Me pareció de una tremenda calidad. Miniserie de 4 capítulos sobre el asesinato de un niño en Liverpool, con unas interpretaciones maravillosas ( Sinead Keenan y Brian O’Byrne, los padres, actúan de un modo impresionante) y un guión soberbio. La ambientación del Liverpool de esas bandas de chicos, la tensión existente en las calles, enormemente conseguida.
Difícil en un escenario así no caer en la sobreactuacion o en un exceso emocional. La gran calidad de esta peli es que hay mucho que llorar, mucho dolor, enorme sufrimiento, y eso es lo que expresa totalmente, pero de un modo elegante y con una gran sensibilidad.
Que bueno es Graham. Que bueno es.
Absolutamente recomendable.

De las mejores películas de miedo que he visto. En mi top cinco. Miedo sin artificios, sin necesidad de recurrir a nada más que apretar los resortes adecuados a una historia que podría, por que no, ser hasta posible. Película de las que no te olvidas nunca porque toca puntos de la mente, donde esta el miedo, que son imborrables. Esa raza de perro, esa cara de la niñera en el hospital, ese niño en el triciclo por el pasillo, un día cualquiera por la mañana. Miedo que entra en las entrañas. Imprescindible de ver. Las interpretaciones, magnificas. El guión, espectacular.

Vamos a ver. Las ideas y el contexto son válidas, sean de tu gusto o no, pero lo que yo he percibido es retorcimiento mental, es mostrar la peor degeneración del ser humano que solo te atreves a ver en sueños pero no la materializas por pudor y un mínimo de estetica, y es casqueria barata y a granel.

Por otro lado, esos gestos, esos gritos, esa forma de expresarse. No se si es que así es la idiosincrasia coreana o es que la sobreactuacion es tremenda,ya me pierdo. Hay una loca entre las concursantes que me apetece hasta matarla yo misma de lo histérica que actúa. La escena del baño qué puedo decir, difícil encontrar mayor zafiedad .

Pero en el capítulo 5, y esta es la razón fundamental, deje de verla porque no podía con tanta violencia gratuita, con tanta exhibición, sin pudor, recreándose en ella, de lo peor. Se podría imaginar todo, hasta enseñarlo , pero de otro modo. Hay planos que son vomitivos. Y se repiten. Y se vuelven a repetir. En fin serie que no me ha aportado nada más que malos ratos, una profunda zafiedad y la exposición brutal de lo peor de todos los seres humanos a la vez reiterada y masiva. Una obscenidad filmada.

Y luego te vas a ver “El topo”, de Tomas Alfredson, y ves la muerte del topo en la película , con esa elegancia, con esa sensibilidad, con esa enorme delicadeza, y te preguntas cómo puede estar realizada por la misma especie.

Una de las mejores series de comedia para mi, que ha dado Estados Unidos. Y eso es muchísimo porque hay realmente pocas series de comedia que hagan reír.
Atemporal, lo cual implica que siempre que la ves no envejece porque los personajes y el guion son tan, tan buenos, que construyeron un mundo aparte inmune a modas y años.

Es simplemente soberbia. Y Charlie Sheen el director de la orquesta absolutamente, que hacía que sonara como sonaba. La prueba fue realmente cuando ya no estuvo él y la serie, simplemente, vivió de las sobras de su prestigio y su calidad.

Sería imposible que una película que junta orca y a los británicos elegantísimos e interesantísimos Charlotte Rampling y Richard Harris no tuviera interés. Si además la película está a favor de y entendiendo perfectamente a la orca, y lleva a la conversión del pescador a entender la visión del delfín, la película sale como lo que es, una película rara avís sobre el mar, sobre la vida de estos delfines (mucho de lo que dice es verdad, obviamente no lo que es obvio que es ficción aunque perfectamente permisible ya que es una película) y sobre el respeto al mar y a los mamíferos que en el habitan, todo ello envuelto en, para mi, la más preciosa música compuesta por Morricone (el inicio de la película con las orcas saltando y esa música es una de las escenas más maravillosas que he visto en el cine).
En lo que respecta a que sea una secuela de Tiburón, la verdad es que es justo lo contrario, porque el enorme talento de Spielberg sacó a la luz para ya nunca volver a esconderse un miedo atávico que tenemos a los tiburones, y en esta película, sin embargo, se quiso conseguir lo contrario: entender y querer saber de uno de los mamíferos más magníficos e inteligentes que hay.
Película hermosa, en suma, por su música, por sus actores, por ese mar magnífico y esa orca magnifica también, por su sensibilidad sin un ápice de sensiblería, por su elegancia que flota en todas las escenas, y porque transmite sentimientos de compasión, de solidaridad, de entendimiento y de afecto.
Gracias a esta película empecé a estudiar y a querer saber de las orcas, hace ya 40 años, y surgió en mí una querencia hacia ellas que hoy por hoy sigue intacta y que me ha hecho buscarlas de todos los modos y verlas por muchos lugares del planeta, por tanto es esta una película a la que le tengo un especialísimo cariño.

Sería de un 7 como mucho en mi opinión, pero le pongo un 8. El tema que aborda, inusual, y cómo lo aborda, mucho más inusual todavía, lo merece.