando al espectador algunas líneas del libro. A muchas se les sacaba algún contenido interesante, pero en Detective no recuerdo haber reflexionado sobre ninguna.

A todo eso hay que sumarle lo más importante: historia y personajes. Pues ni lo uno ni lo otro funcionan bien. La película empieza y el espectador va intuyendo poco a poco por dónde van los tiros de la trama, porque en realidad el tema principal no es la “investigación” detectivesca, sino un triángulo amoroso entre los personajes de Nathalie Baye, Claude Brasseur y Johnny Hallyday, y que ni siquiera tiene mucho interés. Quizá sea porque no hay ni un personaje del que queramos saber más debido a que los protagonistas resultan planos. Y es que se echa en falta ese carisma que sí conseguían Jean-Paul Belmondo y su cigarrillo en la boca o Anna Karina y su mirada penetrante que iba directamente al corazón del espectador. Sí, está Jean-Pierre Léaud y en alguna ocasión tiene su gracia, pero no he entendido su personaje, no tiene sentido mucho de lo que hace. Así que lo que nos queda es centrarnos en lo más destacable de la cinta: la selección musical que incluye clásicos como Chopin o Schubert, la fotografía y la presencia de una joven y bella Emmanuelle Seigner. Y así van pasando los minutos hasta que termina la película y vemos que Godard dedica la película, entre otros cineastas, a Clint Eastwood. Y es entonces cuando uno se acuerda de Harry Callahan y procede a verse de nuevo Harry el sucio (1971).
Alien
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7
17 de septiembre de 2023
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Era solo cuestión de tiempo que el mejor personaje de la floja Escuadrón suicida (2016) tuviera una película propia, ya que la Harley Quinn de Margot Robbie era prácticamente lo único que hacía más llevadero el visionado del trabajo de David Ayer. Así que la gente de DC se puso manos a la obra y contó de nuevo con los servicios de la actriz (también implicada en la producción) para dar vida por segunda vez a esa doctora en psiquiatría que tiene como mascota a una hiena. Y con ese dato, por si no había quedado claro con el título completo que le han puesto a la película, el espectador debe ser consciente de que estamos ante un filme que no se toma en serio a sí mismo, lo cual juega a su favor en todo momento. Porque Aves de presa (2020) está hecha con el único propósito de entretener y lo consigue a través de conseguidas secuencias de acción, un montaje alocado y desordenado que simula la cabeza de Harley Quinn y la interpretación, cómo no, de una Margot Robbie que se mimetiza en su personaje y que se nota que se lo ha pasado en grande rodando esta película. Solo por verla a ella ya merece la pena ver Aves de presa, porque su interpretación es endiabladamente divertida, muy expresiva (incluso en alguna ocasión pone caras que me recordaron a Jim Carrey) y llena de contagiosa adrenalina.

La constante voz en off y la estructura propia de la película al estilo de los mejores trabajos de Guy Ritchie hacen que la dinámica y el ritmo de la película no decaigan en ningún momento. Mucha acción, humor gamberro con sus chorradas varias (casi siempre bien llevadas) y visualmente atractiva son algunos elementos que funcionan y que supongo que la nueva película de El Escuadrón Suicida (2021) tomó ideas para superar su versión anterior. También me gusta y me hace gracia el personaje de Mary Elizabeth Winstead, la Cazadora, a la que le sobra ira y le falta don de gentes. Un personaje, además, que parece sacado del tarantiniano mundo de Kill Bill (2003). Lo cierto es que no esperaba nada de este título y finalmente me llevé una grata sorpresa, teniendo en cuenta el tipo de película que iba a ver.

Evidentemente Aves de presa tiene sus fallos, empezando por Ewan McGregor que, si bien es un actor que considero correcto, aquí le ocurre lo mismo que le sucedió en La venganza de Jane (2016) y es, simplemente, que al bueno de Ewan no le sale bien ser el malo de la película. Tampoco me ha gustado mucho la salida que le dan a una escena en la que el grupo liderado por Harley Quinn está en apuros. Ese momento de Black Canary (que dura solo unos segundos) se sale un poco de lo que estábamos viendo, aunque también entiendo que es algo que podía ocurrir si se tienen en cuenta los cómics, pero creo que no encaja bien en esta película. Y por decir algo más que se pueda considerar "negativo", pues que me siento más cómodo cuando suenan grupos como The Runaways o Heart antes que con otras canciones de corte más moderno. Pero bueno, eso sucede mucho en el cine y es cuestión de gustos.

La verdad es que mi nivel de exigencia para este tipo de películas es bastante menor que al que le pido a cualquier otra película que pretenda ir más allá del entretenimiento. Y Aves de presa no quiere ni pretende ser la mejor película de acción, ni la mejor comedia, ni ser referente en nada. Solo quiere que pasemos un buen rato y que desconectemos durante unos 100 minutos sin calentarnos la cabeza. Y sobre lo que se habla de que esta película es antihombres y tal, en fin, creo que mucha gente se lo toma como algo personal en ciertos aspectos. Aquí de lo que se trata es de ver a un grupo de chicas (que la mayoría no son ejemplo de nada) dando mamporros a unos cuantos tipos estúpidos. Y no hay más.
Alien
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8
28 de agosto de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hablar de una película de los hermanos Coen es siempre una tarea que se antoja difícil debido al cine tan peculiar que suelen ofrecernos. Personajes variopintos, situaciones surrealistas, diálogos que, más que diálogos, parecen rompecabezas y, sobre todo, una visión y humor tan personales que es normal que algunos espectadores huyan de sus películas. Otros muchos, sin embargo, nos hemos dejado atrapar por el universo coeniano y, una vez dentro, ni podemos ni queremos salir de ese mundo que nos deslumbra, a pesar de que nos es difícil entender y explicar con palabras el motivo de nuestra fascinación por ese cine. En este caso, la película titulada “El hombre que nunca estuvo allí” (2001), atiende a las características mencionadas.

Ambientada en una pequeña ciudad de California en 1949, la narración comienza en una barbería donde Ed Crane (Billy Bob Thornton) se nos presenta como un hombre conformista, aburrido, poco hablador y que se dedica a cortar el pelo, aunque no se considera barbero porque, simplemente, nunca buscó serlo. La primera escena, que está presentada elegantemente con una preciosa fotografía en blanco y negro, una música de piano magnífica y un montaje preciso que acompaña a la perfección todo lo que nos cuenta Ed Craine mediante voz en off, es suficiente para que los Coen ya me hayan convencido y esté dentro de la historia.

Poco a poco se nos van presentando más personajes y la relación entre los mismos. Los sucesos se van complicando cada vez más y lo que parecía ser una simple historia de un hombre corriente se convierte en algo más complejo. Y es que los hermanos Coen no han hecho otra cosa que servirse de muchos de los elementos que caracterizan al género que quieren homenajear: el cine negro. Porque en “El hombre que nunca estuvo allí” tenemos el blanco y negro, la constante voz en off, la pantalla llena de humo de cigarrillos, la mujer fatal, el adulterio, el chantaje, la trama cada vez más enrevesada y, por supuesto, el asesinato. Pero todo esto con ese toque que los directores impregnan a sus películas y las hace especiales. Tan solo hay que ver la escena en la que el abogado se marca un monólogo sobre el principio de incertidumbre de Werner Heisenberg (“cuanto más observas, menos sabes de la realidad”) que resulta tan embarullado como desternillante y que es perfectamente reconocible como puro cine de los Coen.

A lo largo de la película podemos observar que hay una desmitificación del sueño americano o al estado de bienestar, pues tener un trabajo estable, una casa en una zona tranquila, un coche, una esposa y todo lo que nos venden para tener una vida llena de satisfacciones, resulta que es lo que a Ed Crane lo tiene hastiado y lo lleva a tomar decisiones desesperadas para intentar cambiar su miserable vida. Pero, a veces, cuando se quieren cambiar las cosas, no hacemos más que complicarlas todavía más, como cuando Ed quiere cambiar su forma de vivir, pero para ello se inventa un chantaje y es lo que hace que se desencadenen todos los sucesos que ocurren al final.

Cabe destacar que la película está llena de personajes que aparecen poco pero que son claves para el desarrollo de la trama y que están interpretados por un reparto de primer nivel como Frances McDormand, James Gandolfini, Richard Jenkins y una jovencísima Scarlett Johansson. En este apartado quisiera nombrar a actores menos conocidos pero que hacen un trabajo como mínimo tan bueno como los anteriores y que ya habían trabajado antes con los Coen: Jon Polito, Tony Shalhoub y Michael Badalucco. Pero la mención especial es para Billy Bob Thornton, que se come la pantalla y es al que escuchamos continuamente en voz en off, pero que es un personaje poco hablador, como bien dice al principio de la película, y eso hace que cuando interactúa con otros personajes deba servirse principalmente de su expresión facial y gestos corporales que borda a la perfección, realizando una de las mejores interpretaciones de su carrera.

Con poco más que añadir, acabo diciendo que quien no haya visto esta película o la tenga lejana, le animo a que se acerque a ella, pues solo por su gran fotografía (Roger Deakins), la música (Carter Burwell y algunas piezas de Beethoven y Mozart), el trabajo del reparto y adentrarse en el mundo de estos hermanos Coen, ya merece la pena darle una oportunidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alien
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