Imposible ser objetivo en una película en la que cada detalle es valorado el doble, porque se entiende que sale del impresionante esfuerzo de un grupo de personas, y no de un mega estudio de Hollywood. Pero más allá de esto, la historia es buena, los diálogos, entretenidos, y los personajes -a excepción de los "malos", insoportablemente malos- son excelentes.

Campanella se da el lujo de hacer grandes explosiones, planos imposibles en films de carne y hueso, movimientos de cámara ágiles, y nunca en virtud de una exhibición técnica, sino como modos de mejorar la narración.

Tiene algunos argentinismos y guiños que no sé si en otros lares se entenderán (ver spoiler), y las voces locales componen personajes muy variados e interesantes. Los más divertidos: los 11 rayados del Metegol, y algunas figuras secundarias de la ciudad, que finalmente cobran protagonismo.

La película parece hecha para entretener a grandes y chicos, con toques locales pero con el tono de cualquier producción de Pixar. Y -pese a repetir algunas fórmulas: Space Jam y Toy Story principalmente- todo parece indicar que lo logra.

Perdonen, voy a ser muy breve, pero creo que tengo que comentarlo. Esto quizás no moleste tanto a los espectadores españoles, ya que están acostumbrados a ver las películas dobladas (lamento verdaderamente esa costumbre), pero me indignó profundamente que esta película esté en inglés. ¿No se dan cuenta los productores que pierde sentido la narración? ¿Que si se habla de México, y se resaltan las características del país y las relaciones que éste tiene con otros países, no tiene sentido que el idioma no sea el original? Para colmo, casi todos los actores son de origen hispano-hablante, y en la película hasta incluso exclaman en español ("hijo de p..." y otras).

Ya lo soporté en El amor en los tiempos del cólera, porque quizás allí el contexto no era tan imprescindeblemente relevante como en esta película (aunque, por supuesto, fue un grave error y lo que más lamenté de ella). En este buen film, "Frida", el error es imperdonable. Es como ver una película de Woody Allen gente hablando en castellano, y pretender que suene natural.

Que esta película haya ganado el Oscar al mejor film habla de lo anodino y reiterativo que anda el cine en habla inglesa. Es una linda y entretenida película de aprendizaje, con buenas interpretaciones y una producción y dirección cuidadas, pero que en ningún momento toma riesgos de contar algo fuera de lo esperable. El profesor rebelde ya lo vimos en mil lados (por ejemplo, "La sociedad de los poetas muertos"), la historia de superación, también. El final previsible desde el título, ni que hablar. Es una peli para que miremos en la cama y después nos sintamos felices de lo buena que es la humanidad y de cómo se puede superar cualquier obstáculo. Para el caso, ¿no representa una historia más desafiante e interesante "El cisne negro"?
Una muestra más de porqué el cine de Hollywood es tan denostado, incluso cuando no se hace en Hollywood.

"¿Qué puede un cuerpo?" narra historias de villeros contadas por un villero. La palabra es fuerte (sobre todo en Argentina), pero es la que los propios "habitantes de barrios humildes" usan para llamarse a ellos mismos sin la condescendencia con la que los trata el periodismo y la gente políticamente correcta.

Están el cartonero, los que van de caño, los que están arreglados con la policía, los más pibes que quieren robar... Es una especie de relato coral, pero lleno de agujeros, de historias truncas que no se entienden no por una suerte de recurso de la elipsis, sino por simples fallas en un guión endeble poblado de estereotipos, subrayados y lugares comunes. Sólo para tomar un caso, la escena de la oficina, en el que "el chico de limpieza" es basureado por todos los "chetos" que trabajan allí es de una pobreza narrativa pocas veces vista en el cine argentina, e incluye también las peores actuaciones de la película.

El film es interesante por mostrar aquello que otras películas no se animan o mostrar o, mejor aún, por mostrarlo con los ojos de un director que se crió en ese ambiente y que es uno más de los personajes y los actores que componen esta obra.

Uno podría decir que "qué bueno lo que hacen estos chicos", "qué lindo cómo intentan salir para adelante sin robar", "cómo leen y se foguean con la alta cultura" (la imagen del libro de Deleuze junto con los cartones es patética), pero eso sería pensar que César González es menos, que no da la talla para hacer cine en serio, para ser considerado un director más entre otros directores de cine argentino. Y eso no me parece justo. Creo que "¿Qué puede un cuerpo?" es un buen título sumado a un interesante paneo por la vida en la villa y no mucho más, por eso el 4 me parece generoso para un film con tamañas deficiencias de guión, actuación y desarrollo narrativo.

Si algo me molestó especialmente del cine "de entretenimiento" hollywoodense de los últimos tiempos es su obsesión por mostrar lo último de la tecnología que ellos disfrutan y que el resto del mundo debería tener.

Esta película, para mi sorpresa, no es tan mala (bastante mejor que la de Natalie Portman y Ashton Kutcher, de idéntica temática) y tiene varios gags interesantes, apoyada sobre todo en un sorprendente comienzo y en diálogos que, por más inverosímiles que sean, suenan bien y son a la vez interesantes y divertidos. De todas formas, acaba por hacerse demasiado larga (debería estar prohibido que estas películas pochocleras duren más de 1 hora y media, pues no tendríamos por qué perder más tiempo con ellas) y mi mayor crítica reside en la constante voluntad de hacer presente a la tecnología, como si eso la convirtiese en una película moderna. La idiotez de fotografiar cualquier cosa y enviar a través del celular me exaspera, pero esta película llega al punto tal de que un celular tenga la aplicación de detectar a una mujer durante su período y de que los personajes se valgan de una imagen de la Biblia en su Ipad para hacer un juramento.

En fin, un producto 100% yanqui (desde Los Ángeles a New York) que, pese a todo, logra lo que propone, y que se destaca por ser una entretenida comedia romántica sin demasiados tapujos, que busca burlarse de los clichés, aunque más de una vez termina cayendo en ellos.
Ah, y una muy bonita Mila Kunis, que encaja bien con Justin Timberlake.