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España España · barcelona
Críticas de dovith
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Críticas 97
Críticas ordenadas por utilidad
8
10 de junio de 2014
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo que de pequeño el naranja era mi color favorito. Le pedía a mi madre que me lo comprara todo de color naranja, los jerseys, las camisetas, los calcetines, los bañadores, las toallas, todo... Con la adolescencia todo esto pasó, hasta que llegaron Netflix y Jenji Kohan para revolucionar la televisión con todos estos personajes femeninos que visten monos naranjas a todas horas, y con ello han conseguido que el naranja volviera a ponerse de moda.

La serie tiene como punto de partida el momento en que Piper Chapman decide entregarse por su participación en un crimen relacionado con el tráfico de drogas que cometió hace diez años, cuando era una joven lesbiana loca de amor. Piper ahora es una especie de rubia princesita Disney pija, a punto de casarse con Larry que se dedica a vender pastillas de jabón de calidad. Claramente alguien poco preparado para vivir dentro de una cárcel de mujeres peligrosas. Pero poco a poco irá sacando la lesbiana fuerte que lleva dentro y se convertirá en una desgreñada peligrosa que pateará los culos que haga falta para mantener un cierto estatus dentro de la prisión. Así es como Piper entra dentro de un microcosmos llamado cárcel, donde existen diferentes tribus o ghettos: las religiosas, las latinas, la chicas de oro, las asiáticas, etc. Un mundo donde todo está magnificado (un pequeño gesto de gentileza puede llegar a parecer algo enorme). Un mundo donde los verdaderos sentimientos y las verdaderas intenciones de la gente salen a la luz.

Uno de los puntos fuertes de la serie es su reparto, lleno de rostros femeninos poco conocidos, pero que desprenden un gran talento. Son personajes que resultan extremos, porque extrema es la situación en la que viven. Son singulares, pero no por ello están mal dibujados, ni resultan caricaturescos. Todos están dotados de una gran profundidad, todos tienen detrás su historia, algo que los humaniza, que hace que los entendamos; y a todo ello debemos otorgarle el mérito por un lado a los guionistas y por otro al maravilloso trabajo que hacen todas y cada una de las actrices que aparecen en la serie. Así se nos va mostrando continuamente flashbacks de los personajes para situarnos en sus complejos mundos interiores, para que podamos dotarlos de humanidad y para que podamos entender las decisiones que tuvieron que tomar en un momento determinado de sus vidas y que acabaron llevándolas a prisión.

Así encontramos a interesantes personajes femeninos como Crazy-Eyes, que se enamora de Piper nada más verla y que quiere que ésta sea su esposa en la cárcel a cambio de su protección. Hilarantes resultan todas aquellas escenas en las que Crazy-Eyes realiza una especie de ritual de cortejo sexual y por ello decide entrar en la celda de Piper, bajarse los pantalones y ponerse a mear, como marcando territorio, rollo "¡tú eres mi hembra!", o cuando le compone una canción de amor donde hace rimar cosas hermosas como que juntas se mezclarán como el chocolate y la vainilla. Incluso alguna vez ha conseguido llegarnos al corazón, como cuando le pregunta a Piper por qué todo el mundo la llama "Crazy-Eyes"..., qué pobre la pobre...

Tenemos a Sophia Burset, una transexual interpretada por Laverne Cox (transexual en la vida real). Su dolorosa historia sobre cómo tuvo que luchar para convertirse en la persona que realmente quería ser logra llegarte al corazón. El momento en que Sophia decidió dejar de ser un bombero casado y con un hijo y revelarle a su esposa que realmente se sentía mujer. Especialmente desgarradora resulta la imagen en la que Sophia le pide a su esposa que le ayude a provarse su primer vestido de mujer, una escena dura, pero emotiva, que nos demuestra que el amor de verdad va mucho más allá de lo físico. Como curiosidad, destacar que en el episodio en el que se nos muestra su historia anterior, se usó a su hermano gemelo para interpretar a su yo antes del cambio de sexo.

Tasha Jefferson o "Taystee" es uno de los personajes más divertidos, por su alocada manera de ser. Consigue salir de la cárcel durante unas semanas, pero acaba volviendo, alegando que nada era como recordaba, que en prisión se siente como que le importa a la gente, mientras que fuera no significaba nada para nadie. Sus intervenciones siempre consiguen hacerte reír, como cuando le suelta a otra reclusa: Esto no es "Criadas y señoras", pero ya te digo yo que te comerás mi mierda!

Pero la lista de personajes interesantes no termina aquí. Así tenemos a "Red" la cocinera rusa, que se convierte en una figura maternal para las reclusas de la prisión, una verdadera Matrioska, aunque a veces hago uso de métodos algo cuestionables. Lorna Morello que sigue soñando con una boda que nunca sucederá y que sigue esperando a su prometido que no la visita desde hace mucho tiempo. Alex Vause, la ex-novia de Piper, que (gran recurso de los guionistas) casualmente también se encuentra cumpliendo sentencia en la prisión Litchfield y por la que se da cuenta que aún tiene un montón de sentimientos no resueltos. Luego está la historia entre Daya y el oficial Bennet, los Romeo y Julieta de la serie, un amor imposible entre una reclusa y un celador.

La serie difumina por completo la línea divisoria entre el drama y la comedia, mezclando ambos géneros con un humor negro, pudiendo resultar a ratos hilarante y a ratos despiadada, y no por ello deja de tratar temas importantes como el racismo, el sistema de justicia, la diferencia de clases, etc. Por los dos episodios que he podido ver de esta segunda temporada, la serie no ha perdido ni un gramo de su calidad y además ya ha sido renovada a una tercera temporada. Buenas noticias para todos los fans de la serie, entre los que me incluyo yo, por supuesto!
dovith
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8
17 de marzo de 2013
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Smallville”, aunque sea muy “cursi” y a pesar de que sus tramas eran muy autoconclusivas al principio, cada vez su argumento fue tomando más forma y unidad. La serie duró 10 temporadas y tuvo sus logros: explotar elementos como el progresivo descubrimiento de los superpoderes de Clark tenía su gracia: por ejemplo, descubre su visión térmica cuando, como adolescente salido que es, se pone cachondo.

Otra elemento interesante fueron los constantes guiños de la serie. Nosotros sabíamos desde el comienzo que Clark acabaría convirtiéndose en Superman; eso se prestaba a dar importancia a comentarios aparentemente inocentes, como cuando a Clark se le cae un libro en el instituto, Lana lo recoge y ésta, al ver que es de Nietzsche, le dice “ Y tú Clark ¿qué eres Hombre o SuperHombre?”. O cuando van a un museo de historia donde hay una armadura con una serpiente en forma de S grabada en el pecho y un compañero le pregunta a Clark que qué le parece esa pieza, a lo que él responde que “sólo un idiota iría por el mundo con una S grabada en el pecho”…

Otro elemento muy friki fueron las “Special Guest Stars” de la serie. Annette O’Toole (aquí la madre adoptiva de Clark) había sido Lana Lang en Superman III. Christopher Reeve y Margot Kidder (Clark y Lois del Superman de 1978), aparecían en la serie como un matrimonio de científicos que se encargaban de descifrar signos kriptonianos. Terrence Stamp (aquí como la voz de Jor-El, el padre biológico de Clark) había sido el General Zod (archienemigo de nuestro héroe) en Superman I y II. Lynda Carter (la Wonder Woman de la serie de 1975, sí, la del corpiño con las estrellas de la bandera americana, el pelo “crepaete”, la tiara y el látigo dorado, no se puede ser más kitsch…) aquí interpretó a la madre de Chloe (la mejor amiga de Clark en el instituto, personaje creado para la serie, ya que no existía en los cómics). Helen Slater (Supergirl en la muy olvidable película de 1984), aquí ejercía de Lara, la madre biológica de Clark. Dean Cain y Teri Hatcher de la serie “Lois&Clark”, también tuvieron su pequeño papelito.

Pero estos no fueron los únicos elementos "geek" de la serie:

1) A veces en la banda sonora de la serie se escuchaban algunas notas del tema original del Superman de 1978.

2) Clark casi siempre vestía con los colores rojo y azul. ¿adivináis por qué?

3) Tuvimos tiempo de conocer a casi todos los archienemigos más famosos de Superman: Lex Luthor, el General Zod y Doomsday.

4) Fueron apareciendo muchos de los superhéroes de la Liga de la Justicia en sus versiones teen: The Flash, Aquaman, Green Arrow, Cyborg y Black Canary. Incluso se mencionó en una ocasión a Bruce Wayne (AKA Batman) y Lois Lane se disfrazó de Wonder Woman en un episodio; aunque estos dos personajes no aparecieron propiamente, dado que no se consiguieron sus derechos.

5) Pudimos ver la "Fortress of Solitude" (la mansión de hielo de Superman donde éste reflexionaba sobre sus cosillas...), el Daily Planet y la WatchTower, el centro de operaciones donde se reunía la liga de superhéroes.

6) También pudimos conocer a la prima kriptoniana de Clark, Kara (más conocida como Supergirl) en la séptima temporada de la serie.

7) Aparecieron prácticamente todos los grandes amores de Clark. Lana Lang, su primer amor y con quien perdió la virginidad (atención especial al episodio donde Clark quiere hacerlo por primera vez con Lana, pero tiene miedo de hacerle daño con sus superpoderes en el calor del momento). Lois Lane, que era tan deslenguada, irónica y cínica como la original, en una ocasión llegó a referirse a Smallville como "el único pueblo que Starbucks olvidó"). La única que no apareció fue Lori Lemaris, una joven paralítica a la que Clark conoce en la universidad y que tiene telekinesis, por ese motivo descubre el secreto de Clark, pero ella también guarda un gran secreto: bajo la manta que tapa sus paralizadas piernas oculta una cola de SIRENA!!!. En una web llamada "rumorville" se comentó que aparecería este personaje en la serie, pero finalmente no fue así, quizás no encontraron ninguna línea argumental para dar cabida a este personaje.

8) Se pronunció la frase "Es un pájaro? Es un avión?..." y se quedaron ahí, porque aún no era Superman...

9) Apareció la emblemática cabina de teléfonos, lugar que Clark usará en el futuro como sitio para ponerse el traje de Superman a una velocidad supersónica.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
dovith
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6
31 de enero de 2014
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ha llegado el momento de regresar a la era del Teleindiscreta, las Cartas de Ajuste, la Bola de Cristal, los cubos Rubik, C.C. Catch, el Naranjito, Mecano, Spandau Ballet, Los ricos también lloran (o como la llamábamos todos aquí: "La Mariana"), la bambas Victoria, Los Cazafantasmas, las hombreras, Pac-man, los walkmans, la SúperPop, el vídeo "Thriller", los Especiales de Fin de Año con Martes y Trece, las gomas de borrar Milan Nata, los rombos en las pelis para adultos, el Blandi Blub, los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente, Teresa Rabal, "El Sabadabadá" con Mayra Góemz Kemp y Torrebruno, y lo dejo aquí porque me animo y no paro... Pero para mí es sobretodo la época de "Falcon Crest": los viñedos, Angela Channing, Maggie y Chase Gioberti, Chu-Li... A mí me recuerda a la hora de la merienda (mis Tosta Rica con Cola Cao, mi bol de cereales Smacks de Kellogg's con leche, mis bocadillos de Nocilla...). Cuando llegaba del cole y todos los niños estaban viendo el Barrio Sésamo yo disfrutaba de lo que para mí era un placer mucho mayor. Mi madre me ponía en el vídeo la atrotinada cinta BETA donde a diario me grababan los episodios del mítico culebrón.

Triángulos amorosos, matrimonios fugaces y divorcios más fugaces aún, matrimonios entre primos, hijos secretos, testamentos perdidos, tesoros escondidos, resurrecciones, accidentes de coche y/o avión, asesinatos, mafias, nazis, secretos familiares, amantes cruzados, tiroteos, explosiones e incluso terremotos. Todos estos ingredientes y algunos más se convirtieron en la seña de identidad de la serie y el motivo por el que yo no me la perdía por nada del mundo a la hora de la merienda, y si alguna vez a mis padres se les olvidaba poner la cinta a grabar, ni os imagináis el berrinche que me pillaba...

Si "Dallas" tenía a J.R y "Dinastía" tenía a Alexis Colby, "Falcon Crest", como todo buen culebrón tenía su gran villano, en este caso villana. Estoy hablando de la magnífica Angela Channing: su peinadito, su sonrisa encantadora (de serpientes...) y sus prominentes pómulos que le proporcionaban un aire gentil y duro a la vez eran algunas de sus señas de identidad. Es la gran matriarca de la mansión Falcon Crest: ambiciosa, astuta, luchadora, manipuladora, tirana, dura, maquiavélica, extorsionadora, pasaría por encima de quien hiciera falta para conseguir el control absoluto de los viñedos. Angela Gioberti Channing Erikson Stavros Agretti, la pobrecilla se casó cuatro veces, de ahí la colección de apellidos, tuvo tres hijos: Richard Channing (que pensó que había muerto en el parto, pero que en realidad había sido robado al nacer), Julia, personaje que iba y venía (no sé que tipo de contrato debía tener la actriz, supongo que "Por obra y servicio", porque vamos...), que era la madre de Lance (el ojito derecho de Angela, ella quería que cuando muriera, él fuera quien se encargara de todo, aunque éste estaba profundamente enamorado de Melissa Agretti, a quien Angela no tragaba...) y finalmente Emma, una solterona que parecía que no estaba bien del todo, como que le faltaba un hervor o algo, que estaba como medio "iluminada"; muy divertida la época en la que se echó novio, un camionero fuertote llamado Dwayne (lástima que éste la palmó en el terremoto, dejando a Emma más trastocada todavía...).

No hay que olvidar tampoco al mayordomo y chófer de Angela, Chao Li Chi, en España lo simplificamos a Chu-Li, que ya sabemos que no somos muy diestros con los idiomas... Siempre fiel a su señora, sin nunca llevarle la contraria, siempre a su lado en la verdes y en las maduras. Nunca tuvo demasiado protagonismo, pero siempre estaba ahí callado, observándolo todo, enigmático, entrenaba a Lance en artes marciales (claro era chino...). Vamos yo era súper fan de Chu-li y lo pasé fatal cuando al final de un episodio se cayó por las escaleras de la mansión Falcon Crest (que yo era un niño y no me gustaba ver sufrir a chinillos simpáticos así como así...).

La serie tenía una algunos elementos super kitsch, que con el paso del tiempo se han convertido en objetos de culto. Por ejemplo, las fotos promocionales de cada nueva temporada eran todo un hito. Frente a la puerta de la mansión Victoriana que daba nombre a la serie, aparecían todos los personajes que iban a ser importantes en cada temporada y podíamos saber su grado de protagonismo en función de su ubicación en la foto, siempre con Angela Channing en el centro sentada sobre el emblemático sillón de mimbre. También la cartelera con la pegadiza sintonía donde iban apareciendo todos los personajes y que terminaba con la aparición del escudo heráldico dorado con forma de halcón, símbolo omnipresente de la serie.

La serie probablemente no soportaría un revisionado con los veteranos ojos de los espectadores del siglo XXI. Se trata de una serie con personajes súper estereotipados, donde los malos son muy malos y los buenos parecían salidos de una producción Disney, no había medias tintas. Ahora estamos acostumbrados a series con personajes oscuros, pero que nos despiertan ternura como Walter White, Tony Soprano, Don Draper, y de eso no había nada en "Falcon Crest". Por eso es mejor guardarla en el disco duro de nuestra memoria como una joya kitsch o ver de vez en cuando algún vídeo en Youtube para recordar aquellos tiempos en los que aún no habíamos visto prácticamente nada y nos parecía la mejor serie del mundo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
dovith
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6
2 de diciembre de 2013
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de que llegara Carrie Bradshaw con sus Manolo Blahnik y sus tres amiguitas, antes de que las Supernenas salvaran el mundo y mucho antes de que Lena Dunham y sus "Girls" pisaran fuerte, llegaron las "Golden Girls", esas cuatro chicas de más de 60 años que ya estaban de vuelta de todo, que se miraban temas como las relaciones, la amistad, el sexo, la homosexualidad, la muerte, etc. con esa sorna y ese distanciamiento que sólo la madurez puede llegar a ofrecerte. Dorothy, Rose, Blanche y Sophia consiguieron seducirnos con su ácido sentido del humor, sus pelos enlacados y sus magníficas personalidades durante 7 temporadas.
Está claro que el secreto del éxito de la serie, como ocurre en la mayoría de sitcoms, es ese perfecto matrimonio entre cada una de las actrices y sus respectivos personajes. Si los guionistas consiguen eso, podemos llegar a vivir los mejores momentos cómicos, porque las fronteras entre el personaje y la actriz se confunden en perfecta harmonía y logran momentos irrepetibles como ocurrió con la serie "Friends". En ambos casos siempre daba la sensación de que el reparto se lo estaba pasando bomba en plató y eso se contagiaba rápidamente a la audiencia.
Así tenemos a Rose Nylund. Rose creció en una pequeña granja en Sant Olaf, lugar del que no para de contar historietas ("Back in St. Olaf..."). Rose perdió a su marido, cuando éste sufrió un ataque al corazón mientras estaban haciendo el amor, lo que la traumatizó a volver a tener relaciones sexuales. Rose era inocentona, simplona, cándida y algo boba. Para entendernos vendría a ser la Charlotte York de "Sex and the City". Teníamos a su polo opuesto, Blanche Devereaux. En una ocasión, Blanche le suelta a Rose "Tú siempre serás mi fan número 1, porque represento todos los pecados que nunca has tenido el coraje de cometer". Blanche era una devora-hombres, vamos un zorrón, que se cepillaba a todo lo que se movía, yo me atrevería a decir que es la precursora de Samantha Jones en "Sex and the City", por su libertinaje sexual, que aún era más mal visto en los 80. Es narcisista hasta el extremo, muy coqueta, siempre mintiendo sobre la edad, diciendo que tiene treinta y muchos o cuarenta y pocos...
Y para cerrar el grupo teníamos a Dorothy Zbornack y a su madre Sophia Petrillo. Dorothy era extremadamente alta y gastaba una voz sumamente profunda, casi masculina. Es especialmente sarcástica con sus compañeras de piso y eso nos ofrecía momentos especialmente divertidos de este personaje. Es de alguna manera, el vínculo de unión del grupo, así que cuando decide irse a vivir a Atlanta con su nuevo amor, la serie llegó a su fin.
Llegamos a la que para mí era la estrella de la función: Sophia Petrillo, esa especie de superabuela de ochenta y tantos años, que al parecer sufrió un ataque hace algún tiempo que le ocasionó una especie de incontinencia verbal, que le hace decir todo lo que piensa y verbalizar todo tipo de proyectiles con dos objetivos claros: destrozar a quien los reciba y hacer que la audiencia se tronche de risa. Sophia se mudó a vivir con su hija y sus amigas, después de que la residencia para la tercera edad en la que residía ardiera en llamas (mi teoría es que fue ella misma quien, a lo Rambo, le prendió fuego, porque sabía que era la única manera de que su hija la incluyera como una "compi" más de su grupillo de "maduritas pero estupendas en Miami").
Claramente es la gran matriarca del clan "Golden". Con su inamovible peluca plateada, sus enormes gafas con lentes de culo de botella, su sonrisilla traviesa, siempre sosteniendo un bolso enorme con sus efectos personales, que se lleva inlcuso cuando va al baño y con un ligero problema de flatulencias. Procedente de Sicilia (su frase "Picture it... Sicily" es ya un clásico), uno puede deducir que su familia tuvo conexiones con la Mafia y que estuvo involucrada en diversas vendettas; pinta de mal bicho desde luego que tiene, era menuda pero matona. La serie con frecuencia juega con su demencia senil, que nunca sabemos si la finje y está más espabilada que todas las "golden" juntas o realmente está sufriendo los estragos de su avanzada edad. Siempre con ingeniosas salidas de bombero, sus puñaladas traperas y sus desvergonzados comentarios, que normalmente intentaban despellejar la falta de amor de Dorothy, la promiscuidad de Blanche o la ignorancia de Rose. Petrillo asegura haber tenido una vida apasionante donde ha tonteado con Picasso, Freud, Churchill, entre otros...
Petrillo siempre soltaba pequeñas perlas de sabiduría y comentarios mordaces:

-(Hablando de Blanche) "Lo he dicho antes y lo volveré a decir: las putas se curan más rápido"

-"Discúlpame ¿Te he dado algún indicio de que me importe lo más mínimo lo que me estás contando?

Blanche: "Trato mi cuerpo como un templo."
Sophia: "Sí, abierto 24 horas."

Rose: "Dorothy, tú eres la lista, y Blanche, tú eres la sexy, y Sophia tú eres la vieja y yo soy la buena. A todo el mundo le gusto..."
Sophia: "La vieja no es que esté loca por ti precisamente..."

Rose: "En St. Olaf, Ned era el tonto del pueblo."
Sophia: "¿Cuándo, los días que tú librabas?"

Rose (súper contenta): "Adivina quién es la chica más afortunada del mundo..."
Sophia: "Desde luego tu madre, no..."

Blanche: "¿Voy bien vestida para la carrera de perros?"
Sophia: "Eso depende. ¿Tú compites?"

Blanche: "Si tan solo pudiera hacer algo para resultar menos atractiva..."
Sophia: "Prueba con agua y jabón..."

Tengo que reconocer que en muchas ocasiones mis carcajadas sonaban al unísono con las risas enlatadas de la serie. Una buena mezcla de ingredientes: unas actrices en su salsa, unos diálogos afilados, la destrucción de tabúes como la menopausia, el sexo en la tercera edad, el libertinaje sexual de la mujeres, la homosexualidad, etc. fueron todo un hito a mediados de los ochenta y sentaron una sólida base para series venideras sobre mujeres estupendas que no le tienen miedo a nada.
dovith
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6
19 de mayo de 2013
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ha llegado el momento de desenterrar otra pequeña joya del pasado. Ya lo hicimos con un culebrón (“Dynasty”) y luego con una de ciencia ficción (“V”). Ahora le ha tocado el turno a una sitcom familiar, ese género que fue tan popular durante los 80 y principios de los 90, ya fuese en su versión “black” (“The Cosby Show”), su versión XXL (“Roseanne”) o las múltiples versiones de la “perfect family” tipo “Family Ties” (aquí “Enredos de familia”), “The Brady Bunch” o la que ahora comentamos “Growing Pains”, aquí conocida como “Los problemas crecen”.

En este caso, se trata de las andanzas de los Seaver, un matrimonio de clase media-alta formado por Maggie (Joanna Kerns), quien tras años de dedicarse a sus hijos decide volver al mundo laboral y Jason (Alan Thicke), un prestigioso psiquiatra que tras la decisión de su esposa, decide trasladar su consulta al domicilio para poder cuidar al mismo tiempo de sus tres hijos. Teníamos al rebelde y caradura de Mike (inolvidable Kirk Carmeron, uno de los platos fuertes de la serie), la empollona Carol (Tracy Gold) y finalmente, al travieso Ben (Jeremy Miller). El matrimonio Seaver más adelante tuvo un cuarto vástago (Chrissy), quien por arte de magia y sin dar explicación alguna, pasó de ser prácticamente un bebé a tener 6 años en un tiempo récord; aparentemente los guionistas vieron que ahí tenían un buen filón para nuevas líneas de guión y decidieron saltarse la verosimilitud cronológica y “acelerar su crecimiento”.

La serie trataba los temas típicos de este tipo de comedias, incluso algunos peligrosamente parecidos a los de su predecesora serie clónica “Family Ties” (con Michael J. Fox ocupando el mismo lugar que Kirk Cameron ocupaba en ésta). Pero todo ello se salvaba por un decente casting, que a pesar de la sobreactuación propia de las sitcoms de esa época, que viéndola ahora nos resulta casi teatral, realizaban un digno trabajo, incluso defendiendo algunos momentos especialmente dramáticos que hubo en sus líneas argumentales. A veces la serie trataba temas serios como las drogas, alternando el sentido del humor con un cierto tono moralista, se trataba de esos episodios con mensaje. Es el caso del emblemático episodio "Thank God It's Friday", donde Mike y sus amigos se colaban en una fiesta universitaria donde la gente se encerraba en el lavabo para "empolvarse la nariz". En este episodio todo es muy obvio y "naive", pero la verdad es que, incluso viéndolo ahora, consigue engancharte.

Como hemos dicho antes, una de las grandes bazas de la serie era Kirk Cameron y su personaje Mike Seaver, que con su descaro, sus ricitos y su media sonrisa nos encandilaba a todos, conviertíéndose en uno de los habituales de la SuperPop y forrando las carpetas de casi todas las quinceañeras de los 80. Pero Kirk a los 17 años experimentó algo que cambió su vida y también el rumbo de la serie: se convirtió al Cristianismo... Su fanatismo llegó a tal extremo que Kirk empezó a quejarse de algunas tramas de la serie, alegando que estaban llenas de inmoralidades, e incluso en la quinta temporada presionó a los productores para que echaran a una de las actrices que interpretaba el papel de una niñera, porque había posado anteriormente para la revista "Playboy". Poco a poco fue alejándose de sus compañeros de cast. Actualmente Cameron está casado, tiene 6 hijos!!!! y trabaja como presentador de un programa de doctrina bíblica llamado ""The Way of the Master".

Inolvidables eran los tira-y-aflojas entre Mike y Carol.

(leyendo unas galletitas de la fortuna)
Mike: "A toda perra le llega su día" Ups! Carol, creó que me tocó la tuya...
Carol: Entonces yo debo de tener la tuya "Algún día conocerás a un hombre guapo y te enamorarás de él"

Mike siempre le estaba haciendo la vida imposible a Carol (especial mención al episodio donde Carol quiere operarse la nariz). En la cuarta temporada, la actriz que interpretaba a Carol, Tracy Gold, ganó algo de peso, lo que al parecer ocasionó que se hicieran muchas bromas al respecto en la serie. La actriz acabó desarrollando anorexia, llegando a abandonar la serie durante algunos episodios de la última temporada debido a su extrema delgadez, bajo la excusa de que se había ido temporalmente a estudiar a Londres.

Como curiosidad, diremos que en tres episodios apareció Mathew Perry (más adelante el sarcástico Chandler Bing de la serie "Friends") interpretando a Sandy, un eventual novio de Carol, que en el episodio "Second Chance" sufría un accidente de coche, por conducir bajo los efectos del alcohol (otro de esos episodios con moraleja... "Zi bebez no conduscaz...") y fallecía. También apareció un jovencísimo Brad Pitt, mucho antes de enseñarle la tableta de chocolate a Thelma y ocasionarle un orgasmo descomunal que la llevara a volverse loca y decidir lanzar su descapotable azul turquesa, junto con su amiguita Louise, por el Gran Cañón del Colorado (Ups! Spoiler...); en este caso se dejó ver en dos ocasiones, interpretando a dos personajes distintos (en uno era un compañero de Carol que intentaba ligar con ella y en otro era una estrella de Rock). Y finalmente, en la última temporada, la familia Seaver decidía adoptar a un adolescente sin techo, que años más tarde se haría famosísimo subiéndose a la proa de un conocido barco y gritando aquello de "Soy el rey del mundo" (Leonardo DiCaprio).

No hay que olvidarse del pastelero, a la par que enganchadizo, tema de la intro de la serie "As long as we got each other" (mientras nos tengamos los unos a los otros).

La verdad es que viendo hoy los episodios es cierto que no te ríes a carcajadas como las risas enlatadas que acompañan a toda sitcom que se precie, pero sí que la miras con una sonrisa dibujada en el rostro y con ella recordamos que los problemas nacen, crecen y se reproducen.
dovith
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