No. Al principio parece que sí, le das una oportunidad y piensas que cuando los personajes evolucionen un poco, quizá la serie mejore. No sé si es que los personajes no evolucionan o es que simplemente me caen mal casi todos. Y no sé si refleja el ambiente gay, supongo que es como cualquier serie, con sus estereotipos y sus cosas irreales. Tampoco los heterosexuales somos siempre como nos pintan en las series.

Pero básicamente no he tenido empatia con los personajes, y sobre todo no la he tenido con los más importantes: Brian y Michael. Reconozco que Brian, el guaperas que es bastante borde, podría tener su punto interesante. Pero Michael, el que está enamorado de él, me crispa, me pone de los nervios. Se comporta como un niño pequeño, y para que conste, tampoco me gusta su madre, que se supone que es muy guay. Si acaso, me quedo con el tío, que en su discreto segundo plano aporta algunas cosas interesantes.

Si tuviera que rescatar a un personaje, sin duda sería Emmet, que resulta bastante encantador y más complejo de lo que al principio da a entender. Y ahora viene la peor parte: la historia de Justin, el adolescente. Comprendo que pueda ser de ayuda para personas que estén pasando por lo mismo y que puede animar a más de uno a salir del armario, a enfrentarse a su familia, a sentirse comprendido, a despejar tabúes. Insisto, no es que no me guste la serie, es que no me gustan los personajes.

P.D: el doblaje al español es pésimo. Quizá todo hubiera sido diferente si hubiera empezado a
verla en inglés.

No pone los pelos de punta mientras la ves; no miras a tu alrededor con inquietud creciente ante el menor ruido; no pegas un salto si tu gato te roza las piernas con la cola; no te vas a la cama con pensamientos perturbadores; no se te graba en la retina ninguna escena en especial. Es simple y llanamente una película entretenida.

A Stephen King le va mucho lo de los fantasmas que uno lleva en su mente; en sus libros los personajes a menudo ven salir sus propios monstruos y materializarse sus miedos más íntimos a raíz de un incidente sobrenatural exterior (siempre algo maligno, muy maligno).

Esta peli va sobre eso: un hombre experimenta una especie de apocalipsis y bajada a los infiernos mientras pasa la noche en una habitación. Allí pasa definitivamente de todo; es que más cosas no pueden pasar. No hay mucha sangre, por si quieren saberlo; tampoco vísceras ni tripas ni monstruos viscosos. Todo es más como lo que uno siente en una pesadilla. Yo no llegué a pasar miedo, pero como siempre digo, en eso juega el subconsciente de cada espectador. Igual me ponen otra peli que se supone que no asusta nada y salgo petrificada sin saber por qué. El terror es muy personal.

La vi ayer y hoy ya tengo de ella un recuerdo borroso. Lo único que recuerdo bien es el final, que supongo que viene a ser la idea más clara y firme de todo el asunto.

Digo lo de telenovela porque, conforme avanzaba el film, iba aumentando en mí la sensación de estar viendo el culebrón de las 4 de la tarde. Para más detalles sobre ese asunto, ver spoiler (a menos que no hayas visto la peli... porque en el spoiler lo destripo todo, así que ya sabes).

La película empieza mal, para mi gusto: dos científicos que van de guays están trabajando en unos experimentos genéticos bastante asquerosillos para una empresa que quiere sintetizar una proteína que servirá a las vacas. Ahí dices: vale, esto pinta chungo y aburrido.

Pero ellos tienen los conocimientos, la ambición y el material suficientes como para crear por su cuenta su propio experimento, y ahí es donde se meten en el berenjenal de su vida: mezclan ADN de varias especies (sí, varias, no sólo una, que sería más sencillito) con ADN humano. Y nace una criatura que al principio es espantosa y da mucho asquito. Ellos la adoptan, tratan con ella, la educan, tienen sus conflictos morales, sus disputas, etc; como la criatura, que da bastante grima y a la vez mucha penita, crece muy rápido, los problemas se atropellan, uno tras otro.

Llega un punto en que el engendro en sí deja de ser tan horrible y se converte en medio horrible y medio guapa, pero aviso: sigue dando grima, aunque a la grima se le añade el morbo. Creo que esa parte, la del morbo, es la mejor lograda de la película. Porque es entonces cuando te sientes medio fascinado y medio asqueado, y al menos no te aburres. Lo único que te preguntas es a dónde va a ir a parar todo ese lío, y sigues mirando por inercia.

Los actores lo hacen bien. A mí, que aborrezco a Adrien Brody, aquí no se me hizo tan antipático; Sarah Polley actúa bien incluso en las películas malas. Y Delphine Chanéac es la que pone el rostro de la criatura, un rostro que transmite cosas, eso lo tengo que reconocer.

Total, que aunque en un principio pensé que me iba a aburrir, acabé bastante enganchada, pero creo que no es porque sea una película buena o que realmente toque el tema de la moralidad, el bien, el mal, la ciencia y sus repercusiones, etc; no, creo que me interesó por el componente culebronesco y retorcido. El morbo es muy poderoso, amigos míos, y el tal Natali lo sabe.

Nota: los efectos están muy logrados. La criatura parece de verdad. No es una película cutre.

La película va de lo siguiente: Ryan, un pulcro y cuarentón ejecutivo sin vida personal, se dedica a viajar por todos los estados de Norteamérica (que para eso tienen tantos) despidiendo a la gente. Lo contratan empresarios rajados que no se atreven a dar la cara a la hora de echar al personal. Ryan sólo lleva una maleta y en ella le cabe todo; de vez en cuando da conferencias sobre lo pesado y cansino que es cargar con familia, amigos, casas, coches, etc. Colecciona pases VIP de todos los hoteles de alto standing. Su meta es conseguir haber viajado un número desorbitado de millas como para que le den un pase al un club tan selecto como inútil en el que sólo hay 7 miembros.

Cuando empecé a verla, estuve a punto de tirar la toalla. Me aburría y me crispaba. Pero luego aparece el cambio (menos mal): una muchachita (una entusiasta Anna Kendrick) decide implantar un nuevo sistema según el cual los hombres como Ryan no tendrán que desplazarse para despedir a la gente, sino que podrán hacerlo mediante videoconferencia. Para mucha gente, eso supone un alivio: poder estar en casa, tener una vida normal, usar siempre el mismo baño (no entiendo cómo funciona el ritmo intestinal de alguien que viaja tanto). Pero para Ryan ese cambio es una mierda. Carece de raíces, su familia es super plasta (o más bien es una familia normal) y su apartamento es deprimente porque esá deshabitado como unos 280 días al año. Así que, antes de que la chica implante su sistema, Ryan se la lleva de viaje para que vea lo que es despedir a la gente en directo, y que aprenda que, según qué cosas, mejor hacerlas en persona (una extraña moral la de este hombre; no entraré en eso).

Por supuesto, como en toda película con personaje solitario que se precie, aparece una mujer que hace que esa alma masculina abandonada de la mano de dios se plantee que quizá el amor no sea tan horrible. Esa mujer está muy bien interpretada por Vera Farmiga, que goza además de un trasero envidiable.

Aunque la evolución del personaje y de sus emociones es muy pero que muy previsible, y aunque se pueda tachar de lenta y vacía a la película, lo cierto es que a mí me entretuvo, y me gustaron algunos diálogos y situaciones bastante espontáneos que me hicieron sonreír. La parte de los despidos está bien lograda: es tensa, realista, pausada.

Ya sé que es una peli manipuladora, lo sé. Pero no me importa que me manipulen si lo hacen bien. Lo que me fastidia es que lo intenten y no lo logren, pero aquí, amigos y amigas, caí de lleno.

Por casualidades de la vida (que no vienen a cuento), hoy me he acordado de que había visto esta película. Caló tan poco en mí que ni siquiera la puntué aquí en FilmAffinity después de verla; supongo que mi cerebro hizo un reset y olvidé por completo esta bazofia. La vi enterita, y las imágenes vuelven a mi cabeza en forma de flashbacks, pero puedo jurar que ninguno de ellos se salva de la quema. Es aburrida a morir. Las luchas son una pura confusión visual que no aporta nada a la ¿trama? ¿historia? Lo que sea.

Por no mencionar que hubo trozos al principio en que me quedé en blanco, puesto que los personajes, vikingos ellos, hablan en su lengua y no te enteras de nada porque no lo subtitulan. Dudo que dijeran algo interesante, pero hubiera estado bien saberlo. Supongo que los que subtitulan llegaron al acuerdo de que no valía la pena el esfuerzo. Total, no es una peli de palabras. Y lo peor, tampoco es una peli de acción, o de luchas épicas: lo pretende, pero no lo logra. Por favor, no la vean aunque esté mortalmente aburridos, porque verla equivale a aburrirse aún más, si eso es posible.