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España España · Zalfonada City
Críticas de Kinari
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Críticas 35
Críticas ordenadas por utilidad
8
18 de mayo de 2009
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una de las mejores películas del Mel Gibson actor. Personalmente creo que Mad Max fue el mejor personaje de su carrera. Estamos ante un clásico de la Ciencia Ficción, una película que ha servido de fuente de inspiración a multitud de filmes de temática apocalíptica.

Supera con creces (y también con más medios) a la primera parte. Los villanos tienen un aspecto más fiero, vestidos de gladiadores futuristas; la ambientación post-apocalíptica es sencillamente desoladora: carreteras destrozadas y caminos polvorientos, páramos azotados por el viento y el calor infernal del interior australiano tras el desastre nuclear. Los supervivientes han tenido que adaptarse a vivir o huyendo, o convirtiéndose en animales bárbaros e inhumanos, organizados en pandillas motorizadas como la de Hummungus, con su clásica máscara de Hockey y sus musculazos, un tipo temible, un villano a recordar por todos los tiempos.

Max Rockatansky ya no es policía, ni marido, ni ciudadano de ninguna parte; ahora es simplemente un superviviente nómada, tan feroz y despiadado como los bárbaros a los que se enfrenta. Un hombre con la humanidad perdida, con el alma deshecha, incapaz de recuperar el sosiego o la redención. La música que acompaña al filme es fatalista y tétrica, y transmite una sensación de desesperanza que te abruma durante todo el filme. La única recompensa que el grupo de supervivientes inocentes de esta historia pueden esperar al final es escapar de ese páramo en medio de la nada para, con suerte, poder empezar de cero en otro lugar donde seguramente, tampoco habrá nada salvo el mar cercano... Al menos estarán lejos de los bárbaros. Max, abrumado y anulado por su trágico pasado, se quedará atrapado en medio de estos dos mundos antagónicos; entre el mar y el páramo; entre la esperanza y la desesperación, mientras observa alejándose al grupo de supervivientes a los que ha ayudado, a su última oportunidad de reconciliarse con la vida...

Mad Max 2 es un auténtico cómic viviente: la imaginería de los coches es sencillamente genial, con el mítico Interceptor V-8 negro que conduce Max y que se merienda a todos los que tratan de derribarle, disputándose restos de gasolina con toda clase de bandas de motoristas. Esta secuela se convirtió en la gran referencia para un buen puñado de films que le siguieron y que se inspiraron o copiaron directamente el poderoso estilo visual de la misma. Cuando se estrenó en 1981 fue todo un exitazo, mucho mayor que su antecesora, un auténtico baño de originalidad que la convirtió en un film de culto, imprescindible en la filmoteca particular de los buenos amantes del cine.
Kinari
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7
7 de mayo de 2009
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El único pero de esta cinta es que el esquema argumental es prácticamente calcado al de la primera parte:

- Un equipo de élite (esta vez policial) aniquilado uno por uno por el alienígena de las rastas.
- Un protagonista forzudo (esta vez negro) que le hace la competencia por ser el más macho al alienígena de las rastas.
- Un tocapelotas entrometido que busca protagonismo ante el grupo de élite. En Depredador I fue Carl Weathers y aquí Gary Busey.
- Colombianos y Jamaicanos en guerra, pegando tiros y traficando con droga. Igual que en el campamento de la jungla de la primera parte.
- Un cara a cara entre el forzudo y la criatura de las rastas a la hora del desenlace. Por supuesto gana el forzudo. Policía, sí, pero forzudo como Chuache.
- Una gran explosión final de la que el forzudo sale ileso gracias a un salto in extremis.

Esto como comparativa.
A pesar de todo, es bastante entretenida y no da respiro alguno al espectador. Los personajes carecen de la personalidad, la fuerza y el carácter del grupo militar de la primera parte pero la fórmula funciona igual, conviertiendo el film en una digna secuela, de las pocas que se salvan en el cine.
Eso sí, siempre teniendo en cuenta que el objetivo de esta saga no es otro que el de entretener, simple y llanamente.

Hay poco de creación propia y nueva aportación para el bueno de Stephen Hopkins:
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Kinari
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1
7 de mayo de 2009
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Chechuuu!!" "Chechuuuu", repetía una y otra vez el viejo insoportable.
Rebuznos, balbuceos, tartajadas, necedades, chistes malos... el personaje de Emilio Aragón era tan tonto que crispaba los nervios. Lo más patético que se ha visto en televisión.
Diálogos guturales, gemidos, jadeos y risas empalagosas... A Lydia Bosch no había quien la aguantase. Tampoco hoy.
Chechu era imbécil, y es imbécil por pensar que lo hizo bien y siguió con su carrera de actor. Carrera que a Dios gracias, no llegó muy lejos.
Si me alegré de que las serie finalizara, era por no aguantar a la Juani y al estúpido de su novio. El Fiti sigue atormentando al público español en la tele y en el teatro, desgraciadamente.
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Kinari
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7
20 de septiembre de 2009
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vuelve el mejor Tarantino desde Kill Bill Vol. 2. La verdad es que sus fans le echábamos de menos. En esta ocasión nos presenta de nuevo su incansable deseo de homenajear al cine evocando grandes escenas de películas en el contexto de la ocupación nazi en Francia. De nuevo, el excéntrico director nos mete en harina ya de primeras con una puesta en escena típica de spaghetti western, la que sin duda es la mejor escena de la película, una mezcla de géneros inédita en el cine: el drama propio de una persecución de judíos digna de la Lista de Schlinder con la tensión insoportable de un duelo a punto de estallar en el rancho entre el humilde ganadero y un sheriff de mal agüero.

Tarantino nos mete en un mundo atemporal, un hecho histórico ficticio pero no por ello menos interesante, en el que los nazis son retratados como nunca antes se había hecho: como víctimas perseguidas, como peleles sin alma y sin raciocinio a los que se puede machacar con facilidad.

A diferencia de otros de sus filmes, Tarantino no abusa tanto de la violencia y sí de la tensión dramática, algo que conjuga a la perfección con momentos de humor magníficos. Convierte el drama de la ocupación en un cómic contemporáneo con unos villanos caricaturizados, los nazis o el propio Hitler cuyo esperpéntico retrato aquí da grima, a los que hasta resulta divertido y estimulante verles asesinados sin piedad. El director consigue que resulten tan odiosos y patéticos como a los propios nazis les resultan los judíos.

La película tiene aciertos memorables, como la interpretación de Christoph Waltz, a la altura de los mejores villanos de la historia y sin duda lo mejor del filme; el humor grotesco de Brad Pitt y su grupo de bastardos; una sorprendente Diane Kruger, que es el vivo retrato de la belleza de las estrellas de la época como Marlene Dietrich y un cumplidor Daniel Brühl cuyo empalagoso personaje refleja a las claras que no existe intención buena alguna en el alma de un nazi, de ahí que merezcan morir todos.

Hay pasajes que se hacen demasiado largos, sobre todo a mitad de la película. Hay muchos diálogos (y personajes) que sobran. Eso sí, el desenlace, de órdago y sólo por eso merece la pena tener paciencia y esperar.
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Kinari
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4
29 de junio de 2009
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El problema de recuperar un personaje legendario es que además de los cómics, Superman se hizo legendario precisamente por los actores que trabajaron en las anteriores películas de la saga. Y es que viendo Superman Returns, uno echa mucho de menos la simpatía y la buena presencia en escena del imponente Christopher Reeve; el desparpajo nervioso de Margot Kidder, la lucidez, astucia e impagable ironía de Gene Hackman y, por supuesto, la maravillosa partitura de John Williams. Y es que el primer Superman de Richard Donner es puro cine, cine épico, lleno de escenas inolvidables.

El único tanto a favor del Superman de Bryan Singer son los efectos visuales, que a pesar de ser espectaculares cometen barbaridades como la de fabricar digitalmente la capa del superhéroe en las escenas en las que sale volando.

La película es lenta y tediosa hasta la saciedad, y las pocas escenas de pura acción no curan esa sensación de aburrimiento que se tiene durante todo el visionado. El guión es soso, sin sustancia y el argumento en el que se sostiene es muy simple: que vuelve Superman; que Lois Lane estuvo mucho tiempo enfadada, tanto que escribió un artículo (que le da el Pulitzer nada menos) en el que justificaba que el mundo no necesitaba a Superman porque ella lo decía y punto (¡toma objetividad periodística!); y que Clark Kent es bastante más tonto de lo que lo pintó Richard Donner. Eso sí, éste lo describió con mucha más dignidad.

El enésimo fallido intento de resucitar un personaje mítico, bien provenga de un remake o bien se trate de la continuación de una saga a la que se le sacó todo el jugo posible en su momento, como es el caso de Superman.

Hollywood, por favor, más intentos no…
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Kinari
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