Soportar un pestiño puede dar lugar a veces a contemplar aspectos escondidos en un largometraje. Tal cosa no ocurre en "Presidente Miterrand". Sorprendentemente es un tostón desde el minuto 1 hasta el final, el minuto 117. No obstante voy a aportar unas perlas que suelta la peli sobre el mandatario francés. En ella un joven escritor mantiene continuas conversaciones con el Presidente antes de que dos semanas despues abandone el Eliseo. Pues entre col y col, el Miterrand suelta lechugas como estas: "Nadie ha gobernado tanto como yo desde Napoleon III"..."Joven, ¿Cree que ya no intereso a nadie?". Pero ninguna como la que suelta en un viejo cementerio francés donde le espeta al jovenzuelo gabacho: "Es usted demasiado sentimental, aun le queda mucho que sufrir. ¿Sabe que puede cambiar? Hay que distanciarse de las cosas. Es necesario buscar la pasión de la indiferencia. Es la única manera de avanzar".
Bueno con semejantes mimbres de personaje...si a esto le añadimos un ritmo cansino y unas interpretaciones grotescas, imaginense.

Después de leer las críticas sobre este filme, a uno le entra ya la duda de si lleva más de 30 viendo películas desde tiempos de los Hermanos Lumiere.
Lo que ocurre con David Lynch es lo mismo que ocurre con Kubrick u Orson Welles...si dices que no te gusta algunas de las películas de estos directores puedes considerarte un zopenco. Pues no, estos directores tienen películas buenas (de ahí para mí no pasan...) y auténticos peñazos que el establishment cultural se ha atrevido a elevar a los altares.
Sobre Un historia verdadera, qué decir...Pues que pese a ser de Lynch me acerqué a ella para no aburrirme, pensando que esta vez no sería una película de las de Lynch. Pues atención, que una película corta (hoy en día 1,45 es corta), y se hace más larga que una peli de la Lola Flores. Atención al ladrillazo. Hay que aguantarla hasta el final. Pero lo más sorprendente es que no tiene ni una sola escena emotiva. Muchos dicen que es una película sencilla y que su emotividad radica en eso. Pues discrepo, la sencillez hay que saber transmitirla y Lynch no lo consigue en ningún momento.
Lo único bueno de la peli esta frase que os dejo:
"Yo luché en la segunda guerra mundial; por qué iba a darme miedo un maizal de Iowa?

Chabrol es un buen cineasta. Yo lo descubrí con "Accidente sin huella" que me pareció buenísima. "La ceremonia" promete mucho al inicio, la Huppert está muy telúrica...hasta que a Chabrol se le ve demasiado el plumero.
Cuando el cine es moralista hasta la extenuación, como en "La ceremonia", uno tiene la sensación de haber perdido el tiempo. El final es superprevisible. Vamos, desde que aparece la escopeta uno sabe que la rubia matará al padre con la escopeta.
Pero lo más aberrantemente insufrible de la película es su exasperante moralina mayodelsesentayochera. El cura como si fuera un pelele. La humillación de la pareja femenina sobre la Iglesia católica (los del mayo del 68 siguen sin darse cuenta de que ellos son para nosotros lo que los curas fueron para ellos...que peñazo).
Y como no, lo que estaba cantado: el asesinato del padre, a manos de las justicieras de turno. Una por resentida contra los ricos, la otra por analfabeta (se supone también que por culpa del sistema).
Lo dicho: Chabrol sabe hacer cine, pero esta película es peor que un sermón del cura más rancio del pueblo más rancio de la España más profunda.
Dos horas de cine para decir lo de siempre: que hay que matar al padre.

Grandísima película de Stevens. Los primeros 45 minutos son una obra maestra absoluta con un Alan Ladd y un Van Heflin grandioso al igual que el crío protagonista con pinta de vikingo. Jean Arthur había dado ya lo mejor de sí unos años antes, por lo que en mi opinión está un poco pasada de rosca. El climax llega en la segunda parte que desde mi punto de vista posee un misterio menor al de la primera parte donde la visión del crío sobre Ladd domina la escena proyectando una profundidad excepcional sobre la trama. Hay que añadir que la música de Victor Young fue muy valorada en su época, aunque particularmente me parece una variación de la banda sonora de Rio Grande de John Ford que era magnífica. Una película imprescindible en la videoteca.

He podido leer críticas que comparaban este tostón de película con Los Diez Mandamientos de Cecil B.De Mille, incluso con Ben-Hur de Wyler...en fin, sobre gustos no hay nada escrito. Una película lenta y sin ritmo, los cortes narrativos están hechos a puro tijeretazo lo que hace imposible que el filme tenga ritmo alguno. La pretendida introspección de la primera parte, donde aparece Aristóteles entre otros, no salva la película de una segunda parte con unas batallas pésimamente filmadas. Por salvar algo, el vestuario. La interpretación de Burton...pues Burton es Burton y éste es casi imposible que esté mal, pero hasta él se pierde en el magma de la mediocridad general. Decepción absoluta.