En esta película las actuaciónes, que hacen una discreta comedia, permiten al espectador a veces quedarse en un sinsabor, del mismo modo en el cual es abordado por la voluptuosidad del western y la aventura, que como tal nunca llega su clímax, sobretodo en el antagonismo de David Wenham, que por otro lado hace un personaje complejo y negociador. Las otras actuaciónes, en su desprendimiento, parecen aportar una irregularidad y espontaneidad propias de los amateurs, en donde por un momento olvidan su cordura y las formas, explorando otras, con una dirección entusiasta pero que está como ensayanado películas futuras. Así la película se desestructura cruelmente, hasta quedar solucionada por fórmulas de stock y lugares comunes, refundiendo un poco, desde la trama, al que la ve al asiento y su comodidad o incomodidad. Resulta rescatable y divertida si se está con esa mirada de entretenimiento espontáneo.

La dureza de la película surge como un grito bien caracterizado, juntando su cometido, con todo y que cuesta trabajo unificar las contradicciones concurridas de la caracterización de los personajes, con la siempre presente tensión de la cual la fotografía logra un dominio que hace que la espontaneidad diga más que la propia actuación, y que el cuestionamiento universal por el conflicto se presente en el conjunto de la obra , en donde lo momentos de camaradería harán excelentes actuaciones y una identificación con la pérdida desgarradora de futuro, en donde, esa misma limitación argumentística de la denuncia hace que se antoje una falla en la coherencia del contenido, por otra parte, soluble con misterio. En medio de las montañas, la necesidad de imponerse los dientes afilados de la más dura representación interna y externa brilla y no sólo en el protagonista sino en la propia mesa de los hechos con emocionalidad al borde mientras no se exagera y que falla cuando se presentan las exageraciones, que da cuenta de la humanidad de los propios actores, en lo psicológicamente policémico de la desesperación.

Buñuel quiere ir más allá de valoraciones. Pero no evita caer en ellas. El claroscuro con que se muestra esta película, hace consonancia con el lenguaje de mensajería que pasa por su mente, donde escapa y da pie a su técnica, como en una pausa convergente de su divergencia. Y él mismo dijo, en entrevistas posteriores " Esta no me salió" el espectador, en su propio lenguaje puede admitir las sobreposcisiónes del clásico montaje mexicano, que sin embargo logra aspirar la atmósfera de una riqueza multi-sensorial, que se reitera una y otra vez a lo largo de las escenas, desde el inicio hasta el término, sin importar casi el tiempo en el que se dan los acontecimientos de la comedia románica y su ligero veneno, como si el estatismo de mármol de los participantes siguiera en su propio desarrollo al recorrido anterior de grabación, donde, en verdad, se aprende con el propio director, y por lo demás, resulta en muestra folclórica que se puede disfrutar

La película, deviene, entre sus lugares comunes, en una posibilidad de encontrar algunos puntos donde el leguaje argumentístico va hacia lo más bien panfletario pero con actuaciones correctas para la comedia de chistes al aire, donde resulta acertada esa celebración de la estupidez humana, por otro lado compasiva desde su propia ironía, con un trasfondo apagado, al estilo de El Sentido de la Vida, película que logra de una manera mucho más profunda lanzar un simbolismo. Mi crítica más o menos constructiva, llevaría, por las dimensiones del "studium" a decir que se trata más bien de "Jingle" televisivo, que tiene momentos curiosos en su comunicatividad. El olvido de Whilhelm Reich, que es mencionado mediante una frase más o menos célebre de este personaje con ligeras ediciones por Sherrin, en un momento rico de actuación dado su desenvolvimiento espontáneo como imprevisible hace un momento un tanto cuanto recuperable. Lo demás le da la vuelta, y es políticamente correcto. Se queda en la misma, sin aventurarse a proponer nada que se antoja por la propia prosodia de su argumento. Si nos ponemos en el plano de la moraleja, sobre los adolescentes, una frase del propio Reich resulta convincente: " de esto no sabes nada, porque ¿ qué es para tí la lucha por la libertad o quién eres tú para tener opinión propia, pequeño hombrecito?....valiéndome de la alusión y sin citar el contenido textual como spoiler ( si a alguien con todos los bostezos le interesa esta película), digo: A esta película le falta opinar. No digo que tome una postura clara, pero decepciona como tantas otras en la carencia de literatura propia....

El haber planteado esta cuestión, es lo que me motivó a seguir viendo lo que parece un refrito de algún programa matinal de variedades en un canal televisivo cualquiera de México o Italia. Los momentos luminosos, con la fuerza literaria con los que se plantean, se derrumban por una realización que les da la vuelta y “mete la pata” en una fotografía descriptiva y miedosa de los errores, en donde, cada una de las parejas no alcanza a tener el anhelo requerido, se nota una producción en la misma línea, que mejor hubiera reconocido su desvinculación y hubiera hecho una producción sobre los errores de producción, recurso que ha dado buenos frutos.....de cualquier modo, la relación sexo-amor es replanteada de una manera más o menos original.