Una película correcta, y por supuesto adecuada, para el entretenimiento básico domiciliario que nos ofrece la plataforma Netflix.

Posee una estructura firme, de coreografías bien diseñadas en las peleas. El ejercicio donde se mezclan la parte emocional-maternal, resulta manoseado, obvio, visto... ya no provoca lo que pretende.

En resumen: recibimos todo lo que el género puede ofrecer y el público espera, aún debiendo admitir que lo entrega carente de frescura e ideas novedosas.

Mi nota seria un 4,5

Crónica mitológica de devastación, violencia, tormento, furia, venganza... Remarcado por el firme pulso en la dirección de Robert Eggers que pavimenta su relato con admirable sutileza.

Nos encontramos con una historia inmersiva y apabullante, donde el principal resorte son los combates perfectamente coreografiados, en el marco de una ambientación creíble y precisa. Cuida los pequeños detalles con esmero y precisión. Elenco de secundarios de primer orden.

Altamente recomendable.

...

Steven Spielberg es un mago, un CINEASTA con todas las letras en mayúsculas. Cuando en 1.975 se estrenó en España, Tiburón, yo no pude verla por cuestiones de edad. Años más tarde, bueno... Bastantes años más tarde, me enfrenté a ella y me entretuvo de manera relajada.
Ahora cuando he vuelto a revisarla, me enfrenté a una película muy, muy comercial, donde descubrí que fue apoyada por una buena campaña publicitaria, que en su momento impactó a unos espectadores con otras perspectivas tal vez menos exigentes respecto al cine.
Es una buena película, aunque muy superada en cuanto a efectos y cuestiones técnicas, por la que se han deslizado, más de cuarenta años, acusando el paso de todo ese tiempo.

No me han molestado los flashback, tampoco las tramas alargadas porque en las series siempre se hace para contar una historia dentro del formato. Lo que me molestó es que no sucede nada... o tan poco, que el tiempo perdido no compensa.

Los personajes no parecen definidos, las interacciones entre ellos convencen poco, y el drama resulta tan lejano que cuesta entrar en situación.

A lo largo de los seis capítulos me produjo distintos estados de ánimo, incluso cierto enfado. La emoción final ha sido suficiente... Creo.

Carece de sinceridad. Un tipo de humor superado, sumido en la extravagancia de unos personajes que se ofrecen lejanos en su cercanía.

Una obra coral, donde todos tienen algo que contar sobre si mismos, pero carente de interés para el espectador, y lo que resulta más patético... No parece despertar curiosidad en el resto de personajes.

La frase que titula mi crítica está sacada de la propia película.