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Críticas de Javenco
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Críticas 43
Críticas ordenadas por utilidad
10
4 de febrero de 2013
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Años antes de la Guerra Civil en USA, un esclavo llamado Django (Jamie Foxx) es liberado el simpático Dr. King Shultz (Christoph Waltz), un dentista alemán que en realidad es un experto cazarecompensas y que tiempo después lo ayuda a rescatar a su esposa esclava de la granja de Candyland en el Misisipi, propiedad del ignaro terrateniente Calvin Candie (Leonardo Di Caprio).

Tarantino pone de nuevo un altísimo puntal al sacudir el género del western – o en este caso southern- con una historia muy espontánea, pero contada con todos los elementos que quienes le seguimos la huella con casi ciega admiración desde hace años le reconocemos. Pues para ser sincero apreciados lectores, para los fieles seguidores de este cumbambón genial cada estreno de su filmografía es una gran fiesta.

El guión, que esta vez utiliza solo una dimensión temporal y una solo historia central, tiene diálogos sensacionales dotados tanto de humor negro como de humor blanco –lo de las capuchas del seudo ku klux klan es una delicia-; es materializado por un cast en sus mejores horas de madurez interpretativa y mayor estado de gracia; extensas y tensísimas escenas que terminan siendo quebradas por proyectiles, martillos o cualquier objeto mortal –recordé la escena del bar en Bastardos sin Gloria-; y una narrativa con flashbacks con estéticas más intensas para vincular emocionalmente al espectador con los personajes. Asimismo, Tarantino acierta con un soundtrack variado, placentero y elaborado –por Dios mi mente sigue tarareando la bellísima canción del Django de 1966 puesta al inicio del metraje-, y un cameo propio que es notablemente hilarante -tanto como el de Pulp Fiction- pero esta vez acompañado del respetuosísimo cameo-homenaje al mítico Franco Nero.

No obstante, no puede faltar el copyright tarantiniano: Una hiperbólica y ampulosa carga de violencia pletórica de sangre y vísceras en magnitudes navegables cuyo color rojo es mas rojo que el natural, una verdadera danza de locuras sádicas que extrañamente termina por gustarnos, y más aún, nos hace reír a raudales; y eso amigos –para mí- es la mayor magia de este realizador tan “jodidamente cool”, pues cada muerte o matanza tiene su arte, su detalle, su salpicadura específica –a lo Dexter Morgan-.

No pudo haber un mejor casting, sin embargo, considero que Christoph Waltz y Samuel L. Jackson –el maldito de Stephen- se los meriendan a todos, magistrales es una palabra más que merecida para este par de monstruos. El alemán siempre impresionante entre la dulzura y la candidez, y la dureza del matón de corta y larga distancia (también impresionante en Bastardos sin Gloria); y el segundo –de la nomina del director-, haciendo el papel del esclavo servil, ambivalente y malnacido y que se gasta todas las reservas de la palabra “nigga”. A su lado un sobresaliente Leonardo Di Caprio, cada vez más alejado del escuálido Jack Dawson de Titanic, sobrio y con una enorme presencia en cada fotograma; y un Jamie Foxx fundamental y físico en sus rieles de héroe con ansias de venganza. Por cierto, no está para nada mal que le den más papeles a Don Johnson –Big Daddy-, enhorabuena por el protagonista de series como Miami Vice y Nash Bridges, que me saco más de una risa.

Por otro lado, siento no equivocarme diciendo que este brutal rio de sangre, lejos de ser irrespetuoso para los descendientes de esclavos –como lo dijo sin ver la película el director Spike Lee- es un retrato atroz y sin ambages de una verdadera vergüenza para la historia de la humanidad, pues Tarantino no ha escatimado en detalles para mostrar el genuino sufrimiento de los negros norteamericanos de la época. Vale también decir, a los amigos puristas de la original Django, que este film es absolutamente respetuoso e inclusive se le pasa un poco la mano en el homenaje con esos zooms rápidos de los spaguetti westerns de los setentas.

En conclusión Tarantino ofrece de nuevo una obra de arte cinematográfico, sin la perfección de Pulp Fiction y Reservoir Dogs, en mi concepto sus dos obras maestras, pero si con esa esencia del genio cuya magia es hacer películas inteligentes, críticas y divertidísimas. Larga vida al genio de la mandíbula grande y espero su próximo producto con las entradas pagas desde ya.
Javenco
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9
15 de junio de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Flota Estelar esta en problemas ante el misterioso y devastador ataque de un terrorista cuyo seudónimo es John Harrison (Benedict Cumberbatch), en medio de la situación y cegado por la ira el Capitan Kirk (Chris Pine) y su amigo Spock (Zachary Quinto) se encargan de su persecución, a bordo de la nave Enterprise, hacia una zona supuestamente deshabitada del planeta Klingon y armados con un novedoso pero inestable armamento, está claro que la misión tendrá considerables complicaciones y giros.

El nuevo zar del scifi, J.J. Abrams a cargo no solo de esta saga sino del reboot de Star Wars –menuda responsabilidad- hace su segunda presentación con una historia cargada de buena acción, agitación a más no poder y con un diseño de arte extraordinario en el que los efectos visuales y lo efectos especiales se traslapan de forma equilibrada con la siempre efectiva música de Michael Giacchino, su compadre desde la serie Lost. Aun cuando pequeños aspectos del guión parecen haber sido encajados a la fuerza, en especial los relacionados con el villano y sus motivaciones, la cinta desde mi visión de espectador -infamemente ignorante de la mitología que los trekkies dominan a placer- es una excelente pieza de entretenimiento con pinceladas de humor fino, y un significativamente mayor toque de dramatismo, con respecto a su antecesora –que lamento profundamente haber visto en mi TV-.

Resalta la robustez del villano, he repetido a más no poder que una buena cinta de scifi-acción requiere de un malo realmente temible y Benedict Cumberbatch sí que es un cabronazo hasta en la voz –pese a que se la pasara un poco la mano con la gesticulación-, será muy bueno verlo en la segunda entrega del Hobbit. Chris Pine y Zachary Quinto muestran una pequeña evolución en sus papeles y cumplen –aunque opacados por el villano- con unos personajes cuya relación se complementa por la oposición de sus caracteres y formas de proceder, lo que se convierte en uno de los chicles cómico-dramáticos de la historia a veces demasiado masticado, pero que funciona para hacer las delicias del espectador más desprevenido y como yo neófito de la saga. El resto de la tripulación, con una sexy adición, tiene sus guiños de grandeza, comicidad y protagonismo dosificado. Se agradece la aparición definitoria del siempre mítico Peter Weller (Robocop, Naked Lunch, 24 y Dexter) como el Comandante Markus, lo que le dio mucho más peso al juvenil cast.

En conclusión, la película es altamente disfrutable pues combina la trepidante acción con pausas agiles y necesarias llenas de tensión, lo que permite que las dos horas y doce minutos de metraje sean un ejercicio nunca cansino en el que el paisaje futurista nunca deslumbra por encima del eje central de la historia, se nota la mano de J.J. Abrams siempre centrado en la psicología de los personajes. La película es en últimas un respiro para quienes esperamos un buen performance del director en la nueva entrega de Star Wars.
Javenco
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7
14 de octubre de 2012
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata de un thriller basado en una historia real que cuenta como Rachel Steinn cantante judía que trata de sobrevivir cuando los nazis la despojan de todo (incluida su familia) termina convertida en espía de la resistencia holandesa, pero (oh!! sorpresa) se involucra con su objetivo masculino más de la cuenta.

Hay momentos en que la actuación de la protagonista a ratos se aplana y hasta apachurra entre más de un lugar común (su look por ejemplo me hace pensar que en cualquier momento se la llevará King Kong). También hacen falta silencios o espacios reflexivos propios para el drama y que entendemos son eclipsados por los aparentes sentimientos retenidos de la chica.

No obstante, la película que en su primera mitad se asemeja más al capítulo de una miniserie televisiva, va tomando fuerza y fulgor con cada inusitado cambio de trama, y con la incesante tensión y expectativa de sorpresa que se apoya en escenas desproporcionadas y desagradables (algo muy Verhoeven, recuerdan al pobre Alex Murphy), y en la acción no coreografiada y desprovista de efectos especiales.

Ahora lo paradójico: Es la crudeza del director tan holliwoodense y palomitera de teenagers estadounidenses la que bien canalizada da justa fortaleza al epílogo de las aventuras de la Rachel y mantiene el interés, lo que ya de por sí es una gran virtud cuando el recorrido es de más de 2 horas. Recomendación no pierdan detalle a la escena final entenderán porque la protagonista es tan desventurada y Verhoeven (como co-escritor) un cabrón con la pobre.
Javenco
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7
14 de octubre de 2012
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres años antes de la iniciar la trilogía Matrix los Hermanos Wachowski dirigen este thriller, que gracias a sus dos disímiles, pero guapísimas protagonistas (Jennifer Tilly y Gina Gershon), va tomando una inesperada electricidad en sus últimos dos tercios de metraje.

La ambientación es grisácea y limitada, los mafiosos parecen fotocopiados de las mil y una películas -incluido el perturbado César (Joe Pantoliano) – y la trama a ratos es oteable aún para el más astigmático y desenfadado espectador, sin embargo, el encanto morboso que genera la Tilly en los hombres y mujeres, los cambios de ritmo narrativo y la calidad visual de las secuencias de acción hacen del visionado una rutina sugestiva. Mejor dicho, estamos ante la prima “menos agraciada” de The Matrix, pero no está mal. PD: "las paredes tienen oídos".
Javenco
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7
14 de octubre de 2012
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quienes vimos en los 80 a “Chucky El Muñeco Diabólico” recordaremos la transformación del tierno juguete en una máquina aterradora, la película un poco cutre cumplía lo que prometía, al menos en su primera parte, y aun aterra a una generación de treintañeros; quienes vean a Ted notaran una transformación similar pero por caminos menos terroríficos, el tierno oso de Hasbro cobra vida por el deseo infantil de John (Mark Wahlberg) (y no por pactos diabólicos como Chucky) y en adelante ambos se convierten en entrañables “relampamigos” (si la ven entenderán la palabra) situación ideal que se complica cuando ambos alcanzan la adultez por la inevitable necesidad de emancipación de John frente a sus compromisos sentimentales con Lori (Mila Kunis).

El dilema de John y Lori radica en la personalidad de Ted (interpretado por el siempre incivil Seth MacFarlane), el oso es un “motherfucker” en el sentido cómico de la palabra, es una combinación –y espero que alguna vez hayan visto Padre de Familia- de Peter Griffin y el perro Brian, de hecho la película es como un capitulo extendido con humanos de la polémica, pero siempre cómica serie. Ted es incorrecto, gamberro, primario social y político, pero inteligente y sarcástico, la película es una montonera bien apilada de chistes que van desde el manual del clown norteamericano, hasta lo más gamberro y escatológico (sobraron unos chistes de gases), pero también inteligente con sátiras dirigidas a la farándula gringa y a lo políticamente correcto.

Por otro lado, la comedia, y fue lo que más me gusto,es el paraíso de cualquier geek ochentero promedio, las alusiones a Flash Gordon (delicioso cameo de Sam Jones), Star Wars, El Auto Fantástico, entre otros (confieso que sin ser geek me reí solo, o con máximo dos solitarios, de algunos chistes en la sala de cine) me hicieron desternillarme de la risa. También son atinados los secundarios: Joel McHale (El comediante de Community y The Soup –otro placer culpable de viernes en la noche-), Patrick Warburton (El tonto novio de Elaine en Seinfeld) y Giovanni Ribisi (no dejen de verlo bailar), el cameo de Norah Jones y el narrador del cuento de hadas, el gran Patrick Stewart.

Sin duda es una buena propuesta de Seth MacFarlane para reír pletóricamente, técnicamente muy bien lograda (excelente la gesticulación del oso), y que al igual que Chucky en los ochentas cumple lo que promete y les hará cambiar su visión acerca de los tiernos osos de peluche.
Javenco
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