Uwe Boll, tras su consagración con productos sólidos y sorprendentes pasa a dirigir un telefilm del montón en el que el guión (tarea de un tal Tim McGregor) deja bastante que desear. Es una lástima porque Uwe se encontraba en plena forma con cosas como Postal, Stoic o Rampage y esta película ha de ser tomada como un paréntesis en su prometedora ascensión hacia cotas más altas.

Y es que la película a pesar de sus tintes apocalípticos toma el rumbo equivocado y se acaba centrando en el enigmático personage de Luke Perry (buena interpretación, a pesar del guión) antes que en los fenómenos naturales tan extraños que se están produciendo, suponemos que en todo el planeta. La dirección tomada no sólo es la equivocada sino que cae en demasiados tópicos con lo que la película será olvidada fácilmente.

Total, que además de todo eso tenemos, entre lingotazo y lingotazo, a Stece Bacic haciendo de padre de familia y a Lauren Holly enseñando, como bien señala otro compañero, que no anda mal de delantera ni de figura a pesar de la edad; un desnudo que la espabilada de Tara Reid, con muchos años menos, no quiso hacer en alone in the dark pese a las peticiones de este gran director.

Resumiendo: peli que se apunta a la moda de la temática apocalíptica y que no es nada original además de presentarse sosa, tópica y fallida en cuanto a ideas. Boll se lo toma con filosofía y la saca adelante sin grandes alardes, lastrado por sus limitaciones.

Ti West parece un tipo interesante y aún desconozco el porqué. No sé, no sé, pero aunque se trate de un joven realizador al que debemos darle cuartelillo y aunque rodee a sus productos de cierto aire retro/nostálgico, el caso es que sigue sin convencerme y me parece un pésimo narrador.

Si con The Roost entre diálogos que es imposible recordar por lo sosos, y entre escenas que no llevaban a nada acabé bastante disgustado, con The House o The Devil apenas ha avanzado la cosa.

Eso es, porque tampoco me voy a exteder demasiado, pero uno intuye que el realizador posee las mismas carencias cuando presenciamos escenas eternas y sosas en los que la protagonista se da paseos por la residencia de la facultad (totalmente vacía, por cierto) y que sirven para comer metraje y darle a la peli un cierto aire inquietante a base de meter paja.

Y es que la película es eso, una sucesión de escenas que no llevan a nada, narrada casi a desgana, que resulta tediosa por la forma en la que el amigo Ti nos la cuenta y que sí, al final y sólo al final (no llega ni al tercio de metraje) por fin pasa algo. Total, que sólo la protagonista salva los muebles, aunque la historia desaprovecha su potencial, y ese airecillo retro (más que nada por el tono ameteur, que recuerda a décadas anteriores) le dan algo de interés. Interés que decae en cuanto el realizador se encarga de restarle agilidad a la peli filmando paseos y caminatas que no llevan a nada (al baño, como mucho). Para haceros una idea: 30 segundos de trailer son casi media peli. Te cuentan lo mismo y te eliminan las escenas de relleno.

Así que señores, me llevo un nuevo chasco con Ti West pero le seguiré de cerca, curioso que es uno. Eso sí, si la presente es su mejor obra e parece a mí que no cabe esperar demasiado de este realizador.

Todo director de cine toma referencias de lo que ha visto en su infancia. Las películas con homenajes a una época determinada siempre fueron una constante y a esta generación de directores ya sabéis lo que le toca. Son tiempos en los que empujan generaciones que crecieron en los 80-90 y por tanto, no es de extrañar que al director de esta Beyond The Gates le haya dado por el VHS, el videoclub y los juegos de tablero y video. Hasta ahí bien, pero hay que juzgar a la película en sí, y ya adelanto que es mala.

Lo mejor de esta Beyond the gates es que los protagonistas juegan a una especie de Atmosfear (un plagio, de hecho, del mítico juego de tablero y video) en el que en vez de al Gatekeeper te ponen a Barbara Crampton como maestra de ceremonias, ganando con el cambio. Y ya si nos ponemos pedantes, la idea del sosainas del protagonista afrontando su pasado no está mal tirada.

Lo peor: que la nostalgia traiciona a muchos autoproclamados fans, que por 2 referencias baratas a la época ya se contentan. Que esta misma nostalgia ochenteril alcanza cotas de cansinismo muy elevadas en la actualidad (aunque en esta peli se contienen y todo). Y por último, que no es más que una peli sosa con personajes y diálogos planos en un desarrollo previsible de los acontecimientos.

No daremos mucha cera a esta Beyond the gates para que no me digan que no crecí en los 80 y no tengo ni idea de aquella época. Y porque al tratarse de un director novato que ha hecho lo que buenamente ha podido, merece algo de compasión. Ya es bastante sacar la peli adelante, rodarla, terminarla y dentro de la mediocridad no hacer un gran ridículo.

Ya dijimos por aquí que con los nuevos proyectos de Rob Zombie quedaba algo de esperanza, si bien la crítica no supo apreciar todas las luces que sus últimas películas habían arrojado en una carrera que empezó mas discreta de lo que se ha querido dar a entender.

3 from hell no lleva a ninguna parte, no aporta nada nuevo, y va resolviéndose de manera previsible y tosca en cada acto, sin suspense, con infinidad de momentos difíciles de creer. Todo esto entendiendo como broma y tolerando la continuidad con su predecesora, que conste. Quien quiera entender esto como autoparodia o como gran "Western Psychobilly" (¡Dios Santo!) está más sonado que la aquí sobreactuadísima Sheri Moon Zombie.

Pero vivimos en una época de Superhéroes y de idolatrar a personajes por encima de todo. De ahí que ésta, su peor y más impersonal película, haya recibido mejor recepción que sus trabajos más meritorios...porque a fin de cuentas se trata de un revival en el que un pobre hombre ha tenido que tirar de lo ya conocido, sin ideas frescas, para ganarse de nuevo a la gente. Vaya, la historia de las continuaciones dirigidas por directores de segunda para estirar el chicle. Resulta triste, pero si este impulso vale para ver cosas realmente novedosas y arriesgadas puede merecer la pena.

Sobresalen de la mediocridad Richard Brake y la aparición de Sid Haig.

¿A quién le interesa una película sobre la infancia y adolescencia de Leatherface? ¿En serio? Pones la Matanza de Texas, ves que unos chavales acaban en una granja perdida, y en una escena aparece un tipo grandote que coge a uno de ellos como una presa, como un animal que va directo al Matadero. El terror estaba en lo imponente del personaje interpretado entonces por Gunnar Hansen y en lo crudo y frío que resultaba todo. No sabíamos nada, igual que los personajes que se han ido perdiendo en la granja de los Sawyer. De eso se trataba.

Me da igual quiénes sean los directores. Se trataba de un concepto fallido. En el guión hay alguna que otra trampa gorda que invita a que en un improbable segundo visionado se le vean aún más las costuras -nunca mejor dicho- a esta película. Pero con sus fallos, le concedo al guionista el mérito de intentar sacarnos de los tópicos.

Me aburrí bastante y en parte se debe a que ninguno de los personajes llama la atención del espectador. No hay carisma, tratándose de una precuela que intenta contar cosas el delito es mayor.

Lógicamente tenemos alguna escena violenta y vistosilla, pero como el conjunto es tan artificial y tan de manual tampoco impactará. Seguiremos viendo todas las películas que saquen sobre el personaje y la familia, pero el nivel (sobre todo con ésta y La Matanza de Texas 3D) está por los suelos.