El título de mi crítica resume a la perfección el problema que sufre el protagonista de la historia que, desde niño, padece el síndrome de Tourette, haciendo que éste tenga espasmos y reproduzca ruidos involuntariamente. Este gran inconveniente le perseguirá a lo largo de toda su vida y, a pesar de las enormes dificultades que encontrará, pondrá todo su empeño en conseguir su sueño, ser profesor infantil, y así poder tratar a los niños como a él nunca le trataron de pequeño sus maestros.

El film es sencillo pero entretenido, e intenta transmitir los valores "buenos" de la vida. Es como un homenaje a todas las personas que padecen esa enfermedad, una muestra de todo lo que deben pasar a diario.

Es cierto que el olor a telefilm que desprende la cinta es muy grande, aunque esto no debe echar a nadie para atrás a la hora de contemplarla ya que, al contrario que otras películas de sobre mesa, es muy válida y, al menos para mi, muy recomendable.

Sinopsis en pocas palabras: Maromo rubio y soltero busca chica y título de caballero.

La película resulta, simplemente, entretenida. Eso sí, algunas escenas que transcurren durante los juegos, sobre todo en los duelos de justas medievales a caballo, sí resultan interesantes y con cierta emoción, siendo el único aspecto realmente destacable de la cinta.

Por desgracia, en muchos momentos parece un producto destinado a quiceañeras que, francamente, se interesan más por el protagonista que por la Edad Media y sus juegos de justas y espadas.

La música (pop de la época actual) es uno de los elementos que contribuye a que el film resulte más una fiesta de pijamas que lo que debería ser para ser tenida en cuenta. Coreografías improvisadas, tontos romances, bailes ochenteros (de 1980, no de 1580), bromas si gracia y demás parafernalia que lo estropean aún más.

Por otra parte, si se hubiera intentado ambientar más fielmente, sin estas bobadas que no vienen a cuento, muy posiblemente 'Destino de caballero' estaría mejor valorada. Y para rematar la faena la trama peca de ser predecible, demasiado predecible...

Aún así, como he comentado al principio, si uno ve la película sin pensar demasiado y sin memoria histórica alguna, podrá disfrutar, como yo he hecho, de un rato agradable para distraerse y punto.

En primer lugar, me gustaría decir que lo que estáis a punto de leer es una crítica, no un spoiler, como he podido leer en otras. Vale que no es 'Titanic', pero este documental también tiene un desenlace que hay que respetar para todos aquellos que aun no lo han visto.

Respecto a 'Super Size Me', es un documental realmente entretenido que cuenta, de la mano de su director y a la vez actor principal Morgan Spurlock, de qué modo afecta al cuerpo humano una dieta McDonald's 100% durante un periodo de 30 días. Es increíble como, a la vez, nos ofrece gran cantidad de información y de testimonios con un toque de humor que es, sin duda, la chispa de la película.

Me gustaría referirme también a los autores de algunas de las críticas que he podido leer por aquí, eso sí, de una forma totalmente respetuosa, ya que parece que no han acabado de entender el asunto. Algunos dicen que no se debe tener en cuenta este documental porque cualquier dieta basada en comer el mismo alimento de forma reiterada es nefasta para la salud (he leído algo de unas berenjenas...), es decir, que no es un estudio válido que una persona se harte de comer hamburguesas, ya que también podría hacerlo con plátanos y tendría el mismo resultado... pues ¡NO! ¡Error! El director de 'Super Size Me' no come solo hamburguesas, come la dieta McDonal's con todas y cada una de sus "especialidades", ya sean hamburguesas de ternera (evidentemente), nuggets de pollo, pescado rebozado, patatas fritas, ensaladas, helados, yogures... NO solo hamburguesas. Resalto esto porque creo que hay que darle la importancia que se merece y aceptar que la dieta de este "restaurante" es una verdadera porquería, ¡que esto lo sabemos todos! (sí, yo también voy de vez en cuando a McDonald's, como una vez cada dos meses).

En resumen, un documental-denuncia de lo más divertido y ameno. Os lo recomiendo.

Sin duda, de los mejores films de drama que he tenido la oportunidad de ver, y no una vez, sino varias. No aburre, de verdad, no lo hace. Contemplando alguna de las apaciguadas escenas que compone la película sientes que desconectas, pero no lo haces. La trama de esta genial obra te atrapa desde el primer minuto y no te deja descansar hasta el último.

Lo mejor, además de la genial historia que nos cuenta, es Russell Crowe, que hace un papel sublime, lo cual le llevó al Oscar, al igual que a la película. Y por supuesto, todo este éxito está estrechamente relacionado con la genial dirección de Ron Howard, habitual de grandes films.

En definitiva, para quien no haya visto esta MARAVILLA, le suplico que lo haga cuanto antes, aunque el drama no esté entre sus preferencias.

Cada vez que Álex de la Iglesia estrena una nueva película, un escalofrío recorre las piernas del público. Algunas veces el escalofrío se transforma en una agradable CARICIA, otras tantas ese ESCALOFRÍO se hace más y más frío hasta dejar helado. ¿Qué ha ocurrido esta vez? Dejando a un lado la curiosa -por decirlo de alguna manera- canción de Raphael, 'Balada triste de trompeta' nos ofrece algunas cosas dignas de mención, aunque pocas son buenas.

Escalofrío. La historia es una auténtica demencia y una carnicería argumental. La trama comienza decentemente -incluso bien- con una irrupción republicana al circo donde trabaja el payaso de Santiago Segura, y no va con segundas. Prácticamente después de los créditos de inicio, la cosa continúa con uno de los niños que se nos había presentado al comienzo, ya crecidito -inlcuso demasiado, ya que ha pasado de ser un enclenque muchacho a un extremadamente fornido caballero, lo que no cuadra del todo-. Después de un rato entretenido en el que se nos presenta una historia de amor digna de elogio, el asunto se trunca gracias a un guión espantoso, siendo amables. El bueno de De la Iglesia se salta el protocolo, cualquier acción lógica y la reglas físicas y médicas que todos conocemos y aceptamos, para crear un universo paralelo en el que todo es posible, y sobre todo para sus amados payasos. El buen pretexto de la Guerra Civil española, con ese arranque tan rocambolesco como llamativo, queda ensombrecido por tanta estridente insensatez y, por qué no decirlo, gilipollez.

Caricia. Por suerte, el reparto nos deja ver alguna luz entre tanta oscuridad. Las actuaciones en general, sólo en general, están acertadas, sólo acertadas. Como apuntábamos, hay una estrella que brilla por encima de las demás en este siniestro firmamento que es 'Balada triste de trompeta', y esta estrella es mujer. La actriz novel Carolina Bang, sólo conocida -o no- por el "peliculón" 'La daga de Rasputín' (2011) made in 'Los Serrano' (Jesús Bonilla, Antonio Resines), interpreta a una trapecista, atrapada en una relación que la atormenta, que se encariña con el payaso protagonista. La tinerfeña de 25 años demuestra sus dotes como actriz a pesar de no contar con un guión que pudiese resaltar en mayor medida su estupendo trabajo. Salta a la vista su enorme atrictivo físico y su cara angelical, que resulta muy expresiva y tierna, con gran capacidad para el dramatismo, aunque la película también está catalogada como comedia -desde luego, este film es de difícil clasificación, ya que se sale de todos los baremos, y no es un halago-. Otro aspecto positivo del film es la fotografía y el aspecto visual en general -con un gran trato del color-, que es francamente bueno y se intuye muy cuidado y trabajado. Ojalá el responsable hubiese escogido otro film para resaltar su enorme habilidad.

(Continúa en el SPOILER sin desvelar nada)