"Mount St Elias" es un documental sobre la culminación de una montaña que parece ser no apta para cardíacos. Es una montaña que alcanza la más lejana de las altitudes para no dejarse aminalar ante nadie. Tiene grietas que son de una profundidad inconmensurable, crestas hechas de una piedra resbaladiza que no se deja clavar por los piolets de los escaladores, placas de hielo tan grandes que, sin ser vistas, esconden un gran peligro para los escaladores, poseee casi constantemente, una borrasca que impertérrita ante los hombres, no ceja en el empeño de impedir que se alcance su cumbre. Nos hallamos ante una de las más grandes montañas peligrosas del mundo y encima... la quieren bajar esquiando.
"Mount St Elias" es un documental hecho a la medida de cualquier deportista que se precie, pues en su interior contiene una aventura digna de ser mencionada. La fotografía está a la altura de las circunstancias, pues el cámara se ve en más de una ocasión impedido de hacer cualquier toma debido a las nevadas que a su alrededor se producen y, el espectador no deja en ningún momento de contemplar extasiado y, con toda claridad, el como los expedicionarios intentan llegar a la majestuosa cumbre de la citada cima. Hay momentos en los cuales hasta se puede sentir el frío de los -20ºC a los que los escaladores se ven sometidos. Nos acompaña ante tanta presión una Banda Sonora Original de música Pop en algunos momentos y en otros, un heavy de lo más puro para ponernos a tono con unas bajadas esquiando que ponen el vello de punta.
¿Conseguirán los expedicionarios bajar esquiando desde la cumbre del St Elias para batir así, el record del mundo en bajada de esquí alpino? No hay más que ver éste magnífico documental para salir de la duda, pues es más que recomendable para pasar un muy buen rato contemplando uno de los mayores retos a los que el ser humano se puede ver sometido.

Desde luego que Nate Parker no se anduvo con rodeos a la hora de contarnos ésta historia de la Norteamérica de principios del S. XIX, ya que la dirigió, escribió parte del guion, la produjo y la protagonizó... ¡Casi nada! Eso ya es de por si loable, aunque hay que tener en cuenta que quizás por querer abarcar en demasía, la cinta se le quedó algo grande, pues a pesar de contar con una bella fotografía, un guion sólido y unas historias que contar realmente espeluznantes, al espectador se le quedan de manera un tanto ambigua las sensaciones que Parker nos ha querido contar. La esclavitud es algo tan odioso como las guerras, que por desgracia continúan asolando el mundo, algo consistente para explicar en una película; lo que ocurre en este caso, es que a Nate Parker no le acabó de cuajar en su guion tal y como se debe tal horror, pues entremezclando flash-back inútiles se escurre cual agua por colador lo que de verdad nos desea contar. Amores de Casa de la Pradera, olores tremendos a "Raíces" y la imposible no comparación con "Doce años de esclavitud" que contando algo muy parecido, si que nos llega al alma el terror de ésa época que tal vez hubiese sido mejor que no hubiera existido nunca. Nate Parker sabe (a medias) interpretar bien la película, pero parece que no ha sabido contarnos con ímpetu lo que de veras contiene el terror de la esclavitud; y es que en bastantes momentos de la película nos encontrarnos con un olor a telefilm que la hace ser merecedora de una puntuación no excesivamente alta. Así como los personajes secundarios que en un principio parecen ser algo mucho más importantes de lo que luego los son, (Penélope Ann Miller, por fin te vuelvo a ver), actores que no acaban de hacer lo que deben o sea, ser más consistentes en sus interpretaciones y un desenlace un tanto acelerado hacen de "El nacimiento de una nación" no una mala película, porque no lo es, pero tampoco llega a ser un trabajo realmente elaborado. Y es que cuando uno tiene las manos tan llenas, irremediablemente lo que llevas en ellas se cae, o se mantiene en ellas como cogidas por los pelos. La película la he visto lógicamente en V.O. porque si ya oyes a los esclavos, o a los señores de las plantaciones hablando una castellano (medio) perfecto, ya puede ser para considerar la película de mala, pues no hay nada más ilógico que contemplar una obra rasgada por la mitad.
A pesar de todo es una película recomendable, aunque sólo sea para observar hasta donde puede llegar la maldad del ser humano, pues aquí de maldad... no se libra nadie. Y también es una buena lección para todos aquellos que tienen la enfermedad del racismo entere sus venas, pues así les hará lo monstruosos que pueden llegar a ser..

Han pasado ya treinta y seis años de esta película, en la que el director Adrian Lyne, supo adentrarnos en la maldad de una mujer despechada que no se anda con rodeos a la hora de conseguir su propósito.
En el año de su estreno las críticas no le fueron muy favorables (como generalmente e injustamente se ha hecho con las películas de Lyne) y se aclaró que su mensaje era la de la unidad familiar por encima de todo. Eran otros tiempos, el sida hacía estragos en una sociedad marcada por ese nuevo virus al que no había otro remedio que oponerse a él mediante la monogamia y no hablemos ya de las relaciones entre homosexuales, harina de otro costal. Pero no estoy aquí para hablar de la sociedad de la época, si no para hablarles de un película que, aunque no se encuentre entre las mejores del Séptimo Arte, ha sido plagiada hasta la saciedad. Después de ella se ha hecho películas en las que el malvado le corresponde ser un hombre pero con la misma finalidad que la malvada Alex de Atracción Fatal; ha habido otras en las que a la mala le corresponde ser una atractiva adolescente pero con las mismas malvadas intenciones. Hasta ha habido plagios entre las relaciones entre personas de raza negra. Con esto quiero decir que Atracción Fatal ha llegado a ser una pauta para que otras películas lleguen hasta el mismo fin.
¿Pero es Atracción Fatal una buena película....? Pienso que si, la trama está muy bien conseguida y te mantiene atado a la butaca desde el comienzo de la misma, los actores están estupendos (nunca Glenn Close fue una malvada tan bien interpretada), Michael Douglas está más que bien en su papel de marido arrepentido y las escenas de sexo son explícitas y sin ningún tipo de reparo, cosa que ahora parece ser del todo irracional, en el que el puritanismo ha vuelto al cine como un arma de doble filo. Ya no se filman escenas como las que podemos ver en Atracción Fatal, ahora todo es mas comedido, las mujeres hacen al amor con el sujetador puesto y los hombres con los calzoncillos a media pierna. La sociedad ha mirado para atrás en vez de mirar hacia adelante.
Atracción Fatal ha sabido sumergirnos en el mundo de la poligamia como ninguna otra película lo ha hecho hasta la fecha, y a pesar de los años que han transcurrido desde su estreno, la película no ha envejecido mal, si no más bien, todo lo contrario, sigue conservando su frescura a pesar de las décadas pasadas desde su estreno. De ahí que su montaje sea impecable y su Banda Sonora Original nos siga llevando a los resultados fatales de ponerle los cuernos a tu pareja; así como la fotografía, conseguida de una manera sublime.
Nada más que decir, solo recomendar ver de nuevo este film para darnos cuenta hasta que punto marcó el cine de las infidelidades y sus terribles consecuencias. Vuelvan a verla de nuevo, para ver como se han hecho películas basadas en los mismos hechos y sus terribles consecuencias.

Por (casi) tod@s es sabido que mientras se rodaba "Naúfrago", Zemeckis también filmó la cinta que nos interesa: "Lo que la verdad esconde", y de es también de recibo alegar que le interesaba más cómo los desdichados Hanks y Willson se debatían entre la vida y la muerte en medio de la nada, a cómo la bella Pfeiffer (Forever Pfeiffer) se aliaba con una bella fuerza venida, nada más y nada menos; que de el Más Allá por, y para una causa común. Uuuuhhhh!!! ¡Qué miedo!. Bromas a parte la película dio para sí, aunque siempre sentiré el que pudo haber llegado más lejos. Y no en taquilla, que arrasó (la vi en el hoy tristemente desaparecido "Cine Serrano", en Valencia) si no en lo que la película se guarda para sí y que sólo, y nada más que sólo, si la ves unas cuatro veces... te terminas enterando.
A "Lo que la verdad esconde" no le faltan motivos para estar enfadada consigo misma. Zemeckis la pudo haber tratado mucho mejor y ésta; lo sabe. La trama en algunos momentos nos quiere acercar a Hitchcock. Es más, debería de haberlo hecho más a menudo, pues de la manera en la que "La verdad esconde" está filmada, no hubiese sido un pecado el hacerlo. No deja de ser una película con mucho estilo, tal y cómo le gustaba al Maestro. ¿Porqué entonces Zemeckis, en vez de acercarse a ello, se une con unos estrafalarios vecinos que no son nadie, y que nunca aportan nada al guión de la película? Ésa es una pregunta sin respuesta.
Otra podría ser el personaje del ente del Más Allá. Se acerca a Michelle Pfeiffer con sigilo, con cautela, sin armar ningún follón... Y éso a los espectadores nos gusta ¿Por qué no se detuvo más el director en asustarnos? No sé..., tal vez Zemeckis se creyó que no nos gusta pasar miedo. Craso error, o se pensó que si ensalzaba esos momentos, tal vez su película se quedara en un limbo entre lo fantástico y lo necrológico, y que no saldría bien parada por ello. Otra vez pienso en "Naúfrago", no puedo evitarlo.
La casa en la que viven en la película, el matrimonio formado por Pfeiffer y Ford es divina, si desde luego alguna vez tienes un fantasma en el hogar, que sea en una casa cómo ésa: Jardín enorme, pérgolas con bugambillas, un perro sano, grande y cariñoso, una entrada en plan rural pero con mucha clase, un cuarto de baño que sería la envidia de la misma Sra de Vargas-LLosa (la presley), un salón diáfano para hacer bailes en noches veraniegas de luna llena, y así ser la envidia de toda La Moraleja.... ¿Veis cómo "Lo que la verdad esconde" se guarda mucho para sí misma, y si no la ves tres (o cuatro) veces, no te enteras?
Otro factor muy atrayente de ésta cinta es un nombre que para mí, denota mucho. Cuando sé qué en una película está él, hay grandes posibilidades de que la vea. Y ese nombre es: Alan Silvestri. En éste caso acentúa las escenas de acción con ése particular encanto que emociona al espectador. Su música es esencial en "Lo que la verdad esconde", pues trabajosa y en suspense, nos mantiene en vilo, esencial para una película de éste género. Un género un tanto inclasificable, por otra parte.
Así que ya sabes, "Lo que la verdad esconde" tiene muchos recovecos escondidos. Búscalos, pues en ellos es en dónde se oculta la verdad de la mentira.

Y no és para menos, porque lo de esta película sobrepasa todo. Si algún guionista vuelve a escribir un guión semejante al de éste bodrio; nadie hubiese ido más al cine. Nadie. Y es que para hacer realidad "Terremoto" debieron de estar tres horas comiéndose la cabeza para saber que personaje decía más gilipolleces. Una tras otra, sin distinción de edad, sexo, o raza.
Porque... ¿Hay dirección en ésta película?. ¿Álguien pensó en algún momento del rodaje lo que estaba sucediéndo realmente en el plató...? ¿Era la peluquera la qué dirigía a los actores...?. Porque los peinados son de "alucine"; más que los efectos especiales. (Fijarse en el que luce Victoria Principal).
Recuerdo que en su estreno fué un impacto lo del "Sensorraund"... y poco más. Preguntabas a la gente (yo no pude ir a verla, era "para mayores") y decían: "¡Tiembla todo¡". De lo demás no se acordaban, y no me extraña, porque sale tanta gente que no la puedes contar sin liarte. ¿No lo han probado...?. ¡Háganlo¡. Se me olvidaban los efectos especiales..., el mejor es en un ascensor lleno de gente: Se estrella y la sangre mancha la pantalla. Muy fuerte.
Por último recomendar esta película para romper con tu pareja o con tu mejor amigo. Ya tendrán una lógica explicación que darte cuando se hayan ido.
Toni.