Me parece tan evidente la calidad cinematográfica de este film que no voy a hacer comentarios al respecto; difícilmente se puede decir que sea una película propiamente dicha. Es un "vehículo de" sin género de dudas, de publicidad de música y bandas en concreto; una especie de justificación para hilar las actuaciones de los grupos o cantantes cuyos discos querían ser vendidos.

Pero, personalmente, hay algo que me ha llamado la atención: su estética. No hablo de una estética propia o particular, sino como reflejo de época. Eso es lo que respondería si me preguntaran qué me ha parecido la película: me ha parecido un documento de época.
Me ha encantado ver las calles del Madrid de 1983 (lamentablemente no he podido reconocer ninguna y no se encuentra información acerca de las localizaciones del rodaje), los vehículos que circulaban, las ropas, los peinados, los interiores (algunas casas, el instituto, las famosas discotecas...).... Y por otra parte me han resultado muy curiosos los paralelismos con la moda actual a fecha de hoy (es decir, casi 40 años después), estéticamente hablando. Pese a que ahora hay un popurrí de todo, es innegable el peso del pseudo revival de los 80, y sobre todo el tipo de pelo (y sobre todo el masculino) y la ropa que vemos en la película, y que hubiera sido algo totalmente anacrónico en el año 2000, ahora es algo que ves por la calle.

Como curiosidad, buscando información sobre el rodaje pude leer en un blog que los protagonistas tenían la voz doblada, cosa que me pareció harto dudosa considerando el coste y el esfuerzo que conlleva esa práctica, pero en otro blog, esta vez de uno de los actores, este comentaba que le impresionó verse en pantalla el día de estreno con la voz doblada, por lo que al menos se puede asegurar que a algunos de los actores sí se les dobló (por supuesto, aquí uno podría, maliciosamente, plantearse la pregunta "¿tan malos eran?").
Volviendo a la época actual y a los paralelismos, cuando veía las escenas de los chavales yendo de aquí para allá en una retahíla de vehículos ya fueran 600, 4 caballos, descapotables disparatados, mobylettes (¡vaya con las motillos!), no he podido dejar de pensar en la libertad que había antes y en el constreñimiento actual y en las "soluciones de transporte" que nos quieren imponer ahora.

Tan solo la recomiendo a los nostálgicos y a los que tengan intereses muy concretos en la época, ya sean musicales, estéticos, etc.

Si no fuera por las circunstancias en las que está inmerso el cine, digamos occidental, actualmente, y que lleva así al menos diez años, no haría una crítica de una película de estilo “telefilm” como esta, una película de tercera fila destinada a televisión.
Pero las circunstancias son las circunstancias, y es triste decirlo, pero este film menor me ha llamado más la atención, me ha gustado e interesado más que el 80% del cine que ha hecho Jolibud durante la última década.

Es un policías y ladrones en un entorno geográfico bien definido, con cuñas reales sobre lo que ha debido de ser la política y sus alcantarillas en Chicago, con varios hilos naciendo de la trama, con veracidad de guión aunque la realización sea la que es, no creo necesario tener que “criticar” la falta de medios evidentes de los que adolece la película.

Pero con unos actores haciendo muy bien su papel, incluso quedando en él a la perfección como en el caso de los “políticos”, con esa repulsión que generan sus pérfidas acciones y que empieza desde su propia imagen; con un guión dinámico (no me he aburrido en ningún momento) que no solo cuenta una historia, sino que, con cierta experiencia que uno tenga en la vida, ve que también está levantando trapos sucios que se han dado y se dan en la vida real, añadiendo densidad e interés al film.

Muy a destacar el comportamiento y las relaciones entre personajes; qué gusto ver un producto para adultos, y no la porquería del cine comercial actual en la que los personajes, su psicología y la forma de relacionarse y estar en el mundo parece de adolescente, simplón y ridículamente maniqueísta.

Nunca creí que un telefilm que en la época se haría por rellenar catálogo, pudiera mantenerme despierto una noche de domingo. He disfrutado a partes iguales viéndola y relfexionando sobre la caída al pozo de la vergüenza del cine de alto presupuesto actual.
Recomendable a excepción de que uno no quiera ponerse a comparar épocas (y se deprima consecuentemente).

Decente telefilm de desarrollo dinámico, con un argumento lineal pero que cumple las espectativas de entretenimiento, que es lo que deben proporcionar según mi opinión estas obras menores.

A parte de la innegable curiosidad del tema, la película aporta una mirada original sin saber si en la realidad los hechos se desarrollaron así, que es mostar a los ladronzuelos no como puros delicuentes, sino en parte como víctimas de ese mundo de famosos y adoradores de famosos, en el que el ímpetu de la acción es estar en contacto con las "cosas" de los famosos como sustitutivos realizables de estar con la propia persona en sí.

Recomendable para visualizar como entretenimiento ligero.

Esta "película" es el simil audiovisual de la trilogía "literaria" Millenium. Un producto que no llega ni a basura dotado, de forma externa, de determinados valores.

Se dice de ella que es una película de acción, que aparecen actores míticos y que los fans de este género no solo disfrutarán sino que lo harán como antes, como en los fantásticos 90's.

Pues es todo mentira. Eso es lo que se dice de ella, pero en el primer minuto de visualización todo se cae por su propio peso. Los actores podrían haber sido sustituidos por picaportes, bocadillos de chorizo y ruedecillas de carrito de bebé, que la "historia" no habría cambiado en nada. Es más, hubieran interpretado mejor.
¿Acción? ¿Es que acaso ver un pezón tras otro, o la pantorrilla de una modelo, o el iris de otra es sexualmente incitante? El creador de este producto no solo ha sido incapaz de atrapar hasta lo más superficial de lo que debe ser 'acción', sino que de esa superficialidad tan solo ha captado retazos dispersos.
Que la falta de historia es un punto positivo, dicen. Que así se meten más rápidamente a lo que interesa, dicen también. Con eso está todo dicho, creo yo.

Y claro, la ecuación sale bien clarita: Ausencia de actores + ausencia de historia + mucha frigidez intelectual = Los mercenarios.

Acumulación de situaciones límite utilizando como hilo conductor a un personaje abstractamente poco creíble, aunque la correcta interpretación de éste permita salvar ese escalón, al menos durante la visualización del film.

Lo desagradable del mundo que focaliza la película me hace no recomendarla para todos los públicos, y no me refiero ni mucho menos a la edad. La redención apenas llega, y lo creo correcto, pues la limpieza de todo el lumpen que rebosa esta ficción sería muy difícil de meter en un metraje. Me refiero a que el arte tiene que aportar cosas que no hagan sentir mal al verlas, o si lo hacen, en pequeñas dosis. Aquí nos enfrentamos a una amplificación de muchas cosas malas, y casi no se vislumbra salida.

Esta película, si se me permite el símil, me recuerda a las novelas de Richard Ford, en donde todo es opresivo y deprimente, en donde los personajes, gente mediocre que se equivoca continuamente, no tiene ningún sitio claro a dónde ir.

Para mí el arte no es deprimir a la gente, no es recordarla problemas que quizá ellos mismos padezcan en la vida real.

En resumen, película totalmente prescindible, a la que solo recomendaría ver por un sentimiento un tanto voyeurista, de regodeo en situaciones difíciles (ajenas).