Haz click aquí para copiar la URL
España España · Somewhere Far Beyond
Críticas de Richy
Críticas 1,369
Críticas ordenadas por utilidad
5
4 de marzo de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otro héroe de cómic que cobra vida en la gran pantalla y otra película insulsa para el montón.

Joe Johnston, realizador especializado en vistosas películas de aventuras y alumno aventajado de Spielberg, empezó trabajando para la productora Walt Disney con su divertidísima “Cariño, he encogido a los niños” (1989) sólo un par de años antes de embarcarse en esta insípida y aburrida “Rocketeer”, de la que se salvan pocas cosas.

En primer lugar, la trama avanza demasiado bruscamente, a trompicones y sin un hilo conductor coherente: es una lástima haber desaprovechado las posibilidades de la época en la que se ambienta y la trama nazi subyacente. Luego, tenemos que los personajes son demasiado estereotipados como para mostrar el mínimo interés en lo que le pase a cualquiera de ellos. Son dos elementos muy importantes que fallan estrepitosamente.

Sin embargo, no es un filme al que no haya que darle una oportunidad aunque sólo sea por escuchar la épica y deliciosa banda sonora del gran James Horner, o por disfrutar de la no menos deliciosa presencia de Jennifer Connelly. Otros actores del reparto como Alan Arkin o Timothy Dalton no pasan de estar meramente correctos, eliminando de esta categoría incluso al sosainas de Bill Campbell.

Mejorable.
Richy
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
3 de marzo de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El conflicto en Irlanda del Norte ha dado muchos títulos para el cine, desde simples entretenimientos hasta peliculones como “En el nombre del padre” (1993). Este filme de Kari Skogland se podría clasificar a mitad de camino.

Se basa en la historia real de Martin McGartland (Jim Sturgess), un delincuente de poca monta que es captado por los servicios de inteligencia británicos para infiltrarse en una célula de activistas del IRA. Para ello, tendrá que enrolarse en la organización terrorista y poder informar de primera mano a su contacto británico (Ben Kingsley). La historia que nos cuenta el filme se enmarca en un contexto histórico muy definido, una Belfast semiocupada por las tropas británicas durante la década de los ochenta, aunque el guion sólo se centra en las circunstancias políticas en los primeros minutos para dejar claro el escenario donde se van a relatar los hechos.

Básicamente, estamos ante un thriller a lo “infiltrados” con un desarrollo interesante, una puesta en escena acertada y un ritmo que mantiene la intriga en todo momento. Skogland revela el destino de Martin en los primeros minutos de la cinta, haciendo que el espectador sea partícipe del final que tendrán las consecuencias de sus actos. De esa forma, se va viendo cómo evoluciona ese peligroso doble juego al que se somete y se incrementa el dramatismo incluyendo el personaje interpretado por Natalie Press. Es destacable además la relación con el agente secreto británico, interpretado magistralmente por Ben Kingsley. Ambos se complementan y se necesitan, llegando a establecer entre ellos unos lazos más profundos que los del mero contrato profesional. Todas estas características enriquecen el filme enormemente, dotándolo de personalidad y elevándolo por encima de una cinta de acción convencional.

La fotografía también juega un buen papel, con unos escenarios urbanos decididamente “british” y claroscuros en interiores que dan relevancia a las conversaciones clandestinas, en contraste con unas bonitas estampas de Portsmouth.

“50 hombres muertos” ha sido un buen descubrimiento. A pesar de lo superficial que puede llegar a ser el guion y lo predecible del resultado, su calidad radica en su puesta en escena y en mantener el interés de la historia en todo momento. Recomendable.
Richy
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
26 de febrero de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ciencia-ficción sesuda que a los hermanos Wachowski (en realidad ya son hermano y hermana) les gusta tanto y les dio tantas satisfacciones con la trilogía “Matrix” vuelve a integrarse en este nuevo y mastodóntico filme, co-dirigido por Tom Tykwer (“El perfume”, 2006) y realizado casi diez años después de “Matrix Revolutions” (2003), obviando esa cosa rara que hicieron entre medias llamada “Speed Racer” (2008).

“El atlas de las nubes” es todo un monumento al exceso y una película a la que dedicarle mucha atención. Se narran seis historias en principio diferentes, ambientadas en épocas distintas que van desde 1850 hasta 2300. Los personajes y las situaciones se desarrollan de forma independiente, pero conforme avanza el filme se aprecian detalles en esas historias que las interrelacionan, tanto a sus tramas como a los protagonistas en una especie de red temporal que une causas y consecuencias. Para dar mayor sensación de interrelación, los actores realizan papeles diversos según la trama en la que se encuentren, pudiendo ser protagonistas o meros secundarios, por lo que el trabajo de maquillaje es especialmente importante y, por ello, bastante destacable.

El filme presenta la traba de sus primeros 45 minutos, en los que se suceden las historias y se mezclan de una forma no lineal, por lo que puede llegar aturdir a más de un impaciente. A esto se le añade que no todas las historias son fáciles de seguir o no tienen el mismo enganche, debido a esos mismos saltos entre una y otra y la ansiedad que puede provocar el ir intentando encajar las piezas sueltas. Una vez superada esa opacidad inicial de la primera hora, el filme se vuelve más transparente y alcanza más ritmo, incrementando notablemente su interés.

Como buen filme de ciencia-ficción a lo Wachowski, no podían faltar unos buenos efectos especiales, que se hacen realmente brillantes en la historia de la Corea de 2130, prácticamente la mejor de todas por su guion, su desarrollo, su ritmo y su impactante puesta en escena. El resto, si bien también resultan interesantes, parecen girar en torno a ésta.

La evidente complejidad del guion requiere la máxima atención del espectador. Es tal la profusión de detalles, ideas y mensajes que se hace casi obligatorio verla una segunda vez para captar toda su esencia, que no es poca. Esta complejidad conlleva un gran esfuerzo de los actores, obligados a cambiar sus papeles de tal manera que muchas veces se hace difícil reconocer a algunos de ellos. Tom Hanks es de los más reconocibles y de los que tienen mayor protagonismo, al igual que Halle Berry y Hugo Weaving, el famoso “agente Smith” de la trilogía “Matrix” muy acostumbrado a que lo disfracen y maquillen. Las actuaciones no destacan por su excelencia, pero son efectistas y correctas.

Cabe destacar también el gran trabajo realizado en la escenografía, recreando cada época de forma correcta y, en algunos momentos, magistral. Otro aspecto es la conseguida ambientación, gracias sobre todo a la banda sonora del mismo co-director, Tom Tykwer.

“El atlas de las nubes” ha sido injustamente infravalorada y se le han dado pocas oportunidades para mostrar su potencial. A los puritanos de la ciencia-ficción les parecerá un entretenimiento banal, de barata filosofía new-age, pero hay que saber distinguir bien entre lo efímero y lo eterno... y este filme no se quedará en el olvido. Muy recomendable.
Richy
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
23 de febrero de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
David Fincher vuelve con fuerza y sin perder ni un ápice de su talento en este estupendo thriller en el que nada es lo que parece.

Es la historia de la desaparición de una mujer (Rosamund Pike) y de la denuncia de su marido (Ben Affleck), que la busca desesperadamente. A partir de esa premisa tan de telefilme, Fincher construye un relato deliciosamente impredecible y le da ese toque tan suyo que se encuentra entre la ironía y la perversidad, creando unos personajes con entidad propia que se mueven en un mundo real, el de los medios de comunicación masivos que buscan historias de desgracia humana para satisfacer a las masas, hambrientas de culpables a los que linchar en los comentarios de los desayunos. El análisis que se deriva de ello resulta esclarecedor, ya que Fincher propone también que hay un gran número de veces que esos supuestos culpables, creados por los mismos medios y la opinión pública, lo son de verdad y se merecen ese linchamiento.

Además de mostrarnos un impresionante ejercicio de tensión y ambientación tan típicos de él, el director ofrece también un análisis de su propia visión de las relaciones matrimoniales y de la podredumbre de sus componentes, todo ello llevándolo a un extremo casi surrealista pero argumentalmente coherente. La degradación de la relación se va viendo en todas sus fases, tanto de forma individual como en el matrimonio en sí.

Fincher ha planteado el filme como si fueran dos partes diferenciadas: la primera, el drama de la desaparición, y la segunda, la más cercana al thriller con una “femme fatale” excelente, interpretada por una Rosamund Pike que le gana de calle a Affleck en cuanto a registros dramáticos, algo que tampoco resulta muy difícil. El guion, adaptado de un best-seller, es consistente y, ante todo, resulta impredecible de principio a fin, lo que lo convierte en uno de los más interesantes y elaborados del último año.

Desde 2011, año de su última película, echaba de menos esa perfección formal y de estilo que Fincher suele dar a su obra. En este sentido, “Perdida” se acerca más estéticamente a “El curioso caso de Benjamin Button” (2008), pero tiene unas dosis de suspense que recuerdan a sus primeros trabajos, tanto en “Seven” (1995) como en “The Game” (1997). Una vez más, Fincher nos vuelve a regalar otra gran muestra de su cine, un cine de perfección visual y alto contenido que no deja indiferente a nadie.

Una maravilla para los sentidos.
Richy
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
20 de febrero de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cinco años después de “El silencio de los corderos” (1991), Anthony Hopkins seguía encasillado en papeles de tipos trastornados y peligrosos. John Turteltaub aprovechó la ocasión y, en su “Instinto”, hizo de Powell, el personaje de Hopkins, un maníaco salvaje que ha vivido con gorilas en la selva durante muchos años y ha asesinado a personas. Es encerrado en una prisión de enfermos mentales y sus psiquiatras lo consideran intratable y peligrosamente violento, hasta que Theo Caulder (Cuba Gooding Jr.) toma su caso. Es entonces cuando descubre su problema, y sigue un tratamiento al que Powell parece reaccionar.

El filme de Turteltaub no se despega del desarrollo convencional típico de estos thrillers, diseñados para la taquilla y para el lucimiento de sus actores. Pero aquí no se intenta imitar el éxito que llevó a Hopkins a inmortalizar a Hanibal Lecter, sino que se aprovecha ese rebufo para crear un personaje que lo recuerda, pero que no lo es en absoluto. Turteltaub pretende mostrar cómo un ser humano puede involucionar hasta dejar que sus instintos primarios dominen sobre la razón. Partiendo de ello, la civilización para él está llena de lugares y personas hostiles, que son igual de salvajes que él pero visten uniformes de carceleros y trajes de corbata. Es, en realidad, una crítica al comportamiento del ser humano como especie depredadora tanto para el resto de animales como para sí mismo, que construye una civilización a su alrededor para contener a la bestia interior, pero a pesar de ello sigue matando e imponiendo su sangriento dominio solo por el placer de hacerlo.

Se ve una clara evolución en la relación entre Powell y Caulder que también hace descubrir los secretos del primero, del por qué de esa violencia y del por qué su familia no quiere saber nada de él. El guion resulta interesante pero su desarrollo es un tanto irreal, ya que se dan muchos clichés y la mayoría de las veces es inevitable que el espectador piense en un “lo sabía”. Cuba Gooding hace de Cuba Gooding, esto es, su interpretación siempre es la misma sin registros especiales, salvo que esta vez ha cambiado su traje militar por uno con corbata. Anthony Hopkins no puede evitar estar encasillado pero intenta separarse de su inmortal Hanibal Lecter haciendo una interpretación interesante, aunque demasiado viciada por lo convencional del tono general del filme.

“Instinto” es, pues, una propuesta interesante pero cae en el conformismo de un drama al uso.
Richy
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow